Poco se sabía del Irán moderno, excepto por sus broncas con Estados Unidos, por el armamentismo nuclear que podría desencadenar en contra de Israel y por las simpatías que a diario le prodiga al presidente iraní Hugo Chávez, quien hasta fabrica autos y bicicletas iraní-venezolanos para sus compatriotas.
Pero la historia ha cambiado. Con las elecciones fraudulentas del 12 de junio, quedó en evidencia que Irán es un régimen despótico y dictatorial, el que hoy, justamente, después de que ayer se admitió que hubo tres millones de votos adicionales al padrón electoral para el presidente actual y reelecto Mahmoud Ahmadinejad – quien ha negado que el holocausto judío haya existido - el Consejo de los Guardianes, principal organismo electoral, anunció que no hubo fraude, descartando la posibilidad de anular los resultados y que el reelecto mandatario asumirá pronto en una ceremonia oficial.
Ya nada sorprende en Irán si no se considera fraude a tres millones de votos que aparecieron por arte de magia o por mandato de los ayatolás. El régimen es un recordatorio de cómo las dictaduras se perpetúan por la fuerza o disfrazando procesos. Mientras la pelea sigue en el orden político interno, la dictadura le sigue endilgando a los gobiernos extranjeros, en especial a Estados Unidos y a los europeos, que hayan nutrido a la oposición, contagiándola para realizar marchas y protestas por el fraude.
Más allá de que hubiera habido algún tipo de injerencia, lo que por ejemplo Barack Obama desmintió hoy categóricamente, lo cierto es que los propios iraníes se sintieron motivados para buscar espacios de libertad y hacer valer su derecho de reunión. Aún así, esta experiencia iraní dejó entrever todos los mecanismos utilizados por la dictadura para censurar, restringir y bloquear a quienes piensan diferente o quieren exteriorizar sus sentimientos.
El régimen, así como lo hace comúnmente el gobierno dictatorial de La Habana, está acostumbrado a censurar a los periodistas ya sean sus connacionales o corresponsales extranjeros. Se estima que ya han sido arrestados 24 periodistas en la última semana, muchos han sido expulsados o se les ha negado la visa de estadía o no se les renovó y a todos los que quedaron se les prohíbe cubrir las marchas anti gubernamentales y circular libremente. Muchas agencias internacionales en sus despachos explican que están siendo monitoreados, que solo pueden enviar un despacho al día y, en el extranjero, la mayoría utiliza imágenes y textos enviados por teléfonos celulares por los propios ciudadanos iraníes.
El gobierno, a pesar de que vive infiltrando páginas y portales de internet y filtrando los contenidos, no puede contener toda la información que los usuarios despachan y cargan a sus páginas personales o a través de Facebook, Twitter y YouTube.
Lo más triste de esta historia, es que el gobierno, para poder realizar estos filtrados y bloqueos, utiliza las herramientas que le han provisto con anterioridad buscadores como los estadounidenses Yahoo, Google, Microsoft y otras compañías telefónicas extranjeras como la alemana Siemens y la finlandesa Nokia.
Irán, desde hace años, tiene uno de los sistemas de control más sofisticados en existencia del mundo, permitiéndole revisar contenidos en forma individual y masiva, no solo para filtrar y controlar información, sino también para modificar y desinformar.
Se hace necesario una revisión de las normas comerciales de todas las grandes compañías mundiales de internet, ya que si bien están proveyendo al mundo entero de las normas necesarias para que las denuncias emerjan y fluyan, también es verdad que son responsables de apadrinar a regímenes despóticos como los de China, Irán, Túnez, Cuba, Vietnam, para que puedan censurar, reprimir y encarcelar a sus ciudadanos.
Este sistema sofisticado les ha permitido a las autoridades iraníes detener a unas 475 disidentes de acuerdo a información recabada de diferentes agencias noticiosas, sin embargo, algunos indican que esa cifra ya debe ser cercana a 5.000.
El gobierno también acusa a la prensa extranjera de apología del delito y de instigar hasta incluso de entrenar a hackers, como a la CNN, para que interfiera en sus sitios de internet. Este martes, por ejemplo, la televisión estatal iraní presentó a supuestos manifestantes arrestados, quienes confesaron ante las cámaras que actuaban influenciados y motivados por la BBC y el canal estadounidense la Voz de América.
Quiero contarles sobre los procesos creativos de esta nueva historia sobre la verdad, la libertad y el miedo al futuro. Es mi nueva novela y espero publicarla cuando se sincronicen los planetas (las editoriales) o cuando se me acabe la paciencia y decida autopublicar -- Los contenidos de mi blog Prensa y Expresión están en el archivo. Blog por Ricardo Trotti
junio 23, 2009
Correa: teflón rayado y nepotismo
Fabricio Correa, el hermano del presidente Rafael Correa, terminó siendo el talón de Aquiles de una Presidencia a la que parecía que las rayas no dañaban su amalgama de teflón.
