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junio 20, 2012

Julian Assange escogió bien


Un amigo ayer me sorprendió con la noticia de que en Londres, Julian Assange se había refugiado en la Embajada de Ecuador para solicitar asilo, diciéndome que no entendía por qué, alguien que luchó a favor de la libertad de expresión y el derecho del público a estar informado, escogió un país dominado por el presidente Rafael Correa con un terrible récord sobre libertad de prensa.

Pero no creo que a Assange le preocupe eso. Más bien, su decisión para escapar de la posible extradición a Suecia, a la que la Corte Suprema británica ya dio autorización para comenzar con el proceso, es que quiere tener la seguridad de que no lo deporten a Estados Unidos como sus abogados vienen asegurando lo haría el gobierno sueco, una vez que lo procesen por crímenes sexuales en ese país.

Así que le viene muy bien establecerse al lado Correa, sabiendo que el líder ecuatoriano es un crítico acérrimo de cualquier política estadounidense y le resultaría muy difícil no sincronizar sus acciones con su filosofía de gobierno.

Se irán sabiendo los detalles de su decisión, la que viene sopesando desde hace meses con las autoridades ecuatorianas. A este nivel y a lo que está en juego, nada se hace por casualidad. Habrá que ver si Assange resulta asilado en Ecuador, cuales son las condiciones y restricciones que impone Ecuador, para saber a que se tendrá que atener.

enero 24, 2012

Día “D” para la libertad de prensa en Ecuador


La Corte Nacional de Justicia fallará hoy en Ecuador sobre el proceso judicial del presidente Rafael Correa contra El Universo, sus directivos, los hermanos Pérez, propietarios del diario y el columnista Emilio Palacio, ahora en el exilio, pudiendo decidir si estos cuatro periodistas deberán pagar con tres años de cárcel y 40 millones de dólares.

La expectativa y la ansiedad son grandes y se verá cuál es el grado de independencia del Poder Judicial en Ecuador, cuando tenga que resolver sobre un proceso viciado en el que hasta se acusa que el juez de primera instancia que condenó a El Universo y los periodistas utilizó una sentencia escrita por la propia oficina del presidente Correa, según peritajes realizados.

Por este solo hecho y por la calidad de un fallo que es totalmente desproporcional a la supuesta injuria – una columna de opinión en el que se dijo que Correa debería en el futuro tener que enfrentar cargos de lesa humanidad por su reacción en la sublevación policial – por haberse utilizado la figura del desacato que le da privilegios a un Presidente por arriba de los ciudadanos y por haber el presidente usado el estrado público para continuamente burlarse e insultar a estos periodistas, la CNJ haría bien en dilatar este proceso que, además, tiene un trámite sorprendentemente acelerado.

Hoy, una vez más, se podrá saber si hay equilibrio de poderes en el país y si realmente se piensa que la libertad de prensa y de expresión, como establece la Constitución, son piezas fundamentales de la democracia.

Lo que probablemente sucederá es que el fallo favorezca a Correa y que luego, en una decisión magnánima y de tinte mesiánica, el Presidente convoque a una conferencia de prensa – lo que hace solamente en el extranjero – para anunciar que perdona a los periodistas para regocijo de las masas y para obtener el beneplácito de la opinión pública internacional. De lo contrario, Correa sabe que su gobierno no podrá sostenerse con tres directivos de periódicos presos y teniendo que reclamar a EE.UU. por la extradición de Palacio.

Correa es autoritario y demagógico, pero calculador.

julio 20, 2011

Correa y su justicia estilo Guinness


El libro Guinness tiene un nuevo récord de velocidad. Esta vez se trata de un caso judicial raudo y vertiginoso. En unas 12 horas y media, un juez ecuatoriano leyó más de cinco mil fojas y escribió más de 150 carillas de sentencia para condenar a los directivos del diario El Universo de Guayaquil, a tres años de cárcel y a pagar una indemnización de 40 millones de dólares a favor del presidente Rafael Correa, quien demandó, al sentirse ofendido por una columna de Emilio Palacio, en la que le calificaron de “dictador”, por acciones que adoptó el primer mandatario durante la rebelión policial del 30 de setiembre de 2010.  

