diciembre 12, 2012

Bendito Twitter

A raíz de los primeros tuist del papa Bendicto, comparto mi columna de este fin de semana sobre Twitter.


El papa Benedicto XVI también sucumbió a la tentación. Abrió una cuenta en Twitter con la misión de alcanzar al botín más preciado de todos: E-evangelizar a jóvenes menores de 24 años que forman el 73% de una red social de más de 500 millones de individuos, y en vertiginosa expansión.
Más allá de que el Papa se convirtió en el tuitero con mayor número de seguidores aún antes de empezar a tuitear en ocho idiomas a partir de este 12 de diciembre, su decisión demuestra la importancia creciente que tiene este símbolo de la cultura digital actual, sin el cual los medios tradicionales, los líderes y el público general pueden ya concebir la agenda cotidiana.
Desde que Twitter fue creado por Jack Dorsey en 2006, se ha convertido en una certificación de los grandes logros, fracasos y revoluciones de la humanidad. Nada importante queda sin reflejarse en este microblog, hasta omisiones y temores. Por ejemplo, la gravedad del cáncer que padece Hugo Chávez no está valorada por algún parte médico, sino intuida y medida por el silencio en su cuenta de Twitter, que en épocas de buena salud inundaba de tuits a sus tres millones de seguidores.
Aunque no son tan seguidos como celebridades y deportistas, los líderes y los medios ya no conciben la agenda política sin Twitter. El ejemplo más avezado es el de Barack Obama, quien potenció sus dos elecciones con propaganda y conversaciones directas en esta red social, como la que ofreció este lunes, con la intención de presionar a los republicanos a un acuerdo político para evitar el abismo fiscal y subir los impuestos a los más ricos.
Los medios tradicionales, que al principio de la era digital concebían a las redes sociales como competencia, son ahora los que mejor las usan. No solo para saber por donde va la conversación, sino como fuente alterna de información. Esta semana así lo hicieron diarios y televisoras egipcias. No dejaron un instante de informar por Twitter, mientras practicaban un apagón informativo masivo, en protesta contra el presidente Mohamed Morsi, por instaurar una censura constitucional peor a la que sufrían antes de la Primavera Árabe.
Twitter también genera miedos. Como cualquier herramienta de comunicación, cuando es usada sin escrúpulos, puede producir efectos devastadores y transformar rumores en verdades o calificativos en injurias. De ahí que los príncipes ingleses, Guillermo y Catalina, no hayan esperado hasta Navidad y prefirieron hacer oficial el embarazo antes que se disparara por Twitter, y con malas intenciones.
También quien está en Twitter sabe que los seguidores no son pasivos e imponen expectativas y protocolos de conducta. De ahí que el primer ministro inglés, David Cameron, prefirió olvidarse de la etiqueta de la Casa Real y felicitar a la pareja por Twitter. No fue el único. Lo siguieron miles de estrellas y celebridades del mundo entero, que tampoco quisieron defraudar a sus seguidores o carceleros, como algunos los llaman.
Justamente en Inglaterra se instaló un debate sobre la ética de la comunicación. Los diarios aceptaron que deben tener políticas de autorregulación más severas para evitar escándalos como el del extinto diario News of The World que propició escuchas telefónicas clandestinas. Sin embargo, advirtieron que el informe del juez Brian Leveson, encomendado por el gobierno y que recomendó autorregulación e imposiciones legales, no aborda la falta de ética que cometen los ciudadanos comunes en las redes sociales.
La prensa que ha delinquido y que tiene al sensacionalismo como máxima característica, no puede excusarse ante sus mayores obligaciones profesionales; además, porque es preferible vivir con los riesgos y vicios que acarrean las redes sociales que sin ellas o censurarlas. La arrogancia, el sarcasmo, la difamación y el mal gusto solo podrán ser corregidos con más educación, nuevos códigos de conducta y, en última instancia, a través de la justicia.
Benedicto XVI tiene en Twitter un desafío y una gran oportunidad. Debe ser infalible en 140 caracteres y competir con Lady Gaga y Justin Bieber, los primeros en sobrepasar los 30 millones de seguidores. Pero, sobretodo, por primera vez, tendrá la oportunidad de acceso directo al mundo más íntimo de los jóvenes, los teléfonos móviles, donde Twitter domina. 

diciembre 09, 2012

Messi es universal


Lo que se esperaba para fines de diciembre llegó en forma anticipada. Después del susto ante el partido con el Benfica, la Pulga la volvió a romper y demostrar que está para su cuarto premio consecutivo como el mejor del mundo. No quedan dudas, juega bien y hace goles. Con dos al mismo palo superó al arquero del Betis y se metió en la historia grande del fútbol para superar los 85 goles del alemán Gerard Müller.

