agosto 05, 2013

The Post y The Globe “on sale”

La venta de los periódicos estadounidenses The Washington Post y el Boston Globe fue un balde agua fría para muchos, pero de repente el cambio de propiedad les ayudará a mejorar el negocio y retomar el liderazgo perdido, esto es convirtiéndose en centros de información pese al tipo de plataforma que utilicen para divulgar noticias y crear agenda pública.

Más allá de la caída de la circulación, publicidad e ingresos, en general, como consecuencia directa del internet, un problema mayúsculo para el periodismo tradicional, creo que el mayor inconveniente de los diarios estadounidenses, es que al ser compañías públicas y formar parte de la bolsa der valores, han vivido épocas de esclavitud por la presión de las ganancias y sus accionistas que ha derivado en inmensos recortes de personal en las salas de Redacción y, por ende, de independencia, eficiencia y calidad periodística.

La noticia más sorprendente fue la del fin de semana, cuando el diario The New York Times, que hace dos décadas compró el Boston Globe por mil cien millones de dólares ($1.100 millones) anunció que estaba vendiendo el diario por $70 millones, una bagatela incluso más barata que la mansión Versace en Miami Beach de la que se dijo iría a remate con una base de $73. El periódico de 143 años y que tiene en su haber la friolera de 21 premios Pulitzer, fue comprado por John Henry, un billonario dueño del equipo de béisbol Medias Rojas y, anteriormente, de los Marlins de la Florida, por un tercio de lo que A Rodríguez, el ahora beisbolista en desgracia, cobró de sueldo durante su carrera deportiva.

Lo del Boston Globe, como una triste venta de rebaja o de oferta “on sale” como producto cuasi Walmart en el mundo de la política y el periodismo de tradición, fue opacada con otra noticia aún más sorprendente. Este lunes el diario insignia de la política norteamericana, The Washington Post, fue vendido por $250 millones de dólares en efectivo al propietario de Amazon, Jeff Bezos.

Hay muchos interrogantes en cuanto a Henry para ver como tratará de hacer andar dos negocios en un mismo mercado, el béisbol y el diario, que seguramente implicarán algunos conflictos de interés, como tuvieron los Medios Blancas con el Chicago Tribune.
The Post, como insignia periodística, aparenta salir mejor librado. En momentos que la industria del conocimiento tiene en el internet y en las tecnologías de la información a sus mayores protagonistas, Bezos parece estar a la altura de la circunstancia y puede ser el ideal para llevar a un medio tradicional a nuevos horizontes.
Las tres ideas que le obsesionan a Bezos pueden ser realmente de gran interés y la apuesta a futuro para la industria de los periódicos. Repetidas veces ha dicho que su filosofía detrás de Amazon, una compañía que lo convirtió en billonario - está en el undécimo de la lista de los 400 hombres más ricos del país con un patrimonio de 23.2 billones – es bastante simple. Las tres ideas detrás de Amazon son: estrategia a largo plazo, obsesión por los clientes y voluntad para inventar.

Creo que Bezos puede ser la cuota de éxito de una industria de periódicos que algunos pronostican está en extinción. Construyó Amazon con un préstamo de $300 mil dólares que le dieron sus padres cuando tenía 30 años, hoy, 19 años después, demostró que fue una de las inversiones con mejor retorno de la historia.


agosto 04, 2013

Facebook, Twitter, mujeres y acoso digital

Las redes sociales han mejorado nuestra conexión con amigos y el mundo. Sin embargo, no aparentan hacer lo suficiente para detener a delincuentes y criminales que han encontrado un escenario inmenso para seguir hostigando e incitando al odio y la violencia contra las mujeres.

Las consecuencias están a la vista. Carolina Picchio, una niña italiana de 14 años,  se arrojó de un balcón por no soportar el tormento y las burlas de sus “amigos” en Facebook; un caso que recuerda el de la niña canadiense Amanda Todd, que tuvo el mismo origen, el acoso digital, y similar destino, el suicidio.

