noviembre 30, 2011

Enseñanzas de México a Ecuador


En esto días que estoy en México con la organización de varios seminarios para periodistas en riesgo, han ocurrido cosas muy trascendentes para la libertad de prensa que pueden servir de referencia y contraste con lo que ocurre en Ecuador.

Aquí en México, un fallo de la Corte Suprema de Justicia dirimió un litigio entre el diario La Jornada y la revista Letras Libres, después de que directivos de La Jornada demandaran por daño moral a la revista tras una publicación de una columna de opinión titulada “Cómplices del Terror”. En ese artículo de opinión, se acusaba a La Jornada de estar editorialmente muy cercano al grupo ETA tras la firma de un acuerdo con un diario español ligado al grupo terrorista.

Finalmente la Corte, el 23 de noviembre pasado, dirimió el conflicto diciendo que la demanda no tenía sustento porque en una democracia la libertad de prensa es un derecho preferencial sobre el derecho al honor que pueden tener las figuras públicas _ en este caso un medio de comunicación – allanándose a jurisprudencia interamericana en materia de derechos humanos.

Y anoche, el Senado mexicano, con 81 votos a favor y ninguno en contra, resolvió despenalizar los delitos de difamación, con una argumentación a favor de la libertad de prensa, estableciendo que el camino de la demanda civil y la reparación económica son suficientes, prescindiendo así del castigo de cárcel a los periodistas.

En contraste, México parece un país de avanzada comparado a lo que sucede en Ecuador en materia de libertad de prensa. Rafael Correa demandó al diario El Universo y al columnista Emilio Palacio por una opinión y crítica en su contra, y fueron condenados a pagar no solo una indemnización de 40 millones de dólares, sino tres años de cárcel.

En Ecuador los delitos de difamación son de orden criminal y todavía existe el desacato, es decir la pena de cárcel para aquellos que critican a la autoridad.

Viendo estas realidades, se puede apreciar mejor la trascendencia de lo que ocurre en estos días en México.

noviembre 28, 2011

Julian Assange es periodista


Así como a mediados de octubre Julian Assange, el fundador y editor de Wikileaks, nos deleitó en Lima durante la reunión de la Sociedad Interamericana de Prensa, hoy lo hizo nuevamente ante un público más planetario, en la cumbre de la Global Editors Networks, reunida en Honk Kong.

En ambas video conferencias, se definió como periodista con vehemencia cuando le preguntaron qué era, y se volvió en contra de sus antiguos socios, como los diarios The New York Times y The Guardian, que junto con El País, Le Monde y Der Spigel, habían sido sus aliados cuando divulgó miles de cables diplomáticos secretos que fueron primeramente filtrados por los medios.

Ahora, Assange, se queja de que sus antiguos aliados no le apoyaron cuando los servicios de inteligencia, gobiernos y corporaciones, boicotearon todas sus formas de financiamiento, y que tampoco le defendieron de la persecución de la justicia sueca que sigue con un proceso de extradición por supuestos delitos de orden sexual.

Muchos periodistas coinciden en que Assange no es periodista, debido a que usa recursos que están peleados con la ética profesional, como utilizar medios delictivos para obtener información o publicar información sin editar, poniendo en riesgo la vida de personas y fuentes involucradas en cables secretos muy sensibles.

Creo que bajo la definición de periodista – cualquier persona que viva profesionalmente por sus acciones de buscar y difundir información – Assange sí lo es. Lo que se puede discutir es qué tipo de periodismo practica, o si es bueno o malo. De lo contrario, correríamos el riesgo de avalar leyes o a gobiernos que estipulan o definen quien es o puede ser periodista, con la gravedad que se podrían excluir a personas que no posean un carné profesional o un título universitario, como todavía sucede en varios países latinoamericanos.

Lo que uno puede estar en desacuerdo con Assange es en las formas, pero también hay que reconocer que en materia de transparencia ha hecho más que cualquier otro periodista o medio. Fue por ello que tras su video conferencia, la directora editorial de Le Monde, Sylvie Kauffmann, criticó el éxito de gobiernos y corporaciones en frenar al dueño de WikiLeaks, diciendo que ha quedado demostrado en el mundo que la “transparencia es todavía una cuestión pendiente”.

noviembre 26, 2011

Correa y Chávez contra la CIDH


Varias veces insistí en este blog en los últimos años que el presidente Rafael Correa era un chavista empedernido, no solo por sus públicas posiciones políticas, sino también por innumerables ocasiones en que creó leyes, cambió la Constitución, hizo referéndums, copó al Poder Judicial, desprestigió a la oposición y combatió a los medios de comunicación como su enemigo número uno, como Chávez lo vienen haciendo desde 1999.

Ahora Correa la emprendió en contra de la OEA y particularmente contra la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y contra su relatora especial de Libertad de Expresión, Catalina Botero. La última andanada de improperios contra la CIDH la despachó en estas semanas, luego de que un grupo de activistas de derechos humanos y periodistas ecuatorianos participó de las sesiones de la institución en Washington para dar testimonio sobre las violaciones a sus derechos a la libertad de expresión y de todos los ecuatorianos.

Repentinamente, Correa tomó varios caminos. Primero, denigró personalmente a aquellas personas que fueron a la CIDH calificándolos de apátridas, vende patrias, y por desprestigiar al Ecuador y a su gobierno. César Ricaurte, el director de Fundamendios, una organización sin fines de lucro, denunció que el gobierno estaba buscando la forma de cerrar su organización y recibió numerosas amenazas anónimas contra su vida. También varios periodistas dijeron sentirse acosados por varios funcionarios que siguieron la línea de pensamiento de Correa.

