enero 25, 2012

SOPA, PIPA y también Megaupload


Comparto con ustedes mi columna publicada este fin de semanas en varios diarios de la región, en la que describo las inconveniencias de las leyes SOPA y PIPA en Estados Unidos que le daban un excesivo papel de policía a empresas privadas, que no les corresponde.

Justamente cuando el viernes pasado el Congreso de EE.UU. desistió de seguir tratando SOPA, al mismo tiempo, el FBI cerró el sitio de descargas ilícitas Megaupload, cuyos dueños fueron apresados – algunos todavía están prófugos – en Nueva Zelandia, y procesados por operar una maquinaria de piratería digital tan aceitada como el de las peores mafias de todos los tiempos.

Esto evidencia que no son necesarias leyes tan complicadas como SOPA y PIPA para custodiar el derecho de autor y la propiedad intelectual.

A continuación, la columna:

El primer apagón digital de la historia al que adhirieron este miércoles miles de sitios online tuvo el éxito deseado. Paró en seco dos proyectos de ley sobre protección de la propiedad intelectual que se discuten en el Congreso de EE.UU. que de ser sancionados, infringirían graves daños al clima de libertad en el internet y subyugarían a sus empresas tecnológicas.

La fuerza de la protesta global, liderada por Wikipedia, con un apagón informativo de 24 horas y por Google, con un llamado a sus usuarios a que repudien los proyectos de ley, hizo que los legisladores detuvieran su apresurada marcha, traten de aprender más sobre el uso de las nuevas tecnologías y piensen en una ley que equilibre mejor el derecho de autor con el de libertad de expresión.

La misión no es fácil, más en un año electoral cuando las presiones se potencian y sobre el ring hay dos pesos pesados. En un rincón, la poderosa industria del entretenimiento, representada por Hollywood, que favorece este tipo de leyes para detener la piratería y las falsificaciones que le han provocado pérdidas millonarias y empleos; y, en el otro, la creciente industria del conocimiento, que desde el Valle de Silicona, clama siempre por un internet desregulado, que ya ha servido para derribar gobiernos anti democráticos, crear millones de empleos y expandir el comercio mundial.

Aunque en las formas muchos solo vean puñetazos, en el fondo todos están de acuerdo. Tanto el gobierno y los políticos, como ambas industrias privadas, creen que la propiedad intelectual estadounidense debe protegerse en todo el orbe como ya se hace en el país; empero, las diferencias estriban en cómo hacerlo ya que los proyectos de ley SOPA (Ley para Detener la Piratería Online) y PIPA (Ley para Proteger la Propiedad Intelectual), no son buena opción.

Estas regulaciones imponen a las compañías tecnológicas un poder de policía y de auxiliares de la justicia que no les corresponde. SOPA y PIPA obligan a motores de búsqueda (Google, Bing o Yahoo), a redes sociales (Facebook o Twitter), agregadores de contenido (Wikipedia o YouTube), y a sitios de comercio online (Paypal, Amazon o Craiglist), a convertirse en supervisores y censores de contenido, con el agravante de que pueden ser multados o desactivados si omiten esas funciones. Estas empresas estarían obligadas a cerrar sitios de internet fraudulentos, retirarles los dominios o, entre otras medidas, bloquearlos en sus sistemas de búsqueda bajo la mínima presunción de que ofrecen productos falsos y pirateados o descarguen música o películas sin el correspondiente pago de derechos de autor y regalías.

Aunque el espíritu de la ley es cortar los canales del dinero a potenciales piratas y falsificadores extranjeros, no deberían ser las compañías tecnológicas las encargadas del control, sino las autoridades competentes, fiscales y jueces a través de investigaciones y denuncias de los propios creadores de contenido. Así, los responsables tendrían garantías al debido proceso y al derecho a la defensa, lo que no existiría si se deja al arbitrio de una compañía privada como Google, determinar quién es o no un criminal.

Desde esta perspectiva, estas compañías privadas estarían tomando decisiones que desembocarían muchas veces en casos graves de censura y de censura previa, lo que justamente combaten en la práctica. El año pasado, por ejemplo, empresas privadas como Visa, Mastercard y PayPal arriesgaron su credibilidad, cuando bajo presión del gobierno y ante un vacío legal, decidieron cortar relaciones comerciales con Wikileaks, en represalia por la divulgación clandestina de miles de cables diplomáticos confidenciales.