En estos días, la violencia de género se mudó a Twitter. Caroline Criado-Pérez, una inglesa que promueve que los billetes del Reino Unido incluyan imágenes de mujeres que no sean de la realeza, fue inundada con tuits amenazándola de muerte y violación, los mismos que recibieron periodistas que reportan su causa y otras mujeres que la apoyan. Tuits parecidos recibió Cecile Kyenge, la primera ministra negra en Italia de origen congolés, Cecile Kyenge, a quien le auguran que sea violada para que entienda el dolor que sufren los “italianos puros”,  victimizados por inmigrantes.

Todos estos casos han atraído la atención sobre la amplificación del acoso y violencia de género provocada por las redes sociales, delitos que antes estaban limitados a escenarios menores, como plazas, escuelas, cartas personales o a espacios en medios de comunicación tradicionales, donde periodistas y editores actúan de filtros para erradicar mensajes de odio y discriminatorios.

La tarea, en cambio, no es nada fácil en Facebook, con más de mil millones de usuarios, y en Twitter, por donde se difunden más de 400 millones de tuits al día. Por más buena intención que tienen sus responsables para aplicar los estándares de conducta, monitorear, filtrar o eliminar todo el contenido que incita a la violencia de género, la pornografía o el acoso digital, la labor se observa titánica o casi imposible.

Pero las redes sociales si bien han potenciado a los delincuentes, también lo han hecho con los usuarios, quienes presionan por más y mejores cambios. No solo se trata de los padres de Carolina y la Justicia italiana que reclama a Facebook el por qué no fueron eliminados los mensajes que seguían atormentando a Carolina, sino, además, los cambios que se piden a Twitter para que se eliminen cuentas con mensajes degradantes e intolerantes contra las mujeres.

Gracias a la presión ejercida por la organización Mujeres, Acción y los Medios, Facebook está mejorando sus estándares de conducta y autorregulación, así como entrenando a su batallón de empleados encargado de controlar y eliminar mensajes discriminatorios, violentos o explícitos. Twitter está considerando la petición de las mujeres inglesas – carta que ya firmaron más de 100 mil personas en Change.org - que quieren un botón predominante en sus cuentas para poder denunciar abusos, amenazas y acoso.

La tarea no es fácil para nadie. Se corre el riesgo de que el celo por eliminar mensajes abusivos e insultos, termine por coartar la libertad de expresión. Un tema que requiere de mayor entendimiento por parte de los usuarios sobre los límites entre la libertad y el libertinaje, así como de equilibrio por parte de las redes sociales, que deben actuar con sabiduría y también respetar las reglas legales y culturales de cada país.

Facebook, Twitter, Google+, Linkedin, entre otras redes sociales, no solo deben considerar que su responsabilidad es eliminar mensajes abusivos, crear nuevas técnicas de monitoreo, actualizar sus manuales sobre  derechos y obligaciones de los usuarios o atenerse a las leyes.

Estos mega sitios de internet tienen la obligación de ser proactivos, no solo reactivos. Deben generar mecanismos que no solo busquen crear un mundo más abierto y conectado como propone Facebook, sino que las conexiones sean más sanas y respetuosas.

La alfabetización digital, educar desde cuestiones básicas sobre cómo proteger la privacidad, hasta las más complejas, sobre cómo evitar la violación de leyes sobre difamación, es una tarea que deben asumir las redes sociales – así como las escuelas – para que se entienda que crear o difundir mensajes e información, requiere de una alta dosis de responsabilidad. 

agosto 01, 2013

Marihuana legalizada: ¿Es la respuesta?

