A la OEA no le hace falta solamente una renovación de su liderazgo, como casi seguramente sucederá con José Miguel Insulza, su secretario general, sino también un replanteo sobre sus funciones y sobre su misión.
Con la elección de su connacional derechista Sebastián Piñera, Insulza perderá seguramente el respaldo de su gobierno para la reelección de mayo en la OEA, dado que apoyó al centroizquierdista Eduardo Frei. Peor aún, Insulza tendría el apoyo de quien lo calló tildándolo de “pendejo”, es decir Hugo Chávez, y los demás países satélites al venezolano que buscaron – con el liderazgo de Insulza – la reinserción de Cuba a la organización. Obviamente, se trata de una asociación no muy prestigiosa que digamos.
En el tema de Cuba, Insulza mostró un liderazgo inhabitual, así como el que erigió en contra de Honduras buscando su aislamiento en represalia por el golpe del 28 de junio. Pero todos saben que se trataron de causas muy allegadas a su ideología, ya que no tuvo la misma predisposición para reclamar a gobiernos electos que gobiernan en forma anti democrática, como el de Chávez, actitud por la que Barack Obama le mostrará su espalda, un voto que tiene peso, dado que EEUU aporta el 37% del presupuesto de la organización.
Más allá de la ideología de Insulza que permea en su trabajo, lo que se viene notando con mayor rigor, es que la OEA no está cumpliendo una buena labor, ya sea porque tiene las manos atadas o su misión es difusa.
Un informe conocido esta semana, preparado por la oficina del senador republicano Richard Lugar, tiene un balance bastante mixto sobre el papel de la OEA. Por un lado, alaba que haya tenido un buen papel en el golpe de estado del 2002 contra Hugo Chávez y el de 2009 contra Manuel Zelaya, además de supervisar elecciones, cooperar en la lucha contra el narcotráfico y terrorismo proteger los derechos humanos. Sin embargo, por otro lado, critica lo poco que ha hecho en contra de Chávez y Zelaya por sus actividades anti democráticas que devinieron en los intentos por derrocarlos.
En realidad, la OEA tiene una fantástica Carta Democrática Interamericana que es una lista de buenos deseos que no puede aplicar y por otro, sus organismos autónomos como la Comisión y la Corte Interamericana de Derechos Humanos, son prohibidos en países como Venezuela, y nada puede hacer.
Quiero contarles sobre los procesos creativos de esta nueva historia sobre la verdad, la libertad y el miedo al futuro. Es mi nueva novela y espero publicarla cuando se sincronicen los planetas (las editoriales) o cuando se me acabe la paciencia y decida autopublicar -- Los contenidos de mi blog Prensa y Expresión están en el archivo. Blog por Ricardo Trotti
enero 28, 2010
enero 27, 2010
Obama en campaña
Miré el discurso de Barack Obama ën el Congreso esta noche y me pareció escuchar más a un candidato en campaña electoral que a un presidente. Mucha demagogia, muchas palabras buscando aplausos y bastante sarcasmo.
Habló de muchas cosas que se necesitan, más empleos, más educación, menos déficit, menos guerra, pero todo para después, olvidándose que esas mismas cosas las prometió hacer durante su primer año de presidencia, así como el cierre de Guantánamo y terminar con las guerras en Irak y Afganist’na, a las que terminó enviando 30 mil soldados adicionales.
En momentos que su popularidad está desgastada porque la recesión no cesa, habló de crear más empleos (los republicanos también aplaudieron) reducir el déficit (los republicanos no le creyeron) diciendo que por tres años después de 2011, congelará los programas federales más allá de las cuestiones de seguridad nacional y salud; en insistió en su reforma de salud (los republicanos lo abuchearon) que difícilmente podrá ser aprobada como él quiere.
En lo positivo, diría que bregó por mayor educación como metodología para acabar con la pobreza, promovió leyes para energías renovables por más que los congresistas no creyeran en la evidencia científica sobre el cambio climático y dijo que continuará con su promesa de “Change” (cambio) en la política de Washington, algo que no pudo hacer en sus primeros doce meses. La política “washintoniana” sigue siendo poco transparente, obstruccionista entre los particos políticos y llena de lobistas que meten mucho dinero a favor de sus intereses.