Ahora con 86 y sin la presión de alcanzar el récord, seguramente llegará a los 90 y pondrá la vara muy alta para la próxima generación de futbolistas. Pero más allá de los récords lo importante de la Pulga y del Barcelona, para no quitarle méritos al fútbol de equipo, es que se trata de uno de los pocos jugadores y equipos que dejaron el pelotazo y la improvisación. Es un privilegio ver un partido del Barcelona, pero, sobretodo, la consistencia para jugar bien al fútbol; aun cuando pierden no pierden su filosofía del fútbol.

Messi es de otro planeta. Así como Lebron James al básquet, la Pulga es un jugador universal. No importa si uno ni es del Barcelona ni del Miami Heat, ya que por la grandeza de sus logros, uno disfruta como si fueran de su propio equipo. Su universalidad radica en que hacen más grande al deporte.  

@pontifex la nueva arma papal

RICARDO TROTTI: Bendito Twitter - Opinión - ElNuevoHerald.com

diciembre 07, 2012

El lamentable 7-D argentino


Siempre sostuve que la diferencia entre Argentina y Venezuela radica que en el país gaucho todavía existe independencia de la justicia, pese a que el gobierno de Cristina de Kirchner siempre ha querido emular al de Hugo Chávez también en esa disciplina.

El 7-D desnudó, de todos modos, un proceso lamentable en el país. Un gobierno totalmente arrogante, con pocas ganas de ajustarse a derecho, quería aplicar la ley más allá de lo que establecieran las cortes. Cristina de Kirchner bien sabe que tarde o temprano le ganará la pulseada al Grupo Clarín ya que la desinversión que deben hacer los grupos está establecida por la ley de medios, solo que ahora debe esperar ante una medida cautelar admitida por un tribunal y hasta que la Corte Suprema se expida sobre el fondo de la cuestión: la Constitucionalidad de dos artículos relativos a la venta de medios que esos grupos deben hacer.

La ley no es mala, si en cambio, su espíritu e intención. Apunta a que haya más pluralidad y diversidad de medios. Pero con el vicio del gobierno de tener medios propios, de amigos y de acólitos, y de someter a los independientes, no es difícil adivinar que seguirá buscando la hegemonía comunicacional para controlar la verdad. 

Si el gobierno fuera claro, transparente y realmente le importaría la libertad de prensa y de expresión – y lo demostrara en los hechos - difícilmente algún ciudadano o juez pudiera rechazar esta ley y su proceso.

El gobierno es tan arrogante que termina hiriéndose a sí mismo. No solo esperaba aplicar la ley este viernes, al que le puso nombre de guerra, sino que usó todo un armamento propagandístico para “vender” al público y a la justicia, que un fallo contra Clarín – una empresa privada – serviría para reverdecer la democracia y acabar con muchos problemas heredados de la historia. En realidad, como bien lo han usado otros presidentes, tal el caso de Rafael Correa y Hugo Chávez, Cristina de Kirchner endilga a la prensa los grandes males del país, una forma de exculparse de responsabilidad.
Los mismos parámetros de lucha lo usaron Chávez con RCTV - a la que cerró - y Correa con El Universo de Guayaquil, al que todavía no pudo doblegar.

Cristina seguramente terminará ganando la batalla a largo plazo, ya que los legisladores, aún sin que la justicia permita aplicar la actual, irán recreando otras leyes tratando de limitar el poder de Clarín. Pero bien hubiera podido esperar los fallos de la justicia, darse su tiempo, seguir con los procesos y no crear actos y propaganda para cantar victoria; de lo contrario, cuando le llegan los fracasos, lo único que aumenta es la intención y vocación por tomar revancha.

Seguramente mucho de eso se verá en los próximos días – lo que se observó antes de la resolución judicial a favor de Clarín – cuando los funcionarios atacarán a jueces o seguirán pidiendo su remoción.

El Poder Ejecutivo tiene todo el derecho de pelear sus batallas y por sus convicciones, pero está obligado a respetar los plazos judiciales y aquellos que también le pueden ser adversos. Pero sobre todo, como eje de un país, debe estar dispuesto a hacerlo con mesura, prudencia y en forma civilizada y con sentido común.

Lamentablemente, es tanta la arrogancia del gobierno, que le resulta cada vez más difícil tener sentido común. 

diciembre 06, 2012

Libertad digital en Dubai


Sigue esta semana la reunión de la UIT que este año trata de remendar los protocolos de la comunicación internacional que datan de 1988. El pelirgo es que los gobiernos del mundo busquen imponer trabas al carácter gratuito y libre del internet. Comparto mi columna del pasado fin de semana que tiene vigencia, que titulé "Quieren quitarnos la libertad digital".