El juez temporal, Juan Paredes, después de la sentencia anunció su retiro de la causa, la cual fue resuelta con una velocidad inusitada en cuatro meses por cinco jueces. La audiencia del juicio concluyó a las 4:30 de la tarde de ayer 19 de julio y el juez declaró públicamente que trabajó hasta las 5:00 de la mañana de hoy. “En síntesis – expresa El Universo en su página de internet - el juez Paredes en 33 horas aproximadamente, tomó posesión del cargo, sustanció la audiencia de juzgamiento, estudió más de cinco mil hojas del expediente, escribió 156 carillas de la sentencia, notificó a las partes y se retiró del cargo”.

Para quienes hasta ayer estuvimos en Ecuador – como parte de una misión de la SIP – el fallo no sorprende; era esperado. Se trata de un incidente más de cómo el Poder Ejecutivo manda al Poder Judicial y lo manipula anteponiendo intereses del poder sobre el sentido común y la libertad de prensa.

Los directivos de El Universo tendrán ahora las posibilidades de dos términos de apelación antes de llegar a instancias máximas; pero visto este fallo, es difícil pensar que podrán sortear algunas de estas instancias con éxito. El presidente Correa dijo que estaba dispuesto a llegar hasta las últimas consecuencias para dar un ejemplo en el país, y parece que los jueces lo escucharon y obedecieron.

Conociendo a Correa, seguramente, en un gesto magnánimo, pronto podría anunciar que perdonará a sus víctimas. Sería una forma de evitar el bochorno internacional, ya que un fallo de esta clase difícilmente pueda sostenerse en la jurisprudencia interamericana, y al mismo tiempo, con la sentencia a su favor, puede demostrar lo que siempre quiso: que es el dueño de la verdad, infalible y que quien se atreve a criticarlo, debe pensar primero en las consecuencias.

julio 18, 2011

Triste experiencia en Ecuador


Acabamos de terminar una misión de la SIP en Ecuador esta tarde. En materia de libertad de prensa la situación es mala y puede convertirse en caótica. Los ataques de la que son futo los medios y los periodistas, a si sea por el descrédito a los que los tiene sometidos el presidente Rafael Correa o los juicios multimillonarios, están generando cada vez mayor autocensura más allá de los límites del periodismo.

Que los periodistas se están autocensurando y los ejecutivos de los medios también, no es una novedad. Una encuesta realizada por Fundamedios entre 300 periodistas, arrojó un resultado pavoroso: el 70 por ciento de los reporteros se autocensuran por temor a sufrir las mismas represalias que muchos de sus colegas que se ven intimidados o sufren agresiones directas por lo que dicen, opinan y publican.

Lo más preocupante, es que no se trata solamente de ataques directos del poder. Sucede ya en Ecuador lo que desde hace años ocurre en Venezuela, Argentina, Bolivia y Nicaragua. La confrontación sistemática de parte del presidente Correa contra los medios y los periodistas ha contribuido a degradar la credibilidad de la prensa y muchos periodistas terminan siendo señalados, acusados y amenazados en la calle, por el ciudadano común, a causa de sus investigaciones o pronunciamiento sobre actos de corrupción.

Además de la injuria permanente contra directivos de medios y periodistas, Correa ha ido mucho más allá. Ha creado una estructura legal y jurídica con la que puede darse el lujo de restringir cada vez más a la prensa, dentro de un marco simulado de legalidad y democracia. La Consulta Popular de mayo de 2007 apuntó a ello, ya que incluyó dos preguntas directas sobre los medios, una relativa a la propiedad y la otra sobre los contenidos.