En realidad hasta que no haga lo que dijo en la campaña y que ahora repitió casi como un candidato de que restablecerá la confianza de los ciudadanos reduciendo el gasto público, seguiré desconfiando de Obama y pensando que es por lejos, mejor orador que hacedor.
Habló de muchas cosas que se necesitan, más empleos, más educación, menos déficit, menos guerra, pero todo para después, olvidándose que esas mismas cosas las prometió hacer durante su primer año de presidencia, así como el cierre de Guantánamo y terminar con las guerras en Irak y Afganist’na, a las que terminó enviando 30 mil soldados adicionales.
En momentos que su popularidad está desgastada porque la recesión no cesa, habló de crear más empleos (los republicanos también aplaudieron) reducir el déficit (los republicanos no le creyeron) diciendo que por tres años después de 2011, congelará los programas federales más allá de las cuestiones de seguridad nacional y salud; en insistió en su reforma de salud (los republicanos lo abuchearon) que difícilmente podrá ser aprobada como él quiere.
En lo positivo, diría que bregó por mayor educación como metodología para acabar con la pobreza, promovió leyes para energías renovables por más que los congresistas no creyeran en la evidencia científica sobre el cambio climático y dijo que continuará con su promesa de “Change” (cambio) en la política de Washington, algo que no pudo hacer en sus primeros doce meses. La política “washintoniana” sigue siendo poco transparente, obstruccionista entre los particos políticos y llena de lobistas que meten mucho dinero a favor de sus intereses.
En realidad hasta que no haga lo que dijo en la campaña y que ahora repitió casi como un candidato de que restablecerá la confianza de los ciudadanos reduciendo el gasto público, seguiré desconfiando de Obama y pensando que es por lejos, mejor orador que hacedor.
Rescatando a Honduras
Así como la solidaridad humanitaria internacional está rescatando a Haití tras la catástrofe natural, la solidaridad gubernamental internacional debería consolidarse ahora como un frente solidario para apoyar el nuevo proceso político que se inicia hoy con Porfirio Lobo, tras la debacle que propició Manuel Zelaya y los posteriores acontecimientos.
Salvando las distancias entre los dos hechos más importantes de los últimos meses, Honduras necesita del reconocimiento internacional y así abrir los canales económicos que le permitan continuar con su desarrollo. Seguir castigando a un país que dio muestras fehacientes tras las elecciones pasadas y el correcto procedimiento político con el que Lobo asumirá hoy, es seguir negando la confianza a un país que ha dicho, rectificado y afirmado que no se trató de un golpe de Estado sino de una necesaria transición democrática para eliminar a un gobierno que venía dando golpecitos continuos.
Con lo que está sucediendo en Venezuela en estos días, se puede apreciar que la destrucción de la democracia también la pueden hacer aquellos que han sido elegidos y ungidos por el pueblo. Las elecciones no pueden darle a nadie “patente de corso” para desvirtuar los valores democráticos.
La discusión sobre si estuvo o no bien el procedimiento del golpe de Estado en junio pasado seguirá en la palestra, pero lo que no puede cuestionarse es que el gobierno democrático hondureño que asume hoy tras unas transparentes elecciones necesita del apoyo de la comunidad internacional. Y este es el rescate más necesario que se necesita hacer en la presente historia latinoamericana después de la incruenta catástrofe haitiana.
Salvando las distancias entre los dos hechos más importantes de los últimos meses, Honduras necesita del reconocimiento internacional y así abrir los canales económicos que le permitan continuar con su desarrollo. Seguir castigando a un país que dio muestras fehacientes tras las elecciones pasadas y el correcto procedimiento político con el que Lobo asumirá hoy, es seguir negando la confianza a un país que ha dicho, rectificado y afirmado que no se trató de un golpe de Estado sino de una necesaria transición democrática para eliminar a un gobierno que venía dando golpecitos continuos.
