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junio 19, 2012

Honduras y México: ahora la ONU

La preocupación por los crímenes contra periodistas en Honduras y México fueron parte del discurso que ayer pronunció la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navi Pillay, debido al incremento de la violencia en estos dos países, sin embargo se olvidó de hablar de Brasil donde en 2012 ya fueron asesinados cuatro comunicadores.

Es bueno que la ONU salte ahora con mayor preocupación a lo que ya es una constante entre las organizaciones intergubernamentales. Sin embargo, el problema es que más allá de los discursos no existe una metodología de presión para que los gobiernos hagan algo para paliar esta crisis de la violencia y la impunidad que rodea a los asesinatos contra periodistas.

Muchos temen en Honduras que la suerte del caso Villatoro o de Sá en Brasil, medianamente esclarecidos, debido a la presión internacional y a las marchas que en ambos países hicieron en protesta por la falta de garantías gubernamentales, no sea la misma que acompañe a otra decena de casos de periodistas asesinados en el interior de los países, donde la prensa es más vulnerable y está más a merced del crimen organizado y de su confabulación con criminales de poca monta, pandilleros y funcionarios corruptos.

En Veracruz, en México, unos 20 periodistas han abandonado la profesión y emigrado a otros estados debido a la decena de periodistas asesinados en ese lugar. De los seis crímenes de este 2012, cinco se han producido en ese estado.

Los gobiernos necesitan reaccionar de inmediato y establecer mecanismos eficientes de protección. Todavía Porfirio Lobo y Dilma Rousseff no parecen tener la suficiente voluntad política para atacar este tema, algo que en México, aunque todavía en forma parcial, sí lo está haciendo la administración de Felipe Calderón con varias iniciativas legales y administrativas.

En Honduras, medios y periodistas necesitan continuar fortaleciendo la solidaridad y unidad que demostraron en las protestas por el caso Villatoro. Es la única forma que el gobierno puede escuchar y, por ende, reaccionar.

septiembre 17, 2011

Estamos perdiendo la batalla

Los periodistas en América Latina estamos perdiendo la batalla en materia de seguridad y protección. Los asesinatos se multiplican y la impunidad se profundiza. Esta semana fueron acribillados otros dos periodistas, uno en Perú y otro en Brasil, mientras en Colombia otro caso de asesinato de periodista asesinado hace 20 años prescribió y ocho más están por correr la misma suerte antes de que termine el 2011.

Los organismos intergubernamentales como la ONU, la UNESCO y la OEA, así como los gobiernos declaman mucho pero hacen poco. Saben del problema, lo diagnostican, proyectan soluciones, pero no tienen la determinación ni la voluntad política para hacer reformas de políticas públicas, administrar justicia o crear programas de protección.

En la última década 177 periodistas han sido víctimas en las Américas debido a su trabajo. En estos días ocurrieron dos nuevos casos, el de Pedro Flores Silva, en Perú y el de Medardo Flores en Honduras, el segundo y quinto periodistas asesinados en cada país este año, con una escalofriante estadística de 25 caídos en toda Latinoamérica.

En un foro celebrado esta semana en la sede de la UNESCO en París, la Sociedad Interamericana de Prensa despotricó contra los sistemas gubernamentales, Estableció que el clima de desprotección generalizada en muchos de nuestros países - demostrado por los índices elevados de inseguridad ciudadana, la inestabilidad política que ha creado situaciones de polarización y el discurso político anti prensa - es caldo de cultivo para la violencia contra los periodistas.

En muchos casos, los periodistas son rechazados o se les niega información; son agredidos por las turbas o por otros periodistas al servicio de medios gubernamentales; perseguidos o detenidos por lo que dicen u opinan; sus equipos de trabajo son decomisados; enjuiciados torpemente como en el caso de Ecuador por un Presidente que exige hasta 80 millones de dólares en indemnización; callados a través de jueces obedientes al poder político de turno o los medios son cerrados, como sucede en Venezuela, con casos por todos conocidos. Y la lista podría ser mayor si no habláramos solo de periodistas y sí del público en general que busca expresarse sin censura a través del internet y las redes sociales.

Para las organizaciones intergubernamentales el desafío es grande y deben hacer algo en forma urgente. Deben lograr que cada gobierno se responsabilice y que haga las reformas de políticas públicas necesarias, ya sea mediante reformas a la Constitución, al Código Penal o cree nuevas leyes que sirvan para crear programas de seguridad, de protección de testigos, de creación de fiscalías y de jurisdicciones especiales para atender casos de violencia contra la prensa y la libertad de expresión en general.