Arrogante y ofuscado siempre en contra de los medios de comunicación y de los periodistas, el Presidente ecuatoriano fue siempre exitoso para sortear todo tipo de obstáculos que sobre corrupción o abuso de poder se interpusieron en su camino, a tal punto que en las últimas semanas, al igual que su ídolo Hugo Chávez con Globovisión, amenazó con cerrar el canal televisivo Teleamazonas por considerarlo una simple piedra en su zapato.
El teflón se rayó. Quedó en el pasado aquel dicho de campaña política presidencial en contra del nepotismo, ya que ahora la corrupción ha salpicado la política de “manos limpias” de Rafael Correa, con la denuncia periodística sobre la adjudicación de contratos estatales por 80 millones de dólares que benefician a su hermano mayor.
El Presidente actuó rápido el sábado pasado cuando firmó un decreto que prohíbe al Estado contratar negocios con familiares de funcionarios, pero enseguida se defendió que las denuncias periodísticas obedecerían a una represalia en contra de él por su intención de cerrar Teleamazonas.
De esta forma, Correa nuevamente se equivoca al tratar de poner a los medios de comunicación y a los periodistas siempre en el centro de la polémica y de la disputa política, dándole a la prensa un papel de oposición política y desacreditándola para de esa manera refugiarse en ese descrédito.
Muchos son los presidentes latinoamericanos que tienen esta estrategia de esconder en la disputa verbal los grandes fraudes familiares y el nepotismo que practican a raudales. Hay dos que son maestros: Hugo Chávez, cuya familia se ha enriquecido con tierras, puestos políticos y empresas; y Daniel Ortega, cuyos familiares se han beneficiado hasta con el manejo de medios de comunicación y vacaciones pagadas por todos los nicaragüenses.
Las declaraciones de Correa sobre su hermano de que “debió cuidar al Presidente y a la revolución ciudadana sabiendo cuántos buitres tenemos rondando nuestras cabezas'', demuestran su incapacidad para resolver temas difíciles. En lugar de enrostrar las culpas a los demás, y de firmar sólo decretos hacia adelante, también debería exigir al Estado una investigación exhaustiva sobre lo que sucedió con Fabricio, por qué se enriqueció con contratos millonarios y por qué se siguió practicando el nepotismo más allá de su declarada animadversión sobre esta práctica tan cotidiana de los gobiernos latinoamericanos.
Arrogante y ofuscado siempre en contra de los medios de comunicación y de los periodistas, el Presidente ecuatoriano fue siempre exitoso para sortear todo tipo de obstáculos que sobre corrupción o abuso de poder se interpusieron en su camino, a tal punto que en las últimas semanas, al igual que su ídolo Hugo Chávez con Globovisión, amenazó con cerrar el canal televisivo Teleamazonas por considerarlo una simple piedra en su zapato.
El teflón se rayó. Quedó en el pasado aquel dicho de campaña política presidencial en contra del nepotismo, ya que ahora la corrupción ha salpicado la política de “manos limpias” de Rafael Correa, con la denuncia periodística sobre la adjudicación de contratos estatales por 80 millones de dólares que benefician a su hermano mayor.
El Presidente actuó rápido el sábado pasado cuando firmó un decreto que prohíbe al Estado contratar negocios con familiares de funcionarios, pero enseguida se defendió que las denuncias periodísticas obedecerían a una represalia en contra de él por su intención de cerrar Teleamazonas.
De esta forma, Correa nuevamente se equivoca al tratar de poner a los medios de comunicación y a los periodistas siempre en el centro de la polémica y de la disputa política, dándole a la prensa un papel de oposición política y desacreditándola para de esa manera refugiarse en ese descrédito.
Muchos son los presidentes latinoamericanos que tienen esta estrategia de esconder en la disputa verbal los grandes fraudes familiares y el nepotismo que practican a raudales. Hay dos que son maestros: Hugo Chávez, cuya familia se ha enriquecido con tierras, puestos políticos y empresas; y Daniel Ortega, cuyos familiares se han beneficiado hasta con el manejo de medios de comunicación y vacaciones pagadas por todos los nicaragüenses.
Las declaraciones de Correa sobre su hermano de que “debió cuidar al Presidente y a la revolución ciudadana sabiendo cuántos buitres tenemos rondando nuestras cabezas'', demuestran su incapacidad para resolver temas difíciles. En lugar de enrostrar las culpas a los demás, y de firmar sólo decretos hacia adelante, también debería exigir al Estado una investigación exhaustiva sobre lo que sucedió con Fabricio, por qué se enriqueció con contratos millonarios y por qué se siguió practicando el nepotismo más allá de su declarada animadversión sobre esta práctica tan cotidiana de los gobiernos latinoamericanos.
junio 22, 2009
Revolución cibernética
Si alguien tenía dudas sobre la importancia del internet en la vida cotidiana y política de los pueblos o si se preguntaban para qué servía tanta información cibernética, la actual crisis política en Irán nos ha dado la respuesta.
