La OEA perdió el tiempo en San Pedro Sula, así se lo demostró la nomenclatura cubana. Después de tantos intentos de parte de los cancilleres y presidentes latinoamericanos para que Cuba ingrese a la OEA y cuando se había conseguido una resolución al respecto, finalmente el gobierno cubano, a través del medio oficial, el periódico Granma, dijo “GRACIAS, PERO NO”.
Los esfuerzos en San Pedro Sula habían empezado desde principios de año con el desfile de 10 presidentes latinoamericanos a La Habana y continuado en la Cumbre de Trinidad y Tobago.
La idea, detrás de todo esto, era enviar un mensaje directo al gobierno de Estados Unidos para que levante el embargo; aunque no tuvieron en cuenta que Barack Obama les ganaría de mano habiendo levantado una serie de restricciones y dejando la pelota en la cancha cubana.
Lamentablemente, la OEA desperdició otros temas de agenda importante, como la no violencia, por aferrarse a un tema netamente político como el de la inserción de Cuba a la organización. En definitiva, como Cuba debe comprometerse a ciertas normas democráticas, elecciones libres, libertad de expresión y multipartidismo, se sabía de antemano que ello no sería posible.
Cuba “ratifica una vez más que no regresará a la OEA" dice la nota oficial publicada hoy, por lo que ojala sea este un punto final a la polémica que Cuba inició para seguir siendo noticia. Ojala la OEA no pierda más el tiempo y solo lo tenga para cuando Cuba quiera comenzar a respetars los derechos y garantías individuales de sus ciudadanos.
Quiero contarles sobre los procesos creativos de esta nueva historia sobre la verdad, la libertad y el miedo al futuro. Es mi nueva novela y espero publicarla cuando se sincronicen los planetas (las editoriales) o cuando se me acabe la paciencia y decida autopublicar -- Los contenidos de mi blog Prensa y Expresión están en el archivo. Blog por Ricardo Trotti
junio 08, 2009
junio 07, 2009
Gobiernos víctimas
Gobiernos latinoamericanos de derecha, centro o izquierda, por igual, han acusado a los medios de comunicación de estar desestabilizando el orden institucional, con la ambición de controlarlos o manipularlos para dominar a la opinión pública, demoler a la oposición y reinar a su antojo.
La estrategia liderada por gobiernos personalistas como los de Hugo Chávez, Rafael Correa y Evo Morales, no tan distinta de las anteriores de Alberto Fujimori y Carlos Menem al lado opuesto del dial ideológico, es mostrarse victimizados por el “poder corrosivo” de la prensa, a la que prácticamente se le achacan todos los males terrenales.
Ese jugar a la víctima personal del poder mediático “oligárquico e imperialista” – sumado al debilitamiento progresivo de las instituciones y de la oposición – les permite justificar el uso de una eficiente estrategia de propaganda con el propósito de defender sus revoluciones y perseguir opositores, para la que no escatiman recursos ni fondos públicos.
Estos gobiernos egocéntricos se afanan en desacreditar y minar la credibilidad de la prensa en todos los sectores sociales. Inducen a pensar que cualquier opinión disonante con el régimen, noticia negativa o investigación que destape corrupción, sin distinción, es un juego manipulador de oposición política destinado a socavar las buenas intenciones revolucionarias para con el pueblo.
Este esquema comunicacional personalista de confrontación, de exposición permanente y obligatorio en los medios de comunicación, lo explota muy bien Chávez, quien celebra sus 10 años de ininterrumpida y maratónica labor con su Aló Presidente. Un espacio que utilizó en estos días para ordenar a sus funcionarios y a la justicia que ejecuten a aquellos “medios opositores” que promueven el “envenenamiento” de la población.
Chávez alinea así su estrategia de propaganda para generar opinión pública favorable y excusar el cierre de medios “corruptos”, como acusa a Globovisión. La misma táctica que usó con éxito contra RCTV, cadena a la que cerró en mayo de 2007, después de una campaña de desprestigio y amenazas iniciada en diciembre de 2006.
Esa misma victimización la expuso el presidente Correa cuando anunció que al asumir el liderazgo de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) propondrá - con el apoyo explícito de Chávez - crear un organismo “para defender a gobiernos y a la población” de “la prensa corrupta, instrumento de la oligarquía”.