Con lo que está sucediendo en Venezuela en estos días, se puede apreciar que la destrucción de la democracia también la pueden hacer aquellos que han sido elegidos y ungidos por el pueblo. Las elecciones no pueden darle a nadie “patente de corso” para desvirtuar los valores democráticos.
La discusión sobre si estuvo o no bien el procedimiento del golpe de Estado en junio pasado seguirá en la palestra, pero lo que no puede cuestionarse es que el gobierno democrático hondureño que asume hoy tras unas transparentes elecciones necesita del apoyo de la comunidad internacional. Y este es el rescate más necesario que se necesita hacer en la presente historia latinoamericana después de la incruenta catástrofe haitiana.
enero 26, 2010
Bla, bla, bla, bla, bla...
La razón por la que el autócrata Hugo Chávez cerró varias televisoras venezolanas este fin de semana es porque no divulgan sus obligatorios discursos, que en cualquier país normal las leyes de radiodifusión los condicionan solo a emergencias nacionales, como desastres naturales, seguridad nacional, epidemias…
Pero en Venezuela es diferente. Chávez que invoca leyes – inducidas con su metodología autocrática – y miles de decretos que le permiten gobernar a su antojo y prácticamente sin fiscalización, quiere que sus mensajes se irradien por todos lados y en todo momento.
Según mediciones de AGB Nielsen Media Research, Chávez ha dado 1.995 cadenas nacionales en sus diez años de gobierno, con un tiempo equivalente a 55 días ininterrumpidos con sus enteritas 24 horas. Y encima no es tonto ni de loco tiene mucho. Sus cadenas que incluyen sus programas dominicales de Aló Presidente y cualquier otro momento que él desea, especialmente cuando lo hace para bloquear programas importantes o críticos de su gobierno, se destacan por la noche en horario estelar, el más caro y de mayor audiencia. El 58% de sus cadenas van en ese horario.
Los años electorales han tenido mayor cantidad de cadenas, por lo que este 2010 seguramente seguirá ese patrón considerando las elecciones parlamentarias de setiembre; lo que realmente evidencia que se trata de un simple abuso de privilegio en detrimento de lo que una elección representa: respeto a la equidad e imparcialidad por parte de quienes ostentan el poder.
Pero en Venezuela es diferente. Chávez que invoca leyes – inducidas con su metodología autocrática – y miles de decretos que le permiten gobernar a su antojo y prácticamente sin fiscalización, quiere que sus mensajes se irradien por todos lados y en todo momento.
Según mediciones de AGB Nielsen Media Research, Chávez ha dado 1.995 cadenas nacionales en sus diez años de gobierno, con un tiempo equivalente a 55 días ininterrumpidos con sus enteritas 24 horas. Y encima no es tonto ni de loco tiene mucho. Sus cadenas que incluyen sus programas dominicales de Aló Presidente y cualquier otro momento que él desea, especialmente cuando lo hace para bloquear programas importantes o críticos de su gobierno, se destacan por la noche en horario estelar, el más caro y de mayor audiencia. El 58% de sus cadenas van en ese horario.
Los años electorales han tenido mayor cantidad de cadenas, por lo que este 2010 seguramente seguirá ese patrón considerando las elecciones parlamentarias de setiembre; lo que realmente evidencia que se trata de un simple abuso de privilegio en detrimento de lo que una elección representa: respeto a la equidad e imparcialidad por parte de quienes ostentan el poder.
enero 25, 2010
Chávez, Ortega: Chamorro
Hugo Chávez no solo hace cerrar medios de comunicación como las seis televisoras de cable de Venezuela, entre ellas la famosa RCTV; mantiene cerradas varias emisoras de radios; tiene presos a Gustavo Azócar y Leocenis García; sino que además, obliga a periodistas prestigiosos, probos y creíbles, como Carlos Fernando Chamorro, que renuncien a sus puestos de trabajo.