Tras el conflicto político electoral en el que el candidato perdedor iraní, Mir Hosein Musav, está acusando al régimen de los Ayatolas y al presidente en funciones reelecto, Mahmud Ahmadineyad, de haber cometido fraude en las elecciones pasadas del 12 de junio, las redes sociales han mostrado su importancia al mundo.
Hasta ahora, en el campo político, había sido Barack Obama quien usó con virtuosismo a las nuevas tecnologías de la información para cazar electores y convencer con sus ideas y así encaramarse a la Casa Blanca. Pero ahora la diferencia es que la fuerza de las nuevas tecnologías ha sido puesta en evidencia por los ciudadanos iraníes que con Twitter, Facebook y con sus teléfonos celulares han burlado el cerco de la censura impuesta por el régimen dictador de Teherán.
Más allá de la realidad o no del fraude electoral, lo impresionante es que las redes sociales del internet han servido para suplantar a los medios de comunicación tradicionales y a los periodistas, después de que estos fueron vilmente el primer blanco de la censura gubernamental. Muchos periodistas han caído presos, la mayoría de los corresponsales extranjeros fueron echados del país o sus visas de una semana tras las elecciones no les fueron renovadas; mientras que a los reporteros se les prohibió salir de sus oficinas o solo cubrir las marchas a favor del gobierno.
Más allá de la censura impuesta a las páginas de internet, al filtrado y al bloqueo de las mismas, los iraníes y los extranjeros desde Teherán y otras ciudades, han podido mantener informado al mundo a través del internet, de YouTube, de Twitter y de Facebook. Con este nuevo fenómeno uno se pregunta ¿en qué tipo de mundo viviríamos o qué diferente sería? de haber existido estas tecnologías de la información y de la comunicación durante los grandes acontecimientos mundiales como la masacre de la Plaza de Tiananmen en China o en los holocaustos diferentes que vivieron pueblos enteros como el judío o el armenio.
Facebook, con más de 200 millones de usuarios en el mundo, está demostrando ser una de las herramientas más poderosas, así como el creciente Twitter que se está haciendo cada vez más popular hora por hora. Algunas de estas herramientas ya estaban siendo eficientemente utilizadas por algunos públicos latinoamericanos, como por ejemplo en las marchas estudiantiles convocadas en Nicaragua para denunciar el fraude electoral cometido por el gobierno de Daniel Ortega en las elecciones municipales de noviembre pasado o en las organizadas por los estudiantes universitarios venezolanos para protestar por los arrebatos antidemocráticos del presidente Hugo Chávez.
Irán, más allá de cómo termine este conflicto - si finalmente el gobierno aplacará las críticas o si la oposición lograra su cometido de que se celebren nuevas elecciones, algo bastante alejado de la realidad de un régimen dictatorial y fundamentalista – seguramente habrá traído nuevas enseñanzas a este mundo tan globalizado que hasta ahora estaba hecho sobre la base de discusiones entre los políticos. La discusión es ahora entre personas y ese es la gran revolución que los iraníes y las nuevas tecnologías no están enseñando.
Tras el conflicto político electoral en el que el candidato perdedor iraní, Mir Hosein Musav, está acusando al régimen de los Ayatolas y al presidente en funciones reelecto, Mahmud Ahmadineyad, de haber cometido fraude en las elecciones pasadas del 12 de junio, las redes sociales han mostrado su importancia al mundo.
Hasta ahora, en el campo político, había sido Barack Obama quien usó con virtuosismo a las nuevas tecnologías de la información para cazar electores y convencer con sus ideas y así encaramarse a la Casa Blanca. Pero ahora la diferencia es que la fuerza de las nuevas tecnologías ha sido puesta en evidencia por los ciudadanos iraníes que con Twitter, Facebook y con sus teléfonos celulares han burlado el cerco de la censura impuesta por el régimen dictador de Teherán.
Más allá de la realidad o no del fraude electoral, lo impresionante es que las redes sociales del internet han servido para suplantar a los medios de comunicación tradicionales y a los periodistas, después de que estos fueron vilmente el primer blanco de la censura gubernamental. Muchos periodistas han caído presos, la mayoría de los corresponsales extranjeros fueron echados del país o sus visas de una semana tras las elecciones no les fueron renovadas; mientras que a los reporteros se les prohibió salir de sus oficinas o solo cubrir las marchas a favor del gobierno.
