El fútbol mueve pasiones y los goles desgarran el corazón, cuando son en contra, claro. No hay mayor dolor que tu equipo pierda un partido en las eliminatorias y en especial por seis pepas, como nos pasó a nosotros esta vez. Hoy miré el fixture de todos los partidos y no podía creer cuando llegué al casillero de Bolivia-Argentina. Todos los demás resultados eran razonables. El nuestro medio lunático, impensable, asquerosamente doloroso.
Cada punto ganado o perdido trajo todo el día discusiones interminables en la radio, centímetros de tinta en los diarios y millones de bytes en todas las decenas de páginas a las que accedí en busca de consuelo. Esta vez en vez de festejar con las nacionalidades ganadoras, y las fiestas en las calles de La Paz, Santa Cruz, Cochabamba, Sucre – al final Evo Morales pudo unir al país - me consolé refugiándome con los mexicanos goleados por los hondureños y con los colombianos y con los ecuatorianos que perdieron dos puntos valiosos en los últimos suspiros del partido contra los paraguayos. Ni siquiera los grandes equipos de Europa perdieron, ya que uno cuando su equipo es vilipendiado, por lo menos se consuela con la derrota de Inglaterra, España, Alemania, Italia, Holanda… pero a todos les fue bien. Entonces perder solo es como más doloroso.
Los mexicanos se están peleando a más no poder, los argentinos, parte de nosotros queremos de vuelta a Riquelme, otros quieren seguir bancando a Maradona y culpar a la altura de La Paz y otros más argumentan que fuimos flojos y no tuvimos los huevos que los chilenos que sí los tuvieron en La Paz. Obviamente, muchos nos calentamos en contra de Maradona por haber antepuesto sus simpatías políticas a favor de Evo Morales cuando el año pasado hizo una campaña intensa para derrotar el reglamento que hubiera prohibido jugar al fútbol por arriba de los 2.500 metros. ¡Qué salame el pelusa! Estuve algunas veces en La Paz y puedo decir que desde que toqué piso en el aeropuerto de El Alto, hasta que me fui, es el lugar de la tierra que más odio porque no entra una sola gota de aire en mis pulmones. Es absolutamente irrazonable vivir ahí arriba, por lo que justifico que un equipo pueda ser derrotado a mansalva y apoyo cualquier iniciativa para prohibir la competencia deportiva en las nubes. Es una competencia desleal. Es como si los adaptados jugaran con la ventaja de tener 50 kilogramos de anabólicos en la sangre.
Una de las cosas tragicómicas que me pasó hoy es que tuve llamadas y correos electrónicos de muchos amigos y conocidos, incluso de los que jamás sospeché que les gustaba tanto el fútbol. Muchos de ellos en forma sincera me cargaban y otros muy mentirosos los carajos – un brasileño y tres chilenos – me llamaron para decirme cuan acongojados estaban y darme unas clases magistrales sobre cómo Maradona hubiera tenido que parar el equipo. Guauuuuu.
La verdad que hace mucho que el fútbol no me dolía como esta vez. Me sentí herido. Ayer a la tarde perdí la concentración y por la noche el sueño. No espero el momento que pasen los días y la herida se cierre. Para colmo con cosas así, como los 5 – 0 de Colombia en el Monumental y este 6 a 1 en el Siles Suazo, por más que uno los quiera borrar o quisiera que lo hipnotices para sacarlo del subconsciente, siempre habrá algún amigo maldito, algún colombiano, un boliviano, un brasileño, que como un gran Freud se encargará de traerlo a la memoria y peor aún, a la memoria colectiva.
Quiero contarles sobre los procesos creativos de esta nueva historia sobre la verdad, la libertad y el miedo al futuro. Es mi nueva novela y espero publicarla cuando se sincronicen los planetas (las editoriales) o cuando se me acabe la paciencia y decida autopublicar -- Los contenidos de mi blog Prensa y Expresión están en el archivo. Blog por Ricardo Trotti
abril 02, 2009
abril 01, 2009
Violencia en Honduras y Guatemala
Lamentablemente los altos índices de inseguridad, incontrolables en muchos países latinoamericanos, se cobró la vida de otros dos periodistas, por causas que todavía deben establecerse y sobre las que no hay evidencia concreta de que hayan sucedido debido a su trabajo profesional.