Lo sorprendente es que Chamorro no se fue de RCTV ni de Globovisión, las televisoras venezolanas, sino de Telenica, Canal 8 de Managua. Sucede que en su exposición de motivos, su editorial titulada “Una decisión de principios”, Chamorro acusa a Chávez de haber aportado el dinero para que Daniel Ortega o su partido sandinista o sus familiares, hayan comprado en 10 millones de dólares una parte accionaria de Canal 8.
Chamorro explicó anoche que debido a sus principios éticos debe irse de Telenica y abandonar su popular programa Esta Semana y Esta Noche, para no ser socio de Ortega, uno de los personajes más nefastos de Nicaragua para la libertad de prensa. Si bien Carlos Briceño, propietario de Telenica se negó a revelar quien ha comprado el canal, los rumores apuntan directamente al gobierno, que habría utilizado el dinero proveniente de fondos de la cooperación venezolana, que supuestamente están destinados para combatir la pobreza y ayudar a los más necesitados. “Está comprobado que los fondos salieron de las arcas de Albanisa, una empresa que se maneja de forma discrecional para financiar los negocios del presidente y la familia presidencial”, dijo Chamorro.
Con esta decisión, seguramente Chamorro tendrá dificultades en el corto plazo al perder su trabajo y tener que enfrentar las consecuencias para su equipo; sin embargo, su actitud lo muestra como un periodista ético, honesto, lo que le seguirá permitiendo construir su credibilidad para oportunidades futuras, y enaltecer la profesión.
Lo triste y lo peor de esta historia, es que Nicaragua pierde a un medio independiente y se sigue demostrando que Chávez tiene sus tentáculos bien desplegados.
Lo sorprendente es que Chamorro no se fue de RCTV ni de Globovisión, las televisoras venezolanas, sino de Telenica, Canal 8 de Managua. Sucede que en su exposición de motivos, su editorial titulada “Una decisión de principios”, Chamorro acusa a Chávez de haber aportado el dinero para que Daniel Ortega o su partido sandinista o sus familiares, hayan comprado en 10 millones de dólares una parte accionaria de Canal 8.
Chamorro explicó anoche que debido a sus principios éticos debe irse de Telenica y abandonar su popular programa Esta Semana y Esta Noche, para no ser socio de Ortega, uno de los personajes más nefastos de Nicaragua para la libertad de prensa. Si bien Carlos Briceño, propietario de Telenica se negó a revelar quien ha comprado el canal, los rumores apuntan directamente al gobierno, que habría utilizado el dinero proveniente de fondos de la cooperación venezolana, que supuestamente están destinados para combatir la pobreza y ayudar a los más necesitados. “Está comprobado que los fondos salieron de las arcas de Albanisa, una empresa que se maneja de forma discrecional para financiar los negocios del presidente y la familia presidencial”, dijo Chamorro.
Con esta decisión, seguramente Chamorro tendrá dificultades en el corto plazo al perder su trabajo y tener que enfrentar las consecuencias para su equipo; sin embargo, su actitud lo muestra como un periodista ético, honesto, lo que le seguirá permitiendo construir su credibilidad para oportunidades futuras, y enaltecer la profesión.
Lo triste y lo peor de esta historia, es que Nicaragua pierde a un medio independiente y se sigue demostrando que Chávez tiene sus tentáculos bien desplegados.
enero 24, 2010
De Lobo todo depende
El futuro de Manuel Zelaya depende de Porfirio Lobo. Los políticos tienen gran facilidad para adaptarse a los buenos y malos tiempos. Manuel Zelaya no se fue de Honduras todavía, pero como sabio zorro político ya augura su llegada.
Creo que Porfirio Lobo es tan responsable de su salida, como lo será de su llegada nuevamente. Todo dependerá de que tal haga las cosas como Presidente. Si lo hace bien, demorará la entrada de Zelaya al terreno político, pero si no le va bien en su primer año, pronto se empezará a hablar de Zelaya. Muchos lo reclamarán y se sentirán arrepentidos y sus amigos lo apoyarán como si se tratara del regreso del salvador.
