Estoy en la bella San Pedro Sula y feliz de compartir las pasiones que tienen por estos días los hondureños y de lo que hablan hoy: fútbol y “cuarta urna”. Dos temas con connotaciones totalmente diferentes. El primero, infiere la unión de todos los catrachos detrás de una pasión común; y el segundo, muestra la polarización política de un país al que su máximo político lo tiene enfrascado y confundido en su pasión personal por buscar la reelección.
Hoy es un día muy especial ya que Honduras recibe por las eliminatorias a El Salvador, no solo un clásico porque reverdece rivalidades que se tejieron durante las eliminatorias de los 70 cuando ambos países sostuvieron una guerra de seis días lo que se denominó la “guerra del fútbol”, sino porque ninguno de los dos equipos tiene la seguridad de llegar a Sudáfrica. Los catrachos vienen maltrechos por haber perdido 2 a 1 contra los estadounidenses en Chicago y los salvadoreños llegan agrandados de haberle ganado los mexicanos en su cancha por el mismo marcador. Aquí como en el resto de Latinoamérica, todos tenemos la mente en los partidos y con los corazones medio paralizados, ya pensando en celebraciones o las excusas que pondremos si perdemos y cómo deberemos enfrentar a los burladores.
Por mi parte, estoy pendiente de lo que pasará en la altura de Quito, sabiendo que el síndrome del 6 a 1 en La Paz perseguirá a los argentinos hasta que aparezca en un futuro una goleada peor para hacer olvidar a la boliviana. Así fue con los 5 a 0 de los colombianos en el Monumental, que aunque parecía que sería eterno, ya quedó en la historia, por lo que los pobres colombianos ya no podrán ostentar aquel logro magnífico. Los periódicos quiteños tratan de contagiar a su gente y destruir psicológicamente a sus adversarios, por eso un ocurrente tabloide, tituló hoy: “Diego, si La Paz fue tu tortura, Quito será tu tumba”).
Pero aquí en San Pedro cuando las cosas del fútbol se apaciguan, un tema que polariza al país es el que viene enarbolando el presidente Manuel Zelaya, que alejado de toda la crítica que le hacen varios sectores políticos, de la sociedad civil, la Iglesia y los medios de comunicación, sigue con su tesitura de que se reforme la Constitución para que se permita la reelección, un tema muy de moda por estos tiempos en América Latina.
Zelaya insiste que en las elecciones de noviembre haya una “cuarta urna” (además de las que se dispondrán para las elecciones de presidente, legisladores y alcaldes) para crear una constituyente capaz de incluir una reforma que sostenga una reelección y así aspirar a otro mandato.
Lo peligroso es que para lograr esto, está hablando de hacer una encuesta y de conseguir un plafón político que impulse sus ideas, argumentos que muchos miran con desdén, mirando de reojo a los militares sobre quienes varios dicen que estarían tentados a no dejar que los principios constitucionales sean pisoteados si Zelaya continúa con sus aspiraciones. Hace rato que en Honduras se habla o al menos se rumora sobre la posibilidad de un golpe de Estado, algo que por más justificado que parezca a nivel interno para muchos, podría resultar una medida totalmente sorpresiva a nivel internacional.
Hoy, antes del partido, parto hacia San Salvador. Veré la pasión de la otra cara de la moneda.
Quiero contarles sobre los procesos creativos de esta nueva historia sobre la verdad, la libertad y el miedo al futuro. Es mi nueva novela y espero publicarla cuando se sincronicen los planetas (las editoriales) o cuando se me acabe la paciencia y decida autopublicar -- Los contenidos de mi blog Prensa y Expresión están en el archivo. Blog por Ricardo Trotti
junio 10, 2009
junio 09, 2009
Correa, el arrogante
Como aprendiz del presidente venezolano Hugo Chávez, Rafael Correa está por graduarse de arrogante como si se tratara de un curso acelerado al mantener un léxico insultante contra los medios, los periodistas y los procesos electorales, culpando a todo el mundo de corrupto y de desestabilizar a su gobierno.
En estos últimos días, así como Chávez viene despotricando en contra de Globovisión, Correa comenzó su diatriba contra la televisora crítica e independiente Teleamazonas, la que está siendo seguida muy de cerca por Conartel (Consejo Nacional de Radiodifusión y Televisión) con la amenaza de que será cerrada por 90 días, lo que implica - para cualquier medio de comunicación - una súbita muerte.