A pesar de que no ganó con los márgenes que creía, le sirvieron para fundamentar una nueva Ley de Comunicación, cuyo proyecto permanecía estancado en la Asamblea Nacional. Ahora, con la “autorización” ciudadana, el nuevo proyecto está convirtiéndose en un arma letal de restricción cuando empiece a aplicarse a través de un órgano supranacional gubernamental que tendrá que vigilar los contenidos.

Es decir, la libertad de prensa quedará sometida a los arbitrios del gobierno de Correa. Es algo que él predijo que lo haría y que ya lo ha conseguido. Ecuador, de a poco, se está convirtiendo en uno de los países con menos libertad de prensa en el continente americano.

junio 09, 2011

Correa cansa con su causa contra la prensa


El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, es uno de los menos democráticos de la región a pesar de que todo quiera resolverlo y demostrarlo mediante consultas populares a las que considera las formas más directa de hablar con el pueblo. Es verdad que es directa, pero también que su intención es invalidar a la oposición y al Congreso. Correa seguramente no haría estas consultas si tuviera baja popularidad, ya que temería que se le desmoronen sus objetivos.

Correa, desde que se inició en el poder en 2007, ha conducido al país con un estilo de confrontación permanente tanto contra la oposición como contra la prensa. Entre esos ataques, con los que busca polarizar y dividir para reinar, se ha ensañado particularmente contra medios críticos.

El autocrático Correa además de todas sus peleas contra quien no se subyuga a su línea de acción y de todos los medios públicos y privados que mantiene dentro del Estado para hacer propaganda, mantiene una guerra especial contra el diario El Universo de Guayaquil. Una fórmula de ataque contra la prensa en general y de persistente agresión a periodistas y directivos de El Universo, que copió de su amigo el ex presidente argentino Néstor Kirchner, que tenía la misma política comunicacional y similar guerra contra los diarios Clarín y La Nación, a los que les achacaba todos los males en el país.

Lo de Correa es inaudito en una democracia. Mucho de su tiempo en sus alocuciones propagandísticas sabatinas y en cualquier discurso lo dedica a insultar y a poner sobrenombres peyorativos a los medios y periodistas, quienes por informar, denunciar u opinar son tildados desde mentirosos, apátridas, mercenarios, desestabilizadores o antidemocráticos.

Pero el presidente ecuatoriano no se contenta con la dialéctica, sino que transforma esa presión discursiva en acciones. Ha demandado a periodistas y medios como nadie. A los tres directores de El Universo les ha entablado juicios, que de ganarlos, obtendría una indemnización de 80 millones de dólares y que los periodistas pasen tres años en la cárcel. En los últimos años, el diario viene sufriendo inspecciones tributarias y otro tipo de auditorías económicas que no son usuales para otras empresas, y jamás se ha beneficiado con algún centímetro de publicidad oficial, algo que el gobierno utiliza en forma corrupta para castigar a este medio y premiar a otros que se portan bien.

La última andanada de golpes contra El Universo fue para su fundador, ya fallecido, un periodista que es reconocido en el país por su defensa de las libertades públicas. Correa atrae cosas del pasado que aunque no sean ciertas o fueron enterradas por la justicia por ser cosa juzgada, simplemente las estimula para crear dudas, sospechas y especulaciones. Es el viejo ardid de la propaganda política para desprestigiar, y en esa acción, su intención es amedrentar e intimidar para que la prensa se autocensure.

A pesar de que El Universo ha dicho en sus páginas no se dejará intimidar y continuará con su periodismo sin doblegarse, ya son evidentes en Ecuador los signos de autocensura que pululan entre medios independientes. Es que no autocensurarse o callar cosas que al gobierno le incomodan tiene sus beneficios. Y Correa se encarga de recordarlas todos los días.

Tensión entre la verdad y la libertad

Desde mis inicios en el periodismo hasta mi actual exploración en la ficción, la relación entre verdad y libertad siempre me ha fascinado. S...