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septiembre 12, 2012

Hugo y Cristina apuestan al miedo


Cada vez se asemejan más los dos estilos de gobernar en Venezuela y Argentina. Tanto Hugo Chávez como Cristina de Kirchner son día tras días más arrogantes y últimamente han apostado al miedo para atraer agua para sus molinos, creyéndose que más que gobierno son Estado.

Chávez acaba ayer de refrendar sus dichos de que si no gana las elecciones el mes próximo, en Venezuela se desatará una guerra civil. Un claro mensaje anti democrático e irresponsable de parte de un comandante de las Fuerzas Armadas y de quien ha creado unas milicias populares que, armas en mano, no tienen la instrucción necesaria para defender las instituciones del Estado, porque han jurado la lealtad a esta revolución y su líder. Los dichos de Chávez no solo son amenaza e intimidación, sino también violan preceptos constitucionales respecto a las garantías y observación que los gobernantes están obligados en materia de paz y bien común.

Chávez no ha quedado solo en los dichos. También su gobierno, creyéndose Estado, comenzó esta semana los trámites para su alejamiento del Sistema Interamericano de Derechos Humanos y así desconocer a la Comisión y a la Corte interamericanas. La maniobra deja desprotegidos a los ciudadanos  venezolanos ante violaciones a sus derechos humanos, ya que es el único lugar al que un individuo puede acudir toda vez que se agotan los recursos judiciales internos. 

Pero esta actitud, asumida por Chávez en represalia por varias decisiones y fallos de los organismos internacionales en contra del Estado, es la misma que adoptó durante todo su gobierno expulsando de Venezuela – o no permitiendo entrar - a varios supervisores de los derechos humanos, tanto de organismos multilaterales como de ong, como Human Rights Watch.

Quien pierde con esta decisión no es el gobierno, sino todos los venezolanos.
Respecto a Cristina, su reciente frase sobre que no solo hay que temerle a Dios sino un poquito a ella, resume su soberbia actitud como gobernante. Su gobierno ha deletreado un gran número de controles sobre los argentinos que parece haber salido de un libreto de las dictaduras militares de antaño.
Más allá de los conocidos controles cambiarios que han afectado hasta la formas de ahorro y los viajes de los argentinos, y de la vehemencia con la que la Presidente se enfrasca en guerras con todos los sectores, particularmente contra medios y periodistas, se conoció en estos días una encuesta de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), la agencia recaudadora de impuestos, que pretende que los ciudadanos les cuenten a través de qué medios se informan y hasta por qué simpatizan con determinado periodista u columnista.
Denominada “Encuesta de preferencia de medios de comunicación”, la AFIP La muestra como un sondeo no obligatorio, que busca identificar cuales son los medios más adecuados para canalizar su propaganda. Sin embargo, la AFIP no maneja su pauta publicitaria ni el gobierno es conocido por ofrecer su publicidad en forma eficiente, como demandó la Corte Suprema en un fallo que el gobierno sigue sin obedecer, sino que lo hace a través de aquellos medios que no critican su labor.
En definitiva, como les sucede a los directores de medios y periodistas que suelen recibir llamadas telefónicas cada vez que publican críticas como una forma de intimidación, esta encuesta lleva implícito un mensaje de temor y control.

Tensión entre la verdad y la libertad

Desde mis inicios en el periodismo hasta mi actual exploración en la ficción, la relación entre verdad y libertad siempre me ha fascinado. S...