Era obvio que Correa también atacaría – como lo hizo Chávez siempre – a la CIDH por tratarse de un organismo que “responde al imperio”, lo que dijo queda desnudado al observar que su sede está en Washington. Correa planteó varias cosas, entre ellas reformar el esquema de trabajo de la CIDH, desmantelarla y crear otro organismo más democrático e, incluso, terminar con el organismo rector, la OEA, y fortalecer otros que no incluyen a Estados Unidos de entre sus miembros.

Si bien esto aparenta ser pura retórica, la retaliación de Correa va en serio. Hace poco se supo que pidió los presupuestos de la Relatoría Especial de Libertad de Expresión, hizo preguntas respecto de donde provienen sus fondos, y ha establecido contactos con otros gobiernos que han sido denunciados por violaciones precisas a los derechos humanos, con el fin de buscar aliados para su campaña y bloquear fondos estatales dedicados a ese organismo. En este caso, se supo que hizo contactos con la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, quien está muy molesta por algunas decisiones de la CIDH que no favorecieron a su gobierno con la creación de una plata hidroeléctrica en el Amazonas, debido a violaciones a los derechos de los indígenas.

Sería engorroso para América Latina que estas excelentes instancias de esperanza jurídica que regala la CIDH a todos los ciudadanos del continente, se vieran en riesgo por la estúpida represalia de Correa, quien no soporta que nadie critique su gestión de gobierno.
  

noviembre 24, 2011

Los cubanos quieren libertad


El gobierno cubano sigue haciendo cambios para mejorar su economía maltrecha. La novedad de esta semana fue que el gobierno permite a los productores agropecuarios que empiecen a lidiar directamente en el campo de la oferta y la demanda, vendiendo sus productos en forma directa, sin necesidad de pasar por organismos del Estado.

El cambio es importante, como también lo fue el que se haya permitido que los cubanos puedan comprar o permutar casas y automóviles y dedicarse a proyectos de trabajo por cuenta propia.

Pero más allá de estos cambios que a muchos no les interesa, calculados en un 70% de la población, de acuerdo a una encuesta realizada recientemente por el Instituto Republicano Internacional (IRI), lo que muchos están reclamando es que más que cambios económicos, lo que se necesita en la isla es una profunda reforma política.
Los cubanos, según la encuesta, quieren elecciones y democracia, libertad de expresión, de prensa y acceso a la información, y medios de comunicación más independientes, menos propagandísticos. La encuesta se realizó en julio entre 572 adultos. Según lo que recogió el diario El Nuevo Herald, estos son algunos de los datos más relevantes:
• Casi 90 por ciento de los entrevistados dijo estar a favor de una economía de mercado, con el derecho de poseer propiedades y a operar negocios privados.
• Tres de cada cuatro favorecen las elecciones multipartidistas, la libertad de expresión y otros elementos de la democracia.
• Tres de cada cinco creen que los cambios económicos son imposibles sin reformas políticas.
• Menos de 7 por ciento de los encuestados dijo tener acceso a internet, y sólo 22 por ciento dijo tener acceso a teléfonos celulares.

noviembre 23, 2011

El mundo de Chávez, al revés


La nueva y “tremenda” ley abrazada por Hugo Chávez para controlar los precios en Venezuela de productos de la canasta familiar, de primera y segunda necesidad, con el fin de sortear la inflación, es una medida política que no condice en nada con los movimientos de la economía. Generará, en todo caso, mayor desabastecimiento y escasez a mediano plazo.

La medida es populista y demagógica, simplemente dedicada a que los venezolanos perciban que el control de precios los beneficiará, lo que puede suceder en el corto plazo, es decir un par de semanas. Echarle la culpa a los monopolios y las transnacionales como Coca Cola y Colgate por los desorbitados precios que se pagan por esa bebida o la pasta dentífrica en comparación a otros países, es exorcizarse de las culpas propias de una política monetaria mal manejada.

Chávez, con estos anuncios, lo único que hace es profundizar lo que ha prometido siempre, tener un sistema socialista, con intervención del Estado en todos los procesos productivos, intelectuales o culturales del país. Es una medida que se compara en su audacia y estupidez a la nacionalización y expropiación de empresas, como si lo que ha sucedido en los últimos años, con esas medidas, estuvieran entregándole al país más estabilidad, menos inflación, más empleos y mayor productividad como siempre promete en las albricias de sus anuncios. Nada de eso sucedió ni sucederá con el control de precios, una medida que en ningún país resultó y que hoy por hoy es justamente la que el gobierno de Cuba está destrabando, en el entendimiento (muy tarde) de que sus + de 50 años de dictadura no sirvieron en materia económica ni para el bienestar socialista de sus ciudadanos.

Chávez sigue aumentando la carestía de todos los venezolanos, pero los más perjudicados son los pobres a los que dice defender. Chávez sigue administrando la pobreza y con tantos recursos que posee – el precio del petróleo todavía por las nubes – el país está desperdiciando y desaprovechando su momento histórico.    

Tensión entre la verdad y la libertad

Desde mis inicios en el periodismo hasta mi actual exploración en la ficción, la relación entre verdad y libertad siempre me ha fascinado. S...