No por ello, estas muertes no dejan de ser una afrenta a la seguridad ciudadana y posiblemente hayan sido tiros directos a la libertad de información. Se requiere que las autoridades de Honduras y Guatemala se aboquen a esclarecer estos hechos y lleven a los responsables ante la justicia.
En San Pedro Sula, Honduras, fue asesinado el martes por la tarde el periodista Rafael Munguía, quien trabajaba para Radio Cadena Voces (RCV). Fue atacado a balazos por hombres armados que se conducían en un carro particular, color verde, según informes de emisoras de radio en aquella ciudad. Tras atacarlo a tiros, los delincuentes le arrastraron algunos metros con el carro en que se conducía, según publicó La Prensa de esa ciudad hondureña.
Por otra parte, en ciudad de Guatemala, en plena vía pública fue asesinado a tiros esta tarde el periodista Rolando Santis, en un ataque en el que también resultó herido su camarógrafo Antonio de León, ambos pertenecientes a Canal 13. Santis falleció en el lugar de los hechos y el camarógrafo fue trasladado a un hospital. El periodista iba manejando un automóvil y cuando fue alcanzado por los disparos, atropelló varios puestos de ventas callejeras.
Durante la reunión semestral de la SIP que sostuvimos en Asunción a mediados de marzo, se dio a conocer que en los últimos 20 años, en Latinoamérica han sido asesinados 332 periodistas en el ejercicio de su profesión.
No por ello, estas muertes no dejan de ser una afrenta a la seguridad ciudadana y posiblemente hayan sido tiros directos a la libertad de información. Se requiere que las autoridades de Honduras y Guatemala se aboquen a esclarecer estos hechos y lleven a los responsables ante la justicia.
En San Pedro Sula, Honduras, fue asesinado el martes por la tarde el periodista Rafael Munguía, quien trabajaba para Radio Cadena Voces (RCV). Fue atacado a balazos por hombres armados que se conducían en un carro particular, color verde, según informes de emisoras de radio en aquella ciudad. Tras atacarlo a tiros, los delincuentes le arrastraron algunos metros con el carro en que se conducía, según publicó La Prensa de esa ciudad hondureña.
Por otra parte, en ciudad de Guatemala, en plena vía pública fue asesinado a tiros esta tarde el periodista Rolando Santis, en un ataque en el que también resultó herido su camarógrafo Antonio de León, ambos pertenecientes a Canal 13. Santis falleció en el lugar de los hechos y el camarógrafo fue trasladado a un hospital. El periodista iba manejando un automóvil y cuando fue alcanzado por los disparos, atropelló varios puestos de ventas callejeras.
Durante la reunión semestral de la SIP que sostuvimos en Asunción a mediados de marzo, se dio a conocer que en los últimos 20 años, en Latinoamérica han sido asesinados 332 periodistas en el ejercicio de su profesión.
marzo 31, 2009
"Un médico por aquí por favor"
Murió esta noche Raúl Alfonsín, el ex presidente argentino (1983-1989) quien restableció la democracia después de una profunda dictadura y quien me permitió por primera votar en mi vida. Voté por él en el 83, no sólo como voto castigo contra el peronista Italo Lúder, sino porque estaba convencido y “persuadido” para usar sus propias palabras que fueron el caballito de batalla de su formidable campaña política.
Recuerdo que en aquella época, como estudiante de periodismo, me tocó hacer un trabajo especial sobre la campaña y fue mi primera incursión en el estudio de la propaganda política y en especial un seguidor de todos los detalles que David Ratto, el jefe de la publicidad política de Alfonsín, que transformó el modo de hacer campañas.
“Un médico por aquí por favor” dijo Alfonsín en esa época en frente de la Casa Radical (de la Unión Cívica Radical que nació en 1890) en Córdoba donde fui con mi novia, ahora mi esposa con quien ya tenemos 24 años de casados, lo que despertó el delirio del público, cuando él indicaba una parte de la masa que lo seguía señalando a alguien que se sofocaba entre la muchedumbre. Esa frase, esa preocupación por el otro, mostraba su vocación de servicio, su humildad y su estilo campechano. A ellos se sumaba su sentido de patriotismo que era parte de la campaña de Ratto, cuya manifestación más elocuente era el logo para calcomanías de automóviles, camisetas, posters, estandartes y todo tipo de parafernalia que mostraba sus iniciales en mayúscula RA (Raúl Alfonsín o República Argentina, indistintamente) que flotaban sobre la bandera argentina.