En sus últimas alocuciones este fin de semana, Correa arremetió contra organismos internacionales europeos veedores de elecciones porque en un informe sobre las últimas elecciones del 26 de abril en las que fue reelegido por cuatro años, le criticaron su “presencia dominante en los medios”, lo que terminó por perjudicar la equidad en la campaña.
Y como había amenazado a los medios de su país a los que criticó de corruptos por lo que cuando asuma la titularidad del UNASUR creará un observatorio de medios para denunciar los atropellos, abusos y deshonestidad periodísticas, ahora volvió a invocar al UNASUR. Pero esta vez, en la mira no lo tuvo a los periodistas en la mira, sino a los veedores electorales, ya que prometió crear un observatorio para vigilar a los entes veedores internacionales; lo que implica que a Correa se le subió el poder internacional a la cabeza, creyendo que ese flamante organismo podrá o tendrá tiempo para crear organismos de control.
De seguir a este ritmo, Correa tendrá que crear observatorios para vigilar a sindicalistas, a los indígenas, a las amas de casas, a la oposición, al Congreso y a cualquier ciudadano que lo critique.
En estos últimos días, así como Chávez viene despotricando en contra de Globovisión, Correa comenzó su diatriba contra la televisora crítica e independiente Teleamazonas, la que está siendo seguida muy de cerca por Conartel (Consejo Nacional de Radiodifusión y Televisión) con la amenaza de que será cerrada por 90 días, lo que implica - para cualquier medio de comunicación - una súbita muerte.
En sus últimas alocuciones este fin de semana, Correa arremetió contra organismos internacionales europeos veedores de elecciones porque en un informe sobre las últimas elecciones del 26 de abril en las que fue reelegido por cuatro años, le criticaron su “presencia dominante en los medios”, lo que terminó por perjudicar la equidad en la campaña.
Y como había amenazado a los medios de su país a los que criticó de corruptos por lo que cuando asuma la titularidad del UNASUR creará un observatorio de medios para denunciar los atropellos, abusos y deshonestidad periodísticas, ahora volvió a invocar al UNASUR. Pero esta vez, en la mira no lo tuvo a los periodistas en la mira, sino a los veedores electorales, ya que prometió crear un observatorio para vigilar a los entes veedores internacionales; lo que implica que a Correa se le subió el poder internacional a la cabeza, creyendo que ese flamante organismo podrá o tendrá tiempo para crear organismos de control.
De seguir a este ritmo, Correa tendrá que crear observatorios para vigilar a sindicalistas, a los indígenas, a las amas de casas, a la oposición, al Congreso y a cualquier ciudadano que lo critique.
junio 08, 2009
Tiempo perdido el de la OEA
La OEA perdió el tiempo en San Pedro Sula, así se lo demostró la nomenclatura cubana. Después de tantos intentos de parte de los cancilleres y presidentes latinoamericanos para que Cuba ingrese a la OEA y cuando se había conseguido una resolución al respecto, finalmente el gobierno cubano, a través del medio oficial, el periódico Granma, dijo “GRACIAS, PERO NO”.
Los esfuerzos en San Pedro Sula habían empezado desde principios de año con el desfile de 10 presidentes latinoamericanos a La Habana y continuado en la Cumbre de Trinidad y Tobago.
La idea, detrás de todo esto, era enviar un mensaje directo al gobierno de Estados Unidos para que levante el embargo; aunque no tuvieron en cuenta que Barack Obama les ganaría de mano habiendo levantado una serie de restricciones y dejando la pelota en la cancha cubana.
Lamentablemente, la OEA desperdició otros temas de agenda importante, como la no violencia, por aferrarse a un tema netamente político como el de la inserción de Cuba a la organización. En definitiva, como Cuba debe comprometerse a ciertas normas democráticas, elecciones libres, libertad de expresión y multipartidismo, se sabía de antemano que ello no sería posible.
Cuba “ratifica una vez más que no regresará a la OEA" dice la nota oficial publicada hoy, por lo que ojala sea este un punto final a la polémica que Cuba inició para seguir siendo noticia. Ojala la OEA no pierda más el tiempo y solo lo tenga para cuando Cuba quiera comenzar a respetars los derechos y garantías individuales de sus ciudadanos.
