marzo 02, 2011

China se suma a Irán, contra la prensa extranjera

Como consecuencia de la cobertura que los corresponsales extranjeros estaban dando a las protestas convocadas en China a través de internet, el gobierno impuso nuevas restricciones a los periodistas de la prensa internacional para que no se puedan acercar a una plaza en Shangai y a una serie de calles en Pekín, así como ya existían para la zona del Tíbet.

Con estas zonas de exclusión, China adopta las mismas medidas que el régimen autoritario de Irán que prohibió a los periodistas cubrir las protestas después de las escandalosas y mortales revueltas de 2009, cuando la oposición se alzó en contra del fraude electoral que terminó proclamando a Mahmud Ahmadineyad como presidente reelegido.

En China esta represión contra la prensa recuerda la discriminación que sufrieron los periodistas durante la cobertura de las olimpíadas en 2008 y de las revueltas estudiantiles en la Plaza de Tiananmen de 1989, cuando todavía no había internet ni teléfonos celulares y se dependía del periodismo tradicional para conocer la verdad.

A pesar de las redes sociales y el internet, y las nuevas tecnologías que han ayudado a que las revueltas en el mundo árabe sean conocidas y contagiadas, la labor de la prensa es importante en la organización y selección de la información y para iluminar los conflictos, lo que es trascendente para que el público tenga una mayor comprensión de los conflictos y se cree opinión pública.

China despierta incredulidad cuando se muestra manipulador y censor de la información, encarcela cibernautas y restringe a los periodistas. Situación que no solo la asemeja a países del mundo árabe, sino también a Cuba, donde la prensa independiente fue encarcelada y ahora desterrada y los corresponsales extranjeros son llamados por las autoridades para que expliquen sus notas con la intención de que se mantengan autocensurados.

Cualquier país en el mundo con este récord como el de China, en franca violación de los derechos humanos y la libertad de expresión, suele ser fuertemente condenado por la comunidad internacional. Pero una vez más, observamos como los intereses económicos sosiegan esos reclamos ante un avance impresionante de su desarrollo y economía, que pronto catapultarán a China como la primera potencia mundial.

Sin prensa internacional libre, difícilmente podamos ver toda la verdad, aunque las nuevas tecnologías estén ayudando a que haya mejor comunicación y los conflictos estén más iluminados.

marzo 01, 2011

Cristina eterna y la pobreza democrática


Los seguidores de Cristina Kirchner ya están allanando el camino y tirando globos de ensayo para hablar sobre algo que seduce a casi la mayoría de los políticos latinoamericanos cuando llegan al poder: la reelección indefinida.
Los considerados ultra K en Argentina ya están planteando, aún antes de que la presidenta se haya manifestado a favor de postularse a la Presidencia para las elecciones de octubre – aunque se descuenta que así lo hará – que quieren reformar la Constitución para que haya una “Cristina eterna”, como declaró la diputada oficialista Diana Conti.
Esta obsesión por eternizarse en el poder a pesar de lo estipulado por la Constitución no es nuevo y ha recobrado vida en estas últimas décadas, un síntoma que trasciende ideologías y que en definitiva esconde un espíritu esencialmente antidemocrático.
Para muchos, la continuación en el poder, como lo quería Alberto Fujimori, como lo persiguió Alvaro Uribe, como lo consiguió Hugo Chávez, se obsesionó Manuel Zelaya, siempre la tuvieron los Castro y lo está alcanzando Daniel Ortega, no es más que crear un muro de defensa para ocultar y privar a la justicia que resuelva sobre asuntos de corrupción.
No hay ejemplo saludable en materia democrática cuando alguien se queda en el poder, aún a pesar de que lo haya conseguido legítimamente por los votos. Siempre aflora el nepotismo, la corrupción, la evasión de la justicia, el control de los otros poderes, la manipulación de la información y  el uso indiscriminado de la propaganda estatal al servicio del gobierno.
Lamentablemente, la historia latinoamericana está llena de ejemplos sobre la pobreza intelectual de muchos políticos que no advierten las evidencias de cuán débil es la democracia cuando carece de diversidad y recambio.
Da tristeza observar en nuestra América Latina cómo se repiten los mismos errores y pecados.

febrero 28, 2011

Internet, libertad, expresión


 Las protestas populares en el mundo árabe y las que a menudo se organizan en otras partes del mundo así sea en China o en Venezuela tienen un común denominador, más allá de que las peticiones de los manifestantes estén dirigidas a que haya reformas, más derechos para las mujeres, menos discriminación para grupos étnicos, menos corrupción, más empleos y democracia.