Damos por sentado que navegar en internet e interactuar en las redes sociales es un ejercicio normal de todos los días, libre y gratuito. Sin embargo, a partir de este lunes todo puede cambiar, cuando los gobiernos del mundo entero se reúnan en Dubai para discutir el futuro del ciberespacio.

Con la excusa de que se debe dotar de orden al caos del internet, varios de los 175 estados que se reunirán del 3 al 14 de diciembre en la Conferencia Mundial de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), proponen que sean los gobiernos los que regulen el internet, lo que derivaría en controles y excesos en contra del libre intercambio de información que hoy se experimenta.

Algunos gobiernos pretenden imponer tarifas de comunicación, al estilo servicio telefónico, por lo que los usuarios no solo pagarán por conexión, sino también por tiempo y descarga de contenidos. Aunque el pretexto es colectar dinero para ampliar redes de banda ancha, un servicio más costoso evitará que los más necesitados puedan acceder a él, ampliando la brecha digital y cultural entre ciudadanos y países, ricos y pobres, que el internet está ayudando a disipar.

No es casualidad que estas propuestas sean de gobiernos que ya tienen por costumbre bloquear y censurar el internet, así como encarcelar a blogueros e internautas, como el caso de Cuba, Irán, China y Rusia, los peores países en la reciente clasificación mundial sobre libertad en internet del Freedom House.

Pese a que estos países justifiquen que las regulaciones servirán para castigar ciberataques, pornografía infantil o piratería – aspectos ya contemplados en las leyes regulares – los nuevos controles buscarán limitar que el internet sea un espacio democrático, diverso y plural, de probada eficacia. Hubiera sido difícil para los disidentes cubanos burlar la censura oficial sin blogs; a los musulmanes crear la Primavera Árabe sin Twitter, a los argentinos auto convocarse en cacerolazos sin Facebook o a los chinos exponer actos de corrupción sin sus filmaciones con teléfonos móviles inteligentes.

Estos países y, lamentablemente, los democráticos Brasil e India, en un grupo que destacan árabes y africanos, insistirán que el internet debe ser regulado por las Naciones Unidas (ONU), desconociendo que el internet ha crecido y se ha expandido – y con ello globalizó la economía y la cultura mundial - porque es ajeno a los gobiernos y está en manos de organizaciones no gubernamentales y privadas.

Pero no será fácil para esos gobiernos imponer condiciones. Muchos países latinoamericanos y europeos, entre ellos la pequeña Estonia – donde los ciudadanos pueden votar en línea, acceder al historial médico y a las tareas escolares de sus hijos - quieren que el internet mantenga su status quo, sin límites ni prohibiciones. Además, la delegación de EE.UU. tiene de su Congreso un mandato preciso para Dubai: El ciberespacio debe ser de acceso libre y gratuito, tal como fue creado, y debe permanecer “estable, seguro y libre del control gubernamental”.

Se trata de una posición destacada, siendo el país inventor del internet y al que muchas veces éste le ha jugado malas pasadas por lo que tendría excusas suficientes para censurarlo. EE.UU. es el país que más recibe ciberataques contra sus instalaciones militares, de inteligencia y empresas privadas; su servicio diplomático fue avergonzado por millones de documentos confidenciales que fueron expuestos por Wikileaks y miles de fotos y videos también revelaron que sus soldados torturaron en cárceles clandestinas.

Si en la reunión de Dubai se adoptan regulaciones, se tratará de una de las mayores contradicciones de la historia. Es que la ONU, ente madre de la UIT, promueve achicar la brecha digital entre pobres y ricos mediante un internet libre y gratuito, pregonando que el derecho de conexión y de banda ancha es tan importante como el derecho a los alimentos, al agua y a la justicia.

Bajo esos preceptos, más que regular, los gobiernos deberían promover que el internet llegue a las dos terceras partes del mundo que todavía no lo tienen y garantizar la libertad de expresión por cualquier medio y sin limitaciones de fronteras, como les demanda la Declaración Universal de los Derechos Humanos. 

diciembre 04, 2012

El impresentable Correa


El presidente Rafael Correa mostró el ángulo que más le favorece en su paso por Argentina, el del sarcasmo y el cinismo.
En su siempre actitud transgresora e irreverente, con la cual trata de ser popular, de barrio y electorero, termina muchas veces por enlodarse en sus propios dichos. Esta vez, de visita en Argentina, prefirió el cinismo para referirse al atentado contra la AMIA, sobre el que dijo entender que se trata de un hecho doloroso para los argentinos,  pero lo que realmente hay que ver es “cuántos murieron en el bombardeo de la OTAN a Libia". (¿¿??)
Ello vino a colación cuando defendió al presidente iraní, Mahmud Ajmadinejad, y al país persa, diciendo que no representan una amenaza como se les hace ver. Cuando se le hizo notar que el gobierno persa no permite que se procese a los iraníes acusados del atentado contra la AMIA, dijo que la OTAN mató a más gente en el bombardeo a Libia.

