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noviembre 25, 2017

El internet del futuro (incierto)

La gratuidad y la libertad de acceso a los contenidos en la red, cualidades que actualmente disfrutamos, no se avizoran en el futuro próximo. A partir del 14 de diciembre comenzará el principio del fin del internet tal como lo conocemos, experimentamos y navegamos ahora.

Después de décadas de discusiones con adelantos y retrocesos sobre el tema, la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) de EE.UU. desarticulará de un plumazo el requisito de neutralidad que rige a la red.

Es un cambio profundo. Modificará nuestra relación con los contenidos. Tendremos que pagar más dinero si queremos descargar una película que contestar un email o pagar más por aquellos emails con videos, fotografías y documentos adjuntos. No solo es una cuestión de precios. También estaremos restringidos de acceder a los contenidos que queramos.

La neutralidad garantiza – hasta ahora - que las proveedoras de servicios de comunicación como ATT, Verizon y Xfinity en EE.UU. o Telefónica, Tigo y Claro en América Latina traten a todos los contenidos con igualdad, no pudiendo discriminar lo que no quieren o no les conviene transportar. Tampoco pueden cobrar diferenciado por carriles de descarga rápidos y lentos, dar prioridad de tráfico a sus propios contenidos o bloquear aplicaciones y servicios de otros proveedores.

La guerra de los cabilderos ante la FCC fue siempre entre posiciones antagónicas como en cuadrilátero de boxeo. En un rincón, las grandes compañías tecnológicas creadoras de contenidos, como Google, Amazon, Facebook, Twitter, iTunes, Netflix, creen que el principio de neutralidad permite al usuario navegar el internet con libertad y gratuidad, así como descargar contenidos sin que por el tipo de velocidad requerida se deban pagar tarifas diferenciadas.

Y en el otro rincón, las empresas de comunicaciones, como ATT, Verizon, Telefónica o Claro, que siempre se sintieron discriminadas al tener que soportar la carga de las grandes tecnológicas que son las que se han beneficiado con un internet barato y sin restricciones. Afirman que deben cobrar más por velocidades diferentes porque sus costos son más elevados con ramales de mayor banda ancha, a los que deben mantener y aumentar. Argumentan que cobrar por mejores servicios, les permitirá ser competentes, innovadores y ofrecer mayor calidad.
Con los demócratas y Barack Obama de la mano, los del primer rincón se aseguraron años de neutralidad y beneficios. Obama debió luchar contra un Congreso adverso y unos republicanos que no creían que era necesario la neutralidad para que la red se mantuviera abierta, libre y transparente.
Los republicanos con Donald Trump a la cabeza, creen que la neutralidad limita la competencia y el libre mercado. Consideran que el principio de neutralidad que se consolidó en 2015 con Obama fue “un enfoque erróneo y legalmente defectuoso". Por el contrario, dicen que a partir del 14 de diciembre, la eliminación de la neutralidad facilitará la inversión e innovación, aspectos críticos para la expansión de la banda ancha y el futuro del internet.

En defensa de los usuarios que podrían sentirse los más afectados, las nuevas directrices de la FCC establecen que el “requisito de transparencia”, junto a las “leyes antimonopolio y de protección del consumidor”, les permitirá a los usuarios fiscalizar a las empresas de comunicaciones. Podrán exigir a las autoridades del ministerio de Comercio que adopten las medidas correctivas necesarias.

Todo esto tiene jurisdicción en EE.UU. Habrá que ver como esta posición va adaptándose en el resto del mundo, incluso en aquellos lugares con gobiernos autoritarios acostumbrados a su monopolio de empresas estatales de comunicación que siempre han usado para controlar los contenidos y restringir la libertad.

De todos modos, acostumbrados a una FCC bastante maleable y cambiante, habrá que observar si la no neutralidad se convertirá en norma a futuro o si de nuevo se dará marcha atrás cuando se acumule experiencia contraria o una nueva ideología asuma el poder en el Congreso.


Por ahora reina la incertidumbre. Lo cierto, sin embargo, es que tendremos que acostumbrarnos a pagar por lo que hasta ahora era gratuito y a estar restringidos de lo que hasta ahora disponíamos con libertad. trottiart@gmail.com

marzo 03, 2011

Neutralidad en el internet



Ronald Reagan fue calificado el mejor presidente de la historia de EEUU, según un sondeo reciente de Gallup. Los encuestados ponderaron sus destrezas políticas que derivaron en el derribo del muro de Berlín, alcanzándose así más libertad y democracia en el mundo.

