Siempre estuve de acuerdo con que Juanes vaya a Cuba a cantar. Me pareció que se trataba de un acto político y que su odisea no debería haber sido por la paz sino por la libertad.
Esta noche vi un video de un altercado que él mantuvo con gente de la seguridad de Cuba en los pasillos del hotel donde se hospedaba, un par de horas antes del concierto, en el que estaba tratando de desistir de seguir adelante con el concierto. El, Miguel Bosé y Olga Tañón, entre sollozos se mostraron a las cámaras como quienes habían sido traicionados por el gobierno cubano y pensaban salir de Cuba de inmediato.
Fue mucho circo. Si no lo fue, dio la apariencia de serlo. Bosé y Tañón llorando ante las cámaras. Tañón auto calificándose como soldados de la paz… fue como demasiado. Me parece que perdieron la brújula. Nadie puede quitar que hicieron un esfuerzo tremendo, que hicieron el bien, que tuvieron la intención de hacer el bien, pero de ahí a que hayan hecho una proeza o que sean calificados de héroes, como lo hicieron algunos programa televisivos de Miami, me parece demasiado. Barack Obama dijo algo muy acertado. Que Juanes era un buen cantante y que el concierto no dañaría las relaciones entre Estados Unidos y Cuba. Pero decir que el concierto cambiaría las cosas es ser muy exagerado.
Me dio la sensación de que hicieron mucho teatro ante unas cámaras de televisión. Sabiendo que iban a Cuba era sabido que tendrían algunos riesgos. Más allá de la buena intención, saben que estarían en las fauces de la dictadura más peligrosa y duradera que asoló América. Lo de Tañón y Bosé me pareció demasiado marketing, como haciéndose las víctimas ante un público de Miami que ahora deberán enfrentar en próximos conciertos, y que no serán gratis, sino donde las entradas son costosas.
Quiero contarles sobre los procesos creativos de esta nueva historia sobre la verdad, la libertad y el miedo al futuro. Es mi nueva novela y espero publicarla cuando se sincronicen los planetas (las editoriales) o cuando se me acabe la paciencia y decida autopublicar -- Los contenidos de mi blog Prensa y Expresión están en el archivo. Blog por Ricardo Trotti
septiembre 23, 2009
septiembre 22, 2009
Mmmmmhhhhhhhh Brasil, Brasil....
Después de todo este despelote originado por Manuel Zelaya a quien la comunidad internacional apoyó sólidamente después de que fue golpeado el 28 de junio, pero a quien aconsejó a no entrar a Honduras por sus propios medios para evitar escaramuzas, confrontación y violencia a raíz de la polarización reinante, cabe preguntarse si los diplomáticos brasileños y si Lula da Silva realmente fueron sorprendidos de buena fe en la embajada en Tegucigalpa.
Mmmmmhhhhh parecen todos pensar con asombro y sospechas sobre la honestidad y la ingenuidad de los brasileños. O Zelaya es muy astuto para entrar de sopletón justo en el momento en que sabe que acapararía la atención de la reunión de la ONU y del G20 – algo que debe haber planificado con Hugo Chávez y otros amigotes que harán relucir esta semana sus dotes democráticas - o Brasil realmente le tendió una mano a Zelaya para congraciarse con él y, especialmente, para encaramarse a lo más alto de un liderazgo regional que no solo trata de alcanzar, sino que debe demostrar con obras y acciones, que lo está alcanzando.
Todo es muy sospechoso. Brasil en estas últimas semanas adoptó medidas concretas en contra de Roberto Micheletti. Además viene demostrando en otros foros que se está tratando de consustanciarse y agradar a la comunidad internacional con propuestas honestas – que no le cuestan mucho – como apoyar la nacionalización del gas en Bolivia o aumentar su cuota de pago a Paraguay por la energía de la represa de Itaipú o por sus declaraciones más conciliadoras en el Unasur, escapando de las posiciones más recalcitrantes de Ecuador y Venezuela contra Colombia.
Brasil ni su canciller parecen muy ingenuos, y pudieran estar jugando un “jogo” peligroso. Más allá de que la intención sea acaparar la atención de la comunidad internacional, forzar un diálogo que sería impuesto por el Consejo de Seguridad de la ONU por si hubiera alguna agresión contra su embajada u obligar un diálogo entre Micheletti y Zelaya; también le pudiera salir el tiro por la culata. Si se comprobara que no hubo ingenuidad sino intención, Brasil se estaría entrometiendo en asuntos internos de otro país – y esto va más allá de la discusión y pensamiento de si fue golpe de Estado o no lo que le sucedió a Zelaya – además de que pondría al propio derecho internacional en aprietos, ya que estaría cobijando a alguien que no está pidiendo ser exiliado por persecución, sino todo lo contrario.
Más allá de las posiciones encontradas en Honduras, lo cierto es que la acción de Brasil de haber tenido la intención o no de proteger a Zelaya, y de haber tenido la opción de hacerlo o no cuando él se presentó ante la sede diplomática, lo cierto es que el gran país sudamericano ya entró al juego, aunque sin saber si podrá desplegar el “jogo bonito” al que nos tiene acostumbrados en el fútbol.
