enero 25, 2012

Un Barack Obama electoral


El discurso de Barack Obama de anoche ante el Congreso estuvo centrado en la economía, su talón de Aquiles rumbo a las elecciones de noviembre próximo. Fue un discurso electoralista, plagado de promesas y pedidos de reconciliación a los republicanos para gobernar a favor de la clase media, la que por restos primeros tres años de gobierno siguió debilitándose tras la herencia de la crisis que se remonta al último año del gobierno de George W. Bush.

Obama en 2008 estuvo llamado a ser un líder mundial, ante la carencia planetaria. La esperanza que se desplegaba como lema de campaña había calado hondo en todos los rincones y grupos minoritarios creyeron que serían reivindicados. La esperanza fue grande. Hoy las expectativas están desinfladas en lo interno y lo externo.

Obama puede acusar de su inacción e ineficiencia a muchas trabas de los republicanos, pero también es cierto que a principios de su mandato, cuando tenía los vientos a su favor y la mayoría en el Congreso, no supo sacar adelante promesas de campaña, como un trato justo para los 11 millones de hispanos indocumentados sin tener que recurrir a las periódicas deportaciones, un seguro de salud universal para cada estadounidense sin importar su condición, una cárcel de Guantánamo cerrada, energías renovables más desarrolladas, mejorar los índices educativos especialmente en ciencia y matemáticas, dejar al desempleo en la historia trayendo al país los puestos de trabajo que las compañías estadounidenses llevaron al exterior, un mercado de la vivienda renovado tras la burbuja, mayores reglas para Wall Street, la imposición a China de un intercambio comercial más balanceado y, entre otras cosas, traer los soldados de Irak o mandarlos a Afganistán.

A excepción por lo de Irak, el resto de las cosas, como si se tratara de un deja vu, fueron parte de las mismas promesas que reiteró anoche.

enero 24, 2012

Guerra republicana en la Florida


El ex gobernador de Massachusetts, Mitt Romney, finalmente acaba de revelar su declaración jurada de ganancias y de impuestos sobre los más de 20 millones de dólares que ganó y casi el 15% de lo que pagó de tasa impositiva el año pasado, muy por debajo del porcentaje de lo que contribuye el ciudadano estadounidense promedio. Y anoche en el debate dejó de pegarle solamente a Barack Obama por el mal manejo de la economía, para dedicar, en un giro de su estrategia electoral, mucho de su tiempo a atacar a Newt Gingrich, quien el sábado le arrebató las primarias en Carolina del Sur.

Las primarias del Partido Republicano están que arden. Romney tenía una ventaja amplia para este 31 de enero en las próximas primarias de la Florida, pero luego de perder sorpresivamente Carolina del Sur, de saberse que las cifras de Iowa eran mayores para Sanctorum y no para él y de ser atacado constantemente por los demás republicanos por ser demasiado moderado, ya no llega como favorito sino detrás de Gingrich, según las encuestas que hasta hace una semana lo tenían como imbatible.

Tal vez no hay mal que por bien no venga. Hasta ahora como gran favorito, Romney no supo capitalizar las diferencias para quedar definido como el candidato para ir en contra de Obama. Quizás ahora, una nueva estrategia más agresiva en contra de sus pares republicanos puede devolverle la delantera. Gingrich tiene muchos puntos débiles que Romney hasta ahora había dejado de lado, como la separación como presidente de la Cámara de Diputados que perdió por votación de legisladores de su propio partido. Se avecinan unos días bastante caldeados para los republicanos.

Esto tiene una doble lectura para Obama. Muchos piensan que los republicanos se están destruyendo entre sí. Sin embargo lo que a Obama le debe pesar es no tener todavía a alguien definido frente a él en quién depositar todos los males y atrasos de su Presidencia. Por más que los republicanos se dilapiden entre sí, se saquen los trapitos al sol (ya no quedan muchos), siguen siendo noticia y estando en la boca y pensamiento de la opinión pública. En propaganda, incluso por más mal que se le presente a uno, el solo hecho de “estar”, ya es una ventaja competitiva y comparativa.

Día “D” para la libertad de prensa en Ecuador


La Corte Nacional de Justicia fallará hoy en Ecuador sobre el proceso judicial del presidente Rafael Correa contra El Universo, sus directivos, los hermanos Pérez, propietarios del diario y el columnista Emilio Palacio, ahora en el exilio, pudiendo decidir si estos cuatro periodistas deberán pagar con tres años de cárcel y 40 millones de dólares.

La expectativa y la ansiedad son grandes y se verá cuál es el grado de independencia del Poder Judicial en Ecuador, cuando tenga que resolver sobre un proceso viciado en el que hasta se acusa que el juez de primera instancia que condenó a El Universo y los periodistas utilizó una sentencia escrita por la propia oficina del presidente Correa, según peritajes realizados.