Los esfuerzos en San Pedro Sula habían empezado desde principios de año con el desfile de 10 presidentes latinoamericanos a La Habana y continuado en la Cumbre de Trinidad y Tobago.
La idea, detrás de todo esto, era enviar un mensaje directo al gobierno de Estados Unidos para que levante el embargo; aunque no tuvieron en cuenta que Barack Obama les ganaría de mano habiendo levantado una serie de restricciones y dejando la pelota en la cancha cubana.
Lamentablemente, la OEA desperdició otros temas de agenda importante, como la no violencia, por aferrarse a un tema netamente político como el de la inserción de Cuba a la organización. En definitiva, como Cuba debe comprometerse a ciertas normas democráticas, elecciones libres, libertad de expresión y multipartidismo, se sabía de antemano que ello no sería posible.
Cuba “ratifica una vez más que no regresará a la OEA" dice la nota oficial publicada hoy, por lo que ojala sea este un punto final a la polémica que Cuba inició para seguir siendo noticia. Ojala la OEA no pierda más el tiempo y solo lo tenga para cuando Cuba quiera comenzar a respetars los derechos y garantías individuales de sus ciudadanos.
junio 07, 2009
Gobiernos víctimas
Gobiernos latinoamericanos de derecha, centro o izquierda, por igual, han acusado a los medios de comunicación de estar desestabilizando el orden institucional, con la ambición de controlarlos o manipularlos para dominar a la opinión pública, demoler a la oposición y reinar a su antojo.
La estrategia liderada por gobiernos personalistas como los de Hugo Chávez, Rafael Correa y Evo Morales, no tan distinta de las anteriores de Alberto Fujimori y Carlos Menem al lado opuesto del dial ideológico, es mostrarse victimizados por el “poder corrosivo” de la prensa, a la que prácticamente se le achacan todos los males terrenales.
Ese jugar a la víctima personal del poder mediático “oligárquico e imperialista” – sumado al debilitamiento progresivo de las instituciones y de la oposición – les permite justificar el uso de una eficiente estrategia de propaganda con el propósito de defender sus revoluciones y perseguir opositores, para la que no escatiman recursos ni fondos públicos.
Estos gobiernos egocéntricos se afanan en desacreditar y minar la credibilidad de la prensa en todos los sectores sociales. Inducen a pensar que cualquier opinión disonante con el régimen, noticia negativa o investigación que destape corrupción, sin distinción, es un juego manipulador de oposición política destinado a socavar las buenas intenciones revolucionarias para con el pueblo.
Este esquema comunicacional personalista de confrontación, de exposición permanente y obligatorio en los medios de comunicación, lo explota muy bien Chávez, quien celebra sus 10 años de ininterrumpida y maratónica labor con su Aló Presidente. Un espacio que utilizó en estos días para ordenar a sus funcionarios y a la justicia que ejecuten a aquellos “medios opositores” que promueven el “envenenamiento” de la población.
Chávez alinea así su estrategia de propaganda para generar opinión pública favorable y excusar el cierre de medios “corruptos”, como acusa a Globovisión. La misma táctica que usó con éxito contra RCTV, cadena a la que cerró en mayo de 2007, después de una campaña de desprestigio y amenazas iniciada en diciembre de 2006.
Esa misma victimización la expuso el presidente Correa cuando anunció que al asumir el liderazgo de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) propondrá - con el apoyo explícito de Chávez - crear un organismo “para defender a gobiernos y a la población” de “la prensa corrupta, instrumento de la oligarquía”.
Esta faceta de gobierno injuriado también la despliega el presidente boliviano Morales para denigrar a los medios que lo critican, pero no alcanza, claro está, a los que simpatizan con sus revoluciones, como por ejemplo, una red gigantesca de radios y televisoras estatales que han creado los regímenes de Caracas, Quito y La Paz, no para utilizarla como medio público, sino con fin ideológico.
La creación de organismos estatales y observatorios de medios como asimismo los impulsaron la argentina Cristina de Kirchner y el hondureño Manuel Zelaya, es parte de una trama anti medios que incluye amedrentamiento permanente contra la prensa, ya sea mediante la confrontación dialéctica o agresiones directas ejecutadas por fuerzas de choque paraestatales, mecanismos de presión económica, así como la sanción de leyes cada vez más restrictivas.