Nadie puede esconder que el internet se ha transformado en el vehículo más importante de expresión, un derecho que la gente vino reclamando por siglos en países dominados por gobiernos opresores, pero que nunca tuvo formas de cómo ser canalizado.

Ante las protestas en el mundo árabe organizadas y convocadas en Facebook y Twitter, y las que no se dan porque los gobiernos ya han emprendido algunas reformas como en Arabia Saudita o Siria o en China por temor a que les suceda lo que a Túnez, Egipto y Libia, es evidente que la revoluciones de esta década deberá atribuirse al empoderamiento de la gente a través del internet.

El internet ha acelerado los procesos revolucionarios porque expone los reclamos en una forma rápida, exponencial y ante una audiencia internacional que es a la única a la que los gobiernos opresores le temen. De ahí que los países menos iluminados, los más oscuros sean los más corruptos.

febrero 26, 2011

Embajador debería ser censurado, por…


El embajador estadounidense en China, John Huntsman, es censurado en el internet por el gobierno chino, en represalia por haberse mostrado en un video de YouTube en una calle céntrica de Pekín, el domingo pasado, adonde acudió como parte de una protesta pública que organizadores desconocidos convocaron en la web.

China, uno de los países donde más censura existe y donde Facebook y Twitter no son permitidos y Google tiene límites, ya estaba bloqueando desde la semana pasada toda noticia sobre la canciller Hillary Cinton, desde que anunció que EEUU estaría invirtiendo 25 millones de dólares para apoyar a blogueros y cibernautas víctimas de censura en varios países del mundo.
No se sabe a ciencia cierta quienes o quien convocó virtualmente a la llamada ``revolución china de los jazmines'', la que se suma a la convocada por la web de derechos humanos Boxun, que pide a los chinos que salgan a dar un paseo a las dos de la tarde cada domingo en 13 ciudades del país. Las evidencias indican que, entre el presupuesto de los 25 millones y la presencia del embajador, EEUU podría estar detrás de incentivar a los chinos para que emulen los alzamientos en Libia, Egipto, Túnez y los demás países árabes.
Si fuera así, se trataría de un hecho lamentable. Las protestas en el mundo árabe se han registrado por motu proprio, y el gobierno estadounidense no debería meterse ni siquiera aparentar de meterse, para que los gobiernos luego no tengan la excusa de reprimir por las injerencias del imperio, como suele ocurrir.
Lo mejor que ha sucedido hasta ahora, es que son los propios ciudadanos de esos países con la ayuda de las nuevas tecnologías y las redes sociales, que les han servido de medios e instrumentos, los que han incentivado las revoluciones debido a la falta de libertad, corrupción y altos índices de desempleo y opresión.
El gobierno estadounidense debería guardar una actitud pasiva con los pobladores y seguir presionando a los gobiernos, como al de Libia, para que dejen de lado las matanzas. Debe limitarse a eso y evitar las fantochadas como las del embajador Huntsman, que parece que busca publicidad para posicionarse en la escalera electoral.  
Una cosa es apoyar a cibernautas y blogueros y otra es participar directamente en las protestas. El gobierno estadunidense debería censurar esta falta de diplomacia del gobernador.

febrero 24, 2011

Revolucionarios 2.0


La revista Time no pudo tener mayor acierto que elegir al fundador de Facebook, Mark Zuckerberg, como el personaje del 2010. Un mes después, los alzamientos populares en Egipto y el resto del mundo árabe, confirmaron la trascendencia de su red social, usada como medio y catalizador para sacudir las estructuras de gobiernos represores.

