septiembre 20, 2012

La provocación contra los musulmanes


Las caricaturas insultantes contra el profeta Mahoma por una publicación satírica francesa llegaron en mal momento, luego de que cientos de miles de ciudadanos de países musulmanes en el Medio Oriente, organizaran revueltas violentas frente a las embajadas estadounidenses y de otros países occidentales en protesta por la película "La Inocencia de los Musulmanes".

La película puede ser amparada bajo premisas de libertad de expresión, pese a que haya tenido la intención de provocar; sin embargo las carictauras francesas publicadas por la revista Charlie Hebdo, debido a cuándo fueron publicadas (en el peor momento de las revueltas)  no pueden defenderse desde este ángulo, teniendo en cuenta que hubo una intención de agitar más las aguas, echando más gasolina al fuego.

Antes de entrar en disquisiones sobre los efectos que pueden tener las imágenes, lo que será parte de mi columna para este fin de semana - en consideración del video de Miit Romney, las fotos prohibidas del la princesa Kate en topless - comparto aquí mi columna de la semana pasada titulada La Excusa de la Inocencia.  

Difícil saber en que terminarán las violentas revueltas musulmanas contra sedes diplomáticas estadounidenses en Libia, Egipto y Yemen, así como impredecible fue presagiar el contagio democrático que acarreó la Primavera Árabe en el Medio Oriente, tras la inmolación de un vendedor ambulante en Túnez.

Lo más probable es que las protestas mengüen y queden como referencia histórica pasada la ofuscación inicial que despertó la desconocida y blasfema película “La inocencia de los Musulmanes”, en la que se retrata a un mundano profeta Mahoma, como acosador sexual, pedófilo, homosexual y ladrón.

Así sucedió tras la publicación de caricaturas de Mahoma en un diario de Dinamarca, que primero provocó seis muertos en un ataque contra la embajada danesa en Pakistán; después de la quema de ejemplares del Corán por parte de soldados de EE.UU. en Afganistán, que incitó la muerte de 30 afganos y seis soldados estadounidenses y tras la creación de la película “Sumisión”, que provocó el asesinato del holandés Theo van Gogh, cuyo objetivo fue denunciar la discriminación contra mujeres musulmanas.

El mayor riesgo, sin embargo, es que las protestas sean aprovechadas por ultraconservadores y terroristas para minar la alianza entre EE.UU. y los gobiernos árabes, como sucedió en Bengasi. Enmascarados detrás de la protesta, fue un grupo armado el que planificó el ataque, en el que resultaron muertos el embajador Christopher Stevens y otros tres diplomáticos estadounidenses.

Esta violencia premeditada y la tibia reacción inicial de las autoridades de países que asumieron tras revueltas apoyadas por EE.UU. y otras potencias occidentales, como en Egipto y Libia, demuestra que los procesos democráticos en Medio Oriente son muy complejos y que el terrorismo no bajó la guardia tras el asesinato de Osama Bin Laden y de miles de terroristas que fueron alcanzados por los drones en las montañas de Afganistán o Pakistán.

Lo que sí queda bien claro es que no solo persiste un movimiento anti estadounidense, sino que las diferencias culturales entre Occidente y Medio Oriente están lejos de minimizarse. A los ciudadanos que viven bajo gobiernos teocráticos o donde predomina el fundamentalismo religioso, les resulta difícil entender como alguien puede escribir un texto, dibujar una caricatura, crear una película contra valores religiosos y quemar símbolos patrios sin represalias ni castigos o que esa exagerada libertad de expresión se dirima solo en discusiones sobre conducta moral y ética.

Pero sucede que a Occidente no le fue fácil alcanzar esa mayor tolerancia. Pasaron siglos y décadas de guerras y conflictos; separación de Estado e Iglesia; luchas contra la discriminación racial y de género; leyes, fallos judiciales y persistencia educativa para combatir la intolerancia, lo que todavía sigue siendo una lucha de todos los días.