La tendencia está en alza. Varios estados en EE.UU. legalizaron su consumo y producción y ayer la Cámara de Diputados de Uruguay convirtió a ese país en el primero en hacerlo en América Latina; aunque falta la aprobación del Senado uruguayo.
La futura y muy posible ley regula la producción, el consumo y la venta de la marihuana, algo que años atrás varios ex presidentes latinoamericanos como Henrique Cardoso, César Gaviria y Ernesto Zedillo, consideraban que era el camino más apropiado para que el Estado deje de tener una mirada netamente represiva en la lucha contra el narcotráfico.
Los argumentos a favor de la legalización indican que es la mejor forma de regular un mercado y así poder tener políticas coherentes de salud para atender a los adictos y no atestar las cárceles de consumidores que no cometen el delito de comerciar con las drogas, sino solo de consumirlas.
Los argumentos no huelen a mucha consistencia ni esencia. El problema de la droga es mucho más profundo. El narcotráfico no desaparecerá, comerciará drogas más fuertes e incentivará un mercado negro con marihuana con aditamentos más tóxicos.
Es entendible el tema de las cárceles atestadas de inocentes y que los adictos representan un problema de salud pública y no penal. Pero debiera entonces incentivarse leyes para que el Estado brinde más recursos en programas de salud apropiados, ya que legalizar no hará que haya menos consumo, sino lo contrario.
La legalización de la marihuana acarrea otro tipo de problemas más allá de los legales y de salud pública, sino de educación y moralidad, sobre la distinción de lo bueno y lo malo, del bien y del mal.
Cuando el tema se trató en California, escribí una columna. Reproduzco algunos párrafos:

“Quienes favorecen la legalización del cannabis anteponen conceptos prácticos y económicos. Estiman que California recaudará 1,4 billones de dólares al año en impuestos. Se ahorrarán miles de millones por no tener que procesar a criminales que ya no lo serán y gastos carcelarios que ascienden a 216.000 dólares al año por cada delincuente juvenil encarcelado, en contraste con 8.000 dólares que se gasta por un niño en el sistema público escolar. Estiman que la legalización blanqueará el mercado y reducirá los precios de la droga; suficientes disuasivos para los narcotraficantes.

Quienes están en contra saben que la marihuana detona enfermedades psiquiátricas, provoca adicción, incentiva el uso de drogas más fuertes, desinhibe conductas delictivas, atrae efectos negativos al hogar, en el trabajo y provoca mayores accidentes, por lo que los ahorros se transferirán como gastos a otro sector. La sociedad estará más enferma y el narcotráfico no se diluirá, se enfocará en otros negocios y productos más rentables. 
La legalización de la marihuana abrirá puertas insospechadas. Es un error si se fundamentan criterios económicos por sobre los problemas de salud pública o los efectos negativos al núcleo familiar, así como minimizar la necesaria discusión ética sobre el tema y sus repercusiones morales. 
La permisividad legal que se conceda hoy a la marihuana nos debiera hacer reflexionar sobre el después. ¿Será que la ambición nos llevará en el futuro a legalizar drogas más duras y peligrosas?”.

julio 31, 2013

Manning: no traidor, sí ladrón

Bradley Manning no fue sentenciado a cadena perpetua por haber filtrado más de 700 mil documentos confidenciales de su gobierno estadounidense a Wikileaks hace tres años atrás mientras se desempeñaba como soldado raso de inteligencia en Irak, pero igualmente irá a la cárcel por muchísimo tiempo.

El gobierno estadounidense no logró su cometido de que Manning sea declarado traidor por ayudar al enemigo, y con ello disuadir a cualquiera otra persona – como a Edward Snowden - que se tiente a filtrar documentos gubernamentales secretos o intríngulis secretos del poder. O que publiquen esos documentos – como el otro caso de Julian Assange, fundador de Wikileaks, quien se recluyó en la embajada ecuatoriana de Londres, para evitar su extradición a Suecia donde se le quiere procesar por el presunto delito de violación contra dos mujeres.

La jueza militar, coronel Denise Lind, absolvió a Manning del cargo de “ayudar al enemigo”, pero no lo absolvió por tratarse de un jovene ingenuo e idealista que quería cambiar el mundo como pretendía que fuera declarado por su defensa. Se espera que en el juicio que prosigue y terminaría con sentencia para setiembre, Manning afrontará docenas apiladas de años de cárcel, por robo de información, espionaje y fraude informático, entre 20 de los 22 cargos originales.