Sin embargo, los legisladores de su propio partido republicano parecen ahora alejados de aquellos ideales, irónicamente, cuando tienen a la mano un instrumento tan poderoso como el internet para alcanzar los mismos objetivos. La semana pasada se opusieron a una receta de neutralidad de la web que blinda al ciberespacio para que permanezca abierto, libre, razonablemente barato y sin limitar ni discriminar contenidos.

Esta fórmula, que acompaña al internet desde sus orígenes, le da un carácter democrático, que se evidencia en la mala conducta de gobiernos autoritarios, como los de China y Cuba, que en estos días han impuesto censura férrea a los cibernautas para evitar que propaguen los fuegos populares que prendieron en Libia, Egipto y demás países árabes.
La misma noche del 17 de febrero cuando el presidente Barack Obama cenaba con los directivos de Google, Apple Facebook y Twitter, en busca de fórmulas para que el internet ayude a impulsar el crecimiento económico, el empleo y aires democráticos, la Cámara de Diputados, de mayoría republicana, maniató una resolución de la Comisión Federal de Comunicaciones (CFC), que desde el 21 de diciembre ordena preservar la naturaleza neutral y de libertad del ciberespacio, impidiendo que los proveedores de telecomunicaciones puedan discriminar el tráfico de información y la conexión.
El principio de neutralidad implica que las compañías de telecomunicaciones, como ATT, Comcast o Verizon en EEUU, no pueden segregar información y servicios que proveen compañías que fabrican contenidos así sean Google, Wikileaks, Yahoo, Amazon, Facebook o de cualquier periódico, página digital o blog de un individuo. Las empresas transportadoras están obligadas a tratar toda información con igualdad, no pueden elegir que quieren o les conviene transportar, ni cobrar tarifas diferenciadas para descargar datos en computadoras y teléfonos móviles, así sean livianos como noticias, mensajes y correos o archivos pesados como fotografías, música, videos, telefonía, películas y televisión.

Mientras los republicanos consideran que la neutralidad limita la competencia y el libre mercado, y todo el embrollo aparenta ser solo una controversia comercial entre empresas distribuidoras y creadoras de contenido, en realidad el tema tiene fuertes implicancias políticas. El carácter neutral evita que una compañía de telecomunicaciones pueda silenciar opiniones o informaciones, ya sea por no compartir esos contenidos por razones editoriales, políticas o económicas; pudiendo, por ejemplo, discriminar a Facebook por sobre Twitter, porque la primera pagara mejores tarifas o tuviera una cláusula de exclusividad.

Se hace más evidente esta ecuación, cuando se observa que en la mayoría de los países las telecomunicaciones están manejadas por monopolios, u oligopolios en el mejor de los casos, lo que dejaría a la red en manos de unos pocos; y ni pensar que en muchos, las únicas empresas transportadoras de datos pertenecen al Estado, lo que permite mayor manipulación informativa. Tema que el presidente venezolano Hugo Chávez entiende muy bien. Hace unos meses, legisló y obligó a los proveedores de internet a restringir la difusión de información y el acceso de usuarios a aquellos portales que critiquen al gobierno, promuevan el desorden público o actos contra la seguridad nacional.

Las diferentes intenciones sobre el buen uso o no del internet, quedan contrastadas entre la posición de Chávez y la visión del gobierno chileno. Chile fue uno de los primeros países del mundo en adoptar una ley de neutralidad el 13 de julio de 2010, como una medida que refuerza su estabilidad económica, política y democrática. La ley prohíbe a las empresas discriminar contenidos, diferenciar tarifas o bloquear a usuarios y empresas el acceso a internet.

La Cámara del Senado de EEUU, de mayoría demócrata, tendrá la última palabra sobre la neutralidad. Seguramente ratificará las políticas de la CFC para que el internet, siga siendo abierto y libre, donde prosperen la diversidad y la pluralidad. De lo contrario, el país inventor y pionero del internet, estará dando un pésimo ejemplo a otros gobiernos que siempre buscan la excusa perfecta para evitar que la información no fluya libremente.

diciembre 20, 2010

Hot debate x neutralidad en la red

Este martes se juega en parte el futuro del internet en Estados Unidos, con la discusión dentro de la Comisión Federal de Comunicaciones sobre la neutralidad en la red (“net neutrality”). Un tema complejo de agenda económica y política al mismo tiempo, ya que involucra la posición de las compañías telefónicas que no quieren que el Gobierno regule de qué forma debe ser su contenido o si pueden discriminar un contenido sobre otro, y por otro el Gobierno, en este caso del presidente Barack Obama, que quiere que se regule que esas compañías no pueden discriminara  a nadie, para que la red virtual se mantenga abierta, libre y transparente.