Es ingenuo pensar que ningún medio o periodista practica un juego político u opositor o que está exento del escrutinio y de la crítica; pero la intervención del Estado debe limitarse a establecer el orden jurídico y legal, allanando el camino para que la justicia castigue los actos corruptos y desestabilizadores concretos de alguna prensa. Como bien le explicó en estos días a Evo Morales el titular de la Sociedad Interamericana de Prensa, Enrique Santos Calderón, no se puede confundir ni generalizar en cuestión de medios, porque “una prensa que cuestione y fiscalice no equivale a una prensa sediciosa ni subversiva”.
La astucia de la victimización, que se torna una costumbre adictiva entre los presidentes personalistas vigorizándose en una constante “caza de brujas”, aumenta el riesgo de que se adopten políticas más peligrosas de control más allá de los medios tradicionales. La férrea censura del internet que se practica en Cuba y el reciente bloqueo de Facebook que se ordenó en Irán para minar las posibilidades electorales de la oposición, muestran que una vez que se cierran medios tradicionales, indefectiblemente le llegará el turno a las demás expresiones más populares.
La estrategia liderada por gobiernos personalistas como los de Hugo Chávez, Rafael Correa y Evo Morales, no tan distinta de las anteriores de Alberto Fujimori y Carlos Menem al lado opuesto del dial ideológico, es mostrarse victimizados por el “poder corrosivo” de la prensa, a la que prácticamente se le achacan todos los males terrenales.
Ese jugar a la víctima personal del poder mediático “oligárquico e imperialista” – sumado al debilitamiento progresivo de las instituciones y de la oposición – les permite justificar el uso de una eficiente estrategia de propaganda con el propósito de defender sus revoluciones y perseguir opositores, para la que no escatiman recursos ni fondos públicos.
Estos gobiernos egocéntricos se afanan en desacreditar y minar la credibilidad de la prensa en todos los sectores sociales. Inducen a pensar que cualquier opinión disonante con el régimen, noticia negativa o investigación que destape corrupción, sin distinción, es un juego manipulador de oposición política destinado a socavar las buenas intenciones revolucionarias para con el pueblo.
Este esquema comunicacional personalista de confrontación, de exposición permanente y obligatorio en los medios de comunicación, lo explota muy bien Chávez, quien celebra sus 10 años de ininterrumpida y maratónica labor con su Aló Presidente. Un espacio que utilizó en estos días para ordenar a sus funcionarios y a la justicia que ejecuten a aquellos “medios opositores” que promueven el “envenenamiento” de la población.
Chávez alinea así su estrategia de propaganda para generar opinión pública favorable y excusar el cierre de medios “corruptos”, como acusa a Globovisión. La misma táctica que usó con éxito contra RCTV, cadena a la que cerró en mayo de 2007, después de una campaña de desprestigio y amenazas iniciada en diciembre de 2006.
Esa misma victimización la expuso el presidente Correa cuando anunció que al asumir el liderazgo de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) propondrá - con el apoyo explícito de Chávez - crear un organismo “para defender a gobiernos y a la población” de “la prensa corrupta, instrumento de la oligarquía”.
Esta faceta de gobierno injuriado también la despliega el presidente boliviano Morales para denigrar a los medios que lo critican, pero no alcanza, claro está, a los que simpatizan con sus revoluciones, como por ejemplo, una red gigantesca de radios y televisoras estatales que han creado los regímenes de Caracas, Quito y La Paz, no para utilizarla como medio público, sino con fin ideológico.
La creación de organismos estatales y observatorios de medios como asimismo los impulsaron la argentina Cristina de Kirchner y el hondureño Manuel Zelaya, es parte de una trama anti medios que incluye amedrentamiento permanente contra la prensa, ya sea mediante la confrontación dialéctica o agresiones directas ejecutadas por fuerzas de choque paraestatales, mecanismos de presión económica, así como la sanción de leyes cada vez más restrictivas.