Sin que haya sido su intención, Zuckerberg se transformó en uno de los revolucionarios 2.0, así como cientos de miles de jóvenes en Medio Oriente que cambiaron adoquines y palos por Facebook, Twitter, YouTube o Google para conectarse y organizarse en las plazas públicas en tiempo récord y burlando censuras.

Pero aunque los gobiernos árabes fueron los sorprendidos, fue el de Barack Obama el que mejor lección aprendió. Después de casi un siglo de promover e imponer sin tanto éxito la democracia mediante costosísimas invasiones, guerras, e información y propaganda a través de la Voz de América, el gobierno estadounidense comprobó que el internet es un arma mucho más contundente, rápida, barata y menos traumática. No se necesitan tanques ni soldados, sino empoderar a los oprimidos para que armen sus propias revoluciones.

La evidencia, tras el derrocamiento presidencial en Egipto y Túnez, y el “cibercontagio” de protestas en Algeria, Jordania, Yemen, Bahréin, Libia e Irán, convenció a Obama de lanzar una pacífica pero decidida ofensiva 2.0 para promover la democracia y la libre expresión, advirtiendo que ya nadie será capaz de frenar con represión y violencia “el hambre de libertad”.
En ese espíritu, la canciller estadounidense, Hillary Clinton, anunció esta semana una inversión de 25 millones de dólares para ayudar a blogueros y ciberdisidentes burlar  los bloqueos y filtraciones de gobiernos censores, como los de Arabia Saudí, China, Cuba, Egipto e Irán. En un encendido discurso, advirtió que los gobiernos totalitarios que no liberan el internet corren dos riesgos, sufrirán la experiencia que sacude al mundo árabe y se perderán los beneficios económicos y sociales que devienen del uso de la red virtual.
Más allá del mensaje hacia el exterior que se puede extraer de esta ofensiva 2.0, lo importante es que se ratifica la posición interna de EEUU de preservar la naturaleza abierta y libre de internet, que en algún momento se vio titubeante cuando Julian Assange filtró por Wikileaks cables diplomáticos comprometedores, por lo que muchos pidieron su cabeza y acotar la autonomía de la web.
Las manifestaciones en el mundo árabe clarificaron el panorama. Hay una gran diferencia entre el necesario castigo que debe aplicarse contra los cibercriminales y los ciberdelitos - pornografía, piratería, espionaje, robo de identidad - y lo importante que es la internet libre para neutralizar y contrarrestar la censura de los opresores.
Desde esta perspectiva, convendría que EEUU tolere ciertos abusos y que evite represalias contra Assange, ya que éstas podrán servir de excusa a los autoritarios para prohibir el internet. Precisamente, el abuso cibernético, fue la justificación que usó el ex presidente Hosni Mubarak para apagar el internet por cinco días y encarcelar a Wael Ghonim, directivo de Google. No era para menos, Ghonim, otro revolucionario 2.0 como Assange, fue el responsable de las revueltas juveniles que desencadenaron la caída del régimen, después de crear una página en Facebook para protestar por el asesinato en junio de 2010 del bloguero Khaled Said, a manos de la policía.
Si bien la promoción de la red virtual como arma democrática es de eficiencia probada, será importante que el gobierno de Obama no caiga en la tentación de usarla como medio de propaganda. Una línea muy delgada divide la imposición de contenidos, como los microblogs ya lanzados en varios idiomas para arengar a los jóvenes, con las presiones que se deben generar contra los gobiernos tiránicos  para que liberen el internet.

Obama debe recordar que el éxito del internet y las redes sociales está dado por la función limitada que en ellas tiene el Estado, el que no podría dotarlas de la creatividad, innovación y constante crecimiento que le aporta el sector privado. Justamente esos atributos, forjados por los revolucionarios 2.0, sin imposiciones ni ofensivas gubernamentales foráneas, fueron de los que voluntariamente se sirvieron los tunecinos y egipcios para gestar sus revoluciones.

Tensión entre la verdad y la libertad

Desde mis inicios en el periodismo hasta mi actual exploración en la ficción, la relación entre verdad y libertad siempre me ha fascinado. S...