Es bueno que haya libertad en la red, porque este formato hasta ahora fue el que garantizó la innovación y la creatividad de la que hoy disfrutamos. Pero no es bueno que en nombre de esa libertad se excuse la piratería, se crea en la filosofía anarquista de Anonymous y del vale todo, o se justifiquen los robos y a los delincuentes.

Es necesario que SOPA y PIPA se perfeccionen o reemplacen. Que el Estado no delegue a privados las funciones de policía y juez; y que el ciberespacio se mantenga abierto sin limitar ni discriminar contenidos, pero cada uno asumiendo responsabilidad. Ambos mundos no son incongruentes.

Un Barack Obama electoral


El discurso de Barack Obama de anoche ante el Congreso estuvo centrado en la economía, su talón de Aquiles rumbo a las elecciones de noviembre próximo. Fue un discurso electoralista, plagado de promesas y pedidos de reconciliación a los republicanos para gobernar a favor de la clase media, la que por restos primeros tres años de gobierno siguió debilitándose tras la herencia de la crisis que se remonta al último año del gobierno de George W. Bush.

Obama en 2008 estuvo llamado a ser un líder mundial, ante la carencia planetaria. La esperanza que se desplegaba como lema de campaña había calado hondo en todos los rincones y grupos minoritarios creyeron que serían reivindicados. La esperanza fue grande. Hoy las expectativas están desinfladas en lo interno y lo externo.

Obama puede acusar de su inacción e ineficiencia a muchas trabas de los republicanos, pero también es cierto que a principios de su mandato, cuando tenía los vientos a su favor y la mayoría en el Congreso, no supo sacar adelante promesas de campaña, como un trato justo para los 11 millones de hispanos indocumentados sin tener que recurrir a las periódicas deportaciones, un seguro de salud universal para cada estadounidense sin importar su condición, una cárcel de Guantánamo cerrada, energías renovables más desarrolladas, mejorar los índices educativos especialmente en ciencia y matemáticas, dejar al desempleo en la historia trayendo al país los puestos de trabajo que las compañías estadounidenses llevaron al exterior, un mercado de la vivienda renovado tras la burbuja, mayores reglas para Wall Street, la imposición a China de un intercambio comercial más balanceado y, entre otras cosas, traer los soldados de Irak o mandarlos a Afganistán.

A excepción por lo de Irak, el resto de las cosas, como si se tratara de un deja vu, fueron parte de las mismas promesas que reiteró anoche.

enero 24, 2012

Guerra republicana en la Florida


El ex gobernador de Massachusetts, Mitt Romney, finalmente acaba de revelar su declaración jurada de ganancias y de impuestos sobre los más de 20 millones de dólares que ganó y casi el 15% de lo que pagó de tasa impositiva el año pasado, muy por debajo del porcentaje de lo que contribuye el ciudadano estadounidense promedio. Y anoche en el debate dejó de pegarle solamente a Barack Obama por el mal manejo de la economía, para dedicar, en un giro de su estrategia electoral, mucho de su tiempo a atacar a Newt Gingrich, quien el sábado le arrebató las primarias en Carolina del Sur.

Las primarias del Partido Republicano están que arden. Romney tenía una ventaja amplia para este 31 de enero en las próximas primarias de la Florida, pero luego de perder sorpresivamente Carolina del Sur, de saberse que las cifras de Iowa eran mayores para Sanctorum y no para él y de ser atacado constantemente por los demás republicanos por ser demasiado moderado, ya no llega como favorito sino detrás de Gingrich, según las encuestas que hasta hace una semana lo tenían como imbatible.

Tal vez no hay mal que por bien no venga. Hasta ahora como gran favorito, Romney no supo capitalizar las diferencias para quedar definido como el candidato para ir en contra de Obama. Quizás ahora, una nueva estrategia más agresiva en contra de sus pares republicanos puede devolverle la delantera. Gingrich tiene muchos puntos débiles que Romney hasta ahora había dejado de lado, como la separación como presidente de la Cámara de Diputados que perdió por votación de legisladores de su propio partido. Se avecinan unos días bastante caldeados para los republicanos.

Esto tiene una doble lectura para Obama. Muchos piensan que los republicanos se están destruyendo entre sí. Sin embargo lo que a Obama le debe pesar es no tener todavía a alguien definido frente a él en quién depositar todos los males y atrasos de su Presidencia. Por más que los republicanos se dilapiden entre sí, se saquen los trapitos al sol (ya no quedan muchos), siguen siendo noticia y estando en la boca y pensamiento de la opinión pública. En propaganda, incluso por más mal que se le presente a uno, el solo hecho de “estar”, ya es una ventaja competitiva y comparativa.