Esta faceta de gobierno injuriado también la despliega el presidente boliviano Morales para denigrar a los medios que lo critican, pero no alcanza, claro está, a los que simpatizan con sus revoluciones, como por ejemplo, una red gigantesca de radios y televisoras estatales que han creado los regímenes de Caracas, Quito y La Paz, no para utilizarla como medio público, sino con fin ideológico.
La creación de organismos estatales y observatorios de medios como asimismo los impulsaron la argentina Cristina de Kirchner y el hondureño Manuel Zelaya, es parte de una trama anti medios que incluye amedrentamiento permanente contra la prensa, ya sea mediante la confrontación dialéctica o agresiones directas ejecutadas por fuerzas de choque paraestatales, mecanismos de presión económica, así como la sanción de leyes cada vez más restrictivas.
Es ingenuo pensar que ningún medio o periodista practica un juego político u opositor o que está exento del escrutinio y de la crítica; pero la intervención del Estado debe limitarse a establecer el orden jurídico y legal, allanando el camino para que la justicia castigue los actos corruptos y desestabilizadores concretos de alguna prensa. Como bien le explicó en estos días a Evo Morales el titular de la Sociedad Interamericana de Prensa, Enrique Santos Calderón, no se puede confundir ni generalizar en cuestión de medios, porque “una prensa que cuestione y fiscalice no equivale a una prensa sediciosa ni subversiva”.
La astucia de la victimización, que se torna una costumbre adictiva entre los presidentes personalistas vigorizándose en una constante “caza de brujas”, aumenta el riesgo de que se adopten políticas más peligrosas de control más allá de los medios tradicionales. La férrea censura del internet que se practica en Cuba y el reciente bloqueo de Facebook que se ordenó en Irán para minar las posibilidades electorales de la oposición, muestran que una vez que se cierran medios tradicionales, indefectiblemente le llegará el turno a las demás expresiones más populares.
La estrategia liderada por gobiernos personalistas como los de Hugo Chávez, Rafael Correa y Evo Morales, no tan distinta de las anteriores de Alberto Fujimori y Carlos Menem al lado opuesto del dial ideológico, es mostrarse victimizados por el “poder corrosivo” de la prensa, a la que prácticamente se le achacan todos los males terrenales.
Ese jugar a la víctima personal del poder mediático “oligárquico e imperialista” – sumado al debilitamiento progresivo de las instituciones y de la oposición – les permite justificar el uso de una eficiente estrategia de propaganda con el propósito de defender sus revoluciones y perseguir opositores, para la que no escatiman recursos ni fondos públicos.
Estos gobiernos egocéntricos se afanan en desacreditar y minar la credibilidad de la prensa en todos los sectores sociales. Inducen a pensar que cualquier opinión disonante con el régimen, noticia negativa o investigación que destape corrupción, sin distinción, es un juego manipulador de oposición política destinado a socavar las buenas intenciones revolucionarias para con el pueblo.
Este esquema comunicacional personalista de confrontación, de exposición permanente y obligatorio en los medios de comunicación, lo explota muy bien Chávez, quien celebra sus 10 años de ininterrumpida y maratónica labor con su Aló Presidente. Un espacio que utilizó en estos días para ordenar a sus funcionarios y a la justicia que ejecuten a aquellos “medios opositores” que promueven el “envenenamiento” de la población.
Chávez alinea así su estrategia de propaganda para generar opinión pública favorable y excusar el cierre de medios “corruptos”, como acusa a Globovisión. La misma táctica que usó con éxito contra RCTV, cadena a la que cerró en mayo de 2007, después de una campaña de desprestigio y amenazas iniciada en diciembre de 2006.
Esa misma victimización la expuso el presidente Correa cuando anunció que al asumir el liderazgo de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) propondrá - con el apoyo explícito de Chávez - crear un organismo “para defender a gobiernos y a la población” de “la prensa corrupta, instrumento de la oligarquía”.
Esta faceta de gobierno injuriado también la despliega el presidente boliviano Morales para denigrar a los medios que lo critican, pero no alcanza, claro está, a los que simpatizan con sus revoluciones, como por ejemplo, una red gigantesca de radios y televisoras estatales que han creado los regímenes de Caracas, Quito y La Paz, no para utilizarla como medio público, sino con fin ideológico.
