enero 18, 2012

Las Malvinas y los amigos de Cristina


(comparto con ustedes mi columna del fin de semana pasado)

En coincidencia con la recepción de alfombra roja que recibió esta semana en América Latina el presidente iraní, Mahmoud Ahmadinejad, los 30 años de la guerra por las Islas Malvinas y los 20 del atentado contra la embajada israelita en Buenos Aires, es hora que el gobierno argentino elija mejor a sus amigos latinoamericanos.

Ahmadinejad, en su quinto viaje a la región para contrarrestar el anuncio de EE.UU. y la Unión Europea de mayores sanciones por su dudoso programa nuclear con fines pacíficos y su amenaza de cerrar el grifo petrolero en el Estrecho de Ormuz, paseó su propaganda anti estadounidense por Cuba, Ecuador, Nicaragua y Venezuela, recogiendo flores que en su país se le niegan.

En ese banquete anti imperialista, a Raúl Castro, Rafael Correa, Daniel Ortega y Hugo Chávez se les olvidó reparar en el reclamo de sus colegas Cristina de Kirchner, de su esposo fallecido, Néstor y de la justicia Argentina, que acusan a Irán de la autoría intelectual de los atentados en Buenos Aires contra la embajada israelí en 1992 y contra la Asociación Mutual Israelita Argentina en 1994.

Cristina no debería ser ingenua. Sus cuatro “amigos” jamás criticarán las pericias anti democráticas de su aliado persa porque ellos mismos las practican, con fraude electoral, apoyo a movimientos terroristas y persecución a la prensa independiente. En Cuba están prohibidas las expresiones y reuniones, se reprime y encarcela a disidentes; en Nicaragua, Ecuador y Venezuela se han vivido procesos electorales irregulares; se persigue judicialmente a los medios provocando su cierre y forzando a periodistas al exilio; mientras que los cuatro gobiernos tienen un largo historial de apoyo a las narco guerrillas de las FARC.

La revolución de Ahmadinejad es responsable de tres millones de votos irregulares que en el 2009 le dieron la reelección; de la represión salvaje contra manifestantes que precedió a la Primavera Árabe; de ser la mayor prisión de periodistas del mundo, con 42 encarcelados el año pasado y de haber planificado ataques contra plantas nucleares estadunidenses y otros atentados contra embajadas sauditas e israelitas en Buenos Aires y Washington, según evidencias descubiertas en meses pasados.

Los mismos cuatro gobiernos justificaron su soberanía para recibir al régimen terrorista iraní y no faltaron críticas al embargo estadounidense contra Cuba. Pero ignoraron que es ejercicio soberano de las naciones observar o implementar bloqueos como el que ratificaron esta semana los países miembros del Mercosur, al prohibir que barcos con bandera de las Islas Malvinas recalen en sus puertos.

Los embargos y bloqueos económicos, aunque no tengan los efectos deseados, como el de reinstaurar la democracia en Cuba después de 50 años, sirven para presionar e instalar posiciones políticas en la agenda internacional, como el efectuado por las Naciones Unidas contra Sud África, en solidaridad con las víctimas del apartheid.

Bajo esas premisas solidarias, esta semana los gobiernos de Dilma Rousseff, Sebastián Piñera, Fernando Lugo y José Mujica ratificaron la decisión del Mercosur de su reunión en diciembre, para apoyar a Argentina en su reclamo por la soberanía de las Islas Malvinas que intentó recuperar en la guerra de 1982.

Gran Bretaña trató de revertir esa decisión con fuerte presión diplomática contra Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay, pero bastó que el gobierno argentino recordara las decenas de resoluciones emitidas por las Naciones Unidas que solicitan a los ingleses sentarse a la mesa de negociaciones y abandonar su absurda tozudez por mantener el colonialismo.

Sin dudas, el bloqueo del Mercosur es un espaldarazo para las aspiraciones argentinas sobre las Islas Malvinas; pero es insuficiente, debido a que los barcos malvinenses pueden burlarlo cambiando sus banderas por la del Reino Unido. Sería más efectivo si el bloqueo se aplicara a todos los navíos ingleses y si se lograra que Chile también cierre la línea de vuelos comerciales entre Punta Arenas y el archipiélago.

Por otro lado, sorprende que Correa y Chávez desaprovechen sumarse solidariamente al bloqueo para revalidar sus aspiraciones de ser socios plenos del Mercosur; aunque es buena oportunidad para que el gobierno argentino sepa quiénes son realmente sus buenos amigos.

enero 17, 2012

Correa y Evo preparan la mesa


Las elecciones siempre son un dolor de cabeza para los gobiernos cuando tienen que preocuparse para mantener su status quo y buscar la reelección. Pese a que todavía no se lanzó en Ecuador la campaña electoral, el presidente Rafael Correa ya está dando pasos muy atinados para ser reelegido en enero del 2013, con las maniobras y ventajas acostumbradas.

