Si la versión del diario Clarín es cierta (y no tiene porque no serlo) referente a que un funcionario público argentino habría dicho que el gobierno discrimina con publicidad oficial a algunos medios para “no ayudar a la concentración de medios”, estaríamos ante la oficialización de la corrupción.
Que el gobierno argentino es corrupto es lo que las denuncias periodísticas demuestran, pero como todavía no hay sentencia judicial, los hechos todavía permanecen en el terreno de las sospechas. Sin embargo, que se haya dicho que se usa la publicidad oficial de una forma discriminatoria, castigando a los medios más grandes, es ya hacer oficial la corrupción.
Me explico: La publicidad oficial se paga con dinero público (de todos) que debe ser administrado de la forma más eficiente. Si ese dinero se usa para beneficio del gobierno, con la intención de castigar a los medios, sin tener en cuenta criterios técnicos (distribución y penetración, entre otros conceptos) para que el mensaje se distribuya en forma eficiente, estamos frente a un acto de mal uso del dinero. Y, aun peor, si esto se hace con el propósito de castigar a los medios como argumentó el funcionario – el gobierno no tiene porque actuar sobre lo que considera que está bien o mal (concentración), debe respetar la ley – estamos frente a un caso de flagrante corrupción.
Esto no es nuevo en Argentina y tampoco sucedió solo en el gobierno de los Kirchner. Pero últimamente se agravó al no haber leyes que limiten al gobierno.
En el 2009 el gobierno pagó más dinero en publicidad a los medios oficialistas que a los que tienen mayor circulación. Por ejemplo entregó 41.6 millones al diario Página 12, con 12 veces menos circulación que La Nación, diario que recibió menos del doble de esa cantidad.
BAE, que también se alista hacia el lado del gobierno, recibió 6.1 millones de publicidad gubernamental más del doble que El Cronista. Perfil, uno de los más críticos del gobierno sólo obtuvo medio millón, mientras Crítica, 2 millones.
Mientras en el país la oposición no logre consenso entre todas las fuerzas políticas para obligar al oficialismo a sancionar una ley de publicidad oficial, que realmente busque la eficiencia en el uso de los dineros públicos, teniendo en cuenta criterios técnicos, además de la equidad, pluralidad y diversidad del mensaje, será cómplice y tan responsable como el gobierno en el manejo corrupto de la cosa pública.
Quiero contarles sobre los procesos creativos de esta nueva historia sobre la verdad, la libertad y el miedo al futuro. Es mi nueva novela y espero publicarla cuando se sincronicen los planetas (las editoriales) o cuando se me acabe la paciencia y decida autopublicar -- Los contenidos de mi blog Prensa y Expresión están en el archivo. Blog por Ricardo Trotti
mayo 10, 2010
Subibaja electoral en Colombia
A 20 días de las elecciones colombianas, los sondeos de opinión no dejan de sorprender. Cuando la semana pasada parecía que Antanas Mockus robaría una elección que tres semanas atrás era de Juan Manuel Santos, la última encuesta publicada este domingo da al ex ministro de Defensa un punto por arriba del ex alcalde de Bogotá, 35 y 34 por ciento; aunque para la segunda vuelta Mockus pareciera todavía llevar una importante delantera.
Muchos argumentan que la recuperación de Santos se debe a la cantidad de columnistas y líderes de opinión que temen que el histriónico personaje, Mockus, no sea tan apto para manejar un país especialmente luego de declaraciones bastante contradictorias sobre Venezuela y su admiración – que luego desdijo – sobre Hugo Chávez; mas el hecho de que el propio presidente venezolano lo haya ponderado y criticado a Santos. Cuando Chávez dijo que Santos lo arrastraría a una guerra, el nacionalismo colombiano se puso en acción.
En un clima de constante contradicción e histrionismo galopante en su historia – desde casarse entre tigres de bengala, mostrarle el trasero a estudiantes universitarios, entre otros actos descabellados pero populares y jocosos – Mockus ha hecho una espectacular campaña a través de las redes sociales y a favor de la educación y en contra de la corrupción, dos elementos en gran demanda en cualquier país latinoamericano. La diferencia de lo que dice Mockus respecto a otros políticos, es que él ha probado y demostrado con eficacia esos dos elementos cuando fue dos veces alcalde de Bogotá.
