Mostrando entradas con la etiqueta Antonio Ledezma. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Antonio Ledezma. Mostrar todas las entradas

febrero 22, 2015

El populismo y las nuevas mayorías

Con las marchas de #F18 en Buenos Aires y Caracas pidiendo justicia por un fiscal muerto y un alcalde preso, el ciclotímico péndulo de la política latinoamericana pareciera que está iniciando su oscilación hacia el otro extremo.

Los gobiernos populistas de Cristina de Kirchner y Nicolás Maduro recordarán que en esta fecha no fueron desafiados sus gobiernos, sino la forma de gobernar. Las protestas por la muerte dudosa del fiscal Alberto Nisman y el arbitrario encarcelamiento del alcalde Leopoldo López desde hace un año, son síntoma de dos sociedades que se cansaron de la impudicia y la inmunidad del poder.

Ambos gobiernos perdieron mucho de la popularidad que ostentaban en otras épocas, en parte real y en parte ficticia, creada con clientelismo, demagogia y propaganda. Hasta ahora reinaron a base de divisiones y polarización, pero en el camino generaron más desigualdades de las que prometieron remediar.

Así como otros discursos e ideologías se fueron extinguiendo, desde la neoliberal a la nacionalista o de la socialdemócrata a la progresista, el populismo latinoamericano está tocando fondo y desacreditado. En Argentina y Venezuela la inflación es agobiante, la corrupción exorbitante y la inseguridad desconcertante, razones que han dejado a estos populistas sin sus acostumbradas mayorías. Ni Kirchner ni Maduro juntan más del 20 por ciento de aprobación y las nuevas mayorías los culpan del desparpajo actual.

Las nuevas mayorías son espontáneas y heterogéneas. Ya no son cacerolazos en barrios pudientes o mitines liderados por opositores en sedes de partidos, sino marchas, tuits y desesperanza convocadas por fiscales y jueces asediados. Las nuevas mayorías incluyen a desesperados de todos los estratos sociales, cansadas de tanta inseguridad e injusticia, y que el derecho a la expresión y el disenso siempre sea descalificado por apátrida y golpista.

Las protestas del #F18 desafiaron la arrogancia y el atropello como forma de gobernar. Las nuevas mayorías están molestas de que sus gobiernos no reconozcan errores y desestimen la autocrítica. Que miren hacia otro lado o hacia Atucha, que sigan armando contramarchas y actos oficiales con militantes pagados o usando cibermilitantes para invadir redes sociales con etiquetas #TodosconCristina, cuando el clamor es por justicia y #TodosconNisman.

Las nuevas mayorías son desconfiadas. Ya no creen en la cancillería argentina cuando envía cartas acusando a los servicios de inteligencia israelíes y estadounidenses de todos los males, desde la muerte de Nisman al atentado de la AMIA. Tampoco creen en el encarcelamiento intempestivo y violento esta semana del alcalde opositor de Caracas, Antonio Ledezma, a quien Maduro acusa de conspirar en EEUU y estar detrás del intento número mil de golpe de Estado, a razón de dos por día de su corta presidencia.

Las nuevas mayorías están cansadas de las excusas y máscaras, de las mentiras y chivos expiatorios. Quieren saber la verdad. Y aunque la mala economía agobie, las marchas no reclaman pan sino que se termine el circo. Reclaman justicia tanto por Nisman como antes por María Soledad, José Luis Cabezas y Axel Bloomberg. En Venezuela no se reclama por la fastidiosa escasez de papel higiénico, sino por la impúdica muerte de decenas de estudiantes que hace un año fueron asesinados por la seguridad del Estado, disfrazándoseles de golpistas.

Los gobiernos populistas han perdido el norte porque se han creído dueños del Estado. Han utilizado recursos de todos como si fueran propios. Han confundido su llamado a ocupar oficinas para administrar la cosa pública, con la plaza para fabricar ideología. Han arengado a las masas, pero no han empoderado a los ciudadanos. Por más de una docena de años en Argentina o más de 15 en Venezuela, los populistas han perdido las oportunidades y están desgastados. Difícilmente podrán recuperar en meses lo perdido en años.

Aunque nunca se debe pecar de ingenuos ante regímenes que usan los recursos de todos para reinventarse y contraatacar, los numerosos frentes abiertos en lo económico y político terminarán por condenar a estos gobiernos. La memoria de Nisman y los casos de López y Ledezma, pesarán demasiado en los procesos electorales de fin de año en ambos países. Las nuevas mayorías están hartas y sentenciarán. 

julio 06, 2009

Para su suerte, la OEA tiene a Insulza

Para todos, desde quienes defienden a las nuevas como a las viejas autoridades de Honduras, ya hay pocas dudas sobre el despreciable papel que José Miguel Insulza está haciendo desde hace rato en frente de la OEA, al menos por los mails y noticias que circulan en los medios de comunicación y en el internet.

Por suerte para la OEA, el desprestigio se le está acreditando directamente a su secretario general, a quien se le acusa de estar manejado como un títere por Hugo Chávez, quien de pronto ha sentido un interés inconmensurable por el papel de la organización para sacar a los golpistas del poder y reinstaurar la democracia en el país. Un interés, claro está, que Chávez jamás lo tuvo y que no lo tiene ya que ha desconocido siempre los fallos de la Corte Interamericana de Derechos Humanos y las decisiones de la Comisión, ambos organismos pertenecientes a la OEA.

