marzo 04, 2011

¿Wikileaks o internet para el Nobel?


Nuevamente emergió la polémica sobre qué es lo más importante y trascendente para la humanidad como para merecer el Premio Nobel de la Paz, las redes sociales como Facebook y Twitter o Wikileaks.

Así como escribí que Facebook se merecía antes que Wikileaks ser el personaje del año 2010 como lo sostuvo la revista Time; creo que hay una diferencia abismal entre una y otra propuesta, las cuales forman parte de las 241 nominaciones que ya existen para el premio mayor de la humanidad que entrega anualmente la academia de los premios Nobel.

Wikileaks es importante para la transparencia gubernamental y ha ayudado a que los gobiernos tomen acciones correctivas, aunque muchas veces defnesivas. Pero Wikileaks no cambió en nada la forma vertical de la información. Se trata de una comunicación vertical, que en nada se diferencia de los medios de comunicación tradicionales a excepción de que puede cometer ilícitos para obtener información.

Lo del internet y las redes sociales son otro cantar. Han modificado la forma en que nos comunicamos, ahora somos más libres, la comunicación es horizontal y empodera a la gente, como está siendo demostrado en las revueltas populares en el mundo árabe.

No hay punto de comparación. Aunque no estoy seguro si todavía pueden ser recipientes de tal mérito, lo cierto es que Wikileaks jamás puede estar por arriba de Facebook en la lista.

marzo 03, 2011

Neutralidad en el internet



Ronald Reagan fue calificado el mejor presidente de la historia de EEUU, según un sondeo reciente de Gallup. Los encuestados ponderaron sus destrezas políticas que derivaron en el derribo del muro de Berlín, alcanzándose así más libertad y democracia en el mundo.

Sin embargo, los legisladores de su propio partido republicano parecen ahora alejados de aquellos ideales, irónicamente, cuando tienen a la mano un instrumento tan poderoso como el internet para alcanzar los mismos objetivos. La semana pasada se opusieron a una receta de neutralidad de la web que blinda al ciberespacio para que permanezca abierto, libre, razonablemente barato y sin limitar ni discriminar contenidos.

Esta fórmula, que acompaña al internet desde sus orígenes, le da un carácter democrático, que se evidencia en la mala conducta de gobiernos autoritarios, como los de China y Cuba, que en estos días han impuesto censura férrea a los cibernautas para evitar que propaguen los fuegos populares que prendieron en Libia, Egipto y demás países árabes.
La misma noche del 17 de febrero cuando el presidente Barack Obama cenaba con los directivos de Google, Apple Facebook y Twitter, en busca de fórmulas para que el internet ayude a impulsar el crecimiento económico, el empleo y aires democráticos, la Cámara de Diputados, de mayoría republicana, maniató una resolución de la Comisión Federal de Comunicaciones (CFC), que desde el 21 de diciembre ordena preservar la naturaleza neutral y de libertad del ciberespacio, impidiendo que los proveedores de telecomunicaciones puedan discriminar el tráfico de información y la conexión.
El principio de neutralidad implica que las compañías de telecomunicaciones, como ATT, Comcast o Verizon en EEUU, no pueden segregar información y servicios que proveen compañías que fabrican contenidos así sean Google, Wikileaks, Yahoo, Amazon, Facebook o de cualquier periódico, página digital o blog de un individuo. Las empresas transportadoras están obligadas a tratar toda información con igualdad, no pueden elegir que quieren o les conviene transportar, ni cobrar tarifas diferenciadas para descargar datos en computadoras y teléfonos móviles, así sean livianos como noticias, mensajes y correos o archivos pesados como fotografías, música, videos, telefonía, películas y televisión.

Mientras los republicanos consideran que la neutralidad limita la competencia y el libre mercado, y todo el embrollo aparenta ser solo una controversia comercial entre empresas distribuidoras y creadoras de contenido, en realidad el tema tiene fuertes implicancias políticas. El carácter neutral evita que una compañía de telecomunicaciones pueda silenciar opiniones o informaciones, ya sea por no compartir esos contenidos por razones editoriales, políticas o económicas; pudiendo, por ejemplo, discriminar a Facebook por sobre Twitter, porque la primera pagara mejores tarifas o tuviera una cláusula de exclusividad.

Se hace más evidente esta ecuación, cuando se observa que en la mayoría de los países las telecomunicaciones están manejadas por monopolios, u oligopolios en el mejor de los casos, lo que dejaría a la red en manos de unos pocos; y ni pensar que en muchos, las únicas empresas transportadoras de datos pertenecen al Estado, lo que permite mayor manipulación informativa. Tema que el presidente venezolano Hugo Chávez entiende muy bien. Hace unos meses, legisló y obligó a los proveedores de internet a restringir la difusión de información y el acceso de usuarios a aquellos portales que critiquen al gobierno, promuevan el desorden público o actos contra la seguridad nacional.

Las diferentes intenciones sobre el buen uso o no del internet, quedan contrastadas entre la posición de Chávez y la visión del gobierno chileno. Chile fue uno de los primeros países del mundo en adoptar una ley de neutralidad el 13 de julio de 2010, como una medida que refuerza su estabilidad económica, política y democrática. La ley prohíbe a las empresas discriminar contenidos, diferenciar tarifas o bloquear a usuarios y empresas el acceso a internet.