Por su parte, Santos, quien parecía con la estrella apagada, reasumió control de nuevo en su campaña, modificó a su equipo, se tiró a las redes sociales y pudiera estar recuperando lo que dilapidó en recientes semanas: el crédito que le deja Alvaro Uribe que hasta este domingo tenía una histórica aprobación del 78 por ciento de sus ciudadanos.
La tendencia de este subibaja electoral no parece que cambiará en las semanas próximas. Es parte de un electorado que es consciente que lo mejor sería tener un presidente que tomara lo mejor de estos dos candidatos: la renovación de Mockus sobre temas tan importantes como la educación y la corrupción y la estabilidad de Santos para continuar con un país cada vez más seguro en la línea que Uribe vino trazando.
Muchos argumentan que la recuperación de Santos se debe a la cantidad de columnistas y líderes de opinión que temen que el histriónico personaje, Mockus, no sea tan apto para manejar un país especialmente luego de declaraciones bastante contradictorias sobre Venezuela y su admiración – que luego desdijo – sobre Hugo Chávez; mas el hecho de que el propio presidente venezolano lo haya ponderado y criticado a Santos. Cuando Chávez dijo que Santos lo arrastraría a una guerra, el nacionalismo colombiano se puso en acción.
En un clima de constante contradicción e histrionismo galopante en su historia – desde casarse entre tigres de bengala, mostrarle el trasero a estudiantes universitarios, entre otros actos descabellados pero populares y jocosos – Mockus ha hecho una espectacular campaña a través de las redes sociales y a favor de la educación y en contra de la corrupción, dos elementos en gran demanda en cualquier país latinoamericano. La diferencia de lo que dice Mockus respecto a otros políticos, es que él ha probado y demostrado con eficacia esos dos elementos cuando fue dos veces alcalde de Bogotá.
Por su parte, Santos, quien parecía con la estrella apagada, reasumió control de nuevo en su campaña, modificó a su equipo, se tiró a las redes sociales y pudiera estar recuperando lo que dilapidó en recientes semanas: el crédito que le deja Alvaro Uribe que hasta este domingo tenía una histórica aprobación del 78 por ciento de sus ciudadanos.
La tendencia de este subibaja electoral no parece que cambiará en las semanas próximas. Es parte de un electorado que es consciente que lo mejor sería tener un presidente que tomara lo mejor de estos dos candidatos: la renovación de Mockus sobre temas tan importantes como la educación y la corrupción y la estabilidad de Santos para continuar con un país cada vez más seguro en la línea que Uribe vino trazando.
mayo 09, 2010
Feliz madre liberada
Me alegré mucho al enterarme que a Dania Virgen García el régimen cubano decidió liberarla después de dos semanas presa con la que empezaba su castigo de 20 meses que le habían impuesto por supuestamente una reyerta familiar; bueno, al menos esa era la voz oficial, porque no era fácil adivinar que se trataba de un ajuste de cuentas por su condición de periodistas independiente, su blog y activista a favor de las Damas de Blanco.
Tal vez el Día de las Madres tuvo en el opresor suficiente peso para no seguir cometiendo una injusticia. O simplemente no se sostenía tener a una mujer presa por estas condiciones.
Hoy Dania está libre y ojalá pueda seguir trabajando como periodista independiente sin temor a sufrir represalias y hacer las paces con su familia, la excusa que ha sido utilizada para embaucar a medio mundo.
Feliz Día para todas las madres; para aquellas que físicamente están con sus familias y para aquellas que en su ausencia están más presentes que nunca.
Tal vez el Día de las Madres tuvo en el opresor suficiente peso para no seguir cometiendo una injusticia. O simplemente no se sostenía tener a una mujer presa por estas condiciones.
Hoy Dania está libre y ojalá pueda seguir trabajando como periodista independiente sin temor a sufrir represalias y hacer las paces con su familia, la excusa que ha sido utilizada para embaucar a medio mundo.
Feliz Día para todas las madres; para aquellas que físicamente están con sus familias y para aquellas que en su ausencia están más presentes que nunca.
mayo 08, 2010
Dania sigue encarcelada
Dania sigue encarcelada y a nadie le importa. Aunque la dictadura comunista cubana se ensañe contra Dania Virgen García al no haberle dado la posibilidad de apelación después de que se le impuso una condena de 20 meses de cárcel por una infracción doméstica, no se puede desconocer que se trata de un engaño.
Dania es la primera periodista independiente y bloguera presa en Cuba. ¡Y en todo el continente! El hecho de que el tribunal de apelación donde se atendería su caso es el que atiende casos de seguridad del Estado, demuestra claramente que el delito por el que fue sometida es realmente una pantalla. Ella está presa, como muchos otros, en represalia por su activismo informativo y por apoyar a las Damas de Blanco.
