febrero 18, 2009

Popularidad y reelecciones indefinidas

Evo Morales en su visita a Francia, incentivado por el referendo ganado por su homólogo venezolano, también ahora se desprendió con la alucinación de la reelección indefinida. Morales se fue un poco más allá, al decir que si un político extiende su mandato en el poder público, se garantiza que será menos corrupto que si solo tiene un par de años para robar. Increíble posición para un jefe de Estado.

Lo de Morales no inquieta mucho realmente a esta altura, ya que con la excusa de aggiornar al país hizo cambios constitucionales como lo hicieron Chávez y Correa para perpetuarse en el poder y lo han hecho mientras tienen su popularidad en alza.

Lo que preocupa ahora, después de hacerse el distraído, es que el presidente colombiano, Alvaro Uribe ya haya admitido que le gusta la idea de la reelección dando carta blanca a aquellos que recolectaban firmas – basadas en su popularidad – para reformar la Constitución y extender así su mandato para una tercera presidencia a partir del 2010.

Los presidentes populares siempre lo ponen muy bien con sus palabras a sus ansias de poder. Uribe, en visita a Brasil, dijo demagógicamente que si bien no quiere perpetuarse en el poder, tampoco quiere "ser irresponsable" con el futuro del país al insistir en que se debe dar continuidad a su política de seguridad.

"Quiero infundirle a las nuevas generaciones el amor por Colombia. Nuestro deseo es que puedan vivir felices en Colombia y no quiero que se vaya a pensar que en lugar de amor por Colombia, a mí me anima la ambición de poder". Es obvio que con esta declaración Uribe se está erigiendo como alguien especial, endiosado, bajo el supuesto de que no hay nadie mejor que él para dirigir al país.

Es evidente que Uribe no puede y hasta se cuida de criticar a Chávez por el referendo del domingo. En realidad actúa de la misma forma. Utiliza su popularidad para estar en el poder, dejando de lado principios democráticos muy válidos como la alternancia del poder.

febrero 17, 2009

Responsabilidad de oposición venezolana

Cuando en plena celebración el domingo por la noche Hugo Chávez dijo que “que lo mejor está por venir”, no pude dejar de pensar que lo que quiso decir es que se vendrá todo lo contrario. Al repasar esta década pasada desde que asumió en 1999, se pudo ver a un Presidente enceguecido por ganar poder para sí mismo y con una estrategia bien definida para apoderarse de los demás poderes del Estado. La degradación de las instituciones democráticas es innegable.

El triunfo por el SI puede tener cientos de lecturas y depende de cómo se le mire. Para mí, por el discurso de Chávez que estuvo nuevamente alejado de la reconciliación, puedo vislumbrar que en el futuro cercano se verá a un líder cada vez más caprichoso que profundizará la polarización y se volverá más populista y caudillista.

Para ello necesitará ser cada vez más demagogo y el problema que la demagogia para el pueblo termina siendo un vicio. A la demagogia se le pide ser más demagoga, es decir quien recibe dádivas del gobierno sin trabajar no querrá jamás trabajar por más empleo que se le ofrezca y quien recibe dinero a cambio de un voto jamás votará sin ese incentivo. La historia ha mostrado que los demagogos y populistas siempre terminan víctimas de sus propios pecados.

Es cierto, en otra lectura, que quienes optaron por el NO, es decir la oposición, tuvieron más votos en número que en el referendo de diciembre de 2007, pero también es verdad que Chávez pudo capitalizar muchos más votos que antes.

Sea lo que fuere, es decir si Chávez utilizó dinero del Estado para uso particular de campaña, que si se amenazó a los funcionarios públicos si votaban por el NO, que si manipuló a los medios de comunicación abusando con 82 cadenas nacionales con discursos interminables de 247 horas de duración… todo ello no puede esconder que la oposición política no haya capitalizado ni haya conformado un frente de batalla sustancial para hacerle frente a ese sistema autocrático.

No se entiende cómo la oposición política tiene en los jóvenes universitarios y en los periódicos a su mayor fortaleza. Después de 10 años ya hubiera tenido – por obligación - que crecer a sus propias expensas. La oposición es tan responsable como el propio Chávez del desastre que se está consumando en Venezuela.

febrero 16, 2009

Venezuela: Perdió la democracia

Con el SI de Hugo Chávez, Venezuela ha perdido un escalón más de democracia. No por nada, el más contento por su victoria fue el propio Fidel Castro que le envió el primer mensaje de felicitación. Todo un circo antidemocrático.

No habrá conocimiento a ciencia cierta si el mayor porcentaje obtenido se debió a una clara victoria o simplemente a que el gobierno usó los recursos económicos del Estado para su provecho e interés y así arrastrar a cientos de miles de votantes a las urnas. Las elecciones lamentablemente, o la apariencia de elegir, siempre terminan dando licitud a un acto democrático, pero no quiere decir que siempre sea un ejercicio democrático.

