El libro Guinness tiene un nuevo récord de velocidad. Esta vez se trata de un caso judicial raudo y vertiginoso. En unas 12 horas y media, un juez ecuatoriano leyó más de cinco mil fojas y escribió más de 150 carillas de sentencia para condenar a los directivos del diario El Universo de Guayaquil, a tres años de cárcel y a pagar una indemnización de 40 millones de dólares a favor del presidente Rafael Correa, quien demandó, al sentirse ofendido por una columna de Emilio Palacio, en la que le calificaron de “dictador”, por acciones que adoptó el primer mandatario durante la rebelión policial del 30 de setiembre de 2010.
El juez temporal, Juan Paredes, después de la sentencia anunció su retiro de la causa, la cual fue resuelta con una velocidad inusitada en cuatro meses por cinco jueces. La audiencia del juicio concluyó a las 4:30 de la tarde de ayer 19 de julio y el juez declaró públicamente que trabajó hasta las 5:00 de la mañana de hoy. “En síntesis – expresa El Universo en su página de internet - el juez Paredes en 33 horas aproximadamente, tomó posesión del cargo, sustanció la audiencia de juzgamiento, estudió más de cinco mil hojas del expediente, escribió 156 carillas de la sentencia, notificó a las partes y se retiró del cargo”.
Para quienes hasta ayer estuvimos en Ecuador – como parte de una misión de la SIP – el fallo no sorprende; era esperado. Se trata de un incidente más de cómo el Poder Ejecutivo manda al Poder Judicial y lo manipula anteponiendo intereses del poder sobre el sentido común y la libertad de prensa.
Los directivos de El Universo tendrán ahora las posibilidades de dos términos de apelación antes de llegar a instancias máximas; pero visto este fallo, es difícil pensar que podrán sortear algunas de estas instancias con éxito. El presidente Correa dijo que estaba dispuesto a llegar hasta las últimas consecuencias para dar un ejemplo en el país, y parece que los jueces lo escucharon y obedecieron.
Conociendo a Correa, seguramente, en un gesto magnánimo, pronto podría anunciar que perdonará a sus víctimas. Sería una forma de evitar el bochorno internacional, ya que un fallo de esta clase difícilmente pueda sostenerse en la jurisprudencia interamericana, y al mismo tiempo, con la sentencia a su favor, puede demostrar lo que siempre quiso: que es el dueño de la verdad, infalible y que quien se atreve a criticarlo, debe pensar primero en las consecuencias.
1 comentario:
La sentencia es correcta,pero se pasaron con su dureza. Aquí en Honduras en muchos medios se abusa de la libertad de expresión, pero nunca se ha molestado a nadie.En realidad los medios de comunicación tienen que ser mas comedidos y objetivos.sino se convierten en pseudo-periodistas.
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