Lamento que ni la famosa bloguera Yoani Sánchez ni las Damas de Blanco se hayan expresado al respecto, como lo hacen por muchos otros casos. Si realmente piensan que se trata de algo ajeno a su actividad informativa o de apoyo a causas humanitarias por lo que la periodista fue apresada, deberían decirlo directamente.
Mi lamento se vuelve más profundo, cuando supe que el reconocido activista de derechos humanos en Cuba, Elizardo Sánchez, dijo lo siguiente: “Confirma la sospecha de la connotación política del asunto”, el hecho de que su apelación estuviera el jueves en el calendario de un tribunal para delitos contra la seguridad del Estado.
Con Dania García son 26 los periodistas independientes presos en Cuba. Me pregunto ¿por qué se insiste en insertar a Cuba en la OEA y darle un status de gobierno democrático? Este solo hecho en contra de la libertad de prensa, más allá del flagrante delito de conculcar el derecho de expresión y de reunión a 11 millones de habitantes es más que suficiente para aislar cada vez más a Cuba hasta que no demuestre voluntad política de cambios.
Dania es la primera periodista independiente y bloguera presa en Cuba. ¡Y en todo el continente! El hecho de que el tribunal de apelación donde se atendería su caso es el que atiende casos de seguridad del Estado, demuestra claramente que el delito por el que fue sometida es realmente una pantalla. Ella está presa, como muchos otros, en represalia por su activismo informativo y por apoyar a las Damas de Blanco.
Lamento que ni la famosa bloguera Yoani Sánchez ni las Damas de Blanco se hayan expresado al respecto, como lo hacen por muchos otros casos. Si realmente piensan que se trata de algo ajeno a su actividad informativa o de apoyo a causas humanitarias por lo que la periodista fue apresada, deberían decirlo directamente.
Mi lamento se vuelve más profundo, cuando supe que el reconocido activista de derechos humanos en Cuba, Elizardo Sánchez, dijo lo siguiente: “Confirma la sospecha de la connotación política del asunto”, el hecho de que su apelación estuviera el jueves en el calendario de un tribunal para delitos contra la seguridad del Estado.
Con Dania García son 26 los periodistas independientes presos en Cuba. Me pregunto ¿por qué se insiste en insertar a Cuba en la OEA y darle un status de gobierno democrático? Este solo hecho en contra de la libertad de prensa, más allá del flagrante delito de conculcar el derecho de expresión y de reunión a 11 millones de habitantes es más que suficiente para aislar cada vez más a Cuba hasta que no demuestre voluntad política de cambios.
mayo 06, 2010
Todos perdemos
Este 3 de mayo se conmemoró el Día Mundial de la Libertad de Prensa, pero en América Latina no hay mucho que celebrar. Los papeles están trastocados. Los medios de comunicación y los periodistas, cuyo rol social es investigar, denunciar irregularidades y servir de contrapoder, están sentados en el banquillo de los acusados.
Sus fiscales son presidentes, como Cristina de Kirchner, Rafael Correa, Daniel Ortega y Hugo Chávez, que distraen la atención con tal de impermeabilizar a sus administraciones de cualquier cargo de corrupción o autoritarismo.
El embuste gubernamental confunde. Muchos creen que la prensa esconde intenciones golpistas, de oposición política y oscuros intereses económicos. Aunque así fuese, olvidan que es el gobierno, por mandato constitucional, el que tiene la obligación de proteger y garantizar la libertad de prensa. Si no la respeta o, aún peor, deliberadamente la cercena, incurre en un grave delito contra la democracia y sus ciudadanos.
Esto ocurre en Argentina. El gobierno de Cristina y Néstor informa poco, se defiende más y confronta mucho. Ataca, agrede y desprestigia. Sus métodos son variados y en estas semanas los puso en práctica. Incentivó, auspició o justificó ataques contra prestigiosos periodistas y medios, a los que endilgó haber guardado silencio durante las dictaduras militares.
La campaña de descrédito está dirigida a periodistas que mayor opinión pública generan, como los comentaristas Magdalena Ruiz Guiñazú y Joaquín Morales Sola, o que investigan acuciosamente al poder como Daniel Santoro o que ya fueron echados de los medios a instancia del gobierno como Pepe Eliaschev y Nelson Castro.