Más allá de la censura impuesta a las páginas de internet, al filtrado y al bloqueo de las mismas, los iraníes y los extranjeros desde Teherán y otras ciudades, han podido mantener informado al mundo a través del internet, de YouTube, de Twitter y de Facebook. Con este nuevo fenómeno uno se pregunta ¿en qué tipo de mundo viviríamos o qué diferente sería? de haber existido estas tecnologías de la información y de la comunicación durante los grandes acontecimientos mundiales como la masacre de la Plaza de Tiananmen en China o en los holocaustos diferentes que vivieron pueblos enteros como el judío o el armenio.
Facebook, con más de 200 millones de usuarios en el mundo, está demostrando ser una de las herramientas más poderosas, así como el creciente Twitter que se está haciendo cada vez más popular hora por hora. Algunas de estas herramientas ya estaban siendo eficientemente utilizadas por algunos públicos latinoamericanos, como por ejemplo en las marchas estudiantiles convocadas en Nicaragua para denunciar el fraude electoral cometido por el gobierno de Daniel Ortega en las elecciones municipales de noviembre pasado o en las organizadas por los estudiantes universitarios venezolanos para protestar por los arrebatos antidemocráticos del presidente Hugo Chávez.
Irán, más allá de cómo termine este conflicto - si finalmente el gobierno aplacará las críticas o si la oposición lograra su cometido de que se celebren nuevas elecciones, algo bastante alejado de la realidad de un régimen dictatorial y fundamentalista – seguramente habrá traído nuevas enseñanzas a este mundo tan globalizado que hasta ahora estaba hecho sobre la base de discusiones entre los políticos. La discusión es ahora entre personas y ese es la gran revolución que los iraníes y las nuevas tecnologías no están enseñando.
junio 20, 2009
Violencia juvenil
El asesinato de Julieth Mejía, abogada colombiana de 28 años con ocho meses de embarazo, cometido por un niño y un adolescente a principios de junio en Medellín, volvió a llamar la atención sobre uno de los estigmas sociales de la América Latina: la violencia en pantaloncitos cortos.
El crimen reverdeció debates sobre exclusión infantil, disgregación familiar y deserción escolar, nutrientes naturales de la violencia; al tiempo que enardeció reclamos por políticas ineficientes del Estado, entrampado en la disyuntiva entre sobreproteger a menores delincuentes o reducir su imputabilidad penal.
En ese río revuelto, los narcotraficantes se aprovechan pescando chicos para convertirlos en asesinos a sueldo. “Sicaritos” en Colombia o “narco juniors” en México, estos niños entre 8 y 9 años son iniciados como “mulas” o cargadores de drogas y armas, para terminar a los 13 graduándose de sicarios, adictos a las drogas y a la adrenalina de la violencia.
Todos terminan mal. El juego de la violencia a ese nivel no tiene salida. Los carteles los descartan cuando creen que los menores tienen conciencia propia; mientras tanto, aprovechan su ferocidad, falta de remordimientos y amparo legal. Muchos acaban en fosas comunes, como el 30 por ciento de los 427 niños contratados por el narcotráfico en los últimos tres años, según la Secretaría de la Defensa Nacional mexicana. Otros son enviados a reformatorios deficientes, donde cursan “maestrías” en criminalidad, listos para ser reclutados nuevamente.
La enérgica pelea del presidente mexicano Felipe Calderón contra los narcotraficantes ha trasladado y potenciado el problema más hacia el sur, a Centroamérica, donde ya venían lidiando con las pandillas juveniles. Las maras, como la “Salvatrucha 13” o la “M18”, son organizaciones jerárquicas, violentas y ávidas de nuevos territorios y controles, a las que la distribución y venta de drogas ilícitas les resultó un escalón natural en sus quehaceres.
De esta forma, las pandillas redujeron sus grafitis, escondieron sus tatuajes, y manteniendo negocios redituables como la extorsión a las líneas de buses y taxis, pasaron a cometer crímenes violentos, como en Honduras, donde los mareros fueron responsables del 32 por ciento de los 4.500 homicidios del 2008 y de haber ejecutado a centenares de taxistas, crímenes también muy comunes en Guatemala y El Salvador.
Con las drogas y mejores recursos, las maras potenciaron su expansión, nutriéndose de jóvenes marginales, producto de la desintegración familiar, el desempleo y la falta de programas culturales y deportivos en ciudades superadas por las migraciones.
El desafío para los gobiernos se ha vuelto descomunal. Las políticas represivas utilizadas hasta ahora, como las de “mano dura” motivadas por los ex presidentes, el hondureño Ricardo Maduro y los salvadoreños Francisco Flores y Antonio Saca, no tuvieron el éxito esperado. Las calles siguen violentas y las pandillas creciendo a escondidas. La realidad los ha rebasado y las políticas preventivas son escasas. El problema no son los hechos de violencia, sino la cultura tolerada del crimen y la también escasa respuesta de la sociedad.