La creación de organismos estatales y observatorios de medios como asimismo los impulsaron la argentina Cristina de Kirchner y el hondureño Manuel Zelaya, es parte de una trama anti medios que incluye amedrentamiento permanente contra la prensa, ya sea mediante la confrontación dialéctica o agresiones directas ejecutadas por fuerzas de choque paraestatales, mecanismos de presión económica, así como la sanción de leyes cada vez más restrictivas.
Es ingenuo pensar que ningún medio o periodista practica un juego político u opositor o que está exento del escrutinio y de la crítica; pero la intervención del Estado debe limitarse a establecer el orden jurídico y legal, allanando el camino para que la justicia castigue los actos corruptos y desestabilizadores concretos de alguna prensa. Como bien le explicó en estos días a Evo Morales el titular de la Sociedad Interamericana de Prensa, Enrique Santos Calderón, no se puede confundir ni generalizar en cuestión de medios, porque “una prensa que cuestione y fiscalice no equivale a una prensa sediciosa ni subversiva”.
La astucia de la victimización, que se torna una costumbre adictiva entre los presidentes personalistas vigorizándose en una constante “caza de brujas”, aumenta el riesgo de que se adopten políticas más peligrosas de control más allá de los medios tradicionales. La férrea censura del internet que se practica en Cuba y el reciente bloqueo de Facebook que se ordenó en Irán para minar las posibilidades electorales de la oposición, muestran que una vez que se cierran medios tradicionales, indefectiblemente le llegará el turno a las demás expresiones más populares.
junio 06, 2009
Si desaparece Globovisión
La hipótesis no está lejos de concretarse. El gobierno de Hugo Chávez está atacando ferozmente a Globovisión y todos los días hay un nuevo embate con la única televisora que está informando en forma independiente sobre la realidad venezolana, que incluye corrupción y abusos gubernamentales. Ayer, se produjeron nuevas excusas legales encaminadas hacia el cierre, una multa que sobrepasa los dos millones de dólares y una persecución penal por “usura” contra su propietario, Guillermo Zuloaga. Además de cientos de acusaciones públicas que recibió de parte de Chávez y varios de sus ministros en estas últimas semanas, señales claras de que Globovisión está en la misma mira que estuvo entre diciembre de 2006 y mayo de 2007 Radio Caracas Televisión hasta que fue clausurada el 27 de mayo.
Si desaparece Globovisión, el gobierno de Chávez obtendría automáticamente un pasaporte más amplio de impunidad y daría un paso más hacia el autoritarismo o esta especie de “dictadura democrática”, una autocracia disfrazada de legalidad, la que es conseguida y ejecutada a través de una Asamblea Legislativa y una Justicia totalmente ofertadas al mejor postor: Chávez.
Si desaparece Globovisión, pierde la democracia; ésta, entendida como soberanía popular, ya que se le estará robando a los ciudadanos el derecho a estar informados o a estar sometidos a información televisiva que sólo provendrá de canales estatales propagandísticos o de otros privados en los cuales el temor o los acomodos los han hecho autocensurarse.
Si desaparece Globovisión, se estarán desarticulando los derechos más fundamentales que en la Constitución Bolivariana ya están de adorno: libertad de prensa y de expresión, así como los derechos de reunión y asociación.
Si desaparece Globovisión, se le estará entregando a Chávez una Venezuela en “bandeja de plata”; una Venezuela impune, sumisa, derruida, desposeída, débil, en la que cada día los valores del disenso, la crítica, la investigación y la denuncia –atributos de las verdaderas democracias – quedarán en el silencio.
Si desaparece Globovisión, Chávez pronto se enfocará a destruir diario por diario, periódico por periódico, último bastión de resistencia democrática y por la libertad de prensa que debido a sus críticas, investigaciones sobre corrupción y opiniones de toda índole y colores mantiene la esperanza de que Chávez todavía no ha robado todo.
Todavía tiene que robar la dignidad de miles de periodistas que a favor o en contra de las ideas revolucionarias trata de acercar la verdad a los ciudadanos.
Si desaparece Globovisión, más allá de las responsabilidades históricas que tendrá que asumir Chávez y sus acólitos en el futuro, pesará una gran responsabilidad sobre los hombros de en organizaciones como la OEA y un puñado muy grande de gobiernos, tanto latinoamericanos como del mundo entero, que no están alzando sus voces, mediando o presionando al gobierno para que no siga impunemente matando la democracia venezolana, tan declamada en tratados y acuerdos internacionales.
Si desaparece Globovisión, todos seremos menos como seres humanos porque nos estarán quitando ese derecho tan importante a la información.