Luego, ganada su Presidencia, Alfonsín pudo sostener la democracia, derrotar intentos desestabilizadores, procesar a los militares de la dictadura anterior y terminar a las apuradas por una hiperinflación que no respetó clases sociales y por la cual tuvo que entregar el poder unos meses antes de tiempo a Carlos Saúl Menem.
Por aquel primer voto, y por su tesón en mantener el sistema, Alfonsín representa el valor de la democracia.
Recuerdo que en aquella época, como estudiante de periodismo, me tocó hacer un trabajo especial sobre la campaña y fue mi primera incursión en el estudio de la propaganda política y en especial un seguidor de todos los detalles que David Ratto, el jefe de la publicidad política de Alfonsín, que transformó el modo de hacer campañas.
“Un médico por aquí por favor” dijo Alfonsín en esa época en frente de la Casa Radical (de la Unión Cívica Radical que nació en 1890) en Córdoba donde fui con mi novia, ahora mi esposa con quien ya tenemos 24 años de casados, lo que despertó el delirio del público, cuando él indicaba una parte de la masa que lo seguía señalando a alguien que se sofocaba entre la muchedumbre. Esa frase, esa preocupación por el otro, mostraba su vocación de servicio, su humildad y su estilo campechano. A ellos se sumaba su sentido de patriotismo que era parte de la campaña de Ratto, cuya manifestación más elocuente era el logo para calcomanías de automóviles, camisetas, posters, estandartes y todo tipo de parafernalia que mostraba sus iniciales en mayúscula RA (Raúl Alfonsín o República Argentina, indistintamente) que flotaban sobre la bandera argentina.
Luego, ganada su Presidencia, Alfonsín pudo sostener la democracia, derrotar intentos desestabilizadores, procesar a los militares de la dictadura anterior y terminar a las apuradas por una hiperinflación que no respetó clases sociales y por la cual tuvo que entregar el poder unos meses antes de tiempo a Carlos Saúl Menem.
Por aquel primer voto, y por su tesón en mantener el sistema, Alfonsín representa el valor de la democracia.
marzo 30, 2009
Honran a periodistas asesinados
Alberto Ibarguen, presidente del directorio de Newseum en Washington DC, un museo del Freedom Forum dedicado enteramente a la compresión de las noticias, anunció hoy que se le han añadido 77 nombres de periodistas asesinados al monumento con el que se simboliza la lucha por la libertad de prensa en el mundo entero.
''Estos asesinatos golpean el corazón de la democracia, silenciando la expresión y privando a las comunidades de la información que necesitan para llevar adelante sus asuntos'', dijo Ibarguen.
Ibarguen, también presidente de la Fundación Knight, con sede en Miami, elogió públicamente el trabajo de la SIP con su proyecto contra la Impunidad, a través del cual, tras más de cien investigaciones y la presión constante a las autoridades, en los últimos años se ha logrado que 109 personas en las Américas hayan o estén pagando sus crímenes detrás de las rejas.
En una parte emotiva de su discurso, Ibarguen dijo: “Debemos resaltar el trabajo del Comité de Protección de Periodistas y de Reporteros Sin Fronteras. Pero quiero llamar la atención sobre el trabajo de la Sociedad Interamericana de Prensa que hace años tuvo el desafío de mostrar que en más de 100 casos de asesinatos de periodistas no había un solo sentenciado. Se enfocaron entonces en dos cosas que la gente de los periódicos sabe hacer muy bien: Periodismo y publicidad. Establecieron unas Unidades de respuesta Rápida, compuesta de Periodistas investigativos para investigar los casos donde sucedan.
Esas investigaciones son publicadas y puestas a disposición en www.impunidad.com La SIP mantiene presión sobre los gobiernos a través de misiones, comunicados y trayendo casos ante los tribunales internacionales de derechos humanos y haciendo publicidad sobre ellos.
Todo esto no ha ni está deteniendo los crímenes contra periodistas en la región. Pero sus investigaciones han llevado a docenas de procesos, resultando en 109 sentencias y en 82 personas que están en este momento detrás de las rejas. Estoy orgulloso de decir que la Fundación Knight está apoyando este programa, y que está apoyando otros similares en otras partes del mundo como el del Comité de protección de Periodistas”.