Una experiencia exitosa es la de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), con sede en Quito, que trabaja para que la pandilla juvenil más grande del país, los “Latin King”, compuesta por unas 712 células, pueda salir del pandillaje. Impulsados a crear microempresas, los “Latin Kings” formaron la Corporación de Reyes Latinos y Reinas Latinas de Ecuador, que derivó en la creación de Cissko Records, un sello discográfico, un taller de serigrafía, y ya planean la apertura de un local para alquiler de computadoras; involucrándose, además, en la organización de musicales, exhibiciones de arte y campañas caritativas.
Mauro Cerbino, catedrático de Flacso, explica que a los jóvenes se les deben ofrecer formas alternativas y creativas que reemplacen la importancia y la estima que logran en las pandillas. Hace unos días, se produjo un avance optimista, varios grupos que reúnen a 12.000 pandilleros del Ecuador, firmaron un acuerdo de no agresión, que los fiscales y policías esperan sea duradero.
Lo de Cerbino me recuerda al consejo de mi papá para cuando tuviera que criar a mis hijos; una fórmula tan válida en lo individual que pudiera eficientemente atribuirse a nivel general para prevenir la vagancia, las drogas y la violencia: “mucha familia, mucha escuela y muchísimo deporte”.
El crimen reverdeció debates sobre exclusión infantil, disgregación familiar y deserción escolar, nutrientes naturales de la violencia; al tiempo que enardeció reclamos por políticas ineficientes del Estado, entrampado en la disyuntiva entre sobreproteger a menores delincuentes o reducir su imputabilidad penal.
En ese río revuelto, los narcotraficantes se aprovechan pescando chicos para convertirlos en asesinos a sueldo. “Sicaritos” en Colombia o “narco juniors” en México, estos niños entre 8 y 9 años son iniciados como “mulas” o cargadores de drogas y armas, para terminar a los 13 graduándose de sicarios, adictos a las drogas y a la adrenalina de la violencia.
Todos terminan mal. El juego de la violencia a ese nivel no tiene salida. Los carteles los descartan cuando creen que los menores tienen conciencia propia; mientras tanto, aprovechan su ferocidad, falta de remordimientos y amparo legal. Muchos acaban en fosas comunes, como el 30 por ciento de los 427 niños contratados por el narcotráfico en los últimos tres años, según la Secretaría de la Defensa Nacional mexicana. Otros son enviados a reformatorios deficientes, donde cursan “maestrías” en criminalidad, listos para ser reclutados nuevamente.
La enérgica pelea del presidente mexicano Felipe Calderón contra los narcotraficantes ha trasladado y potenciado el problema más hacia el sur, a Centroamérica, donde ya venían lidiando con las pandillas juveniles. Las maras, como la “Salvatrucha 13” o la “M18”, son organizaciones jerárquicas, violentas y ávidas de nuevos territorios y controles, a las que la distribución y venta de drogas ilícitas les resultó un escalón natural en sus quehaceres.
De esta forma, las pandillas redujeron sus grafitis, escondieron sus tatuajes, y manteniendo negocios redituables como la extorsión a las líneas de buses y taxis, pasaron a cometer crímenes violentos, como en Honduras, donde los mareros fueron responsables del 32 por ciento de los 4.500 homicidios del 2008 y de haber ejecutado a centenares de taxistas, crímenes también muy comunes en Guatemala y El Salvador.
Con las drogas y mejores recursos, las maras potenciaron su expansión, nutriéndose de jóvenes marginales, producto de la desintegración familiar, el desempleo y la falta de programas culturales y deportivos en ciudades superadas por las migraciones.
El desafío para los gobiernos se ha vuelto descomunal. Las políticas represivas utilizadas hasta ahora, como las de “mano dura” motivadas por los ex presidentes, el hondureño Ricardo Maduro y los salvadoreños Francisco Flores y Antonio Saca, no tuvieron el éxito esperado. Las calles siguen violentas y las pandillas creciendo a escondidas. La realidad los ha rebasado y las políticas preventivas son escasas. El problema no son los hechos de violencia, sino la cultura tolerada del crimen y la también escasa respuesta de la sociedad.
Una experiencia exitosa es la de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), con sede en Quito, que trabaja para que la pandilla juvenil más grande del país, los “Latin King”, compuesta por unas 712 células, pueda salir del pandillaje. Impulsados a crear microempresas, los “Latin Kings” formaron la Corporación de Reyes Latinos y Reinas Latinas de Ecuador, que derivó en la creación de Cissko Records, un sello discográfico, un taller de serigrafía, y ya planean la apertura de un local para alquiler de computadoras; involucrándose, además, en la organización de musicales, exhibiciones de arte y campañas caritativas.