Sobre algunos de ellos se pegaron carteles anónimos en las calles de Buenos Aires. A otros, junto a varios periódicos como Clarín, La Nación y Perfil se les sentenció en un patíbulo simbólico organizado por las Madres de Plaza de Mayo, en el que su polémica presidenta, Hebe de Bonafini, repartió insultos y condenó a todos por complicidad con las botas y charreteras, y por traición a la patria.
El llamado “juicio ético” fue injusto para los difamados por tratarse de un acto político, aunque la “obediencia debida” de Bonafini hacia el gobierno desmerita su credibilidad. Pero los carteles anónimos sí son peligrosos. No solo porque el anonimato es el arma de peor calaña y el gobierno ni siquiera investiga el delito o le resta importancia, sino porque sin responsables, la víctima sufre un daño irreparable; no tiene a quien pedir desagravio ni demandar para resarcir su reputación y honor.
El ruido generado e incentivado por el gobierno de Kirchner no es nuevo, es su marca registrada. Las campañas de desprestigio contra jueces, periodistas y oposición se utilizan para neutralizar denuncias de escándalos sobre enriquecimiento ilícito, sobornos, negociados, valijas con efectivo y otros hechos que rozan a la pareja presidencial y que servirían para escribir varios tomos de aquel “Robo para la Corona”, libro que inmortalizó al ministro José Luis Manzano y la corrupta época de Carlos Menem.
En el juego de control y equilibrio, no es solo el gobierno el que debería cuidar la constitucionalidad de la libertad de prensa. La oposición política tiene la responsabilidad de blindarla más allá de pedir respeto, ayudando a crear un marco legal apropiado. En Argentina se gastó veinte veces más energías en una ley revanchista contra los medios, que en favorecer a los ciudadanos con un mecanismo que obligue al gobierno a ser transparente y que permita el acceso a la información pública. La deuda legislativa es inmensa.
La prensa tiene la responsabilidad de cumplir su papel y no desvirtuarse en agente político. De lo contrario, corre el riesgo de ser efímera, como ocurrió con el famoso diario Página 12, que jugó un papel extraordinario y de servicio democrático durante la dictadura militar y en la época de Menem, pero se hizo irrelevante en este período por sus simpatías con la ideología kirchnerista. En realidad, la prensa debe ser siempre opositora.
Las organizaciones civiles tampoco pueden dejarse arrastrar por el ruido. Su tarea es fomentar la tolerancia y educar sobre la libertad de prensa. Porque cuando se irrespeta el derecho a difundir y consumir información plural y diversa, no sólo se afecta a medios y periodistas, sino que todos perdemos.
Sus fiscales son presidentes, como Cristina de Kirchner, Rafael Correa, Daniel Ortega y Hugo Chávez, que distraen la atención con tal de impermeabilizar a sus administraciones de cualquier cargo de corrupción o autoritarismo.
El embuste gubernamental confunde. Muchos creen que la prensa esconde intenciones golpistas, de oposición política y oscuros intereses económicos. Aunque así fuese, olvidan que es el gobierno, por mandato constitucional, el que tiene la obligación de proteger y garantizar la libertad de prensa. Si no la respeta o, aún peor, deliberadamente la cercena, incurre en un grave delito contra la democracia y sus ciudadanos.
Esto ocurre en Argentina. El gobierno de Cristina y Néstor informa poco, se defiende más y confronta mucho. Ataca, agrede y desprestigia. Sus métodos son variados y en estas semanas los puso en práctica. Incentivó, auspició o justificó ataques contra prestigiosos periodistas y medios, a los que endilgó haber guardado silencio durante las dictaduras militares.
La campaña de descrédito está dirigida a periodistas que mayor opinión pública generan, como los comentaristas Magdalena Ruiz Guiñazú y Joaquín Morales Sola, o que investigan acuciosamente al poder como Daniel Santoro o que ya fueron echados de los medios a instancia del gobierno como Pepe Eliaschev y Nelson Castro.
Sobre algunos de ellos se pegaron carteles anónimos en las calles de Buenos Aires. A otros, junto a varios periódicos como Clarín, La Nación y Perfil se les sentenció en un patíbulo simbólico organizado por las Madres de Plaza de Mayo, en el que su polémica presidenta, Hebe de Bonafini, repartió insultos y condenó a todos por complicidad con las botas y charreteras, y por traición a la patria.