El monumento tiene 1.913 nombres de periodistas muertos a consecuencia de su trabajo desde 1837, no habiendo prácticamente país donde estos hechos no se hayan registrado. El monumento se construyó por primera vez en 1996, con menos de mil nombres, cuando la sede del Freedom Forum estaba en la otra orilla del río Potomac, en la ciudad de Arlington, Virginia. Los nuevos nombres incluyen a 62 periodistas muertos en el 2008 – 5 de ellos mexicanos - y 15 en el 2007.
''Estos asesinatos golpean el corazón de la democracia, silenciando la expresión y privando a las comunidades de la información que necesitan para llevar adelante sus asuntos'', dijo Ibarguen.
Ibarguen, también presidente de la Fundación Knight, con sede en Miami, elogió públicamente el trabajo de la SIP con su proyecto contra la Impunidad, a través del cual, tras más de cien investigaciones y la presión constante a las autoridades, en los últimos años se ha logrado que 109 personas en las Américas hayan o estén pagando sus crímenes detrás de las rejas.
En una parte emotiva de su discurso, Ibarguen dijo: “Debemos resaltar el trabajo del Comité de Protección de Periodistas y de Reporteros Sin Fronteras. Pero quiero llamar la atención sobre el trabajo de la Sociedad Interamericana de Prensa que hace años tuvo el desafío de mostrar que en más de 100 casos de asesinatos de periodistas no había un solo sentenciado. Se enfocaron entonces en dos cosas que la gente de los periódicos sabe hacer muy bien: Periodismo y publicidad. Establecieron unas Unidades de respuesta Rápida, compuesta de Periodistas investigativos para investigar los casos donde sucedan.
Esas investigaciones son publicadas y puestas a disposición en www.impunidad.com La SIP mantiene presión sobre los gobiernos a través de misiones, comunicados y trayendo casos ante los tribunales internacionales de derechos humanos y haciendo publicidad sobre ellos.
Todo esto no ha ni está deteniendo los crímenes contra periodistas en la región. Pero sus investigaciones han llevado a docenas de procesos, resultando en 109 sentencias y en 82 personas que están en este momento detrás de las rejas. Estoy orgulloso de decir que la Fundación Knight está apoyando este programa, y que está apoyando otros similares en otras partes del mundo como el del Comité de protección de Periodistas”.
El monumento tiene 1.913 nombres de periodistas muertos a consecuencia de su trabajo desde 1837, no habiendo prácticamente país donde estos hechos no se hayan registrado. El monumento se construyó por primera vez en 1996, con menos de mil nombres, cuando la sede del Freedom Forum estaba en la otra orilla del río Potomac, en la ciudad de Arlington, Virginia. Los nuevos nombres incluyen a 62 periodistas muertos en el 2008 – 5 de ellos mexicanos - y 15 en el 2007.
marzo 29, 2009
Inseguridad y televisión
En estos días, el gobierno argentino, en especial su presidente, Cristina Fernández, está tomando el toro de la inseguridad por las astas. Pero más allá de delinear políticas de seguridad para contrarrestar las estadísticas sobre mayores cantidades de delitos que en años pasados, está acusando a los medios de ser los verdaderos propagadores de la violencia, de incentivarla, o al menos de hacerla aparentar que es mayor de lo que realmente es.
Es verdad. La televisión tiene esa virtud pecaminosa de ensañarse con los hechos de sangre y con los delitos comunes, como los robos, hurtos, accidentes de tránsito, y con los graves, como los secuestros, asesinatos, violaciones, suicidios, etc… Más allá de que los periodistas puedan justificar que los medios son solo un espejo de la realidad y que tienen la obligación de retratar la realidad, lo cierto también es que hay ciertas responsabilidades ante los problemas que subyacen con el sentido de propagación y con el de imitación, particularmente.
Las conductas sociales se contagian y los medios - incluso el internet como lo hemos comentado en otro post en este blog muy responsable del contagio de casos de suicidios entre jóvenes – tienen responsabilidad en la forma que ofrecen las noticias, las muestran y les dan seguimiento. Generan muchas veces estados de incertidumbre y angustia que alteran conductas sociales.
