Mañana la selección de Argentina dará uno de sus pasos más importantes cuando se decida la contratación o no de Diego Maradona, el técnico más despreciado de este Mundial, antes de la Copa del Mundo, al menos; mientras que después, fue el justificativo para que todos se sientan que tuvieron la razón la razón. Maradona valió oro como jugador, pero es un plomo como técnico.
El próximo Mundial de Brasil 2014 está cerquita, y las eliminatorias se toparán luego con la Copa América por lo que ya nadie querrá hacer cambios para esa época, a no ser que la selección fracase nuevamente en Mar del Plata. Si debe haber un cambio este es el momento de hacerlo.
Puede que Maradona vaya disipando dudas en los próximos partidos y vaya convenciendo a algunos en lo futbolístico, pero creo que el peor error es permitir que la selección de un país esté dirigida por un hombre al que ya se le señala como candidato político por el partido gobernante, que lo único que ha sabido hasta ahora es polarizar al país.
Se puede permitir que un técnico de fútbol polarice a un país pero en términos deportivos, pero jamás que practique la política. Si Maradona es elegido mañana como técnico de la selección, todo quedará complicado.
Quiero contarles sobre los procesos creativos de esta nueva historia sobre la verdad, la libertad y el miedo al futuro. Es mi nueva novela y espero publicarla cuando se sincronicen los planetas (las editoriales) o cuando se me acabe la paciencia y decida autopublicar -- Los contenidos de mi blog Prensa y Expresión están en el archivo. Blog por Ricardo Trotti
julio 19, 2010
julio 18, 2010
Lobbying y Washington
Volver a Washington siempre es bueno; aquí hice mis primeras andanzas periodísticas en los ochenta, me casé y nació Tomás, mi hijo mayor. Washington trae muchos recuerdos de juventud y tiene recovecos para seguir descubriendo. Es una ciudad hermosa.
En los primeros dos días pasaron cosas muy extrañas. La mejor, tal vez, haber estado justo el jueves en visita a la sala de Redacción del Washington Post, cuando se daba la noticia de que BP había logrado cerrar el pozo y detener, por ahora, el peor derrame de petróleo de la historia. Los televisores en el Post mostraban, en pantalla compartida, el antes y el después del petróleo fluyendo.
Y ayer, se disparó lo que es algo muy raro en esta zona del país, un temblor de 3.3 en la escala de Ritcher, que algunos sintieron bien tempranito, y que si bien despertó temas de charla durante el día, para algunos de los compañeros, como Julio Muñoz, chileno, y Bruce Brugman, californiano, se trató solo de un cosquilleo.
Tal vez lo mejor fue haber descubierto con ellos el bar del hotel The Willard, en plena avenida Pennsylvania a dos cuadras de la Casa Blanca, bien conocido porque es adonde se adjudica la etimología de la palabra lobbying. En 1870, el presidente de Estados Unidos, Ulises Grant, solía hacer algunas reuniones y tener cierto esparcimiento en este hotel que fue lugar de reunión clave para acuerdos de paz de la Guerra de Secesión.
Muchas personas querían saludar al Presidente o influenciarlo o reunirse con él, esperándolo en el looby de este hotel para tener una oportunidad de acercarse a él. De ahí parte la palabra lo~bbying, lo que en españols se conoce como cabildeo.
El bar, que todavía mantiene su mostrador redondo en el medio del espacio, está decorado con retratos de los políticos de la época del siglo XIX que lo frecuentaban y hasta pernotaban en ese hotel, como los presidentes Taylor, Fillmore, Pierce, Buchanan, Lincoln, Grant, Taft, Wilson, Coolidge and Harding. También los historiadores nombran a gente famosa de la época, como Buffalo Bill, Walt Whitman y Mark Twain, quien escribió dos libros en The Willard, ubicado a solo dos cuadras de la Casa Blanca, en la intersección de la Avenida Pensilvania y la Calle 14.
En los primeros dos días pasaron cosas muy extrañas. La mejor, tal vez, haber estado justo el jueves en visita a la sala de Redacción del Washington Post, cuando se daba la noticia de que BP había logrado cerrar el pozo y detener, por ahora, el peor derrame de petróleo de la historia. Los televisores en el Post mostraban, en pantalla compartida, el antes y el después del petróleo fluyendo.