Los ejemplos son muchos. La política es un péndulo y lo que hoy parece muy descartado mañana es totalmente viable. ¿Quién hubiera pensado sobre el giro de Zelaya hacia la izquierda? ¿Quién hubiera pensado que Sebastián Piñera le arrebataría a la Concertación chilena la presidencia que mantuvo por más de 20 años? ¿Y que de Scott Brown quien arrebató a los demócratas liderados por Barack Obama el principal asiento del senado? ¿Y que del PRI que está repuntando en México para las futuras elecciones presidenciales, después de que fue expulsado por el PAN tras más de 70 años de hegemonía política?
Y hasta Carlos Menem piensa en la presidencia aunque haya pasado por más de un juzgado y ni hablar de Alberto Fujimori, que aunque está purgando cárcel por 25 años, pudiera ser amnistiado por su hija Keiko, como prometió, en caso de que llegue a la presidencia.
El futuro de Zelaya no le pertenece a él mismo sino al desarrollo de los eventos. O bien tendrá que escuchar a la justicia, aunque una amnistía lo reivindicará desde República Dominicana o México donde él elija vivir después del miércoles, o dependerá de cómo le vaya a Lobo. Pero lo que es definitivo, es que así esté fuera o dentro del giro político, independiente o fuera de su partido, Zelaya se mantendrá expectante en la órbita política hondureña.
Creo que Porfirio Lobo es tan responsable de su salida, como lo será de su llegada nuevamente. Todo dependerá de que tal haga las cosas como Presidente. Si lo hace bien, demorará la entrada de Zelaya al terreno político, pero si no le va bien en su primer año, pronto se empezará a hablar de Zelaya. Muchos lo reclamarán y se sentirán arrepentidos y sus amigos lo apoyarán como si se tratara del regreso del salvador.
Los ejemplos son muchos. La política es un péndulo y lo que hoy parece muy descartado mañana es totalmente viable. ¿Quién hubiera pensado sobre el giro de Zelaya hacia la izquierda? ¿Quién hubiera pensado que Sebastián Piñera le arrebataría a la Concertación chilena la presidencia que mantuvo por más de 20 años? ¿Y que de Scott Brown quien arrebató a los demócratas liderados por Barack Obama el principal asiento del senado? ¿Y que del PRI que está repuntando en México para las futuras elecciones presidenciales, después de que fue expulsado por el PAN tras más de 70 años de hegemonía política?
Y hasta Carlos Menem piensa en la presidencia aunque haya pasado por más de un juzgado y ni hablar de Alberto Fujimori, que aunque está purgando cárcel por 25 años, pudiera ser amnistiado por su hija Keiko, como prometió, en caso de que llegue a la presidencia.
El futuro de Zelaya no le pertenece a él mismo sino al desarrollo de los eventos. O bien tendrá que escuchar a la justicia, aunque una amnistía lo reivindicará desde República Dominicana o México donde él elija vivir después del miércoles, o dependerá de cómo le vaya a Lobo. Pero lo que es definitivo, es que así esté fuera o dentro del giro político, independiente o fuera de su partido, Zelaya se mantendrá expectante en la órbita política hondureña.
Conspiraciones mediáticas
Los medios de comunicación son destructivos y anti democráticos; sus dueños quieren el poder político y los políticos de oposición orquestan con ellos y a través de ellos, golpes de Estado. Pero lo peor de todo, es que buscan que los ricos triunfen, que dominen el mundo y que los pobres sean oprimidos y hasta aniquilados.
Este mensaje conspirativo no es nuevo, sino histórico, de él se nutren todas las ideologías – nacionalismo, fascismo, comunismo, progresismo y hasta el neoliberalismo corrupto – y tiene la intención de desacreditar al periodismo, neutralizar la opinión pública y de esa forma mitigar los efectos que puedan tener denuncias, opiniones y críticas en contra del gobierno y sus irregularidades.