Si desaparece Globovisión, el gobierno de Chávez obtendría automáticamente un pasaporte más amplio de impunidad y daría un paso más hacia el autoritarismo o esta especie de “dictadura democrática”, una autocracia disfrazada de legalidad, la que es conseguida y ejecutada a través de una Asamblea Legislativa y una Justicia totalmente ofertadas al mejor postor: Chávez.
Si desaparece Globovisión, pierde la democracia; ésta, entendida como soberanía popular, ya que se le estará robando a los ciudadanos el derecho a estar informados o a estar sometidos a información televisiva que sólo provendrá de canales estatales propagandísticos o de otros privados en los cuales el temor o los acomodos los han hecho autocensurarse.
Si desaparece Globovisión, se estarán desarticulando los derechos más fundamentales que en la Constitución Bolivariana ya están de adorno: libertad de prensa y de expresión, así como los derechos de reunión y asociación.
Si desaparece Globovisión, se le estará entregando a Chávez una Venezuela en “bandeja de plata”; una Venezuela impune, sumisa, derruida, desposeída, débil, en la que cada día los valores del disenso, la crítica, la investigación y la denuncia –atributos de las verdaderas democracias – quedarán en el silencio.
Si desaparece Globovisión, Chávez pronto se enfocará a destruir diario por diario, periódico por periódico, último bastión de resistencia democrática y por la libertad de prensa que debido a sus críticas, investigaciones sobre corrupción y opiniones de toda índole y colores mantiene la esperanza de que Chávez todavía no ha robado todo.
Todavía tiene que robar la dignidad de miles de periodistas que a favor o en contra de las ideas revolucionarias trata de acercar la verdad a los ciudadanos.
Si desaparece Globovisión, más allá de las responsabilidades históricas que tendrá que asumir Chávez y sus acólitos en el futuro, pesará una gran responsabilidad sobre los hombros de en organizaciones como la OEA y un puñado muy grande de gobiernos, tanto latinoamericanos como del mundo entero, que no están alzando sus voces, mediando o presionando al gobierno para que no siga impunemente matando la democracia venezolana, tan declamada en tratados y acuerdos internacionales.
Si desaparece Globovisión, todos seremos menos como seres humanos porque nos estarán quitando ese derecho tan importante a la información.
junio 05, 2009
Venezuela autoritaria
Un nuevo informe de la organización Freedom House pone muy bien a Venezuela en el mismo saco que China, Rusia, Irán y Pakistán como uno de los países cuyos regímenes autoritarios minan el desarrollo democrático no tan sólo dentro de sus fronteras, sino también afuera.
Acusa a estas naciones de desacreditar a las organizaciones pro derechos humanos de una forma sofisticada, en un informe que se dio a conocer esta semana en coincidencia con el aniversario de la masacre de la Plaza de Tiananmen, justo cuando el gobierno chino prohibía la entrada a la plaza a los periodistas, corresponsales extranjeros y curiosos, al tiempo que censuraba el internet y las redes sociales para que los ciudadanos chinos siquiera pudieran intercambiar comentarios al respecto.
El informe denominado “Degradando la democracia”, ofrece ejemplos concretos sobre cómo en estos cinco países se está socavando el imperio de la ley, los derechos humanos y la libertad de expresión. Dado a conocer ayer, también coincidió con nuevos ataques del gobierno de Hugo Chávez contra la cadena Globovisión, televisora que tiene los días contados, así como ya los tuvo la señal de aire de Radio Caracas Televisión.
El informe completo que se puede encontrar en el sitio de internet de Freedom House, se refiere a la ayuda millonaria que algunos de estos países están haciendo a otros, minando estrategias de organizaciones intergubernamentales sobre el mejoramiento de la gobernabilidad y la reducción de la corrupción. También explica que estos regímenes están contrarrestando las acciones de organizaciones como la OEA, creando nuevas instituciones como lo hace Chávez sin definiciones en materia de derechos humanos.
Peligroso además, es que estos autoritarismos están modificando los parámetros y definiciones de la democracia, confundiendo a las poblaciones internas y externas a través de amplias campañas de propaganda mediática. Al mismo tiempo, cercenan las comunicaciones en el internet y manipulan los sistemas educativos para distorsionar la historia mediante un lente nacionalista, hostil, antidemocrático y sospechoso del mundo exterior.