Mauro Cerbino, catedrático de Flacso, explica que a los jóvenes se les deben ofrecer formas alternativas y creativas que reemplacen la importancia y la estima que logran en las pandillas. Hace unos días, se produjo un avance optimista, varios grupos que reúnen a 12.000 pandilleros del Ecuador, firmaron un acuerdo de no agresión, que los fiscales y policías esperan sea duradero.
Lo de Cerbino me recuerda al consejo de mi papá para cuando tuviera que criar a mis hijos; una fórmula tan válida en lo individual que pudiera eficientemente atribuirse a nivel general para prevenir la vagancia, las drogas y la violencia: “mucha familia, mucha escuela y muchísimo deporte”.
¡Viva la democracia!
Honduras vive momentos difíciles. El descontento por un gobierno nacional preocupado más por su permanencia que por la democracia, viene desatando constantes rumores de que los militares pudieran estar mirando nuevamente fuera de las puertas de sus cuarteles.
Por suerte, numerosos grupos de la sociedad civil, la prensa y, particularmente, la Iglesia, están constantemente recordando a los dirigentes - quienes parecen más encaramados en ambiciones partidarias e intereses personales que en defender el bien común y los valores constitucionales – la importancia de vivir en democracia, un sistema que hace de la diversidad y la pluralidad, y de la tolerancia y el respeto de las ideas, sus fines más preciados.
La sexta convocatoria y marcha ciudadana en la plaza central de Tegucigalpa ayer, donde se gritó que “los hondureños somos de acero inoxidable” (mientras los funcionarios públicos y el máximo dirigente nacional parecieran de teflón porque todo le resbala) es un necesario recordatorio de que los hondureños eligieron vivir en democracia y que cualquier otra forma de gobierno no solo será rechazado, sino además deberá tener consecuencias penales para quienes lo instiguen o apoyen.
Pero también recordaron que vivir en democracia no implica que se pueda hacer demagogia o hacer pasara “gato por liebre”, con el fin de disfrazar ambiciones personales o partidarias o abusar del sistema utilizando los recursos del Estado para la perpetuación en el poder.
La Iglesia Católica hondureña es una de las pocas en el continente que ha expresado su apoyo a la democracia y sobre la que “evangeliza” en forma continua. El planteamiento de la Conferencia Episcopal con nueve puntos, reclaman que la democracia no es solo una acumulación de votos, que no debe utilizarse para intereses mezquinos, y que los esfuerzos del poder deben estar dirigidos a resolver problemas más acuciantes para el pueblo, como “la creciente violencia social, la disminución de los recursos financieros del Estado, el desempleo, el auge del crimen organizado y el narcotráfico, la disminución de la fuerza que los valores morales y religiosos le dan a la sociedad, la vulnerabilidad frente a los fenómenos naturales, la tenencia de la tierra”.
Los obispos no dejaron nada al azar, desde su crítica al gobierno nacional, a los “grupos de poder” ocultos y a los ciudadanos pasivos, dijeron que todos somos responsables; “en la medida que nos hacemos indiferentes y pasivos ante los peligros que amenazan nuestra débil democracia, más electoral y representativa que participativa.
Y pidieron que una verdadera democracia participativa debe tener ciertas condiciones: justicia social y responsabilidad ética de los dirigentes políticos; diálogo; consultas populares dentro del marco de la ley, una obvia referencia a la encuesta propuesta por el Ejecutivo para blindar su ambición de llevar la “cuarta urna” por la reelección presidencial a las elecciones legislativas de noviembre próximo; y pidiendo a los tres poderes públicos y “en especial” a las Fuerzas Armadas, que “que garanticen la transparencia, organización y buena marcha de las próximas elecciones para que se conviertan en una demostración de convivencia pacífica y de respeto a la Constitución tal como lo desea el pueblo hondureño”.
Un mansaje claro y contundente. A buen entendedor, pocas palabras.
Por suerte, numerosos grupos de la sociedad civil, la prensa y, particularmente, la Iglesia, están constantemente recordando a los dirigentes - quienes parecen más encaramados en ambiciones partidarias e intereses personales que en defender el bien común y los valores constitucionales – la importancia de vivir en democracia, un sistema que hace de la diversidad y la pluralidad, y de la tolerancia y el respeto de las ideas, sus fines más preciados.
La sexta convocatoria y marcha ciudadana en la plaza central de Tegucigalpa ayer, donde se gritó que “los hondureños somos de acero inoxidable” (mientras los funcionarios públicos y el máximo dirigente nacional parecieran de teflón porque todo le resbala) es un necesario recordatorio de que los hondureños eligieron vivir en democracia y que cualquier otra forma de gobierno no solo será rechazado, sino además deberá tener consecuencias penales para quienes lo instiguen o apoyen.