Y ayer, se disparó lo que es algo muy raro en esta zona del país, un temblor de 3.3 en la escala de Ritcher, que algunos sintieron bien tempranito, y que si bien despertó temas de charla durante el día, para algunos de los compañeros, como Julio Muñoz, chileno, y Bruce Brugman, californiano, se trató solo de un cosquilleo.
Tal vez lo mejor fue haber descubierto con ellos el bar del hotel The Willard, en plena avenida Pennsylvania a dos cuadras de la Casa Blanca, bien conocido porque es adonde se adjudica la etimología de la palabra lobbying. En 1870, el presidente de Estados Unidos, Ulises Grant, solía hacer algunas reuniones y tener cierto esparcimiento en este hotel que fue lugar de reunión clave para acuerdos de paz de la Guerra de Secesión.
Muchas personas querían saludar al Presidente o influenciarlo o reunirse con él, esperándolo en el looby de este hotel para tener una oportunidad de acercarse a él. De ahí parte la palabra lo~bbying, lo que en españols se conoce como cabildeo.
El bar, que todavía mantiene su mostrador redondo en el medio del espacio, está decorado con retratos de los políticos de la época del siglo XIX que lo frecuentaban y hasta pernotaban en ese hotel, como los presidentes Taylor, Fillmore, Pierce, Buchanan, Lincoln, Grant, Taft, Wilson, Coolidge and Harding. También los historiadores nombran a gente famosa de la época, como Buffalo Bill, Walt Whitman y Mark Twain, quien escribió dos libros en The Willard, ubicado a solo dos cuadras de la Casa Blanca, en la intersección de la Avenida Pensilvania y la Calle 14.
julio 17, 2010
OEA, Unasur: responsabilidades
La defensa de la libertad de prensa es una responsabilidad que deben asumir todos los gobiernos y organismos multilaterales del área para encontrar métodos eficientes, alternativos y coordinados para combatir el clima de violencia e impunidad en contra de la prensa. De esta forma lo planteó la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), en una reunión y conferencia de prensa que ofrecimos ayer desde Washington, reclamando que todas las organizaciones políticas deben tener en su agenda el tema de la libertad de expresión.
Es que la premisa es básica. Uno de los fundamentos de la democracia es la libertad de prensa y de expresión, así como la de reunión y asociación; pero son éstas justamente, las garantías cada vez más vapuleadas por parte de los gobiernos, los que, por el contrario, por mandato constitucional, tienen el deber de proteger esos derechos de todos los ciudadanos.
El problema es que a veces el público se confunde y entra en la confrontación entre gobiernos y medios de comunicación tomando partido por uno u otro lado en un ambiente totalmente polarizado. Y lo que no se da cuenta es que cuando se deja embaucar por los gobiernos de que los medios se comportan mal y que por ello se justifica que los castiguen o cierren, lo que está permitiendo es que se vaya crenado un ambiente donde se hace posible que las demás libertades se vayan coartando.
El hecho de que la SIP haya pedido la responsabilidad a agencias internacionales como la OEA, UNASUR, ALBA, ALADI, el BID y la CAF, para que incluyan en su agenda el tema de la libertad de prensa, lleva la intención de que se proteja la libertad de prensa como un bien común para toda la sociedad, en la consideración de que esa libertad no le pertenece ni a los medios ni al gobierno, sino al pueblo.
La SIP pidió, asimismo, en concreto, responsabilidad a los gobiernos por el incremento de la violencia en este primer semestre del año, en el que han sido asesinados 17 periodistas, nueve en México, siete en Honduras y uno en Colombia, además de que 11 fueron secuestrados, de los cuales ocho permanecen desaparecidos.
Es que la premisa es básica. Uno de los fundamentos de la democracia es la libertad de prensa y de expresión, así como la de reunión y asociación; pero son éstas justamente, las garantías cada vez más vapuleadas por parte de los gobiernos, los que, por el contrario, por mandato constitucional, tienen el deber de proteger esos derechos de todos los ciudadanos.
El problema es que a veces el público se confunde y entra en la confrontación entre gobiernos y medios de comunicación tomando partido por uno u otro lado en un ambiente totalmente polarizado. Y lo que no se da cuenta es que cuando se deja embaucar por los gobiernos de que los medios se comportan mal y que por ello se justifica que los castiguen o cierren, lo que está permitiendo es que se vaya crenado un ambiente donde se hace posible que las demás libertades se vayan coartando.