Es ingenuo pensar que ningún medio o periodista practica un juego político u opositor o que está exento del escrutinio y de la crítica; pero la intervención del Estado debe limitarse a establecer el orden jurídico y legal, allanando el camino para que la justicia castigue los actos corruptos y desestabilizadores concretos de alguna prensa. Como bien le explicó en estos días a Evo Morales el titular de la Sociedad Interamericana de Prensa, Enrique Santos Calderón, no se puede confundir ni generalizar en cuestión de medios, porque “una prensa que cuestione y fiscalice no equivale a una prensa sediciosa ni subversiva”.
La astucia de la victimización, que se torna una costumbre adictiva entre los presidentes personalistas vigorizándose en una constante “caza de brujas”, aumenta el riesgo de que se adopten políticas más peligrosas de control más allá de los medios tradicionales. La férrea censura del internet que se practica en Cuba y el reciente bloqueo de Facebook que se ordenó en Irán para minar las posibilidades electorales de la oposición, muestran que una vez que se cierran medios tradicionales, indefectiblemente le llegará el turno a las demás expresiones más populares.
junio 06, 2009
Si desaparece Globovisión
La hipótesis no está lejos de concretarse. El gobierno de Hugo Chávez está atacando ferozmente a Globovisión y todos los días hay un nuevo embate con la única televisora que está informando en forma independiente sobre la realidad venezolana, que incluye corrupción y abusos gubernamentales. Ayer, se produjeron nuevas excusas legales encaminadas hacia el cierre, una multa que sobrepasa los dos millones de dólares y una persecución penal por “usura” contra su propietario, Guillermo Zuloaga. Además de cientos de acusaciones públicas que recibió de parte de Chávez y varios de sus ministros en estas últimas semanas, señales claras de que Globovisión está en la misma mira que estuvo entre diciembre de 2006 y mayo de 2007 Radio Caracas Televisión hasta que fue clausurada el 27 de mayo.
Si desaparece Globovisión, el gobierno de Chávez obtendría automáticamente un pasaporte más amplio de impunidad y daría un paso más hacia el autoritarismo o esta especie de “dictadura democrática”, una autocracia disfrazada de legalidad, la que es conseguida y ejecutada a través de una Asamblea Legislativa y una Justicia totalmente ofertadas al mejor postor: Chávez.
Si desaparece Globovisión, pierde la democracia; ésta, entendida como soberanía popular, ya que se le estará robando a los ciudadanos el derecho a estar informados o a estar sometidos a información televisiva que sólo provendrá de canales estatales propagandísticos o de otros privados en los cuales el temor o los acomodos los han hecho autocensurarse.
Si desaparece Globovisión, se estarán desarticulando los derechos más fundamentales que en la Constitución Bolivariana ya están de adorno: libertad de prensa y de expresión, así como los derechos de reunión y asociación.
Si desaparece Globovisión, se le estará entregando a Chávez una Venezuela en “bandeja de plata”; una Venezuela impune, sumisa, derruida, desposeída, débil, en la que cada día los valores del disenso, la crítica, la investigación y la denuncia –atributos de las verdaderas democracias – quedarán en el silencio.
Si desaparece Globovisión, Chávez pronto se enfocará a destruir diario por diario, periódico por periódico, último bastión de resistencia democrática y por la libertad de prensa que debido a sus críticas, investigaciones sobre corrupción y opiniones de toda índole y colores mantiene la esperanza de que Chávez todavía no ha robado todo.
Todavía tiene que robar la dignidad de miles de periodistas que a favor o en contra de las ideas revolucionarias trata de acercar la verdad a los ciudadanos.
Si desaparece Globovisión, más allá de las responsabilidades históricas que tendrá que asumir Chávez y sus acólitos en el futuro, pesará una gran responsabilidad sobre los hombros de en organizaciones como la OEA y un puñado muy grande de gobiernos, tanto latinoamericanos como del mundo entero, que no están alzando sus voces, mediando o presionando al gobierno para que no siga impunemente matando la democracia venezolana, tan declamada en tratados y acuerdos internacionales.
Si desaparece Globovisión, todos seremos menos como seres humanos porque nos estarán quitando ese derecho tan importante a la información.
Si desaparece Globovisión, el gobierno de Chávez obtendría automáticamente un pasaporte más amplio de impunidad y daría un paso más hacia el autoritarismo o esta especie de “dictadura democrática”, una autocracia disfrazada de legalidad, la que es conseguida y ejecutada a través de una Asamblea Legislativa y una Justicia totalmente ofertadas al mejor postor: Chávez.