Pero también recordaron que vivir en democracia no implica que se pueda hacer demagogia o hacer pasara “gato por liebre”, con el fin de disfrazar ambiciones personales o partidarias o abusar del sistema utilizando los recursos del Estado para la perpetuación en el poder.
La Iglesia Católica hondureña es una de las pocas en el continente que ha expresado su apoyo a la democracia y sobre la que “evangeliza” en forma continua. El planteamiento de la Conferencia Episcopal con nueve puntos, reclaman que la democracia no es solo una acumulación de votos, que no debe utilizarse para intereses mezquinos, y que los esfuerzos del poder deben estar dirigidos a resolver problemas más acuciantes para el pueblo, como “la creciente violencia social, la disminución de los recursos financieros del Estado, el desempleo, el auge del crimen organizado y el narcotráfico, la disminución de la fuerza que los valores morales y religiosos le dan a la sociedad, la vulnerabilidad frente a los fenómenos naturales, la tenencia de la tierra”.
Los obispos no dejaron nada al azar, desde su crítica al gobierno nacional, a los “grupos de poder” ocultos y a los ciudadanos pasivos, dijeron que todos somos responsables; “en la medida que nos hacemos indiferentes y pasivos ante los peligros que amenazan nuestra débil democracia, más electoral y representativa que participativa.
Y pidieron que una verdadera democracia participativa debe tener ciertas condiciones: justicia social y responsabilidad ética de los dirigentes políticos; diálogo; consultas populares dentro del marco de la ley, una obvia referencia a la encuesta propuesta por el Ejecutivo para blindar su ambición de llevar la “cuarta urna” por la reelección presidencial a las elecciones legislativas de noviembre próximo; y pidiendo a los tres poderes públicos y “en especial” a las Fuerzas Armadas, que “que garanticen la transparencia, organización y buena marcha de las próximas elecciones para que se conviertan en una demostración de convivencia pacífica y de respeto a la Constitución tal como lo desea el pueblo hondureño”.
Un mansaje claro y contundente. A buen entendedor, pocas palabras.
junio 19, 2009
Padre Alberto: ¿Otra vez?
Me había prometido no escribir más sobre el padre Alberto Cutié. En realidad me había aburrido por seguir con una historia que parecía terminada y que solo estaba motivada por un auto escándalo interesado.
Dejé de lado hechos que ya no me parecieron relevantes, como su paso a la iglesia Episcopal y su casamiento por civil con Ruhama Buni Canellis, ahora su esposa, con quien tendrá su ceremonia religiosa y una fiesta en dos semanas y a la que mucha gente de la farándula local está invitada. Será una fiesta apoteósica y mediática, pagada por algún medio con una exclusiva. Esa siempre fue la vocación de este cura, muy alejado del voto austeridad.
Pero vale la pena escribir de nuevo sobre él y su esposa, porque pudiera ser que estamos ahora ante un escándalo real de proporciones judiciales, además de otro que varios periodistas en los canales de Miami dijeron explotaría la semana próxima, el que tendría que ver con relaciones amorosas y sexuales con protagonistas/os distintas/os a Ruhama. Veremos la semana próxima.
Por ahora, el flamante matrimonio ha sido demandado por un indocumentado oriundo de Indonesia de 44 años, Maxi Paulus Ratunuman, quien aduce ser anterior pareja de la esposa de Cutié.
El demandante también enjuició al Departamento de Policía de Biscayne Park por considerar que fue arrestado sin motivo el 6 de junio pasado mientras instalaba losas en la casa de un cliente. Ratunuman aduce haber vivido tres años con la actual esposa de Cutié, haberle ayudado a criar un hijo y haberle pagado la hipoteca de una casa que él compró pero que puso a nombre de ella por su condición de ilegal.
Según los abogados del demandante, considera que el padre Cutié traficó influencias con un policía amigo que lo arrestó ilegalmente, por lo que además esto abriría otro tipo de proceso contra Cutié, más allá de la compensación que se exige de unos U$S 15.000 “por angustia psicológica, pérdida de ingresos y capacidad de ingresos”.
Parece que el nuevo matrimonio Cutié no tendrá una boda tranquila. Veremos que sigue.
Dejé de lado hechos que ya no me parecieron relevantes, como su paso a la iglesia Episcopal y su casamiento por civil con Ruhama Buni Canellis, ahora su esposa, con quien tendrá su ceremonia religiosa y una fiesta en dos semanas y a la que mucha gente de la farándula local está invitada. Será una fiesta apoteósica y mediática, pagada por algún medio con una exclusiva. Esa siempre fue la vocación de este cura, muy alejado del voto austeridad.
Pero vale la pena escribir de nuevo sobre él y su esposa, porque pudiera ser que estamos ahora ante un escándalo real de proporciones judiciales, además de otro que varios periodistas en los canales de Miami dijeron explotaría la semana próxima, el que tendría que ver con relaciones amorosas y sexuales con protagonistas/os distintas/os a Ruhama. Veremos la semana próxima.