Con enmiendas del oficialismo al Código de la Democracia, el nombre de la ley electoral, Correa busca lo que el presidente Evo Morales ya logró con su ley de nuevo Código Electoral del año pasado, es decir prohibir toda publicidad o propaganda que cualquier particular o institución haga a favor de algún candidato o posición política y prohibir que los medios de comunicación hagan una cobertura de las mismas, sin la supervisión del Colegio Nacional Electoral, contemplando que se deberán abstener de “de hacer promoción directa o indirecta, ya sea a través de reportajes, especiales o cualquier otra forma de mensaje, que tienda a incidir a favor o en contra de determinado candidatos, postulado, opciones, preferencias electorales o tesis política”.

Es decir, se trata de una legalización de la censura.

Por otra parte, eso es lo que los partidos de la oposición no permitieron que ayer suceda en Bolivia. En un diálogo a ciegas convocado por Evo con la oposición, al que solo se permitía la entrada de medios y periodistas del gobierno, los principales partidos no concurrieron o se fueron luego que supieron que el evento estaría cerrado para la prensa independiente.

Se trató de una buena señal de la oposición, toda vez que los actos de gobiernos, para que sean verdaderamente democráticos, deben tener la debida transparencia. De ahí la importancia que ante el planteamiento de Evo de que todos los periodistas debían retirarse para proceder a puertas cerradas, también lo hicieron los representantes del Movimiento Sin Miedo (MSM, centro), Unidad Nacional (UN, centroderecha) y del Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR, derecha).

La falta de apertura del gobierno boliviano en este tipo de diálogos políticos y sociales que empezó a fines del año pasado, incluye la discusión de una nueva ley de prensa que se considera mermará la capacidad de los medios y aumentará el control que sobre ellos puede tener el gobierno.

enero 16, 2012

Chávez y la miseria


Hugo Chávez saldrá furioso contra la revista The Economist por calificar a su administración de ser la segunda peor del mundo en un Índice de Miseria, elaborado con mediciones sobre inflación, desempleo, falta de inversión, despilfarro de ingresos de la renta petrolera y castigo a la actividad privada.
 
En realidad nadie entiende como un país tan rico como Venezuela, con una gran renta petrolera puede desperdiciar una oportunidad histórica de crecimiento.

El gobierno de Chávez no puede echarle las culpas al pasado o a la oposición a más de una década de haber asumido y habiendo copado todas las instituciones del país, gobernado con extensivos períodos con ley habilitantes y de espalda a un Congreso que por muchos años solo tuvo a legisladores chavistas.

Tampoco puede echarle las culpas al imperialismo, siendo EE.UU. uno de los países que más beneficia a la balanza comercial venezolana.

Chávez es culpable de su propio despilfarro.     

enero 15, 2012

Chávez y Obama: Estrategias electorales


Hugo Chávez y Barack Obama tienen un frente común, las elecciones de fin de año, para las cuales se están preparando y de gran forma, en momentos que sus oposiciones están tratando de elegir al candidato único. Tanto el Partido Republicano estadounidense como la Mesa de Unidad Democrática venezolana seguramente tendrán definido para fines de enero quienes correrán contra los dos presidentes.

Ambos, Chávez y Obama, ya empezaron a poner algunas zancadillas, las típicas dentro de los procesos electorales.

Chávez acaba de anunciar el viernes que cerrará el Consulado General de su país en Miami en represalia por la decisión del Departamento de Estado de expulsar al cónsul Livia Acosta Noguera, luego que una investigación del canal Univisión mostrara que cuando la diplomática estuvo en México conspiró con un ciberpirata para espiar sobre plantas nucleares en EE.UU.

La expulsión resultó en una buena excusa para Chávez. En realidad, su estrategia le viene como anillo al dedo, ya que de esta forma cierra las posibilidades del padrón electoral del sur de la Florida donde viven decenas de miles de venezolanos. Desarticula así los votos en el extranjero para las elecciones de octubre.

Obama, por otro lado, ya sabiendo que Mitt Romney es el candidato casi seguro que saldrá después de las primarias en Carolina del Sur y de la Florida a celebrarse las primarias en las próximas dos semanas, y luego de ganar en Iowa y New Hampshire, comenzó a pegarle al candidato republicano y bien fuerte, asumiendo las mismas críticas que le hacen a Romney los nominados de su partido: haber comprado empresas en mal estado, reorganizarlas echando empleados y venderlas a mejor postor, en realidad un banquete para el movimiento de Ocupemos Wall Street.