En México, justamente ayer, un grupo de diputados federales renovó sus intenciones para que los crímenes contra periodistas se federalicen, promesas que el propio presidente felipe Calderón y sus antecesores, Vicente Fox y Ernesto Zedillo, prometieron, aunque infructuosamente, a la SIP.

En las Américas, el contrasentido es que las únicas leyes que están apareciendo rápidamente y con fuerza, son las que regulan a la prensa, las que en muchos casos tienen la intención de controlar a los medios y coartar su capacidad de fiscalización.

A esta iniciativa, la SIP viene sumando otras que forman parte de una larga que se estableció hace casi dos décadas y que contempla lo siguiente: Que los delitos cometidos contra periodistas, en especial los asesinatos, no prescriban; que tengan agravantes; que haya jurisdicciones especiales para su procesamiento; que los organismos multilaterales de ayuda, condicionen el apoyo económico y financiero a aquellos países donde no se respete la vida de los periodistas u otras manifestaciones graves de ataques a medios y periodistas; y que se reformen y adecúen los planes de estudio universitarios para capacitar a los futuros comunicadores en temas de protección, seguridad y responsabilidades.

Lamentablemente, hubo pocos avances en todos estos temas. Y la SIP volvió a recordarlos en su Declaración de Puebla, redactada y firmada por 22 universidades de 13 países a los que se convocó a la “ciudad de la cultura” y ahora en la UNESCO, indicando que ya es hora de que los gobiernos dejen de lado los diagnósticos y pasen a los hechos.

Ahora se necesitan los instrumentos adecuados para que cada gobierno se comprometa y responsabilice; y que se empiece con cambios específicos, ya que cuando se prometen reformas generales, terminan por diluirse.

marzo 30, 2009

Honran a periodistas asesinados

Alberto Ibarguen, presidente del directorio de Newseum en Washington DC, un museo del Freedom Forum dedicado enteramente a la compresión de las noticias, anunció hoy que se le han añadido 77 nombres de periodistas asesinados al monumento con el que se simboliza la lucha por la libertad de prensa en el mundo entero.

''Estos asesinatos golpean el corazón de la democracia, silenciando la expresión y privando a las comunidades de la información que necesitan para llevar adelante sus asuntos'', dijo Ibarguen.

Ibarguen, también presidente de la Fundación Knight, con sede en Miami, elogió públicamente el trabajo de la SIP con su proyecto contra la Impunidad, a través del cual, tras más de cien investigaciones y la presión constante a las autoridades, en los últimos años se ha logrado que 109 personas en las Américas hayan o estén pagando sus crímenes detrás de las rejas.
En una parte emotiva de su discurso, Ibarguen dijo: “Debemos resaltar el trabajo del Comité de Protección de Periodistas y de Reporteros Sin Fronteras. Pero quiero llamar la atención sobre el trabajo de la Sociedad Interamericana de Prensa que hace años tuvo el desafío de mostrar que en más de 100 casos de asesinatos de periodistas no había un solo sentenciado. Se enfocaron entonces en dos cosas que la gente de los periódicos sabe hacer muy bien: Periodismo y publicidad. Establecieron unas Unidades de respuesta Rápida, compuesta de Periodistas investigativos para investigar los casos donde sucedan.

Esas investigaciones son publicadas y puestas a disposición en www.impunidad.com La SIP mantiene presión sobre los gobiernos a través de misiones, comunicados y trayendo casos ante los tribunales internacionales de derechos humanos y haciendo publicidad sobre ellos.

Todo esto no ha ni está deteniendo los crímenes contra periodistas en la región. Pero sus investigaciones han llevado a docenas de procesos, resultando en 109 sentencias y en 82 personas que están en este momento detrás de las rejas. Estoy orgulloso de decir que la Fundación Knight está apoyando este programa, y que está apoyando otros similares en otras partes del mundo como el del Comité de protección de Periodistas”.

El monumento tiene 1.913 nombres de periodistas muertos a consecuencia de su trabajo desde 1837, no habiendo prácticamente país donde estos hechos no se hayan registrado. El monumento se construyó por primera vez en 1996, con menos de mil nombres, cuando la sede del Freedom Forum estaba en la otra orilla del río Potomac, en la ciudad de Arlington, Virginia. Los nuevos nombres incluyen a 62 periodistas muertos en el 2008 – 5 de ellos mexicanos - y 15 en el 2007.

Tensión entre la verdad y la libertad

Desde mis inicios en el periodismo hasta mi actual exploración en la ficción, la relación entre verdad y libertad siempre me ha fascinado. S...