Si desaparece Globovisión, pierde la democracia; ésta, entendida como soberanía popular, ya que se le estará robando a los ciudadanos el derecho a estar informados o a estar sometidos a información televisiva que sólo provendrá de canales estatales propagandísticos o de otros privados en los cuales el temor o los acomodos los han hecho autocensurarse.
Si desaparece Globovisión, se estarán desarticulando los derechos más fundamentales que en la Constitución Bolivariana ya están de adorno: libertad de prensa y de expresión, así como los derechos de reunión y asociación.
Si desaparece Globovisión, se le estará entregando a Chávez una Venezuela en “bandeja de plata”; una Venezuela impune, sumisa, derruida, desposeída, débil, en la que cada día los valores del disenso, la crítica, la investigación y la denuncia –atributos de las verdaderas democracias – quedarán en el silencio.
Si desaparece Globovisión, Chávez pronto se enfocará a destruir diario por diario, periódico por periódico, último bastión de resistencia democrática y por la libertad de prensa que debido a sus críticas, investigaciones sobre corrupción y opiniones de toda índole y colores mantiene la esperanza de que Chávez todavía no ha robado todo.
Todavía tiene que robar la dignidad de miles de periodistas que a favor o en contra de las ideas revolucionarias trata de acercar la verdad a los ciudadanos.
Si desaparece Globovisión, más allá de las responsabilidades históricas que tendrá que asumir Chávez y sus acólitos en el futuro, pesará una gran responsabilidad sobre los hombros de en organizaciones como la OEA y un puñado muy grande de gobiernos, tanto latinoamericanos como del mundo entero, que no están alzando sus voces, mediando o presionando al gobierno para que no siga impunemente matando la democracia venezolana, tan declamada en tratados y acuerdos internacionales.
Si desaparece Globovisión, todos seremos menos como seres humanos porque nos estarán quitando ese derecho tan importante a la información.
junio 05, 2009
Venezuela autoritaria
Un nuevo informe de la organización Freedom House pone muy bien a Venezuela en el mismo saco que China, Rusia, Irán y Pakistán como uno de los países cuyos regímenes autoritarios minan el desarrollo democrático no tan sólo dentro de sus fronteras, sino también afuera.
Acusa a estas naciones de desacreditar a las organizaciones pro derechos humanos de una forma sofisticada, en un informe que se dio a conocer esta semana en coincidencia con el aniversario de la masacre de la Plaza de Tiananmen, justo cuando el gobierno chino prohibía la entrada a la plaza a los periodistas, corresponsales extranjeros y curiosos, al tiempo que censuraba el internet y las redes sociales para que los ciudadanos chinos siquiera pudieran intercambiar comentarios al respecto.
El informe denominado “Degradando la democracia”, ofrece ejemplos concretos sobre cómo en estos cinco países se está socavando el imperio de la ley, los derechos humanos y la libertad de expresión. Dado a conocer ayer, también coincidió con nuevos ataques del gobierno de Hugo Chávez contra la cadena Globovisión, televisora que tiene los días contados, así como ya los tuvo la señal de aire de Radio Caracas Televisión.
El informe completo que se puede encontrar en el sitio de internet de Freedom House, se refiere a la ayuda millonaria que algunos de estos países están haciendo a otros, minando estrategias de organizaciones intergubernamentales sobre el mejoramiento de la gobernabilidad y la reducción de la corrupción. También explica que estos regímenes están contrarrestando las acciones de organizaciones como la OEA, creando nuevas instituciones como lo hace Chávez sin definiciones en materia de derechos humanos.
Peligroso además, es que estos autoritarismos están modificando los parámetros y definiciones de la democracia, confundiendo a las poblaciones internas y externas a través de amplias campañas de propaganda mediática. Al mismo tiempo, cercenan las comunicaciones en el internet y manipulan los sistemas educativos para distorsionar la historia mediante un lente nacionalista, hostil, antidemocrático y sospechoso del mundo exterior.
Acusa a estas naciones de desacreditar a las organizaciones pro derechos humanos de una forma sofisticada, en un informe que se dio a conocer esta semana en coincidencia con el aniversario de la masacre de la Plaza de Tiananmen, justo cuando el gobierno chino prohibía la entrada a la plaza a los periodistas, corresponsales extranjeros y curiosos, al tiempo que censuraba el internet y las redes sociales para que los ciudadanos chinos siquiera pudieran intercambiar comentarios al respecto.