El mayor escollo parece ser esa incomprensión sobre la división entre gobierno y religión, de ahí que la canciller estadounidense Hillary Clinton quiso de inmediato desmarcarse de la película realizada en forma privada por el californiano Basseley Nakoula, calificándola de “desagradable y reprensible", con la intención de “denigrar a una gran religión y provocar ira". Está por verse si el gobierno se quedará solo en la crítica o tratará de bajar los ánimos de los países musulmanes, presentando cargos contra Nakoula, quien al momento de hacer la película estaba en libertad condicional por otros crímenes, por lo que tendría su libertad de expresión restringida.

Más allá de la confusión, lo cierto es que los eslóganes deseándole la muerte a EE.UU. después de que Barack Obama estaba cómodo en su papel de liberador y promotor democrático del Medio Oriente, atrajeron el tema de las relaciones internacionales a la campaña electoral, el que estaba relegado por las urgencias de la economía. Obama y Mitt Romney tienen ahora el gran desafío de mostrarse firmes ante la presión interna en busca de justicia por los ataques, y comprensivos por las ofensas que causó la película, para no seguir azuzando la violencia en los países musulmanes.

Lo más evidente, es que cada vez se hace más imprescindible mayor educación, comprensión y tolerancia, ya que no todos los musulmanes son ultraconservadores y terroristas, ni todos los occidentales son blasfemos y desalmados. 

septiembre 18, 2012

Falta transparencia en Derechos Humanos


El Sistema Interamericano de Derechos Humanos (SIDH) está en peligro de ser debilitado a través de recomendaciones que buscan reformarlo, hechas principalmente por los presidentes Rafael Correa y Hugo Chávez, en represalia por las decisiones de la Comisión y de la Corte interamericanas en contra de los Estados de Ecuador y Venezuela y a favor de los ciudadanos de ambos países.

La idea de Correa y Chávez es neutralizar al SIDH para que pierda autonomía e independencia a favor de los gobiernos, lo que en definitiva sería una forma de neutralizarlo. Debido a ello, y bajo responsabilidad ciudadana de defender y promover los derechos humanos, un grupo de intelectuales y personalidades desatacadas, reunidas en Bogotá la semana pasada, adoptaron la iniciativa redactar la Declaración de Bogotá.

Los ex presidentes colombianos, César Gaviria y Andrés Pastrana; y los ex mandatarios de Ecuador y Perú, respectivamente, Rodrigo Borja y Alejandro Toledo, firmaron la Declaración; que también lleva la rúbrica de unas 86 personalidades, entre ellas el alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, y el Premio Nobel de la Paz 1980, el argentino Adolfo Pérez Esquivel.

La máxima expresión de la Declaración es su pedido de transparencia, quizás en respuesta a un proceso de reforma que por el momento es mantenido dentro del ejido de los gobiernos integrantes de la OEA sin participación de ongs ni de la sociedad civil. Los firmantes demandan que “el debate esté dirigido a que el SIDH sea un mecanismo fuerte y eficaz de promoción y protección de derechos fundamentales, que contribuya a la protección y dignidad de quienes habitan este continente”. También solicitan que “se consideren especialmente las voces y experiencias de las víctimas a quienes el sistema está obligado a proteger y quienes deben beneficiarse de su fortalecimiento”.

En todo este proceso se puede entender que tanto Correa como Chávez busquen quitarle transparencia a este debate para poder acomodar mejor sus estrategias; pero lo que no se comprende es cómo países cuyos presidentes siempre se han manifestado en apoyo a los derechos humanos o han tomado acciones recientes a favor de éstos, permanezcan callados y permitiendo que el proceso de reforma continúe oscuro. Entre ellos, los casos más notables son los de Cristina de Kirchner, Juan Manuel Santos, Ollanta Humala y Dilma Rousseff, presidenta esta última que propuso la reforma en represalia por las medidas cautelares que el año pasado determinó la Comisión (CIDH) en contra de la construcción de una represa en el Amazonas por no haberse escuchado la voz de los aborígenes. 