Varias cosas se desprenden de este fallo. Pese a que Assange siga sosteniendo que ser extraditado a Suecia será el primer paso para que lo extraditen a EE.UU. donde lo condenarían a pena de muerte, sus argumentos ya carecen de validez con el nuevo antecedente creado por la jueza militar. Tampoco Snowden tendría ese argumento como excusa, aunque su caso se presenta como más grave, debido a que se sospecha que la información confidencial que robó no solo la proveyó al diario británico The Guardian y al The Washington Post, sino también la habría puesto en manos de las autoridades chinas y rusas, gobiernos que los fiscales podrían calificar de enemigos de EE.UU.

Uno de los temas más importantes es que la jueza no admitió el argumento de la fiscalía sobre que la publicación en el internet de los documentos confidenciales violaban el Código Militar y la Ley de Espionaje, lo que hubiera sido una medida resistida por el periodismo y los grupos de defensa y promoción de la libertad de prensa, debido a que el periodismo suele publicar investigaciones o denuncias sobre información contenida en documentos secretos gubernamentales, cuando esa información es de interés público.   


Pese a los argumentos de la fiscalía y la defensa, y a la aplicación de la ley, esta sentencia reabre el debate sobre el papel de los delatores, la oscuridad del gobierno en abusar del secretismo y del espionaje, así como el derecho y deber de los medios y los periodistas de publicar información que, aunque sea secreta y es obtenida por medios ilícitos, tienen un alto interés público para la sociedad. 

julio 29, 2013

Árbol cayendo, bosque creciendo

Una de las mejores frases o metáforas del papa Francisco la pronunció en el vuelo de regreso del viaje a Río de Janeiro,  un viaje que nadie hubiera imaginado tan masivo, tan contagioso, tan inspirador.
En el vuelo habló por casi una hora y media con los periodistas, quienes lo zarandearon por montones de temas relativos a su papel en la reforma de la Iglesia, sobre corrupción, sobre la diferencia entre delitos y pecados, sobre el papel de la mujer en la Iglesia, sobre el aborto y sobre las personas homosexuales.
Pero cuando habló sobre que en la Iglesia hay gente mala pero mayoría buena, cuando los actos de corrupción molestan y llaman mucho más la atención que los actos buenos, Francisco expresó una metáfora que nos viene muy bien tener en cuenta a los periodistas:  “Ya sabéis que hace más ruido un árbol que cae que un bosque que crece”.
Dentro de la entrevista que concedió hay dos cosas que no me gustaron. Una, respecto a su visión de la mujer en la Iglesia y, otra, sobre su omisión al celibato. Este fue un tema que los medios trajeron a colación en Brasil después de que lo manifestara el teólogo Leonardo Boff, cuando se refirió a la necesidad de que el celibato no sea obligatorio sino opcional.
Sobre la ordenación de la mujer como sacerdote, aunque no entiendo las cuestiones dogmáticas de fondo, creo que es una cuestión de discriminación.  Esto es lo que dijo Francisco, lo cual me pareció que fue una respuesta de alguna forma evasiva: “Como dije a los obispos, sobre la participación de las mujeres en la Iglesia no nos podemos limitar a las mujeres monaguillo, a la presidenta de Cáritas, a la catequista… Tiene que haber algo más, hay que hacer una profunda Teología de la Mujer. En cuanto a la ordenación de las mujeres, la Iglesia ha hablado y dice no. Lo dijo Juan Pablo II, pero con una formulación definitiva. Esa puerta está cerrada. Pero sobre esto quiero decirles algo: la Virgen María era más importante que los apóstoles y que los obispos y que los diáconos y los sacerdotes. La mujer en la Iglesia es más importante que los obispos y que los curas. ¿Cómo? Esto es lo que debemos tratar de explicitar mejor. Creo que falta una explicitación teológica sobre esto”.
Lo que sí me gustó es que Francisco fue astuto en no haber tocado en Brasil otros temas como el aborto y los matrimonios de personas del mismo sexo que lo hubieran distanciado. El Papa, en el avión de regreso dijo que “La Iglesia se ha expresado ya perfectamente sobre eso, no era necesario volver sobre eso, como tampoco hable sobre la estafa, la mentira u otras cosas sobre las cuales la Iglesia tiene una doctrina clara. No era necesario hablar de eso, sino de las cosas positivas que abren camino a los chicos. Además los jóvenes saben perfectamente cuál es la postura de la Iglesia”.