Como buena marioneta de Chávez, Insulza sacó de la galera meses atrás argumentos innecesarios para atraer a la OEA al régimen totalitario de 50 años de La Habana, haciendo lobby a expensas de Chávez ante otros gobiernos, sin pedir nada a cambio, excepto la necesidad de inclusión. De repente, gracias a Insulza, la agenda interamericana se vio colmada por las discusiones en torno al régimen de los hermanos Castro, por lo que las reuniones de Trinidad y Tobago y de San Pedro Sula tuvieron como discusión un problema ideológico-propagandístico como el de Cuba, habiendo temas tan importantes para los ciudadanos como la inseguridad, la salud, la educación y la pobreza, aspectos que quedaron rezagados. La política, las urgencias de algunos, como siempre, relegaron a un segundo plano lo importante, el bien común.

Mientras Insulza se creía que podía jugar a la democracia con Honduras, un tema muy fácil para argumentar debido a que hubo militares involucrados en la expulsión de Zelaya, nunca se imagino que le pasarían la factura por un tema al que nunca le prestó verdadera atención, como es la indefensión de la oposición de Venezuela, país al que mira con desdén después de que el propio Chávez lo intimidó calificándolo de “pendejo” y luego lo tentó abriéndolo la posibilidad de tener muchos países alienados para votar por su reelección al frente del organismo.

Un cable de la agencia EFE de esta tarde, dio cuenta de una conferencia de prensa de la oposición venezolana desafiando a Insulza. ''Señor secretario general de la OEA: no se haga el tonto que nosotros sabemos que usted sabe lo que está ocurriendo en Venezuela; tenga vergüenza y no se convierta en un altavoz del tirano (Chávez) que despotiza a Venezuela'', dijo Henry Ramos Allup, de la socialdemócrata Acción Democrática, como portavoz de 11 partidos miembros de la Mesa de la Unidad Democrática, frente al edificio de la OEA en Caracas, en cuyo interior, el alcalde metropolitano, Antonio Ledezma, cumple una huelga de hambre en protesta por la usurpación de poder de parte de Chávez.

Los trapitos al sol que se están mostrando sobre Insulza, seguramente serán sus piedras en el camino para su reelección. Le será difícil revertir una imagen negativa en franco crecimiento.

Para la OEA, Insulza está expiando sus pecados y de esa forma no expone aún más su prestigio, el cual está, dicho sea de paso, bastante por el suelo.

mayo 01, 2009

Chávez y sus "golpes" de esta semana

El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, sigue dando golpes de Estado en su país, al menos violentando la Constitución lo más puede, aunque claro, amparándose en la legalidad de decretos y leyes que sus propios partidarios – y en forma monopólica – viven creando para seguir alimentando su estrategia de crear un país profundamente socialista.

Muchos dirán que lo han votado y que ello le da el derecho de llevar al país hacia donde él y sus electores quieren. No es tan así, ya que ganó solo por un poco más del 50% en el último referendo sobre la opción al SI o al NO, lo que en una democracia implica que si bien es suficiente para mandar, ello no implica que se pueda desconocer a la otra mayoría. Más aún, debe tenerse en cuenta que en esta última oportunidad y en todas las anteriores, Chávez se ha valido demagógicamente del dinero del Estado para comprar votos y voluntades, algo que no es ajeno a lo que sucede con los gobiernos y partidos políticos de otras latitudes latinoamericanas.

No porque él esté enfrente del país, puede desconocer la voluntad del pueblo, al menos el de Caracas donde su partido perdió las elecciones a alcalde. Este miércoles la chavista Asamblea Nacional aprobó una ley que dejó en la calle al alcalde metropolitano, Antonio Ledezma. La ley manda transferir el presupuesto, personal e infraestructura a una nueva autoridad que Chávez designó para manejar la ciudad, dejándole a Ledezma solo el 10% de sus atribuciones.

Chávez también esta semana se ensañó contra el pueblo peruano porque que gobierno de Alan García le otorgó asilo político al líder opositor Manuel Rosales, a quien lo acusa – Chávez directamente – de un acto de corrupción cuando Rosales era gobernador del estado del Zulia. Lo interesante de este caso, fue que Chávez, antes de que hubiera siquiera una investigación y un proceso judicial, dijo durante la campaña electoral anterior que se la tenía jurada a Rosales y que lo haría meter preso. Así que esto evidencia que la justicia es él. Es decir Chávez concentra los tres poderes en uno, es como la Santísima Trinidad. Pero aún, Chávez critica a Alan García de dar cobijo a un corrupto, pero no se olvida que Venezuela dio cabida a Vladimiro Montesinos y a muchos otros corruptos latinoamericanos, así como a montones de guerrilleros de las Farc.

La otra maldad de esta semana fue seguir insistiendo en traer a Irán a América. Nuevamente firmó varios acuerdos de defensa por lo que el gobierno iraní llegó a decir que entra, a través de Venezuela, para ayudar en la defensa continental. No se trata de que está tratando de darle una bofetada a Estados Unidos, lo que es normal en él, sino que está haciéndolo contra el pueblo argentino, incluso con su aliado, el gobierno argentino. El gobierno iraní no ha colaborado en ningún sentido con la justicia argentina por el atentado contra la AMIA, y esa es una gran deuda pendiente y una herida que no es fácil de cicatrizar.

Tensión entre la verdad y la libertad

Desde mis inicios en el periodismo hasta mi actual exploración en la ficción, la relación entre verdad y libertad siempre me ha fascinado. S...