septiembre 17, 2012

La perversión de los Boy Scouts

Gracias a informes periodísticos se pudo saber que la pederastia también existió en el seno de la organización juvenil los Boy Scouts, y que poco hizo esa entidad para denunciar el abuso infantil, llevar a la justicia a los adultos que cometieron esos actos y, mucho peor, que la organización mantuvo esa información en forma confidencial. La falta de transparencia, así como sucedió en el seno de la jerarquía de la Iglesia Católica, es el mayor pecado cometido por la organización, ya que muchos de los pederastas a los que encubrió por años, terminaron reincidiendo en sus crímenes, destruyendo la confianza de los padres de familia que enviaban a sus hijos para aprender sobre liderazgo y camaradería de grupo. Según el diario Los Angeles Times, los Boy Scouts por dos décadas no informaron a las autoridades sobre los casos de abusos - varios cientos - y en una revisión de mil seiscientos expedientes confidenciales entre 1970 y 1991, encontró que las autoridades de la organización siempre pedían la renuncia del abusador pero escondiendo los motivos del despido o que los abusadores argumentaran razones falsas para su alejamiento. Según el diario "en las décadas de 1970 y 1980, el secreto estaba incrustado dentro de las políticas y procedimientos de los Scouts para manejar el abuso sexual infantil". Como siempre ocurre, los abogados de los Boy Scouts han alegado desde hace mucho tiempo que mantener confidenciales esos expedientes es clave para proteger la privacidad de las víctimas, de los que informaron del abuso sexual y de cualquiera falsamente acusado. Pero por años, cientos de expedientes se han admitido como pruebas – usualmente sellados – en demandas presentadas por las supuestas víctimas. Por suerte, las cortes del país ya están actuando sobre estos expedientes y obligando a la organización a hacerlos públicos, para que las víctimas se puedan defender abiertamente, con la informacion necesaria y para que la organización pueda, con los castigos necesarios, aprender de sus errores e indemnizar a las víctimas.

septiembre 14, 2012

Cacerolazo contra la arrogancia


Miles de argentinos cacerolas en mano, y auto convocados a través de las redes sociales, recorrieron ruidosamente anoche las calles de Buenos Aires, Córdoba, Mar del Plata, Rosario, Mendoza y otras ciudades, para protestar contra el gobierno de Cristina de Kirchner y sus políticas restrictivas.

Muchos argentinos creen que el gobierno ya ha acumulado muchas evidencias y demostrado que con sus controles y propaganda desmedidos se está convirtiendo en cada vez más autoritario. Las comparaciones entre el kirchnerismo y el chavismo no pueden ser obviadas y por eso la gente pedía muchas cosas anoche desde mayor libertad y seguridad pública, hasta que se acabe la corrupción, la manipulación de las estadísticas, la pobreza y las cadenas nacionales.

El gobierno nacional ya comenzó a desmeritar los alcances del cacerolazo, poniendo en evidencia su increíble arrogancia. Convendría que el gobierno, que debería ser de todos los argentinos y no solo ladeado a unos sectores, hiciera un esfuerzo para entender el mensaje que anoche se regó por las calles.

Se trató de un cacerolazo implorando por un gobierno menos autoritario y arrogante, y más incluyente. Ojalá este tipo de manifestaciones ciudadanas genuinas, alejadas de los intereses partidarios, sigan cobrando fuerza para que el gobierno se vea obligado a escuchar y no solo emitir discursos, decretos y propaganda. 

septiembre 13, 2012

La lealtad de los hispanos


Son hispanos, jóvenes e influyentes. Julián Castro y Marco Rubio fueron reconocidos con puestos de honor (y conveniencia) en las convenciones  demócrata y republicana, por representar a la nueva generación de una fuerza hispana de 52 millones de habitantes, que cada año gana mayor peso en el escenario político estadounidense.

Castro, alcalde demócrata de San Antonio de ascendencia mexicana y Rubio, senador federal republicano por la Florida, de abuelos cubanos, fueron los únicos, entre decenas de oradores, en hablar sobre inmigración. Sin embargo, lo hicieron con discursos al estilo telenovela, floreándose con anécdotas sobre abuelitas y padres que debieron saltar obstáculos y trabajar duro para que sus hijos puedan estudiar y alcanzar el sueño americano.

El sentimentalismo aguó ojos, pero desenmascaró que ninguno de los dos partidos tiene ideas y propuestas firmes sobre el tema más importante para los 11 millones de indocumentados hispanos, como se evidenció en los discursos de los candidatos Barack Obama y Mitt Romney, más urgidos por los temas económicos.