Acusa a estas naciones de desacreditar a las organizaciones pro derechos humanos de una forma sofisticada, en un informe que se dio a conocer esta semana en coincidencia con el aniversario de la masacre de la Plaza de Tiananmen, justo cuando el gobierno chino prohibía la entrada a la plaza a los periodistas, corresponsales extranjeros y curiosos, al tiempo que censuraba el internet y las redes sociales para que los ciudadanos chinos siquiera pudieran intercambiar comentarios al respecto.
El informe denominado “Degradando la democracia”, ofrece ejemplos concretos sobre cómo en estos cinco países se está socavando el imperio de la ley, los derechos humanos y la libertad de expresión. Dado a conocer ayer, también coincidió con nuevos ataques del gobierno de Hugo Chávez contra la cadena Globovisión, televisora que tiene los días contados, así como ya los tuvo la señal de aire de Radio Caracas Televisión.
El informe completo que se puede encontrar en el sitio de internet de Freedom House, se refiere a la ayuda millonaria que algunos de estos países están haciendo a otros, minando estrategias de organizaciones intergubernamentales sobre el mejoramiento de la gobernabilidad y la reducción de la corrupción. También explica que estos regímenes están contrarrestando las acciones de organizaciones como la OEA, creando nuevas instituciones como lo hace Chávez sin definiciones en materia de derechos humanos.
Peligroso además, es que estos autoritarismos están modificando los parámetros y definiciones de la democracia, confundiendo a las poblaciones internas y externas a través de amplias campañas de propaganda mediática. Al mismo tiempo, cercenan las comunicaciones en el internet y manipulan los sistemas educativos para distorsionar la historia mediante un lente nacionalista, hostil, antidemocrático y sospechoso del mundo exterior.
junio 04, 2009
OEA da la espalda al pueblo cubano
Así como sucedió en Trinidad y Tobago, los gobiernos de nuestro hemisferio prefirieron el marco de la OEA para insistir en temas de corte netamente ideológico y político, dejando de lado las cuestiones importantes y que hacen a la vida de la gente.
En esta nueva batalla librada especialmente por Honduras, Venezuela y Nicaragua, con el apoyo del resto, se consiguió levantar la restricción que pesaba contra Cuba desde 1962 y que el propio secretario general, el chileno Insulza, venía pregonando sobre que al no existir ya la “guerra fría” no existe ningún impedimento para que Cuba siga alejada del organismo.
Bochornoso de todas maneras es que haya pesado en esta decisión una cuestión ideológica y no se haya reparado en la violación de la Carta Democrática que exige libertad y democracia a todos los países como requisito para pertenecer a la OEA. Pero claro, que se le puede exigir a Cuba, si esa misma falta de libertad ya es parte del contexto venezolano por ejemplo, y de las prácticas anti democráticas en contra de la libertad de expresión que a todo ritmo siguen presidentes como Daniel Ortega, Manuel Zelaya, Rafael Correa y Evo Morales, por citar algunos.
Lo trágico de todo esto es el mensaje desesperanzador que se le está dando al pueblo cubano – no a los hermanos Castro ni a su partido comunista que gozan de todos los privilegios – sino a todos esos millones de cubanos que sueñan con la libertad y que siempre esperan que otras democracias los rescaten a ellos de 50 años de ostracismo y opresión.
En esta nueva batalla librada especialmente por Honduras, Venezuela y Nicaragua, con el apoyo del resto, se consiguió levantar la restricción que pesaba contra Cuba desde 1962 y que el propio secretario general, el chileno Insulza, venía pregonando sobre que al no existir ya la “guerra fría” no existe ningún impedimento para que Cuba siga alejada del organismo.
Bochornoso de todas maneras es que haya pesado en esta decisión una cuestión ideológica y no se haya reparado en la violación de la Carta Democrática que exige libertad y democracia a todos los países como requisito para pertenecer a la OEA. Pero claro, que se le puede exigir a Cuba, si esa misma falta de libertad ya es parte del contexto venezolano por ejemplo, y de las prácticas anti democráticas en contra de la libertad de expresión que a todo ritmo siguen presidentes como Daniel Ortega, Manuel Zelaya, Rafael Correa y Evo Morales, por citar algunos.