El llamado “juicio ético” fue injusto para los difamados por tratarse de un acto político, aunque la “obediencia debida” de Bonafini hacia el gobierno desmerita su credibilidad. Pero los carteles anónimos sí son peligrosos. No solo porque el anonimato es el arma de peor calaña y el gobierno ni siquiera investiga el delito o le resta importancia, sino porque sin responsables, la víctima sufre un daño irreparable; no tiene a quien pedir desagravio ni demandar para resarcir su reputación y honor.
El ruido generado e incentivado por el gobierno de Kirchner no es nuevo, es su marca registrada. Las campañas de desprestigio contra jueces, periodistas y oposición se utilizan para neutralizar denuncias de escándalos sobre enriquecimiento ilícito, sobornos, negociados, valijas con efectivo y otros hechos que rozan a la pareja presidencial y que servirían para escribir varios tomos de aquel “Robo para la Corona”, libro que inmortalizó al ministro José Luis Manzano y la corrupta época de Carlos Menem.
En el juego de control y equilibrio, no es solo el gobierno el que debería cuidar la constitucionalidad de la libertad de prensa. La oposición política tiene la responsabilidad de blindarla más allá de pedir respeto, ayudando a crear un marco legal apropiado. En Argentina se gastó veinte veces más energías en una ley revanchista contra los medios, que en favorecer a los ciudadanos con un mecanismo que obligue al gobierno a ser transparente y que permita el acceso a la información pública. La deuda legislativa es inmensa.
La prensa tiene la responsabilidad de cumplir su papel y no desvirtuarse en agente político. De lo contrario, corre el riesgo de ser efímera, como ocurrió con el famoso diario Página 12, que jugó un papel extraordinario y de servicio democrático durante la dictadura militar y en la época de Menem, pero se hizo irrelevante en este período por sus simpatías con la ideología kirchnerista. En realidad, la prensa debe ser siempre opositora.
Las organizaciones civiles tampoco pueden dejarse arrastrar por el ruido. Su tarea es fomentar la tolerancia y educar sobre la libertad de prensa. Porque cuando se irrespeta el derecho a difundir y consumir información plural y diversa, no sólo se afecta a medios y periodistas, sino que todos perdemos.
mayo 05, 2010
¿Honduras castigada?
El Unasur, a través de su presidente temporal, Rafael Correa, asumiendo la representación de todos los ciudadanos sudamericanos declaró que muchos países no concurrirán a la cumbre que está preparando el presidente Zapatero entre americanos y los europeos; equivocándose, debiendo aclarar que son los gobiernos, sin necesaria representación de los ciudadanos, los que han decidido boicotear la reunión española como protesta por la invitación a Porfirio Lobo.
La prédica de Correa y los demás gobiernos progresistas neopopulistas encabezados por Hugo Chávez no es otra cosa que una defensa corporativa de ese clan, que no quiere dejar morir el caso de Manuel Zelaya, porque sería traicionar a uno de los suyos. Lo que no quieren entender es que Honduras ya dio vuelta la página, que una Comisión de la Verdad establecerá y aclarará para octubre que fue lo que realmente pasó – algo que también pidió Zelaya en los acuerdos – que se hizo una elección limpia y que el legítimo ganador está en el poder, además de estar siendo reconocido por numerosos gobiernos.
Unasur, busca con esta defensa corporativa establecerse como un grupo de poder, que no es más que una amplificación de los temas que se implantan en la agenda hegemónica e ideológica de los países del Alba, lo que será más ampliado todavía, con un secretario argentino que en su país está sospechado por muchísimos actos de corrupción y que goza con el arte de la propaganda, los rumores y las agresiones contra todo el que piensa diferente. Es decir, una réplica fiel de la personalidad de otros presidente neopopulistas.
Lo peor que podría pasar es que España se deje embaucar por el supuesto boicot que harían algunos gobiernos latinoamericanos o por el propio Lula da Silva que pide un cambio de figuritas: que se le permita a Zelaya regresar a Honduras con plenos derechos civiles, lo que es incoherente hasta que, por lo menos, la Comisión de la Verdad no de su opinión. Zelaya en Honduras en este momento, sería un estorbo para el proceso de reconciliación y un paso hacia atrás, ya que de inmediato se abocaría a la constituyente, tema causante del golpe de Estado.
De cualquier forma, a no ser que España siga invitando a Lobo y deje de lado los reclamos de algunos en el Unasur, se estaría castigando injustamente a Honduras… a los hondureños.