Por este solo hecho y por la calidad de un fallo que es totalmente desproporcional a la supuesta injuria – una columna de opinión en el que se dijo que Correa debería en el futuro tener que enfrentar cargos de lesa humanidad por su reacción en la sublevación policial – por haberse utilizado la figura del desacato que le da privilegios a un Presidente por arriba de los ciudadanos y por haber el presidente usado el estrado público para continuamente burlarse e insultar a estos periodistas, la CNJ haría bien en dilatar este proceso que, además, tiene un trámite sorprendentemente acelerado.

Hoy, una vez más, se podrá saber si hay equilibrio de poderes en el país y si realmente se piensa que la libertad de prensa y de expresión, como establece la Constitución, son piezas fundamentales de la democracia.

Lo que probablemente sucederá es que el fallo favorezca a Correa y que luego, en una decisión magnánima y de tinte mesiánica, el Presidente convoque a una conferencia de prensa – lo que hace solamente en el extranjero – para anunciar que perdona a los periodistas para regocijo de las masas y para obtener el beneplácito de la opinión pública internacional. De lo contrario, Correa sabe que su gobierno no podrá sostenerse con tres directivos de periódicos presos y teniendo que reclamar a EE.UU. por la extradición de Palacio.

Correa es autoritario y demagógico, pero calculador.

enero 23, 2012

Chávez y el mensajero como culpable


El informe de Human Rights Watch dado a conocer ayer en El Cairo, Egipto, es lapidario en cuanto a la falta de respeto a los derechos humanos en Venezuela. En su reporte sobre el estado de situación del Estado petrolero, se acusa al gobierno de Hugo Chávez de varios atropellos a los derechos humanos, los que se potencian por la falta de un Poder Judicial independiente subyugado al poder político y por el constante ataque en contra de la libertad de prensa.

HRW denuncia el grave incremento de la inseguridad pública y la ineficiencia del Estado para combatirla. Justamente ayer en este post criticábamos los anuncios del Ministerio del Interior endilgándole la responsabilidad de este aumento de la violencia a los medios de comunicación, bajo el mismo argumento de siempre, de echarle la culpa de todo al mensajero.

Como el gobierno en este rubro interno no tiene cómo echarle la culpa a su enemigo externo, el imperialismo estadounidense, arremete contra el enemigo interno, la prensa, ambos convertidos en los agentes de exorcismo preferido del chavismo.
En este sentido, conviene recordar que tanto la Constitución, como las leyes de comunicación promulgadas por Chávez apuntan a ello – Ley de Responsabilidad Social en Radio, Televisión y Medios Electrónicos del año 2004 – así como las varias leyes que aprobó en diciembre de 2010 bajo la Ley Habilitante o cheque en blanco que el Congreso le dio por 18 meses para legislar a su gusto y placer.

Ese diciembre de 2010 – y en línea con las reformas que anunció el Ministro del Interior El Aissami esta semana – Chávez reformó la Ley de Responsabilidad Social para regular los contenidos en internet y crear mayores limitaciones a los medios electrónicos, imponiendo sanciones a quienes hagan “apología del delito”, que fomenten “zozobra en la ciudadanía” o incentiven a “desconocer a las autoridades legítimamente constituidas”.
 
Sin dudas, para el régimen, la culpa de la violencia en el país apunta a los mensajeros.

enero 22, 2012

Chávez golpeará a los medios


En Venezuela el gobierno de Hugo Chávez se prepara para asestarle otro golpe a los medios de comunicación, justificándose en la implementación de un nuevo plan para atacar la violencia e inseguridad que afecta al país.

En lugar de reconocer que Venezuela durante la década de su gobierno se convirtió en uno de los países más inseguros del continente, y actuar en consecuencia, Chávez anunció a través de su ministro del Interior, Tarek El Aissami, una serie de medidas, entre ellas un nuevo Código Penal y a su vez un nuevo código de conducta para los medios de comunicación a quienes acusa de incentivar la violencia mediante el sensacionalismo.

Pero aún más peligroso que el nuevo ataque a los medios que se avecina, el ministro también habló de una reforma al sistema educativo, en la que primará “la moral, luces, respeto a la autoridad”, lo que implica una educación viciada de propaganda. Y sobre los medios de comunicación dijo que se trata de “derrotar el criterio perverso del uso sensacionalista del crimen para fines lucrativos”.

Imagino que con estas excelentes excusas, muchos medios de comunicación correrán la suerte de Sexto Poder o de Radio Caracas Televisión. Una nueva y excelente excusa del gobierno para legalizar la censura, las multas y el cierre de medios críticos.

Tensión entre la verdad y la libertad

Desde mis inicios en el periodismo hasta mi actual exploración en la ficción, la relación entre verdad y libertad siempre me ha fascinado. S...