Nunca me olvidaré los sentimientos que me asaltaron cuando llegué a vivir 16 años atrás. Después de mi trabajo regresaba al departamento que había alquilado por un mes antes de preparar el terreno para traer a mi familia. Llegaba justo para el noticiero de televisión a las seis. Por media hora todas las tardes estaba expuesto a la mayor violencia y con lujo de detalles que se generaba durante el día en Miami, y todos los canales mostraban prácticamente lo mismo, con pocas variaciones. Era atrapante, pero al mismo tiempo, llegué a dudar muy seriamente si Miami era el lugar donde debía traer a mi señora y mis tres hijos.
A defensa de los periodistas, podría decir que la televisión mostraba la realidad, eso estaba pasando durante el día. Pero lo que sucedía es que la televisión compendiaba una realidad de Miami y una óptica de violencia en media hora que no era toda la realidad. Miami, para mí, era en realidad un lugar bueno donde trabajar, tener un futuro, ir a la playa, al restaurante, al supermercado, manejar un auto, ir a las tiendas y todo en suma tranquilidad. Es decir, la realidad de la televisión era la misma pero estaba retratada en forma diferente, con un encono de violencia y desesperación.
La visión de la televisión y de la realidad tales como son no ha variado en Miami, y creo que esto se aplica al resto de las ciudades y países. Tenemos una percepción diferente de la realidad de acuerdo a lo que nos dice la televisión. La televisión potencia el grado de inseguridad que existe y sentimos.
Es verdad. La televisión tiene esa virtud pecaminosa de ensañarse con los hechos de sangre y con los delitos comunes, como los robos, hurtos, accidentes de tránsito, y con los graves, como los secuestros, asesinatos, violaciones, suicidios, etc… Más allá de que los periodistas puedan justificar que los medios son solo un espejo de la realidad y que tienen la obligación de retratar la realidad, lo cierto también es que hay ciertas responsabilidades ante los problemas que subyacen con el sentido de propagación y con el de imitación, particularmente.
Las conductas sociales se contagian y los medios - incluso el internet como lo hemos comentado en otro post en este blog muy responsable del contagio de casos de suicidios entre jóvenes – tienen responsabilidad en la forma que ofrecen las noticias, las muestran y les dan seguimiento. Generan muchas veces estados de incertidumbre y angustia que alteran conductas sociales.
Nunca me olvidaré los sentimientos que me asaltaron cuando llegué a vivir 16 años atrás. Después de mi trabajo regresaba al departamento que había alquilado por un mes antes de preparar el terreno para traer a mi familia. Llegaba justo para el noticiero de televisión a las seis. Por media hora todas las tardes estaba expuesto a la mayor violencia y con lujo de detalles que se generaba durante el día en Miami, y todos los canales mostraban prácticamente lo mismo, con pocas variaciones. Era atrapante, pero al mismo tiempo, llegué a dudar muy seriamente si Miami era el lugar donde debía traer a mi señora y mis tres hijos.
A defensa de los periodistas, podría decir que la televisión mostraba la realidad, eso estaba pasando durante el día. Pero lo que sucedía es que la televisión compendiaba una realidad de Miami y una óptica de violencia en media hora que no era toda la realidad. Miami, para mí, era en realidad un lugar bueno donde trabajar, tener un futuro, ir a la playa, al restaurante, al supermercado, manejar un auto, ir a las tiendas y todo en suma tranquilidad. Es decir, la realidad de la televisión era la misma pero estaba retratada en forma diferente, con un encono de violencia y desesperación.
La visión de la televisión y de la realidad tales como son no ha variado en Miami, y creo que esto se aplica al resto de las ciudades y países. Tenemos una percepción diferente de la realidad de acuerdo a lo que nos dice la televisión. La televisión potencia el grado de inseguridad que existe y sentimos.
marzo 28, 2009
Zelaya y Ortega: desaire al presnete
Los gobiernos de Estados Unidos no son trigo limpio y mucha razón hubo durante la administración de George Bush cuando todos criticaban que los estadounidenses le dieron y le están dando la espalda a Latinoamérica.
Después de esa crítica justa, sin embargo lo que sorprende, es que ahora que el nuevo gobierno tomó la decisión correcta de escuchar a Latinoamérica – por eso la visita del vicepresidente a Chila y a Costa Rica donde está escuchando a los presidentes del cono Sur y esta semana lo hará con los de América Central – dos presidentes como Manuel Zelaya y Daniel Ortega no solo desaprovechan la oportunidad sino que producen un gran desaire a los nuevos tiempos de cambio. Desairaron la presente época.