Día “D” para la libertad de prensa en Ecuador


La Corte Nacional de Justicia fallará hoy en Ecuador sobre el proceso judicial del presidente Rafael Correa contra El Universo, sus directivos, los hermanos Pérez, propietarios del diario y el columnista Emilio Palacio, ahora en el exilio, pudiendo decidir si estos cuatro periodistas deberán pagar con tres años de cárcel y 40 millones de dólares.

La expectativa y la ansiedad son grandes y se verá cuál es el grado de independencia del Poder Judicial en Ecuador, cuando tenga que resolver sobre un proceso viciado en el que hasta se acusa que el juez de primera instancia que condenó a El Universo y los periodistas utilizó una sentencia escrita por la propia oficina del presidente Correa, según peritajes realizados.

Por este solo hecho y por la calidad de un fallo que es totalmente desproporcional a la supuesta injuria – una columna de opinión en el que se dijo que Correa debería en el futuro tener que enfrentar cargos de lesa humanidad por su reacción en la sublevación policial – por haberse utilizado la figura del desacato que le da privilegios a un Presidente por arriba de los ciudadanos y por haber el presidente usado el estrado público para continuamente burlarse e insultar a estos periodistas, la CNJ haría bien en dilatar este proceso que, además, tiene un trámite sorprendentemente acelerado.

Hoy, una vez más, se podrá saber si hay equilibrio de poderes en el país y si realmente se piensa que la libertad de prensa y de expresión, como establece la Constitución, son piezas fundamentales de la democracia.

Lo que probablemente sucederá es que el fallo favorezca a Correa y que luego, en una decisión magnánima y de tinte mesiánica, el Presidente convoque a una conferencia de prensa – lo que hace solamente en el extranjero – para anunciar que perdona a los periodistas para regocijo de las masas y para obtener el beneplácito de la opinión pública internacional. De lo contrario, Correa sabe que su gobierno no podrá sostenerse con tres directivos de periódicos presos y teniendo que reclamar a EE.UU. por la extradición de Palacio.

Correa es autoritario y demagógico, pero calculador.

enero 23, 2012

Chávez y el mensajero como culpable


El informe de Human Rights Watch dado a conocer ayer en El Cairo, Egipto, es lapidario en cuanto a la falta de respeto a los derechos humanos en Venezuela. En su reporte sobre el estado de situación del Estado petrolero, se acusa al gobierno de Hugo Chávez de varios atropellos a los derechos humanos, los que se potencian por la falta de un Poder Judicial independiente subyugado al poder político y por el constante ataque en contra de la libertad de prensa.

HRW denuncia el grave incremento de la inseguridad pública y la ineficiencia del Estado para combatirla. Justamente ayer en este post criticábamos los anuncios del Ministerio del Interior endilgándole la responsabilidad de este aumento de la violencia a los medios de comunicación, bajo el mismo argumento de siempre, de echarle la culpa de todo al mensajero.

Como el gobierno en este rubro interno no tiene cómo echarle la culpa a su enemigo externo, el imperialismo estadounidense, arremete contra el enemigo interno, la prensa, ambos convertidos en los agentes de exorcismo preferido del chavismo.
En este sentido, conviene recordar que tanto la Constitución, como las leyes de comunicación promulgadas por Chávez apuntan a ello – Ley de Responsabilidad Social en Radio, Televisión y Medios Electrónicos del año 2004 – así como las varias leyes que aprobó en diciembre de 2010 bajo la Ley Habilitante o cheque en blanco que el Congreso le dio por 18 meses para legislar a su gusto y placer.

Ese diciembre de 2010 – y en línea con las reformas que anunció el Ministro del Interior El Aissami esta semana – Chávez reformó la Ley de Responsabilidad Social para regular los contenidos en internet y crear mayores limitaciones a los medios electrónicos, imponiendo sanciones a quienes hagan “apología del delito”, que fomenten “zozobra en la ciudadanía” o incentiven a “desconocer a las autoridades legítimamente constituidas”.
 
Sin dudas, para el régimen, la culpa de la violencia en el país apunta a los mensajeros.

Tensión entre la verdad y la libertad

Desde mis inicios en el periodismo hasta mi actual exploración en la ficción, la relación entre verdad y libertad siempre me ha fascinado. S...