El informe denominado “Degradando la democracia”, ofrece ejemplos concretos sobre cómo en estos cinco países se está socavando el imperio de la ley, los derechos humanos y la libertad de expresión. Dado a conocer ayer, también coincidió con nuevos ataques del gobierno de Hugo Chávez contra la cadena Globovisión, televisora que tiene los días contados, así como ya los tuvo la señal de aire de Radio Caracas Televisión.
El informe completo que se puede encontrar en el sitio de internet de Freedom House, se refiere a la ayuda millonaria que algunos de estos países están haciendo a otros, minando estrategias de organizaciones intergubernamentales sobre el mejoramiento de la gobernabilidad y la reducción de la corrupción. También explica que estos regímenes están contrarrestando las acciones de organizaciones como la OEA, creando nuevas instituciones como lo hace Chávez sin definiciones en materia de derechos humanos.
Peligroso además, es que estos autoritarismos están modificando los parámetros y definiciones de la democracia, confundiendo a las poblaciones internas y externas a través de amplias campañas de propaganda mediática. Al mismo tiempo, cercenan las comunicaciones en el internet y manipulan los sistemas educativos para distorsionar la historia mediante un lente nacionalista, hostil, antidemocrático y sospechoso del mundo exterior.
junio 04, 2009
OEA da la espalda al pueblo cubano
Así como sucedió en Trinidad y Tobago, los gobiernos de nuestro hemisferio prefirieron el marco de la OEA para insistir en temas de corte netamente ideológico y político, dejando de lado las cuestiones importantes y que hacen a la vida de la gente.
En esta nueva batalla librada especialmente por Honduras, Venezuela y Nicaragua, con el apoyo del resto, se consiguió levantar la restricción que pesaba contra Cuba desde 1962 y que el propio secretario general, el chileno Insulza, venía pregonando sobre que al no existir ya la “guerra fría” no existe ningún impedimento para que Cuba siga alejada del organismo.
Bochornoso de todas maneras es que haya pesado en esta decisión una cuestión ideológica y no se haya reparado en la violación de la Carta Democrática que exige libertad y democracia a todos los países como requisito para pertenecer a la OEA. Pero claro, que se le puede exigir a Cuba, si esa misma falta de libertad ya es parte del contexto venezolano por ejemplo, y de las prácticas anti democráticas en contra de la libertad de expresión que a todo ritmo siguen presidentes como Daniel Ortega, Manuel Zelaya, Rafael Correa y Evo Morales, por citar algunos.
Lo trágico de todo esto es el mensaje desesperanzador que se le está dando al pueblo cubano – no a los hermanos Castro ni a su partido comunista que gozan de todos los privilegios – sino a todos esos millones de cubanos que sueñan con la libertad y que siempre esperan que otras democracias los rescaten a ellos de 50 años de ostracismo y opresión.
En esta nueva batalla librada especialmente por Honduras, Venezuela y Nicaragua, con el apoyo del resto, se consiguió levantar la restricción que pesaba contra Cuba desde 1962 y que el propio secretario general, el chileno Insulza, venía pregonando sobre que al no existir ya la “guerra fría” no existe ningún impedimento para que Cuba siga alejada del organismo.
Bochornoso de todas maneras es que haya pesado en esta decisión una cuestión ideológica y no se haya reparado en la violación de la Carta Democrática que exige libertad y democracia a todos los países como requisito para pertenecer a la OEA. Pero claro, que se le puede exigir a Cuba, si esa misma falta de libertad ya es parte del contexto venezolano por ejemplo, y de las prácticas anti democráticas en contra de la libertad de expresión que a todo ritmo siguen presidentes como Daniel Ortega, Manuel Zelaya, Rafael Correa y Evo Morales, por citar algunos.
Lo trágico de todo esto es el mensaje desesperanzador que se le está dando al pueblo cubano – no a los hermanos Castro ni a su partido comunista que gozan de todos los privilegios – sino a todos esos millones de cubanos que sueñan con la libertad y que siempre esperan que otras democracias los rescaten a ellos de 50 años de ostracismo y opresión.
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