Por ahora, el flamante matrimonio ha sido demandado por un indocumentado oriundo de Indonesia de 44 años, Maxi Paulus Ratunuman, quien aduce ser anterior pareja de la esposa de Cutié.
El demandante también enjuició al Departamento de Policía de Biscayne Park por considerar que fue arrestado sin motivo el 6 de junio pasado mientras instalaba losas en la casa de un cliente. Ratunuman aduce haber vivido tres años con la actual esposa de Cutié, haberle ayudado a criar un hijo y haberle pagado la hipoteca de una casa que él compró pero que puso a nombre de ella por su condición de ilegal.
Según los abogados del demandante, considera que el padre Cutié traficó influencias con un policía amigo que lo arrestó ilegalmente, por lo que además esto abriría otro tipo de proceso contra Cutié, más allá de la compensación que se exige de unos U$S 15.000 “por angustia psicológica, pérdida de ingresos y capacidad de ingresos”.
Parece que el nuevo matrimonio Cutié no tendrá una boda tranquila. Veremos que sigue.
junio 17, 2009
AH1N!: frío y elecciones
A pesar de que ya estamos acostumbrados y nadie se sorprende sobre la fiebre porcina, como sucedió a finales de abril cuando el gobierno mexicano puso el grito en el cielo, la enfermedad se está extendiendo de la forma que lo había previsto la Organización Mundial de la Salud, que con razón, declaró la pandemia dos semanas atrás.
Como habíamos previsto en este blog al respecto, la fiebre porcina está concitando especial atención en el sur del continente debido a dos razones: el frío invernal y las elecciones.
Las elecciones legislativas a fines de mes en junio en Argentina y las presidenciales chilenas en noviembre próximo, tal vez haga que los gobiernos de Cristina de Kirchner y Michelle Bachelet sean lo necesariamente cuidadosos para que un problema de salud pública de proporciones no les empañe el respaldo político que sus partidos políticos tienen en juego.
El frío obviamente es el mayor desafío que tienen los gobiernos del cono sur, alimento natural de las gripes y los estados febriles, hasta que aparezca una vacuna capaz de controlar las infecciones que se espera estará lista para distribuirse en forma masiva a partir de julio.
Mientras tanto, la OMS sigue dando las estadísticas. En las más recientes, Estados Unidos sigue siendo el país con mayor cantidad de casos de infectados con 17.855, y en Miami comenzamos a preocuparnos a raíz de que un chico de 9 años falleció ayer debido a la enfermedad, sumando a nivel nacional 45 casos fatales.
En total, la OMS lleva contabilizados 35.928 casos – 163 muertos - en 76 países. México es el segundo país más afectado con 6.241 casos (108 muertos); seguido de Canadá (2.978 casos, cuatro muertos). Chile está en quinta posición con 1.694 casos y dos muertos, algo menos que Australia con 1.823 infectados.
Argentina es otro de los países latinoamericanos donde todos los días aumenta el número de enfermos, registrándose hasta hoy 343 casos, algo menos que los 488 de España y 1.226 casos del Reino Unido.
Como habíamos previsto en este blog al respecto, la fiebre porcina está concitando especial atención en el sur del continente debido a dos razones: el frío invernal y las elecciones.
Las elecciones legislativas a fines de mes en junio en Argentina y las presidenciales chilenas en noviembre próximo, tal vez haga que los gobiernos de Cristina de Kirchner y Michelle Bachelet sean lo necesariamente cuidadosos para que un problema de salud pública de proporciones no les empañe el respaldo político que sus partidos políticos tienen en juego.
El frío obviamente es el mayor desafío que tienen los gobiernos del cono sur, alimento natural de las gripes y los estados febriles, hasta que aparezca una vacuna capaz de controlar las infecciones que se espera estará lista para distribuirse en forma masiva a partir de julio.
Mientras tanto, la OMS sigue dando las estadísticas. En las más recientes, Estados Unidos sigue siendo el país con mayor cantidad de casos de infectados con 17.855, y en Miami comenzamos a preocuparnos a raíz de que un chico de 9 años falleció ayer debido a la enfermedad, sumando a nivel nacional 45 casos fatales.
En total, la OMS lleva contabilizados 35.928 casos – 163 muertos - en 76 países. México es el segundo país más afectado con 6.241 casos (108 muertos); seguido de Canadá (2.978 casos, cuatro muertos). Chile está en quinta posición con 1.694 casos y dos muertos, algo menos que Australia con 1.823 infectados.
Argentina es otro de los países latinoamericanos donde todos los días aumenta el número de enfermos, registrándose hasta hoy 343 casos, algo menos que los 488 de España y 1.226 casos del Reino Unido.
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