martes, 23 de junio de 2009

Irán: conociendo a una dictadura

Poco se sabía del Irán moderno, excepto por sus broncas con Estados Unidos, por el armamentismo nuclear que podría desencadenar en contra de Israel y por las simpatías que a diario le prodiga al presidente iraní Hugo Chávez, quien hasta fabrica autos y bicicletas iraní-venezolanos para sus compatriotas.
Pero la historia ha cambiado. Con las elecciones fraudulentas del 12 de junio, quedó en evidencia que Irán es un régimen despótico y dictatorial, el que hoy, justamente, después de que ayer se admitió que hubo tres millones de votos adicionales al padrón electoral para el presidente actual y reelecto Mahmoud Ahmadinejad – quien ha negado que el holocausto judío haya existido - el Consejo de los Guardianes, principal organismo electoral, anunció que no hubo fraude, descartando la posibilidad de anular los resultados y que el reelecto mandatario asumirá pronto en una ceremonia oficial.
Ya nada sorprende en Irán si no se considera fraude a tres millones de votos que aparecieron por arte de magia o por mandato de los ayatolás. El régimen es un recordatorio de cómo las dictaduras se perpetúan por la fuerza o disfrazando procesos. Mientras la pelea sigue en el orden político interno, la dictadura le sigue endilgando a los gobiernos extranjeros, en especial a Estados Unidos y a los europeos, que hayan nutrido a la oposición, contagiándola para realizar marchas y protestas por el fraude.
Más allá de que hubiera habido algún tipo de injerencia, lo que por ejemplo Barack Obama desmintió hoy categóricamente, lo cierto es que los propios iraníes se sintieron motivados para buscar espacios de libertad y hacer valer su derecho de reunión. Aún así, esta experiencia iraní dejó entrever todos los mecanismos utilizados por la dictadura para censurar, restringir y bloquear a quienes piensan diferente o quieren exteriorizar sus sentimientos.
El régimen, así como lo hace comúnmente el gobierno dictatorial de La Habana, está acostumbrado a censurar a los periodistas ya sean sus connacionales o corresponsales extranjeros. Se estima que ya han sido arrestados 24 periodistas en la última semana, muchos han sido expulsados o se les ha negado la visa de estadía o no se les renovó y a todos los que quedaron se les prohíbe cubrir las marchas anti gubernamentales y circular libremente. Muchas agencias internacionales en sus despachos explican que están siendo monitoreados, que solo pueden enviar un despacho al día y, en el extranjero, la mayoría utiliza imágenes y textos enviados por teléfonos celulares por los propios ciudadanos iraníes.
El gobierno, a pesar de que vive infiltrando páginas y portales de internet y filtrando los contenidos, no puede contener toda la información que los usuarios despachan y cargan a sus páginas personales o a través de Facebook, Twitter y YouTube.
Lo más triste de esta historia, es que el gobierno, para poder realizar estos filtrados y bloqueos, utiliza las herramientas que le han provisto con anterioridad buscadores como los estadounidenses Yahoo, Google, Microsoft y otras compañías telefónicas extranjeras como la alemana Siemens y la finlandesa Nokia.
Irán, desde hace años, tiene uno de los sistemas de control más sofisticados en existencia del mundo, permitiéndole revisar contenidos en forma individual y masiva, no solo para filtrar y controlar información, sino también para modificar y desinformar.
Se hace necesario una revisión de las normas comerciales de todas las grandes compañías mundiales de internet, ya que si bien están proveyendo al mundo entero de las normas necesarias para que las denuncias emerjan y fluyan, también es verdad que son responsables de apadrinar a regímenes despóticos como los de China, Irán, Túnez, Cuba, Vietnam, para que puedan censurar, reprimir y encarcelar a sus ciudadanos.
Este sistema sofisticado les ha permitido a las autoridades iraníes detener a unas 475 disidentes de acuerdo a información recabada de diferentes agencias noticiosas, sin embargo, algunos indican que esa cifra ya debe ser cercana a 5.000.
El gobierno también acusa a la prensa extranjera de apología del delito y de instigar hasta incluso de entrenar a hackers, como a la CNN, para que interfiera en sus sitios de internet. Este martes, por ejemplo, la televisión estatal iraní presentó a supuestos manifestantes arrestados, quienes confesaron ante las cámaras que actuaban influenciados y motivados por la BBC y el canal estadounidense la Voz de América.