La prédica de Correa y los demás gobiernos progresistas neopopulistas encabezados por Hugo Chávez no es otra cosa que una defensa corporativa de ese clan, que no quiere dejar morir el caso de Manuel Zelaya, porque sería traicionar a uno de los suyos. Lo que no quieren entender es que Honduras ya dio vuelta la página, que una Comisión de la Verdad establecerá y aclarará para octubre que fue lo que realmente pasó – algo que también pidió Zelaya en los acuerdos – que se hizo una elección limpia y que el legítimo ganador está en el poder, además de estar siendo reconocido por numerosos gobiernos.
Unasur, busca con esta defensa corporativa establecerse como un grupo de poder, que no es más que una amplificación de los temas que se implantan en la agenda hegemónica e ideológica de los países del Alba, lo que será más ampliado todavía, con un secretario argentino que en su país está sospechado por muchísimos actos de corrupción y que goza con el arte de la propaganda, los rumores y las agresiones contra todo el que piensa diferente. Es decir, una réplica fiel de la personalidad de otros presidente neopopulistas.
Lo peor que podría pasar es que España se deje embaucar por el supuesto boicot que harían algunos gobiernos latinoamericanos o por el propio Lula da Silva que pide un cambio de figuritas: que se le permita a Zelaya regresar a Honduras con plenos derechos civiles, lo que es incoherente hasta que, por lo menos, la Comisión de la Verdad no de su opinión. Zelaya en Honduras en este momento, sería un estorbo para el proceso de reconciliación y un paso hacia atrás, ya que de inmediato se abocaría a la constituyente, tema causante del golpe de Estado.
De cualquier forma, a no ser que España siga invitando a Lobo y deje de lado los reclamos de algunos en el Unasur, se estaría castigando injustamente a Honduras… a los hondureños.
Unasur y el aquelarre
La reunión del UNASUR arrojó más sorpresas aún a este aquelarre latinoamericano.
El ex presidente (y no tan ex) Néstor Kirchner fue elegido como secretario de la Unasur, promoviéndose así una contradicción única: se espera de él que promueva la integración latinoamericana cuando lo que ha hecho hasta ahora es promover la división y la polarización en su propio país. Todos en la reunión se fueron de boca sobre las dotes y cualidades de quien para el 2011 correrá para presidente para extender el kirchnerismo, pero nada sobre sus pobres credenciales en la política internacional
El Unasur busca la integración, pero uno de sus puntos principales fue seguir negando a Honduras y boicotear una reunión europea-latinoamericana en España en caso de que el presidente Porfirio Lobo sea también un invitado, alegando que el hondureño no hizo nada para amnistiar a Manuel Zelaya. Sin embargo ayer se instituyó en Honduras la Comisión de la Verdad, cumpliéndose así el acuerdo que Zelaya y Micheletti; por lo que tampoco se hizo honor a la mentada integración.
En mucho se adularon unos a otros para condenar la Ley de Arizona (y con buena razón) pero poco para denunciar a sus propios países del trato injusto que dan a inmigrantes de países limítrofes. Tampoco se habló del armamentismo galopantes, ni del hambre ni la pobreza en alza.
Seguramente, la integración será entendida como buscar el consenso para culpar al “imperio” de todos los males.
El ex presidente (y no tan ex) Néstor Kirchner fue elegido como secretario de la Unasur, promoviéndose así una contradicción única: se espera de él que promueva la integración latinoamericana cuando lo que ha hecho hasta ahora es promover la división y la polarización en su propio país. Todos en la reunión se fueron de boca sobre las dotes y cualidades de quien para el 2011 correrá para presidente para extender el kirchnerismo, pero nada sobre sus pobres credenciales en la política internacional
El Unasur busca la integración, pero uno de sus puntos principales fue seguir negando a Honduras y boicotear una reunión europea-latinoamericana en España en caso de que el presidente Porfirio Lobo sea también un invitado, alegando que el hondureño no hizo nada para amnistiar a Manuel Zelaya. Sin embargo ayer se instituyó en Honduras la Comisión de la Verdad, cumpliéndose así el acuerdo que Zelaya y Micheletti; por lo que tampoco se hizo honor a la mentada integración.
En mucho se adularon unos a otros para condenar la Ley de Arizona (y con buena razón) pero poco para denunciar a sus propios países del trato injusto que dan a inmigrantes de países limítrofes. Tampoco se habló del armamentismo galopantes, ni del hambre ni la pobreza en alza.
Seguramente, la integración será entendida como buscar el consenso para culpar al “imperio” de todos los males.
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