El hecho de que la SIP haya pedido la responsabilidad a agencias internacionales como la OEA, UNASUR, ALBA, ALADI, el BID y la CAF, para que incluyan en su agenda el tema de la libertad de prensa, lleva la intención de que se proteja la libertad de prensa como un bien común para toda la sociedad, en la consideración de que esa libertad no le pertenece ni a los medios ni al gobierno, sino al pueblo.
La SIP pidió, asimismo, en concreto, responsabilidad a los gobiernos por el incremento de la violencia en este primer semestre del año, en el que han sido asesinados 17 periodistas, nueve en México, siete en Honduras y uno en Colombia, además de que 11 fueron secuestrados, de los cuales ocho permanecen desaparecidos.
Fútbol y tecnología
Nunca antes la tecnología influenció una Copa del Mundo como la que feneció el pasado domingo en Sudáfrica; desde la captura de masivas audiencias, por primera vez por internet y televisión high definition, o en 3D, con iPad o YouTube, hasta la manipulación digital del zumbido de las vuvuzelas para que no afectaran la trasmisión. Todo el Mundial tuvo una proyección digital.
Incluso la experiencia de juego de los futbolistas pareció distinta. Su relación con los fanáticos ahora se cultiva en las redes sociales, en Twitter o Facebook, donde Cristiano Ronaldo es el más popular de los atletas con unos siete millones de seguidores y, ya sea por el polémico tecno-balón Jubilani, errático e impreciso, o el pasto híbrido, casi artificial, o las camisetas impermeables o los botines que consiguen mejor comba, la forma de jugar también fue, en gran medida, diferente.
Pero en lo que respecta a la esencia del fútbol, el juego limpio, existe un profundo desfasaje tecnológico. La tarjeta roja que en el Mundial le sacaron a los árbitros Jorge Larrionda y Roberto Rossetti, aniquilados por dos errores garrafales, debería adjudicársele a Joseph Blatter, el presidente de la FIFA, por haberse resistido a aplicar la tecnología al arbitraje, lo que ha permitido que el fútbol pueda llegar a ser cada vez más sucio y menos justo.
Tras el silbatazo final que consagró a los españoles, el mayor desafío de Blatter no será encontrarle trabajo al pulpo alemán Paul, evitar que el inglés Mick Jagger pasee su mufa por los estadios o lamentarse que la modelo paraguaya Larissa Riquelme no haya llegado a desnudarse, sino escoger entre incorporar árbitros adicionales al lado del arco, implantar un transistor dentro de la pelota o pedir prestado el hawk-eye al tenis, para que equipos y fanáticos tengan mayores garantías de que no terminarán defraudados.
Si algo se le debe agradecer a las desgracias del gol en off-side de Carlos Tévez contra México o el no cobrado de Frank Lampard contra Alemania, y de la repetición accidental de esas jugadas en los mega televisores de los estadios, es que la presión de las masas obligó a la FIFA no solo a pedir perdón a los seleccionados afectados, sino a reconsiderar el uso de la ciencia.
Apoyado por jugadores, directores técnicos, comentaristas deportivos y expertos, Blatter argumentaba en contra de la tecnología, principalmente, porque el fútbol es un deporte dinámico que no puede ser detenido a fin de revisar cada decisión y por su universalidad, al considerar que los mismos principios o la tecnología no podrían aplicarse en igualdad de condiciones (razones presupuestarias) en todas las ligas amateurs y profesionales de los 208 países que componen la FIFA.
Fueron éstos; argumentos siempre débiles. Es que la tecnología no debería ser usada a discreción, sino en situaciones decisivas, y solo en un par de jugadas por bando, como ocurre en el tenis o el básquet, deportes que por ello no han perdido dinamismo ni universalidad (pregúntele sino a Rafa Nadal o a Lebron James), a pesar de que el replay y el ojo de halcón se usan solo para campeonatos importantes y en ligas pudientes.
La tecnología no solucionará todos los problemas. Tampoco reemplazará a los referí. Es solo una herramienta objetiva, jamás podrá suplantar los criterios e interpretación arbitrales, como la intencionalidad o no de una mano o de una plancha. Pero indudablemente será un auxiliar que ayudará a la precisión y equidad del juego. Si los árbitros Rosseti o Larrionda hubieran tenido la posibilidad de acudir a un monitor, revisar las jugadas, y revertirlas, no habrían sido “excomulgados” y hubieran podido llegar a pitar en la final, su máxima aspiración.
Con un arbitraje asistido y supervisado por la tecnología también se evitarían muchas de las sospechas de corrupción y partidos arreglados como sucedió en las ligas europeas, y se impedirían muchas de las trifulcas campales que año tras año empañan la Copa Libertadores, desgastando audiencias, fanáticos y relaciones entre países.