A pesar de que este es un tema económico (y nacional) – las compañías de telecomunicaciones no pueden ofrecer diferentes tarifas así sea banda ancha o internet de línea telefónica normal – ciertamente tiene aristas sobre libertad de expresión, lo que me hizo recordar todo el proceso de la Sociedad Mundial de la Información del que participé en representación de la SIP años atrás. Entonces, había gobiernos que querían controlar la internet a través de un nuevo organismo intergubernamental; y otros, como el de Estados Unidos y otros gobiernos de países desarrollados, que querían el status quo y que los dominios se sigan entregando desde ICANN, una compañía privada, sin fines de lucro, establecida en California. Finalmente, a pesar de la gran presión, fue ésa la posición que prevaleció.

La FCC busca establecer reglas de “net neutrality”, es decir, prevenir que los proveedores de internet puedan discriminar sobre los servicios que ofrecen y los contenidos que se distribuyen. El gobierno federal se mantuvo siempre alejado de cualquier regulación, pero decidió actuar por el temor a que los grandes proveedores de telecomunicaciones como ATT, Comcast y Verizon puedan empezar a favorecer sus productos y servicios.

El argumento de la FCC es que la “net neutrality” forzará a que los proveedores de internet deberán tratar a todo el tráfico en internet con igualdad, buscando darle a los consumidores mayor libertad para usar sus computadoras y celulares, disfrutar videos, música y otros servicios que se pueden ofrecer y para lo cual necesitan banda ancha.

El presidente Barack Obama ya había dicho en mayo de 2009  que está “firmemente comprometido con la neutralidad en la red, así podremos mantener al internet como debe ser: abierta y libre”.

Esto hará que los proveedores no podrán cobrar tarifas diferenciadas o más caras por algunos servicios, lo que favorece la posición de los carriers  como Google, Yahoo, etc…; lo que muchos consideran que es una intromisión del gobierno en cuestiones comerciales. Y sobre lo que la justicia ya se ha expedido en contra de la “net neutrality” en algún juicio.

En realidad, la neutralidad plantea una guerra de intereses entre las compañías de telecomunicaciones o proveedoras de banda ancha y las proveedoras de contenido, como Google y Amazon. Las compañías de telecomunicaciones quieren tener la libertad de cambiar su modelo de negocios de acuerdo a los cambios que irá experimentando el internet, mientras que las proveedoras de contenido favorecen una regulación que preserve el modelo de negocio actual que maximiza sus ganancias. Estas empresas han hecho lobby al respecto, tratando que las reglas de la FCC se transformen en ley, como por ejemplo, donar dinero a la campaña electoral de Obama.

En realidad sin las telecomunicaciones nadie podría tener internet, pero sin buen contenido nadie pagaría a ATT por el servicio mensual de banda ancha.

Para que la red sea neutral, la FCC está ahora pretendiendo incorporar dos reglas adicionales a las cuatro que ya tiene desde el 2005 – que ofrecen derechos y garantías de libertad a los usuarios (acceso a contenido, uso de aplicaciones, uso de dispositivos y a competencia entre proveedores) – bajo el argumento de que quiere ser más específica en fundamentar esa libertad. En un comunicado del 22 de octubre de 2009, explicaba que “busca el apoyo del público para hacer el borrador de reglas que codificarían y suplementarían los principios de apertura que tiene el internet”.

Las dos reglas adicionales establecerían: a) los proveedores de banda ancha no pueden bloquear o degradar tráfico legal en sus redes, favorecer cierto contenido o aplicaciones, ni discriminar un servicio de internet por el propio que pudieran estar ofreciendo ellos; b) los proveedores de banda ancha deben ser transparentes acerca del servicio que proveen y como están administrando sus redes.
 
Explicaba que se deben equilibrar intereses competitivos potenciales asegurando un internet abierto, seguro; con unas nuevas reglas que le permitan a los proveedores de banda ancha de internet comprometerse con una razonable administración, que incluya, pero que no esté limitado, a prácticas razonables para reducir o mitigar los efectos de la congestión de la red.

Sin embargo, estas propuestas de “net neutrality” tienen resistencia – muchos legisladores republicanos incluidos - porque se dice que pueden: limitar la utilidad del internet; sentar un precedente para regulaciones más invasivas; disuadir inversiones en redes competitivas y negarles a los providers de banda ancha la habilidad para diferenciar sus servicios; además lo que implica el riesgo de regular a la internet así como lo están las telecomunicaciones.
 
El debate es profundo y el resultado de la votación marcará la forma en que como usuarios del internet usamos y nos relacionamos con los contenidos del internet.

Tensión entre la verdad y la libertad

Desde mis inicios en el periodismo hasta mi actual exploración en la ficción, la relación entre verdad y libertad siempre me ha fascinado. S...