La democracia requiere de poderes libres e independientes y alternancia en el poder. Hasta ayer existía la esperanza de que algo de democracia quedaba en el país, pero ello se esfumó al permitírsele a Hugo Chávez (entiéndase… y la fuerza electoral para la que dispone sin vergüenza el aparato estatal) presentarse en forma indefinida – casi como un dios – así como a sus acólitos a cada una de todas las elecciones de ahora en adelante. Con esto se le cortó el sueño a muchos venezolanos que también querían ser presidentes.

La independencia de los poderes (Judicial, Legislativo y Electoral) hace largo rato que fue aniquilada por Chávez en el país.

Ayer la democracia venezolana fue mostrando que se va asfixiando y apagando día tras día.

febrero 15, 2009

Listas negras de periodistas

Muchos editoriales esta semana reflejaron el asombro contra el gobierno chino porque anunció que creará un banco de datos con listas de periodistas de “mala trayectoria” que trabajan en los medios estatales de comunicación, con lo que aumentará la censura. Sin embargo, pocos recalaron que esas listas negras existen en países latinoamericanos y fueron siempre bien utilizadas por los gobiernos para acallar a la prensa.

Lo de China es una práctica deleznable que merece ser criticada. Todo el mundo ya tuvo oportunidad de ver en las Olimpíadas de Beiging a las autoridades en acción, no sólo porque censuraron a sus periodistas, crearon fuegos artificiales que realmente fueron artificiales (inexistentes) sino que negaron a los corresponsales extranjeros que pudieran hacer una cobertura libre y sin ataduras. No es por nada, pero China es el país con más periodistas presos, más censura y filtros para blogueros y cibernautas.

Hace unos días, el gobierno de Argentina presionó abiertamente para que no se le renueve el contrato a Nelson Castro, uno de los comentaristas de mayor reputación en el país. Castro, así como otros periodistas de trayectoria, como José Eliachev, Jorge Lanata y Víctor Hugo Morales tuvieron que proseguir sus carreras después de que sus contratos fueron suspendidos o no renovados.

No hace falta recordar el caso de Venezuela, donde todos los periodistas que critiquen al gobierno son calificados de opositores y donde Hugo Chávez no tuvo vergüenza para cerrar medios de comunicación, perseguir y acosar a periodistas. En Nicaragua la lista de periodistas perseguidos es interminable, con el caso de Carlos Fernando Chamorro y Jaime Arellano; mientras que en Colombia en estos días saltó a la luz el caso de Holman Morris al que el gobierno trata de vincularlo con las FARC.

Las listas negras de periodistas en toda América Latina han estado una vez y otra en la agenda pública y desvergonzada de los gobiernos, así se haya tratado de dictaduras de derecha, de izquierda o democracias de todos los colores ideológicos. Por ello, siempre se habla del periodismo como una de las profesiones más riesgosas del continente.

febrero 14, 2009

Venezuela: Unas horas para la verdad

En unas pocas horas se iniciará en Venezuela el referendo que determinará cuán fuerte podrá ser la democracia. Claro está, que si Hugo Chávez pierde, como ocurrió en diciembre de 2007, seguirá intentando otras modificaciones a la Constitución. No descansará hasta obtener el SI y así poder perpetuarse en el poder.

Quiero agradecer a todos quienes participaron de la encuesta aquí a la derecha, en la que un 77% votó en contra de Chávez. Vale aclarar que blog es leído por hondureños, salvadoreños, mexicanos e hispanos en general de Estados Unidos según el “counter” que tengo disponible, siendo los venezolanos una de las nacionalidades con menos visitas.

Esperemos que en las próximas horas no haya incidentes – un eurodiputado español fue expulsado por hacer declaraciones en contra de Chávez – que se permitan los veedores internacionales en las mesas de votación y que todo funcione pacíficamente. El referendo está poniendo en juego el nivel de democracia y ojalá se vote en consecuencia.