La izquierda progresista actual tiene bien enquistado este mensaje conspirativo y repetitivo en sus discursos, así como la tuvo la derecha militar latinoamericana o presidentes derechistas como Alberto Fujimori y Carlos Menem, para dar algunos ejemplos. Pero los ejemplos actuales son ocurrentes en las estrategias de Hugo Chávez contra RCTV y Globovisión; los de Rafael Correa contra Teleamazonas; los Kirchner contra Clarín, La Nación; los de Daniel Ortega contra La prensa y Canal 2; los de Evo Morales contra La Razón; los del ex Manuel Zelaya contra La Prensa; los de Fidel Castro contra el periodismo y los blogs de independientes en su país…
Tal vez el único gobierno de tono izquierdista actual que ha recalcado su respeto a la libertad de expresión es el del salvadoreño Mauricio Funes, seguramente por su pasado como popular periodista televisivo, y porque no presta mucha atención a su partido, el FSLN, que tal vez tendría otras intenciones.
Pero estas conspiraciones que orquestarían los medios no son solo parte del discurso, sino que tienen la intención de incentivar opinión pública favorable – o dividirla – y así el gobierno puede tener el plafond político necesario para poder destruirlos y cerrarlos.
Por ello anoche RCTV en Venezuela ya salió del aire por mandato de una ley que fue conseguida para cerrar medios como la de Responsabilidad Social, un instrumento imprescindible para cualquier gobierno autocrático, herramientas que buscan los Kirchner con la Ley de Servicios Audiovisuales y Rafael Correa con la de Comunicación.
Por ello vale la pena entender que cuando se habla de conspiraciones mediáticas, es bueno hacer una reflexión sobre qué pasaría en la sociedad, a qué niveles de impunidad, intolerancia y autocracia llegaría un gobierno si no existieran medios que investiguen, critiquen, disientan o sirvan de vehículo para que otras personas lo hagan.
Este mensaje conspirativo no es nuevo, sino histórico, de él se nutren todas las ideologías – nacionalismo, fascismo, comunismo, progresismo y hasta el neoliberalismo corrupto – y tiene la intención de desacreditar al periodismo, neutralizar la opinión pública y de esa forma mitigar los efectos que puedan tener denuncias, opiniones y críticas en contra del gobierno y sus irregularidades.
La izquierda progresista actual tiene bien enquistado este mensaje conspirativo y repetitivo en sus discursos, así como la tuvo la derecha militar latinoamericana o presidentes derechistas como Alberto Fujimori y Carlos Menem, para dar algunos ejemplos. Pero los ejemplos actuales son ocurrentes en las estrategias de Hugo Chávez contra RCTV y Globovisión; los de Rafael Correa contra Teleamazonas; los Kirchner contra Clarín, La Nación; los de Daniel Ortega contra La prensa y Canal 2; los de Evo Morales contra La Razón; los del ex Manuel Zelaya contra La Prensa; los de Fidel Castro contra el periodismo y los blogs de independientes en su país…
Tal vez el único gobierno de tono izquierdista actual que ha recalcado su respeto a la libertad de expresión es el del salvadoreño Mauricio Funes, seguramente por su pasado como popular periodista televisivo, y porque no presta mucha atención a su partido, el FSLN, que tal vez tendría otras intenciones.
Pero estas conspiraciones que orquestarían los medios no son solo parte del discurso, sino que tienen la intención de incentivar opinión pública favorable – o dividirla – y así el gobierno puede tener el plafond político necesario para poder destruirlos y cerrarlos.
Por ello anoche RCTV en Venezuela ya salió del aire por mandato de una ley que fue conseguida para cerrar medios como la de Responsabilidad Social, un instrumento imprescindible para cualquier gobierno autocrático, herramientas que buscan los Kirchner con la Ley de Servicios Audiovisuales y Rafael Correa con la de Comunicación.
Por ello vale la pena entender que cuando se habla de conspiraciones mediáticas, es bueno hacer una reflexión sobre qué pasaría en la sociedad, a qué niveles de impunidad, intolerancia y autocracia llegaría un gobierno si no existieran medios que investiguen, critiquen, disientan o sirvan de vehículo para que otras personas lo hagan.
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