julio 27, 2013

Francisco conecta con jóvenes

Muchos pensaban que a los jóvenes solo les atraía el éxito rápido, el despilfarro alocado y el sexo fácil, por eso no entienden la conexión especial que tienen con un viejo que les pide no frustrase ante la injusticia, luchar contra la corrupción, hacer lío en las diócesis y ayudar al prójimo.

Vaya responsabilidad la de los jóvenes, muchos de los cuales llegaron a Río de Janeiro con la esperanza de ser consolados ante sus frustraciones por la injusticia y el desempleo. El problema es que se encontraron con el papa Francisco que, lejos de darles una palmadita de consuelo en la espalda, les comprometió para que transformen y revolucionen sus mundos.

¿Por qué los jóvenes se muestran tan energizados ante semejante responsabilidad? Porque Francisco, zorro viejo, si bien habló desde la esperanza, la fe y en Cristo, no tocó temas polémicos doctrinarios que lo podrían alejar de los jóvenes y aquellos no católicos, sino que se enfocó en un mensaje más terrenal e incluyente, pidiéndoles luchar contra la desigualdad y abrazar a los marginados desde la caridad y la humildad.

De sonrisa fácil, gestos simpáticos y voz suave, Francisco se percibe como oveja mansa, pero debajo de esa piel se esconde un sentido firme y exigente de justicia. En Río le dio igual desafiar al gobierno brasileño, al avalar las protestas multitudinarias que reclaman contra la corrupción, que desairar a los políticos latinoamericanos que piensan combatir el narcotráfico legalizando las drogas; retar a sus obispos que todavía no se desprenden de los lujos, que exigir a la sociedad civil no olvidarse de los viejos, jóvenes y pobres.

La fortaleza de la conexión de Francisco, es que los jóvenes se pueden identificar con alguien auténtico, que convierte palabras en hechos. No solo por los sorprendentes gestos de desprendimiento franciscano, como volar en aviones de línea, no usar autos de lujo o comer arroz y frijoles, sino por los gestos más complejos. Esos que derivaron en el procesamiento de obispos por lavado de dinero, en la exposición de los curas pedófilos a la justicia, en las directivas de mayor transparencia para el banco del Vaticano y en una jerarquía eclesiástica menos oscura y más colegial.

No es la primera vez que el Papa revoluciona desde Brasil y que muestra la firmeza de su carácter. En esta tierra de grandes desigualdades, durante la V Conferencia del Episcopado de América Latina y el Caribe en 2007, siendo arzobispo de Buenos Aires, lideró la redacción del documento final, que ya dejaba entrever la filosofía humilde que abrazó en el Vaticano: “La Iglesia debe liberarse de todas las estructuras caducas que no favorecen la trasmisión de la fe”.

Es una feliz coincidencia que las Jornadas Mundiales de la Juventud hayan convocado a Francisco a Brasil, donde ejerció como megáfono de multitudes bulliciosas que claman por más justicia e igualdad. Un país en el que si bien los católicos siguen emigrando a otras religiones, también es donde la Iglesia puede mostrar su altura moral por el trabajo que desde hace décadas hace con los más humildes a través de las comunidades de base. Un modelo de exportación muy en sincronía con la nueva filosofía papal.