Paramilitares y parapoliciales

Escudándose en una sensación de inseguridad ciudadana que no pueden dominar, algunos gobiernos latinoamericanos toleran o amparan a grupos paramilitares y parapoliciales que actúan con impunidad y sin cabida en principios constitucionales a los que están supuestos proteger.
Bajo el título “Matar y morir por Chávez” en el periódico El País de Madrid, un dirigente de la agrupación parapolicial venezolana La Piedrita, jactándose de que ni la policía ni el ejército entran en sus dominios del barrio 23 de enero en Caracas, confesó con naturalidad la autoría de varios atentados y se ufanó de declarar “objetivo militar” a medios de comunicación y periodistas prominentes de Venezuela. Todo ello, sin que alguna autoridad haya siquiera condenado semejante glorificación del delito.
La Piedrita es sólo uno de los tantos grupos de estas dañinas estructuras paralelas del Estado que también son utilizadas en no pocos países para instigar a la violencia y como fuerzas de choque para controlar o amedrentar a detractores y opositores al oficialismo. En Bolivia, los Ponchos Rojos juraron defender fielmente al presidente Evo Morales, en Nicaragua los Consejos del Poder Ciudadano controlan a las muchedumbres que se oponen a Daniel Ortega y en Argentina el gobierno moviliza a sus piqueteros para contrarrestar fuerzas tanto de rivales como de líderes agrarios.
A diferencia de los cuerpos policiales cuya misión es la prevención del delito, estas asociaciones sin formación y cargadas de armas, suelen degenerar en conductas cada vez más violentas y abusivas, tornándose ingobernables. En Río de Janeiro, por ejemplo, la policía y el ejército se esfuerzan por combatir a los milicianos, unos parapoliciales que originalmente daban protección en las favelas, pero que se han tornado más peligrosos que los narcos, contra quienes compiten por negocios y territorio.
Tanto como los parapoliciales, muchas tropas paramilitares fueron concebidas para disimular la ineficiencia del Estado en ofrecer seguridad a sectores productivos desprotegidos, aunque al poco tiempo empezaron a utilizar métodos más sofisticados que sus contrincantes para matar, secuestrar o extorsionar, incluso a quienes habían solventado su creación. Así ocurrió con las Autodefensas Unidas de Colombia o con los Zetas, la élite del ejército mexicano originada para combatir el narcotráfico y la contrainsurgencia, pero cuyos integrantes desertaron para convertirse en el brazo armado y sanguinario del Cartel del Golfo.
Latinoamérica tiene un pasado muy sombrío en paramilitarismo. Numerosas asociaciones fueron generadas con políticas conscientes de terrorismo de Estado en asociación con servicios de inteligencia, toleradas por gobiernos, apoyadas por la sociedad civil y gestadas con dineros de agencias estadounidenses con la intención de erradicar a las izquierdas subversivas. Las triple A en Argentina, los escuadrones de la muerte en El Salvador, las Patrullas de Autodefensa Civil en Guatemala, los escuadrones de Febres-Cordero en Ecuador y el Grupo Colina de Fujimori en Perú, son ejemplos de que se generó tanto terror como el que se buscaba desterrar.
En este sentido, el paramilitarismo y el Estado latinoamericanos son como la historia de Frankestein, en la que al final la criatura descontrolada se vuelve contra su creador. En muchos países, para evitar esta trama mortífera, gobiernos como los de Alvaro Uribe, de Evo Morales, de Felipe Calderón o de Fernando Lugo, optaron por políticas de depuración para con sus cuerpos de seguridad.
La purga no es mala en sí misma, en especial por la complicidad de muchos agentes y oficiales con el crimen organizado. Sin embargo, sería un error pensar que el problema del paramilitarismo y de los parapoliciales radica solo en las policías y los ejércitos.
Las turbas paralelas en Argentina, Bolivia, Nicaragua y Venezuela son nutridas por los poderes políticos a espaldas de las instituciones castrenses y policiales, por lo que una depuración, en todo caso, debería darse a ese nivel antes de que sea demasiado tarde. El poder político parece no entender que es en referencia a él lo dicho en la Carta Democrática Interamericana sobre que es fundamental a la democracia “la subordinación de las instituciones del Estado a la autoridad civil legalmente constituida”.
Si se acepta la tolerancia de los gobiernos a esas estructuras paralelas maléficas que generan mayor violencia e inseguridad, se estará permitiendo una fórmula altamente explosiva para la democracia.

febrero 13, 2009

Bochorno: legitimando dictaduras

Como era de esperar, la presidenta chilena Michelle Bachelet fue premiada con una audiencia privada con Fidel Castro, galardón que el gobierno cubano le había ofrecido en bandeja de plata también a Cristina de Kirchner.

Es penoso que estas dos mujeres que en sus países se auto elogiaron por arremeter contra las dictaduras militares de derecha de sus países condenando de forma ejemplar a los nefastos triunviratos militares y a Pinochet, no tengan los mismos valores democráticos para condenar a la dictadura militar de izquierda de la Cuba que tiene tantos o muchos más pecados que las otras dictaduras.

Ni Michelle ni Cristina – que vomitarían antes de tener que recibir en audiencia a Pinochet o a Videla – no solamente no vomitaron frente a Castro sino que declararon regocijadas lo bien que vieron al viejo dictador.

Estas dos presidentas no solamente que se prestaron al juego de relaciones públicas de un régimen que está pidiendo limosnas por todos los continentes, sino que legitimaron a la dictadura más vieja del continente, atreviéndose en otros escenarios a llenarse la boca de democracia y derechos civiles.

A ninguna de las dos se les podrá perdonar que no hayan atendido las súplicas de numerosas madres y esposas de varios de los disidentes y presos políticos de la isla. Cometieron el pecado democrático de la omisión y se dejaron manipular por las declaraciones vergonzosas de Alarcón quien el día previo a la visita de Bachelet dijo – contestando a la comisión de derechos humanos de Ginebra – que en Cuba no hay presos políticos.

No se les podría reprochar nada a estas damas chilena y argentina si ellas no tendrían uno de los discursos más exultantes en Latinoamérica sobre la democracia y los derechos humanos. La incoherencia es total rayana casi a la apología.

La dolorosa libertad de prensa

  Hoy, Día Mundial de la Libertad de Prensa, como hace 32 años cuando publiqué "La Dolorosa Libertad de Prensa", estoy convencido ...