La comunidad latina que pretende una reforma inmigratoria integral como la alcanzada en 1965, quedó con más dudas que respuestas luego de las convenciones, y con poca esperanza de que el tema se resuelva en los dos meses que quedan de campaña electoral. El tema no es fácil, trasciende a los hispanos, aunque se trate de la mayor población minoritaria y la más urgida. 

Si por inmigración se votara, la elección ya estuviera resuelta. Los hispanos, con una fuerza electoral de 12 millones, tres más que en 2008, favorecen en un 70% a los demócratas. Están alentados a votar por Obama, desde que el Presidente dictó el decreto de “acción diferida” que detuvo por dos años las deportaciones de los “dreamers”.

Pese a que Obama no cumplió con su promesa de alcanzar una reforma integral y a la demagogia de la “acción diferida”, que no puede esconder las 400 mil deportaciones por año durante su Presidencia, las opciones de triunfo de los demócratas son más claras por contraste. Es que los republicanos hicieron lo inimaginable para espantar votos. Romney propone una autodepuración de la comunidad hispana, con programas de auto deportación, terminar el muro fronterizo con México - con reminiscencias de la Alemania dividida - y entregar visas solo a universitarios y trabajadores especializados.

Romney piensa que todavía está a tiempo de revertir la voluntad de los hispanos, si logra que piensen en términos de bienestar económico y valores familiares. Sabe que es el grupo más golpeado por el desempleo, muy por arriba de la tasa promedio del 8.3%, y que la enseñanza católica en contra del aborto y de los matrimonios del mismo sexo, se asemejan a los principios más conservadores de su partido. Estima que con ellos podrá contrarrestar la plataforma demócrata que promete más impuestos a los ricos y asistencia gubernamental en salud y educación, para beneficiar a minorías en desventaja como la latina.

Los hispanos son difíciles de cortejar y entender, algo que el ex presidente Ronald Reagan retrató muy bien: “Los latinos son republicanos, pero aun no lo saben”. Es que en su mayoría, los hispanos llegan a Estados Unidos en busca de valores más conservadores como el sueño de trabajar duro y ser recompensados, lo que en sus países se les niega; pero, de a poco, ante las desventajas económicas, prefieren un Estado asistencialista más cercano a los principios liberales.

Por ahora, Obama sabe que tiene las mayores chances de captar los votos de los hispanos, aunque no puede dormirse en los laureles. En su contra tiene una economía endeble y una reforma inmigratoria inconclusa; pero, especialmente, debe lidiar con una comunidad renuente a movilizarse sin incentivos, como demostró en las elecciones legislativas de 2010, cuya ausencia en las urnas provocó que los demócratas perdieran por paliza.

Aunque los hispanos parecen más inclinados a votar por quienes ofrecen más soluciones en inmigración que en economía, lo que está en juego es su lealtad partidaria – valor resaltado por Castro y Rubio - de una comunidad que en 25 años compondrá el 40% de la población y se convertirá en la mayor fuerza laboral y económica del país. 

septiembre 12, 2012

Hugo y Cristina apuestan al miedo


Cada vez se asemejan más los dos estilos de gobernar en Venezuela y Argentina. Tanto Hugo Chávez como Cristina de Kirchner son día tras días más arrogantes y últimamente han apostado al miedo para atraer agua para sus molinos, creyéndose que más que gobierno son Estado.

Chávez acaba ayer de refrendar sus dichos de que si no gana las elecciones el mes próximo, en Venezuela se desatará una guerra civil. Un claro mensaje anti democrático e irresponsable de parte de un comandante de las Fuerzas Armadas y de quien ha creado unas milicias populares que, armas en mano, no tienen la instrucción necesaria para defender las instituciones del Estado, porque han jurado la lealtad a esta revolución y su líder. Los dichos de Chávez no solo son amenaza e intimidación, sino también violan preceptos constitucionales respecto a las garantías y observación que los gobernantes están obligados en materia de paz y bien común.

Chávez no ha quedado solo en los dichos. También su gobierno, creyéndose Estado, comenzó esta semana los trámites para su alejamiento del Sistema Interamericano de Derechos Humanos y así desconocer a la Comisión y a la Corte interamericanas. La maniobra deja desprotegidos a los ciudadanos  venezolanos ante violaciones a sus derechos humanos, ya que es el único lugar al que un individuo puede acudir toda vez que se agotan los recursos judiciales internos. 