La Cámara del Senado de EEUU, de mayoría demócrata, tendrá la última palabra sobre la neutralidad. Seguramente ratificará las políticas de la CFC para que el internet, siga siendo abierto y libre, donde prosperen la diversidad y la pluralidad. De lo contrario, el país inventor y pionero del internet, estará dando un pésimo ejemplo a otros gobiernos que siempre buscan la excusa perfecta para evitar que la información no fluya libremente.

marzo 02, 2011

China se suma a Irán, contra la prensa extranjera

Como consecuencia de la cobertura que los corresponsales extranjeros estaban dando a las protestas convocadas en China a través de internet, el gobierno impuso nuevas restricciones a los periodistas de la prensa internacional para que no se puedan acercar a una plaza en Shangai y a una serie de calles en Pekín, así como ya existían para la zona del Tíbet.

Con estas zonas de exclusión, China adopta las mismas medidas que el régimen autoritario de Irán que prohibió a los periodistas cubrir las protestas después de las escandalosas y mortales revueltas de 2009, cuando la oposición se alzó en contra del fraude electoral que terminó proclamando a Mahmud Ahmadineyad como presidente reelegido.

En China esta represión contra la prensa recuerda la discriminación que sufrieron los periodistas durante la cobertura de las olimpíadas en 2008 y de las revueltas estudiantiles en la Plaza de Tiananmen de 1989, cuando todavía no había internet ni teléfonos celulares y se dependía del periodismo tradicional para conocer la verdad.

A pesar de las redes sociales y el internet, y las nuevas tecnologías que han ayudado a que las revueltas en el mundo árabe sean conocidas y contagiadas, la labor de la prensa es importante en la organización y selección de la información y para iluminar los conflictos, lo que es trascendente para que el público tenga una mayor comprensión de los conflictos y se cree opinión pública.

China despierta incredulidad cuando se muestra manipulador y censor de la información, encarcela cibernautas y restringe a los periodistas. Situación que no solo la asemeja a países del mundo árabe, sino también a Cuba, donde la prensa independiente fue encarcelada y ahora desterrada y los corresponsales extranjeros son llamados por las autoridades para que expliquen sus notas con la intención de que se mantengan autocensurados.

Cualquier país en el mundo con este récord como el de China, en franca violación de los derechos humanos y la libertad de expresión, suele ser fuertemente condenado por la comunidad internacional. Pero una vez más, observamos como los intereses económicos sosiegan esos reclamos ante un avance impresionante de su desarrollo y economía, que pronto catapultarán a China como la primera potencia mundial.

Sin prensa internacional libre, difícilmente podamos ver toda la verdad, aunque las nuevas tecnologías estén ayudando a que haya mejor comunicación y los conflictos estén más iluminados.

marzo 01, 2011

Cristina eterna y la pobreza democrática


Los seguidores de Cristina Kirchner ya están allanando el camino y tirando globos de ensayo para hablar sobre algo que seduce a casi la mayoría de los políticos latinoamericanos cuando llegan al poder: la reelección indefinida.
Los considerados ultra K en Argentina ya están planteando, aún antes de que la presidenta se haya manifestado a favor de postularse a la Presidencia para las elecciones de octubre – aunque se descuenta que así lo hará – que quieren reformar la Constitución para que haya una “Cristina eterna”, como declaró la diputada oficialista Diana Conti.
Esta obsesión por eternizarse en el poder a pesar de lo estipulado por la Constitución no es nuevo y ha recobrado vida en estas últimas décadas, un síntoma que trasciende ideologías y que en definitiva esconde un espíritu esencialmente antidemocrático.
Para muchos, la continuación en el poder, como lo quería Alberto Fujimori, como lo persiguió Alvaro Uribe, como lo consiguió Hugo Chávez, se obsesionó Manuel Zelaya, siempre la tuvieron los Castro y lo está alcanzando Daniel Ortega, no es más que crear un muro de defensa para ocultar y privar a la justicia que resuelva sobre asuntos de corrupción.
No hay ejemplo saludable en materia democrática cuando alguien se queda en el poder, aún a pesar de que lo haya conseguido legítimamente por los votos. Siempre aflora el nepotismo, la corrupción, la evasión de la justicia, el control de los otros poderes, la manipulación de la información y  el uso indiscriminado de la propaganda estatal al servicio del gobierno.
Lamentablemente, la historia latinoamericana está llena de ejemplos sobre la pobreza intelectual de muchos políticos que no advierten las evidencias de cuán débil es la democracia cuando carece de diversidad y recambio.
Da tristeza observar en nuestra América Latina cómo se repiten los mismos errores y pecados.

febrero 28, 2011

Internet, libertad, expresión


 Las protestas populares en el mundo árabe y las que a menudo se organizan en otras partes del mundo así sea en China o en Venezuela tienen un común denominador, más allá de que las peticiones de los manifestantes estén dirigidas a que haya reformas, más derechos para las mujeres, menos discriminación para grupos étnicos, menos corrupción, más empleos y democracia.

Nadie puede esconder que el internet se ha transformado en el vehículo más importante de expresión, un derecho que la gente vino reclamando por siglos en países dominados por gobiernos opresores, pero que nunca tuvo formas de cómo ser canalizado.

Ante las protestas en el mundo árabe organizadas y convocadas en Facebook y Twitter, y las que no se dan porque los gobiernos ya han emprendido algunas reformas como en Arabia Saudita o Siria o en China por temor a que les suceda lo que a Túnez, Egipto y Libia, es evidente que la revoluciones de esta década deberá atribuirse al empoderamiento de la gente a través del internet.

El internet ha acelerado los procesos revolucionarios porque expone los reclamos en una forma rápida, exponencial y ante una audiencia internacional que es a la única a la que los gobiernos opresores le temen. De ahí que los países menos iluminados, los más oscuros sean los más corruptos.

Tensión entre la verdad y la libertad

Desde mis inicios en el periodismo hasta mi actual exploración en la ficción, la relación entre verdad y libertad siempre me ha fascinado. S...