Pero lo de Obama no queda ahí. Sabiendo que la economía será la reina en este año electoral, está  ahora acusando de su ineficiencia a los demás, pidiéndole a los republicanos en el Congreso que lo autoricen a reorganizar y hacer el gobierno federal más eficiente mediante recortes de personal y fusión de misterios y oficinas administrativas. Y uno se pregunta: ¿Por qué haber esperado hasta casi el final de su mandato para reducir la burocracia cuando ésta aumentó durante los primeros tres años de su gobierno?

enero 13, 2012

Primarias casi decididas


Hola a todos nuevamente. Me reintegro hoy a mi blog después de unos días de vacaciones y les agradezco que hayan seguido visitándome. Descansé y solo me dediqué a escribir mi columna semanal, que ahora comparto con ustedes sobre las elecciones primarias del Partido Republicano. Es la que se publicó el fin de semana pasado por lo que está un poco desfasada respecto a las primarias que se celebraron este martes en New Hampshire. Igualmente considero que tiene validez ya que trato el tema sobre lo que podría suceder en enero y sobre el enfoque que deberían tener los republicanos si quieren sacar del poder a Barack Obama.

Titulé la columna “Es (otra vez) la economía, estúpido”.

“El presidente Barack Obama está en aprietos ahora que arrancó el proceso electoral del Partido Republicano rumbo a noviembre. Todavía no tiene contrincante a quien dirigir sus mejores dardos y su flanco más débil, la economía, ya se transformó en el arma preferida de los candidatos que hasta hace días se dedicaban a aglutinar votos conservadores con argumentos divisorios sobre aborto, matrimonios del mismo sexo e interpretaciones bíblicas sobre cómo deberían ser los sistemas de salud y educación.
 
Es difícil predecir si emergerá pronto el contendiente del presidente Obama en el larguísimo proceso electoral republicano que se inició esta semana en el estado de Iowa y terminará en agosto en Florida con la Convención Nacional. Pero por lo que escuchó apenas terminado Iowa, en boca de los dos mejor posicionados, Mitt Romney, ex gobernador de Massachusetts, y Rick Santorum, ex senador por Pensilvania, Obama ya puede adivinar que lo acusarán de todo en materia económica, en especial, por crear un gobierno grande, deficitario y consumidor de recursos e impuestos.

Los candidatos republicanos, después de meses de necia lucha fratricida en la que compitieron para ver quien se mostraba más conservador, saben que para retomar la Presidencia no tienen otra alternativa que apuntar al talón de Aquiles del gobierno, como hizo el ex presidente demócrata Bill Clinton en 1992 para arrebatarle la Casa Blanca a George H. W. Bush. Por aquel entonces, la reelección de Bush parecía asegurada por sus éxitos en materia de relaciones exteriores, hasta que Clinton, con su lema es “la economía, estúpido”, puso en el tapete lo que más importa y moviliza a los electores durante una recesión.

Después de tres años, Obama hace agua, por más que insista en acusar a los republicanos de obstrucción y del lastre del pasado. En encuestas recientes, los economistas lo acusan de poca maniobrabilidad para sacar al país adelante y predicen que su reelección no está garantizada. Las críticas son muchas. La economía no ha repuntado, el déficit se ha incrementado, los paquetes de estímulo fueron insuficientes o mal diseñados, el mercado de la vivienda sigue deprimido, la confianza del consumidor sigue en baja y, lo peor, no resolvió el grave problema del desempleo, todavía por arriba del 8%, una cifra que no le ha permitido a ningún presidente ganar una reelección.

Obama preferiría que el candidato republicano quede definido en las elecciones de este próximo martes en New Hampshire o en las de 21 de enero en Carolina del Sur o por lo menos para el 31 en la Florida. De esa forma, ya tendría un blanco directo de carne y hueso y no tendría que estar culpando a grupos abstractos de senadores y diputados republicanos por obstruir todos sus planes para sacar al país de la recesión.

Pero pese a que el mormón Romney y el católico Santorum en Iowa picaron en delantera, y que el gobernador de Texas, Rick Perry y la congresista Michel Bachmann abandonaron la carrera, no se puede descartar a los demás, como John Huntsman o el diputado Ron Paul, o tampoco al ex presidente de la Cámara de Diputados, Newt Gingrich, quien salió cuarto, el mismo puesto que obtuvo el senador John McCain en 2008, para ganar luego New Hampshire y otros 30 estados, con el 72,5 por ciento de los delegados necesarios para obtener la nominación.

Sin un proceso electoral directo en el que competir, Obama se siente como un maratonista en buen estado atlético al que no le permiten correr. Pero político al fin, usará cada acto de gobierno para recordar que es un hombre de palabra. Con la repatriación de soldados desde Irak, machacará de ahora en más con su lema “Promesas hechas, promesas cumplidas”, suplantando al “Sí se puede” del 2008. Mientras tanto, está por iniciar su campaña “No podemos esperar”, con la que piensa “repatriar” a los jóvenes desempleados y desilusionados, a quienes promete 180 mil empleos para el verano próximo.

Como Clinton en 1992, el presidente Obama y los republicanos saben que la economía es otra vez la clave para ganar las elecciones. La estupidez, sería que queden en deuda con otros temas también importantes como inmigración, salud y educación”.

Tensión entre la verdad y la libertad

Desde mis inicios en el periodismo hasta mi actual exploración en la ficción, la relación entre verdad y libertad siempre me ha fascinado. S...