Pero esta actitud, asumida por Chávez en represalia por varias decisiones y fallos de los organismos internacionales en contra del Estado, es la misma que adoptó durante todo su gobierno expulsando de Venezuela – o no permitiendo entrar - a varios supervisores de los derechos humanos, tanto de organismos multilaterales como de ong, como Human Rights Watch.

Quien pierde con esta decisión no es el gobierno, sino todos los venezolanos.
Respecto a Cristina, su reciente frase sobre que no solo hay que temerle a Dios sino un poquito a ella, resume su soberbia actitud como gobernante. Su gobierno ha deletreado un gran número de controles sobre los argentinos que parece haber salido de un libreto de las dictaduras militares de antaño.
Más allá de los conocidos controles cambiarios que han afectado hasta la formas de ahorro y los viajes de los argentinos, y de la vehemencia con la que la Presidente se enfrasca en guerras con todos los sectores, particularmente contra medios y periodistas, se conoció en estos días una encuesta de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), la agencia recaudadora de impuestos, que pretende que los ciudadanos les cuenten a través de qué medios se informan y hasta por qué simpatizan con determinado periodista u columnista.
Denominada “Encuesta de preferencia de medios de comunicación”, la AFIP La muestra como un sondeo no obligatorio, que busca identificar cuales son los medios más adecuados para canalizar su propaganda. Sin embargo, la AFIP no maneja su pauta publicitaria ni el gobierno es conocido por ofrecer su publicidad en forma eficiente, como demandó la Corte Suprema en un fallo que el gobierno sigue sin obedecer, sino que lo hace a través de aquellos medios que no critican su labor.
En definitiva, como les sucede a los directores de medios y periodistas que suelen recibir llamadas telefónicas cada vez que publican críticas como una forma de intimidación, esta encuesta lleva implícito un mensaje de temor y control.

septiembre 11, 2012

Once años después del 9/11


El gobierno estadounidense sigue manteniendo una fuerte presión contra Al Qaeda en todo el mundo, desde Somalia hasta Yemen y el norte de África y esa ofensiva es la razón por la que se respira mayor tranquilidad en el país, pese a que en aniversarios como éste, a once años de la tragedia, todos los ciudadanos escuchan de “reojo” por si algo puede volver a suceder.

Entre la muerte de Osama Bin Laden el año pasado y la del “número dos” en la Península Arábiga, el saudí Said al Shahri, ayer, por parte de tropas de Yemen, y las bajas que han causado los drones, a los terroristas cada vez se les hace más difícil estar a la ofensiva cuando deben gastar recursos, tiempo y estrategias para ver cómo sobrevivir.

Ciertamente, el aire de mayor tranquilidad en EE.UU. debido al asesinato de Bin Laden, y al clima de aparente mayor seguridad que se respira, le brindan al presidente Barack Obama una mayor ventaja que a los republicanos para las próximas elecciones de noviembre.

La Zona Cero en Nueva York, pese a que todavía el museo para conmemorar la vida de las más de tres mil víctimas no fue inaugurado debido a conflictos entre jurisdicciones políticas entra la ciudad y el estado de Nueva York, será hoy un sitio de peregrinación y recordación importante.

En otros lados, siempre habrá agoreros que piensan y están convencidos, que fue el propio gobierno el que se auto infligió los atentados para poder justificar las guerras e invasiones en el exterior. La misma tesis que a muchos llevan a pensar que la bandera estadounidense  en suelo lunar es solo una escenografía más de Hollywood o que el terremoto que devastó a Haití hace un par de años es un nuevo experimento del Pentágono para destruir países y ahorrar en guerras.

Pese a todas las ópticas desde donde pueda mirarse el 9/11, lo que sí es evidente once años después, es que aquellos atentados han cambiado la forma de cómo vivimos en este mundo y de cómo lo percibimos.

Tensión entre la verdad y la libertad

Desde mis inicios en el periodismo hasta mi actual exploración en la ficción, la relación entre verdad y libertad siempre me ha fascinado. S...