La tecnología nos ha convertido a los fanáticos en mejores jueces y más inteligentes. Le toca ahora a la FIFA corresponder esos atributos. Esperemos que no nos haga una mala jugada.
Incluso la experiencia de juego de los futbolistas pareció distinta. Su relación con los fanáticos ahora se cultiva en las redes sociales, en Twitter o Facebook, donde Cristiano Ronaldo es el más popular de los atletas con unos siete millones de seguidores y, ya sea por el polémico tecno-balón Jubilani, errático e impreciso, o el pasto híbrido, casi artificial, o las camisetas impermeables o los botines que consiguen mejor comba, la forma de jugar también fue, en gran medida, diferente.
Pero en lo que respecta a la esencia del fútbol, el juego limpio, existe un profundo desfasaje tecnológico. La tarjeta roja que en el Mundial le sacaron a los árbitros Jorge Larrionda y Roberto Rossetti, aniquilados por dos errores garrafales, debería adjudicársele a Joseph Blatter, el presidente de la FIFA, por haberse resistido a aplicar la tecnología al arbitraje, lo que ha permitido que el fútbol pueda llegar a ser cada vez más sucio y menos justo.
Tras el silbatazo final que consagró a los españoles, el mayor desafío de Blatter no será encontrarle trabajo al pulpo alemán Paul, evitar que el inglés Mick Jagger pasee su mufa por los estadios o lamentarse que la modelo paraguaya Larissa Riquelme no haya llegado a desnudarse, sino escoger entre incorporar árbitros adicionales al lado del arco, implantar un transistor dentro de la pelota o pedir prestado el hawk-eye al tenis, para que equipos y fanáticos tengan mayores garantías de que no terminarán defraudados.
Si algo se le debe agradecer a las desgracias del gol en off-side de Carlos Tévez contra México o el no cobrado de Frank Lampard contra Alemania, y de la repetición accidental de esas jugadas en los mega televisores de los estadios, es que la presión de las masas obligó a la FIFA no solo a pedir perdón a los seleccionados afectados, sino a reconsiderar el uso de la ciencia.
Apoyado por jugadores, directores técnicos, comentaristas deportivos y expertos, Blatter argumentaba en contra de la tecnología, principalmente, porque el fútbol es un deporte dinámico que no puede ser detenido a fin de revisar cada decisión y por su universalidad, al considerar que los mismos principios o la tecnología no podrían aplicarse en igualdad de condiciones (razones presupuestarias) en todas las ligas amateurs y profesionales de los 208 países que componen la FIFA.
Fueron éstos; argumentos siempre débiles. Es que la tecnología no debería ser usada a discreción, sino en situaciones decisivas, y solo en un par de jugadas por bando, como ocurre en el tenis o el básquet, deportes que por ello no han perdido dinamismo ni universalidad (pregúntele sino a Rafa Nadal o a Lebron James), a pesar de que el replay y el ojo de halcón se usan solo para campeonatos importantes y en ligas pudientes.
La tecnología no solucionará todos los problemas. Tampoco reemplazará a los referí. Es solo una herramienta objetiva, jamás podrá suplantar los criterios e interpretación arbitrales, como la intencionalidad o no de una mano o de una plancha. Pero indudablemente será un auxiliar que ayudará a la precisión y equidad del juego. Si los árbitros Rosseti o Larrionda hubieran tenido la posibilidad de acudir a un monitor, revisar las jugadas, y revertirlas, no habrían sido “excomulgados” y hubieran podido llegar a pitar en la final, su máxima aspiración.
Con un arbitraje asistido y supervisado por la tecnología también se evitarían muchas de las sospechas de corrupción y partidos arreglados como sucedió en las ligas europeas, y se impedirían muchas de las trifulcas campales que año tras año empañan la Copa Libertadores, desgastando audiencias, fanáticos y relaciones entre países.
La tecnología nos ha convertido a los fanáticos en mejores jueces y más inteligentes. Le toca ahora a la FIFA corresponder esos atributos. Esperemos que no nos haga una mala jugada.
julio 16, 2010
Maradona: cordón umbilical
Anoche en una cena que tuvimos en Washington DC con el Comité Ejecutivo de la SIP, del que participa un grupo muy plural de personas provenientes de todos los países latinoamericanos y de no menos de 10 estados de Estados Unidos, el tema de conversación informal para muchos fue no solo la reciente copa Mundial, sino entender lo inexplicable: por qué los argentinos insisten con Maradona.