Lo trágico de todo esto es el mensaje desesperanzador que se le está dando al pueblo cubano – no a los hermanos Castro ni a su partido comunista que gozan de todos los privilegios – sino a todos esos millones de cubanos que sueñan con la libertad y que siempre esperan que otras democracias los rescaten a ellos de 50 años de ostracismo y opresión.
junio 02, 2009
SIP, OEA y libertad
La libertad de expresión es el derecho humano más indispensable para que una muchedumbre se transforme en sociedad. Ninguna otra garantía es tan indispensable para que haya verdadera civilización.
Con eso en mente, las autoridades de la SIP dispusieron que en este último día de asamblea de la OEA en San Pedro Sula mañana 3 de junio, se les recuerde a los cancilleres del continente americano que deben asumir los compromisos adoptados en los tratados internacionales como la Carta Democrática Interamericana y el Art. 13 del Pacto de San José, exigiéndolos a todos los países. Principalmente en aquellos donde las libertades están flaqueando cada vez más como en Venezuela.
Doy a conocer aquí el texto de una solicitada o Carta Abierta que está siendo publicada por la SIP en diarios de Honduras y Venezuela mañana 3 de junio, en la que se pide a la OEA que permita a todos los ciudadanos del continente seguir creyendo en ella y acabar con todos los subterfugios agoreros como los expresados hoy por los presidentes de Honduras Manuel Zelaya y de Nicaragua Daniel Ortega, que imitaron los dichos recientes de Hugo Chávez y los hermanos Castro.
Carta Abierta de la SIP a los Cancilleres de la OEA reunidos en esta 39 asamblea: “Queremos resaltar ante ustedes la responsabilidad que le cabe a todos los gobernantes de respetar y hacer cumplir los derechos individuales y sociales, en especial, las garantías constitucionales sobre libertad de expresión y de prensa, sin las cuales no puede haber verdadera convivencia democrática.
Asimismo, deseamos manifestarle nuestra preocupación sobre los constantes atropellos a estas garantías básicas en el continente, en particular, en Venezuela. En este país, el presidente Hugo Chávez y otros miembros del gobierno, expresaron su pretensión de cerrar el canal de televisión independiente Globovisión, lo que derivaría en un grave perjuicio al derecho del público a la información.
Nos llama profundamente la atención que estos ejemplos de intolerancia, como el atentado cometido en mayo de 2007 por el cierre y confiscación de equipos de Radio Caracas Televisión, sean habitualmente tolerados por la OEA. Esta institución, en cambio, debería exigir el cumplimiento de tratados internacionales, tales como la Carta Democrática Interamericana y la Convención Americana sobre Derechos Humanos, las que mandan observar la libertad de expresión y de prensa como resguardo fundamental de la democracia.
Permitir conductas contrarias a esas libertades, no hace más que aumentar la desconfianza de la población en las instituciones democráticas y sobre la capacidad y responsabilidad de la OEA.
Como representantes de sus países ante todos los pueblos americanos, les exhortamos a que dispongan los mecanismos necesarios para que en Venezuela, así como en todos los rincones de nuestro continente, se exija, sin distinciones de gobiernos ni ideologías, el debido respeto por la libertad de expresión y de prensa de todos los seres humanos”.
Con eso en mente, las autoridades de la SIP dispusieron que en este último día de asamblea de la OEA en San Pedro Sula mañana 3 de junio, se les recuerde a los cancilleres del continente americano que deben asumir los compromisos adoptados en los tratados internacionales como la Carta Democrática Interamericana y el Art. 13 del Pacto de San José, exigiéndolos a todos los países. Principalmente en aquellos donde las libertades están flaqueando cada vez más como en Venezuela.
Doy a conocer aquí el texto de una solicitada o Carta Abierta que está siendo publicada por la SIP en diarios de Honduras y Venezuela mañana 3 de junio, en la que se pide a la OEA que permita a todos los ciudadanos del continente seguir creyendo en ella y acabar con todos los subterfugios agoreros como los expresados hoy por los presidentes de Honduras Manuel Zelaya y de Nicaragua Daniel Ortega, que imitaron los dichos recientes de Hugo Chávez y los hermanos Castro.
Carta Abierta de la SIP a los Cancilleres de la OEA reunidos en esta 39 asamblea: “Queremos resaltar ante ustedes la responsabilidad que le cabe a todos los gobernantes de respetar y hacer cumplir los derechos individuales y sociales, en especial, las garantías constitucionales sobre libertad de expresión y de prensa, sin las cuales no puede haber verdadera convivencia democrática.