La apología del terrorismo y el apoyo explícito a un hombre que niega el holocausto judío, por sobre las víctimas del atentado contra la AMIA, no fue la única grosería de Correa en Argentina.

Aceptó recibir el premio de la Facultad de Periodismo de la Universidad Nacional de La Plata a la libertad de expresión, prácticamente en una actitud de burla contra muchos periodistas ecuatorianos que han sido víctimas de su gobierno.

El premio Rodolfo Walsh en la categoría de “Presidente Latinoamericano por la Comunicación Popular”, le fue entregado por su lucha en contra del poder hegemónico de los medios, como si ello sería mérito para recibir un galardón. Y lo peor fue que, fiel a su sarcasmo, ironizó por Twitter: “Universidad de La Plata me entrega el premio Rodolfo Walsh a la libertad de expresión. Conozco algunitos que deben comer cemento”.

Correa puede haberse mostrado contento con el premio, pero sabe que no tiene ningún valor, desde que también lo recibieron otros dos mandatarios que en el mundo entero se reconocen por ser violadores de la libertad de expresión y de la libertad de prensa: Hugo Chávez y Evo Morales.

diciembre 03, 2012

La semana clave del 7D


El gobierno argentino acaba de expresar este fin de semana que no esperará ningún fallo de la Justicia sobre la aplicación e implementación de la ley de medios, para instrumentarla este próximo viernes, denominado 7-D por el oficialismo, y así comenzar con el desguace de los medios, con el objetivo principal de descabezar al Grupo Clarín.

La norma, aunque como muchas sobre comunicación que se crearon en otros países latinoamericanos, dice buscar técnicamente una mayor pluralidad de voces, en realidad está políticamente destinada – y justificada – para coartar el poder de crítica de los medios más independientes. Clarín es el botín más preciado luego de un quiebre entre gobierno y el grupo, que data de la época de la ex presidencia de Néstor Kirchner y que se profundizó con Cristina de Kirchner

La Presidenta estará este próximo viernes en Brasilia cuando venza el plazo que dio a un juez la Corte Suprema de Justicia para expresarse respecto a la medida cautelar impuesta por Clarín sobre el artículo que establece la desinversión de la ley de medios. Habrá que esperar si habrá fallo, de lo contrario Martin Sabbatella, titular  de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (Afsca) ya anunció que a partir de las 5 de la tarde ya podrá “actuar de oficio”, contra todos aquellos grupos de medios que no haya expresado como se desvinculará de sus licencias.

La pelea no es fácil. Nadie puede oponerse a un gobierno que justifica una medida loable para que haya en el país mayor pluralidad y diversidad de voces, de ahí que Clarín tenga que remar contra la corriente popular para defender sus derechos, incluso comerciales, especialmente en un clima tan polarizado donde desde el Estado se lo ha atacado de todas formas propagandísticas posible para hacerlo ver como el opresor de todas las épocas del pueblo.    

Difícil es defender la libertad de prensa, no a Clarín, sino los principios más elementales de la libertad de prensa cuando el gobierno los disfraza de la libertad de los grupos mediáticos para tejer sus intereses comerciales, como si éstos fueran pecado en sociedades de libre mercado y democracias, pecados que bien pudieran o hubieran podido dirimirse ante la justicia.

La ley de medios no es mala en sí misma para el periodismo y la sociedad argentina, pero sí resulta incongruente cuando es utilizada como arma y sentido revanchista, y a favor de un gobierno que ya ha dado pruebas fehacientes de que no respeta la pluralidad de opinión ni de información, sino que busca desarticular las críticas e imponer una única voz y verdad oficial.

Entre esas evidencias no solo se destaca la propaganda que el gobierno hace a través de los medios oficiales, los medios que domina mediante extorsión a través de publicidad oficial y clientelismo, sino también las que utiliza más allá, en forma directa como propaganda en contra de toda la población. Se destacan las cadenas oficiales de la Presidente para hablar de hechos sin importancia o urgencia, las mentiras oficiales sobre estadísticas respecto a inflación,  pobreza y empleo, la falta de transparencia sobre las funciones públicas, el encubrimiento de actos de corrupción, la ideologización de la educación y el sentido de perversidad manifiesta para imponer un discurso agresivo y polarizante que logra dividir a los argentinos.

Tensión entre la verdad y la libertad

Desde mis inicios en el periodismo hasta mi actual exploración en la ficción, la relación entre verdad y libertad siempre me ha fascinado. S...