Los tres argentinos que estuvimos ahí, Raúl Kraiselburd, Liza Gross y yo, escuchamos cada argumento interesante e insistente de que Maradona había hecho perder el partido contra Alemania, tras lo cual llegaba toda la andanada de explicaciones sobre “nadie le quita que es un buen jugador, pero como técnico…”, sumándole a ello todos los vicios y sinsabores que Maradona fue acumulando en su vida personal, aspectos que ya son tomados en broma y con sorna.
Es un tema difícil. Maradona no ha demostrado estar a la altura de las circunstancias y creo que debería dar un paso al costado. Todas las evidencias van en sentido contrario, al menos las presentadas por Grondona, el presidente de la AFA, quien le ofreció extender un contrato por cuatro años más, lo que provocó ciertas renuncias en el seno del organismo, aunque el tema sigue manteniendo a Maradona en su largo silencio tras el partido con los alemanes.
Lo peor de todo, es que Maradona está muy involucrado con temas políticos y está siendo usado y queriendo ser usado por el aparato político oficial, lo que provocará, seguramente, su desgaste repentino. Esa dualidad, entre deporte y política, debería estar proscrita legal y éticamente para quien tiene que mandar los hilos de un seleccionado que representa a todos, no a un sector del país.
Esta es la oportunidad para romper el cordón umbilical con el astro del fútbol. Maradona no debe seguir en la selección para el bien del fútbol. Se le debe agradecer que hizo un muy buen Mundial, pero que no fue suficiente. A otro técnico se le hubiera despedido y no hay razones para seguir con quien a la postre fracasó.
Sin Maradona, él podrá seguir siendo el ícono deportivo que todos quieren tener y atesorar.
Los tres argentinos que estuvimos ahí, Raúl Kraiselburd, Liza Gross y yo, escuchamos cada argumento interesante e insistente de que Maradona había hecho perder el partido contra Alemania, tras lo cual llegaba toda la andanada de explicaciones sobre “nadie le quita que es un buen jugador, pero como técnico…”, sumándole a ello todos los vicios y sinsabores que Maradona fue acumulando en su vida personal, aspectos que ya son tomados en broma y con sorna.
Es un tema difícil. Maradona no ha demostrado estar a la altura de las circunstancias y creo que debería dar un paso al costado. Todas las evidencias van en sentido contrario, al menos las presentadas por Grondona, el presidente de la AFA, quien le ofreció extender un contrato por cuatro años más, lo que provocó ciertas renuncias en el seno del organismo, aunque el tema sigue manteniendo a Maradona en su largo silencio tras el partido con los alemanes.
Lo peor de todo, es que Maradona está muy involucrado con temas políticos y está siendo usado y queriendo ser usado por el aparato político oficial, lo que provocará, seguramente, su desgaste repentino. Esa dualidad, entre deporte y política, debería estar proscrita legal y éticamente para quien tiene que mandar los hilos de un seleccionado que representa a todos, no a un sector del país.
Esta es la oportunidad para romper el cordón umbilical con el astro del fútbol. Maradona no debe seguir en la selección para el bien del fútbol. Se le debe agradecer que hizo un muy buen Mundial, pero que no fue suficiente. A otro técnico se le hubiera despedido y no hay razones para seguir con quien a la postre fracasó.
Sin Maradona, él podrá seguir siendo el ícono deportivo que todos quieren tener y atesorar.
julio 14, 2010
Globovisión: visión muy clara
Ayer estuve con el presidente de Globovisión, Guillermo Zuloaga – como parte de una entrevista que tuvimos con él entre autoridades y funcionarios de la SIP - quien, auto exiliado en Miami tras la persecución implacable del presidente Hugo Chávez, tiene una visión muy clara de lo que le queda por hacer y la misión de su televisora.
El buscará el asilo político en Estados Unidos. No tiene otra forma de protegerse como perseguido, de lo contrario en cualquier momento puede ser reclamado por la “injusticia” de su país. En cuanto a su televisora seguirá manteniendo la misma línea crítica en contra del gobierno, hacerlo de otra forma – así sea plegándose a hacer un periodismo más ligero o acrítico al gobierno – sería fallar a los fundamentos fiscalizadores del periodismo, así como un mal negocio. Está seguro que si Globovisión cambia su línea editorial los anunciantes saldrían corriendo hacia otros medios y que cuando la tempestad pase, no querrán volver a un periodismo que hubiese optado por venderse para sobrevivir.