Después de esa crítica justa, sin embargo lo que sorprende, es que ahora que el nuevo gobierno tomó la decisión correcta de escuchar a Latinoamérica – por eso la visita del vicepresidente a Chila y a Costa Rica donde está escuchando a los presidentes del cono Sur y esta semana lo hará con los de América Central – dos presidentes como Manuel Zelaya y Daniel Ortega no solo desaprovechan la oportunidad sino que producen un gran desaire a los nuevos tiempos de cambio. Desairaron la presente época.
marzo 27, 2009
Transparencia y rendición de cuentas
Calcular el nivel de democracia de un gobierno no es fácil. Algunos parámetros que se utilizan, como la independencia de los poderes del Estado y la limpieza de los procesos electorales, son engorrosos y conflictivos de medir.
Sin embargo, una forma simple de medición es observar si el gobierno rinde cuentas en forma cotidiana y sistemática sobre los gastos públicos, o si a esos datos los manipula, niega o esconde.
La vocación de transparencia es muchas veces una actitud política: se quiere o no se quiere rendir cuentas. Por eso es necesario que existan reglas que obliguen a las autoridades a ser cristalinas, de lo contrario se podrán esperar excusas, como recientemente las dio un tribunal de La Plata, Argentina. Le negó a un periodista, tras cuatro años de pleito judicial, obtener información sobre presupuestos, salarios y cantidad de funcionarios de un municipio, con el ridículo fallo de que “los datos… se encuentran comprendidos en la esfera de intimidad de las personas involucradas”.
Sin reglas claras, es difícil que las autoridades decidan por iniciativa propia rendir cuentas, incluso en países tan abiertos y democráticos como Costa Rica, donde un estudio realizado por el Instituto de Prensa y Libertad de Expresión, reveló que una mayoría “alarmante” de ministerios y organismo públicos no está forzada a proporcionar al público o a la prensa, información básica sobre presupuestos o gastos.
Muchas veces no se trata de estar obligado, sino de tener la voluntad política necesaria y ser conscientes de que la transparencia mejora la gestión gubernamental y reduce los niveles de corrupción. Así lo consideró el presidente estadounidense Barack Obama, quien después de prometer que su gobierno tendría “niveles sin precedente de apertura”, dictó varias normas valiosas. La más importante de todas es quizás el sitio de internet (www.recovery.gov) habilitado el 17 de febrero, en el que se informa cómo, cuándo y dónde se están gastando los dólares de los contribuyentes aplicados al paquete de estímulo. En ese sitio, los ciudadanos pueden monitorear la distribución y uso de fondos, la creación de empleos y el progreso de la recuperación económica prometida.
Su mayor claridad le ameritará un mejor puntaje del estudio sobre presupuestos entre 85 países que difundió la International Budget Partnership, cuyo objeto es provocar mayor gobernabilidad y combatir la pobreza. La encuesta reveló que un 80% de los gobiernos no informa sobre el uso de los dineros públicos, muchos de ellos latinoamericanos. El más opaco es Bolivia, ubicado en el puesto 74, seguido por República Dominicana (68), Honduras (66), Nicaragua (62), Venezuela (54), El Salvador (48), Ecuador (47), Costa Rica (39), Guatemala (38), México (28), Argentina (25) y Colombia (18). El país más transparente resultó Brasil (7) y luego Perú (11). La mala ubicación es similar a la que estos países obtuvieron en otros sondeos sobre información pública general.
Obama no se quedó en el gasto público. Creó y examinó más normas sobre información pública en 70 días, que su predecesor en ocho años. Difundió memorandos del gobierno anterior demostrando que se irrespetaron garantías constitucionales apenas sucedido el ataque del 11 de septiembre del 2001, tales como permitir escuchas telefónicas sin orden judicial y métodos de tortura en Guantánamo. También eliminó la prohibición a los periodistas de fotografiar ataúdes que llegaran de las guerras de Irak y Afganistán, e hizo revisar controles existentes en la Ley de Acceso a la Información y a la Ley de Archivos de la Presidencia, estableciendo que, ante una disputa sobre la secrecía o no de un documento, siempre debe prevalecer la presunción de la desclasificación.
Más allá de las limitantes, y de que la crisis económica haya puesto en duda las fortalezas del sistema estadounidense, los gobiernos de la región deberían imitar los esfuerzos de Obama por una mayor transparencia. Después de todo, dictar normas que empoderen al público para fiscalizar y monitorear el gasto público, puede resultar en una fórmula eficaz para combatir la corrupción y hacer que mejore la confianza sobre la gestión pública.