Bergoglio también se va con las alforjas cargadas. No solo del cariño y del respeto, sino también de ideas sobre la mesa que pusieron los jóvenes y los no tanto, como el brasileño Leonardo Boff, el teólogo de la liberación proscrito por los papas anteriores. Reclamaron que el celibato no sea obligatorio, sino opcional, y que las mujeres puedan ser ordenadas.  

Por eso nadie, ni el papa ni los jóvenes hablaron de dogmas, de temas difíciles que los pudieran distanciar, sino prefirieron enfocarse en costumbres y tradiciones, más fáciles de cambiar. La revolución dogmática corresponderá a papas del futuro, Francisco ya tiene suficiente en su agenda. 

No hay que confundirse. Francisco es un papa duro y exigente, contrario a su apariencia. A los jóvenes no les dio esperanza, sino que les exigió compromiso. Les pidió que no se sientan defraudados por aquellos que en vez de buscar el bien común, persiguen su propio interés. “No se habitúen al mal, sino a vencerlo”, palabras simples, pero que comprometen a los jóvenes a una tarea mayúscula. 

julio 25, 2013

Duro Francisco contra legalización

Aunque Francisco tenga un mensaje apostólico centrado en la esperanza, la fe y en Cristo, sus palabras tienen la dureza de un fuerte discurso político. Sus primeros meses como Pontífice le permiten moverse en ese terreno porque ha dado muestras de que no solo habla, sino que ha convertido a sus palabras en acción. En especial en temas que han debilitado la moralidad de una jerarquía eclesiástica que hizo poco para detener la corrupción, la pedofilia y, en especial, la ostentación; una Iglesia que no practica lo que enseña.

Las palabras de Francisco, acompañadas por las reformas que instituyó en el Vaticano, desde las más simples como despojarse de los lujos, hasta las más complejas que derivaron en el procesamiento de obispos por lavado de dinero, tienen la suficiente fuerza moral para ser escuchadas en el ámbito de los políticos.

Los gritos por la igualdad, menos corrupción, más apoyo a programas sociales fueron bien recibidas en Brasil, pero se espera a partir de hoy la reacción de muchos políticos latinoamericanos, encabezados ahora por el presidente de Guatemala, Otto Pérez Molina, quien lidera una cruzada por la legalización de las drogas que habían empezado otros ex presidentes latinoamericanos (el brasileño Henrique Cardoso, el colombiano César Gaviria y los mexicanos Ernesto Zedillo y Vicente Fox).

Ayer en la ceremonia de inauguración de una sala para adictos al crack en el hospital San Francisco de Asís de Río de Janeiro, el papa Francisco se refirió a su oposición a la legalización: “No es la liberalización del consumo de drogas, como se está discutiendo en varias partes de América Latina, lo que podrá reducir la propagación y la influencia de la dependencia química. Es preciso afrontar los problemas que están en la base de su uso, promoviendo una mayor justicia, educando a los jóvenes en los valores que construyen la vida común, acompañando a los necesitados y dando esperanza en el futuro”.

Criticó a los “mercaderes de la muerte” en referencia a los narcotraficantes y dijo que los jóvenes “sienten la sugestión de tantos ídolos que se ponen en el lugar de Dios y parecen dar esperanza: el éxito, el dinero, el poder, el placer. Con frecuencia se abre camino en el corazón de muchos una sensación de soledad y vacío, y lleva a la búsqueda de compensaciones, de estos ídolos pasajeros”.


Se espera que Francisco siga hablando de este tema antes de despedirse el domingo de Brasil, aunque difícilmente su rechazo implique que aporte otras soluciones políticas más allá de la recuperación humana, física y social de los adictos. Tal vez el Papa no tenga alternativas al fracaso de las estrategias de la represión policial y militar contra las drogas que indujo en la agenda la legalización, pero solo bastan sus palabras para entender que la legalización es solo otro manotazo de ahogado que hace aguas por todos lados.

Tensión entre la verdad y la libertad

Desde mis inicios en el periodismo hasta mi actual exploración en la ficción, la relación entre verdad y libertad siempre me ha fascinado. S...