De todas maneras es consciente de que a muchos medios que tuvieron que plegarse al gobierno no les ha ido nada mal. Todos gozan con los dineros de la propaganda política que el gobierno coloca en señal de falsa amistad.
Zuloaga piensa que cuando Chávez decida acabar con Globovisión, es porque definitivamente habrá decidido acabar con todo vestigio de democracia. Globovisión es la vara actual para medir la democracia o, al menos, la más palpable.
El buscará el asilo político en Estados Unidos. No tiene otra forma de protegerse como perseguido, de lo contrario en cualquier momento puede ser reclamado por la “injusticia” de su país. En cuanto a su televisora seguirá manteniendo la misma línea crítica en contra del gobierno, hacerlo de otra forma – así sea plegándose a hacer un periodismo más ligero o acrítico al gobierno – sería fallar a los fundamentos fiscalizadores del periodismo, así como un mal negocio. Está seguro que si Globovisión cambia su línea editorial los anunciantes saldrían corriendo hacia otros medios y que cuando la tempestad pase, no querrán volver a un periodismo que hubiese optado por venderse para sobrevivir.
De todas maneras es consciente de que a muchos medios que tuvieron que plegarse al gobierno no les ha ido nada mal. Todos gozan con los dineros de la propaganda política que el gobierno coloca en señal de falsa amistad.
Zuloaga piensa que cuando Chávez decida acabar con Globovisión, es porque definitivamente habrá decidido acabar con todo vestigio de democracia. Globovisión es la vara actual para medir la democracia o, al menos, la más palpable.
julio 13, 2010
Espejismo cubano
No se puede obviar que la liberación de siete presos políticos cubanos y sus familiares que llegaron esta mañana tiene una trascendencia descomunal en la historia actual de Cuba desde el punto de vista de la libertad individual. Sin embargo, lo que verdaderamente importa, la esencia misma de la libertad social, esa que en Cuba ha estado pisoteada por un régimen comunista y despótico, muestra que la excarcelación y el destierro forzado de los liberados no son más que un puro espejismo de la realidad.
El régimen cubano, ese del que ayer se burló, con una alta dosis de sarcasmo, cinismo y propaganda, de todo el mundo mostrando a un todavía lúcido Fidel Castro que a sus 83 años y como presidente del Partido Comunista, se dirigió a los cubanos en una Mesa Redonda televisiva para despotricar sobre una supuesta guerra nuclear entre Estados Unidos, Irán e Israel, pero evitando referirse a la noticia trascendente del destierro.
Cuba compra tiempo con esta liberación y buena imagen para neutralizar los ataques y las sanciones económicas impuestas por la Comunidad Europea. Nadie puede culpar que los presos políticos liberados – entre ellos seis periodistas independientes apresados desde la “primavera negra” de marzo de 2003 (Ricardo González Alfonso, Julio César Gálvez, Pablo Pacheco Ávila, José Luis García Paneque, Omar Ruiz Hernández y Léster Luis González Pentón) – de preferir el destierro a seguir pudriéndose en las cárceles; pero nadie se puede llamar a engaño, creyendo que el régimen cubano ha cambiado o ha optado por la libertad. Repito, se trata de un espejismo.
El régimen cubano, ese del que ayer se burló, con una alta dosis de sarcasmo, cinismo y propaganda, de todo el mundo mostrando a un todavía lúcido Fidel Castro que a sus 83 años y como presidente del Partido Comunista, se dirigió a los cubanos en una Mesa Redonda televisiva para despotricar sobre una supuesta guerra nuclear entre Estados Unidos, Irán e Israel, pero evitando referirse a la noticia trascendente del destierro.
Cuba compra tiempo con esta liberación y buena imagen para neutralizar los ataques y las sanciones económicas impuestas por la Comunidad Europea. Nadie puede culpar que los presos políticos liberados – entre ellos seis periodistas independientes apresados desde la “primavera negra” de marzo de 2003 (Ricardo González Alfonso, Julio César Gálvez, Pablo Pacheco Ávila, José Luis García Paneque, Omar Ruiz Hernández y Léster Luis González Pentón) – de preferir el destierro a seguir pudriéndose en las cárceles; pero nadie se puede llamar a engaño, creyendo que el régimen cubano ha cambiado o ha optado por la libertad. Repito, se trata de un espejismo.
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