Los gobiernos deben estar obligados por ley a rendir cuentas sobre el gasto público. Manipular o esconder la información es de por sí un acto de corrupción y una forma de negarle al pueblo el disfrute de la democracia.
Sin embargo, una forma simple de medición es observar si el gobierno rinde cuentas en forma cotidiana y sistemática sobre los gastos públicos, o si a esos datos los manipula, niega o esconde.
La vocación de transparencia es muchas veces una actitud política: se quiere o no se quiere rendir cuentas. Por eso es necesario que existan reglas que obliguen a las autoridades a ser cristalinas, de lo contrario se podrán esperar excusas, como recientemente las dio un tribunal de La Plata, Argentina. Le negó a un periodista, tras cuatro años de pleito judicial, obtener información sobre presupuestos, salarios y cantidad de funcionarios de un municipio, con el ridículo fallo de que “los datos… se encuentran comprendidos en la esfera de intimidad de las personas involucradas”.
Sin reglas claras, es difícil que las autoridades decidan por iniciativa propia rendir cuentas, incluso en países tan abiertos y democráticos como Costa Rica, donde un estudio realizado por el Instituto de Prensa y Libertad de Expresión, reveló que una mayoría “alarmante” de ministerios y organismo públicos no está forzada a proporcionar al público o a la prensa, información básica sobre presupuestos o gastos.
Muchas veces no se trata de estar obligado, sino de tener la voluntad política necesaria y ser conscientes de que la transparencia mejora la gestión gubernamental y reduce los niveles de corrupción. Así lo consideró el presidente estadounidense Barack Obama, quien después de prometer que su gobierno tendría “niveles sin precedente de apertura”, dictó varias normas valiosas. La más importante de todas es quizás el sitio de internet (www.recovery.gov) habilitado el 17 de febrero, en el que se informa cómo, cuándo y dónde se están gastando los dólares de los contribuyentes aplicados al paquete de estímulo. En ese sitio, los ciudadanos pueden monitorear la distribución y uso de fondos, la creación de empleos y el progreso de la recuperación económica prometida.
Su mayor claridad le ameritará un mejor puntaje del estudio sobre presupuestos entre 85 países que difundió la International Budget Partnership, cuyo objeto es provocar mayor gobernabilidad y combatir la pobreza. La encuesta reveló que un 80% de los gobiernos no informa sobre el uso de los dineros públicos, muchos de ellos latinoamericanos. El más opaco es Bolivia, ubicado en el puesto 74, seguido por República Dominicana (68), Honduras (66), Nicaragua (62), Venezuela (54), El Salvador (48), Ecuador (47), Costa Rica (39), Guatemala (38), México (28), Argentina (25) y Colombia (18). El país más transparente resultó Brasil (7) y luego Perú (11). La mala ubicación es similar a la que estos países obtuvieron en otros sondeos sobre información pública general.
Obama no se quedó en el gasto público. Creó y examinó más normas sobre información pública en 70 días, que su predecesor en ocho años. Difundió memorandos del gobierno anterior demostrando que se irrespetaron garantías constitucionales apenas sucedido el ataque del 11 de septiembre del 2001, tales como permitir escuchas telefónicas sin orden judicial y métodos de tortura en Guantánamo. También eliminó la prohibición a los periodistas de fotografiar ataúdes que llegaran de las guerras de Irak y Afganistán, e hizo revisar controles existentes en la Ley de Acceso a la Información y a la Ley de Archivos de la Presidencia, estableciendo que, ante una disputa sobre la secrecía o no de un documento, siempre debe prevalecer la presunción de la desclasificación.
Más allá de las limitantes, y de que la crisis económica haya puesto en duda las fortalezas del sistema estadounidense, los gobiernos de la región deberían imitar los esfuerzos de Obama por una mayor transparencia. Después de todo, dictar normas que empoderen al público para fiscalizar y monitorear el gasto público, puede resultar en una fórmula eficaz para combatir la corrupción y hacer que mejore la confianza sobre la gestión pública.
Los gobiernos deben estar obligados por ley a rendir cuentas sobre el gasto público. Manipular o esconder la información es de por sí un acto de corrupción y una forma de negarle al pueblo el disfrute de la democracia.
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