Asimismo, deseamos manifestarle nuestra preocupación sobre los constantes atropellos a estas garantías básicas en el continente, en particular, en Venezuela. En este país, el presidente Hugo Chávez y otros miembros del gobierno, expresaron su pretensión de cerrar el canal de televisión independiente Globovisión, lo que derivaría en un grave perjuicio al derecho del público a la información.
Nos llama profundamente la atención que estos ejemplos de intolerancia, como el atentado cometido en mayo de 2007 por el cierre y confiscación de equipos de Radio Caracas Televisión, sean habitualmente tolerados por la OEA. Esta institución, en cambio, debería exigir el cumplimiento de tratados internacionales, tales como la Carta Democrática Interamericana y la Convención Americana sobre Derechos Humanos, las que mandan observar la libertad de expresión y de prensa como resguardo fundamental de la democracia.
Permitir conductas contrarias a esas libertades, no hace más que aumentar la desconfianza de la población en las instituciones democráticas y sobre la capacidad y responsabilidad de la OEA.
Como representantes de sus países ante todos los pueblos americanos, les exhortamos a que dispongan los mecanismos necesarios para que en Venezuela, así como en todos los rincones de nuestro continente, se exija, sin distinciones de gobiernos ni ideologías, el debido respeto por la libertad de expresión y de prensa de todos los seres humanos”.
junio 01, 2009
OEA incongruente: Cuba y Venezuela
Es increíble que en esta 39 asamblea general de la OEA haya países tan ciegos que pidan – como lo hicieron desde la Cumbre de Trinidad y Tobago – que Cuba sea insertada nuevamente en la organización hemisférica, sin pedirle nada a cambio, especialmente en materia de libertades civiles y garantías para los derechos humanos.
A pesar de que los hermanos Castro y Hugo Chávez han dicho y reiterado recientemente que la OEA es una organización de porquería y que Cuba jamás querría ni debería incorporarse, muchas naciones latinoamericanas insisten que la OEA ya no puede existir sin Cuba.
Esta es una de las mayores incongruencias históricas de la organización, no solo porque no aprovecha la oportunidad para exigir a Cuba que libere a unos 300 presos políticos y que respete la libertad de expresión y de prensa; sino, porque además, no está haciendo absolutamente nada en contra de Chávez quien está ensañado en contra de la televisora independiente Globovisión a la cual ha jurado que cerrará, tal como lo hizo con RCTV en mayo de 2007.
La incongruencia de esta organización hemisférica sobre Cuba y Venezuela, es que debería tener la obligación y responsabilidad de hacer cumplir la Carta Democrática Interamericana y la Convención Americana sobre Derechos Humanos, documentos ambos que centran su atención en las garantías constitucionales e internacionales y en la libertad de prensa y de expresión como valores fundamentales de la democracia.
Si la OEA no hace algo al respecto, o peor aún, lo hace al revés, ganará en mayor desconfianza de parte de toda la población y le dará la razón a muchos quienes piensan que no tiene nada que contribuir.
A pesar de que los hermanos Castro y Hugo Chávez han dicho y reiterado recientemente que la OEA es una organización de porquería y que Cuba jamás querría ni debería incorporarse, muchas naciones latinoamericanas insisten que la OEA ya no puede existir sin Cuba.
Esta es una de las mayores incongruencias históricas de la organización, no solo porque no aprovecha la oportunidad para exigir a Cuba que libere a unos 300 presos políticos y que respete la libertad de expresión y de prensa; sino, porque además, no está haciendo absolutamente nada en contra de Chávez quien está ensañado en contra de la televisora independiente Globovisión a la cual ha jurado que cerrará, tal como lo hizo con RCTV en mayo de 2007.
La incongruencia de esta organización hemisférica sobre Cuba y Venezuela, es que debería tener la obligación y responsabilidad de hacer cumplir la Carta Democrática Interamericana y la Convención Americana sobre Derechos Humanos, documentos ambos que centran su atención en las garantías constitucionales e internacionales y en la libertad de prensa y de expresión como valores fundamentales de la democracia.
Si la OEA no hace algo al respecto, o peor aún, lo hace al revés, ganará en mayor desconfianza de parte de toda la población y le dará la razón a muchos quienes piensan que no tiene nada que contribuir.
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Desde mis inicios en el periodismo hasta mi actual exploración en la ficción, la relación entre verdad y libertad siempre me ha fascinado. S...

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