Mmmmmhhhhh parecen todos pensar con asombro y sospechas sobre la honestidad y la ingenuidad de los brasileños. O Zelaya es muy astuto para entrar de sopletón justo en el momento en que sabe que acapararía la atención de la reunión de la ONU y del G20 – algo que debe haber planificado con Hugo Chávez y otros amigotes que harán relucir esta semana sus dotes democráticas - o Brasil realmente le tendió una mano a Zelaya para congraciarse con él y, especialmente, para encaramarse a lo más alto de un liderazgo regional que no solo trata de alcanzar, sino que debe demostrar con obras y acciones, que lo está alcanzando.
Todo es muy sospechoso. Brasil en estas últimas semanas adoptó medidas concretas en contra de Roberto Micheletti. Además viene demostrando en otros foros que se está tratando de consustanciarse y agradar a la comunidad internacional con propuestas honestas – que no le cuestan mucho – como apoyar la nacionalización del gas en Bolivia o aumentar su cuota de pago a Paraguay por la energía de la represa de Itaipú o por sus declaraciones más conciliadoras en el Unasur, escapando de las posiciones más recalcitrantes de Ecuador y Venezuela contra Colombia.
Brasil ni su canciller parecen muy ingenuos, y pudieran estar jugando un “jogo” peligroso. Más allá de que la intención sea acaparar la atención de la comunidad internacional, forzar un diálogo que sería impuesto por el Consejo de Seguridad de la ONU por si hubiera alguna agresión contra su embajada u obligar un diálogo entre Micheletti y Zelaya; también le pudiera salir el tiro por la culata. Si se comprobara que no hubo ingenuidad sino intención, Brasil se estaría entrometiendo en asuntos internos de otro país – y esto va más allá de la discusión y pensamiento de si fue golpe de Estado o no lo que le sucedió a Zelaya – además de que pondría al propio derecho internacional en aprietos, ya que estaría cobijando a alguien que no está pidiendo ser exiliado por persecución, sino todo lo contrario.
Más allá de las posiciones encontradas en Honduras, lo cierto es que la acción de Brasil de haber tenido la intención o no de proteger a Zelaya, y de haber tenido la opción de hacerlo o no cuando él se presentó ante la sede diplomática, lo cierto es que el gran país sudamericano ya entró al juego, aunque sin saber si podrá desplegar el “jogo bonito” al que nos tiene acostumbrados en el fútbol.
septiembre 21, 2009
Zelaya y un nuevo capítulo de la crisis
Cuando a nivel internacional estaban todos distraídos, Manuel Zelaya con la ayuda de Brasil, ingresó al país y desde la embajada de ese país en Tegucigalpa está tratando de organizarse y juntar tanta gente como le sea posible para bloquear cualquier intervención del gobierno de Roberto Micheletti.
Los próximos días serán reveladores para los detalles sobre quien ayudó a Zelaya a burlar al régimen de Micheletti. Por las reacciones de Hillary Clinton, de Oscar Arias y de Insulza de la OEA y de Amorín el canciller brasileño, da la sensación de que este paso de Zelaya estuvo concertado. Porque no puede ser que todos coincidan en que fue un paso bien dado, y que ahora se abre la posibilidad de un arreglo, cuando hasta hace semanas atrás todos aconsejaban a Zelaya que volver sería poner en riesgo la seguridad de los hondureños.
¿Será que el fin justifica los medios? ¿A cuánto este movimiento de Zelaya arriesga la seguridad de sus seguidores? ¿Qué responsabilidad tiene Brasil en todo esto? ¿Qué otros gobiernos sabían de los movimientos de Zelaya? ¿Tiene Micheletti que dialogar con Zelaya camino a lo que los aspirantes en las elecciones establecieron de que la propuesta de Arias es válida? ¿Cuánto respaldo tiene Micheletti? ¿Qué opinarán y posición adoptarán los aspirantes a las elecciones de noviembre? ¿Si Zelaya se incorpora definitivamente, respetará las elecciones y dejará el poder? ¿Terminará Micheletti por hacer encarcelar y procesar a Zelaya?
Estas primeras 24 horas son cruciales para empezar a entender. Veremos.
Los próximos días serán reveladores para los detalles sobre quien ayudó a Zelaya a burlar al régimen de Micheletti. Por las reacciones de Hillary Clinton, de Oscar Arias y de Insulza de la OEA y de Amorín el canciller brasileño, da la sensación de que este paso de Zelaya estuvo concertado. Porque no puede ser que todos coincidan en que fue un paso bien dado, y que ahora se abre la posibilidad de un arreglo, cuando hasta hace semanas atrás todos aconsejaban a Zelaya que volver sería poner en riesgo la seguridad de los hondureños.
¿Será que el fin justifica los medios? ¿A cuánto este movimiento de Zelaya arriesga la seguridad de sus seguidores? ¿Qué responsabilidad tiene Brasil en todo esto? ¿Qué otros gobiernos sabían de los movimientos de Zelaya? ¿Tiene Micheletti que dialogar con Zelaya camino a lo que los aspirantes en las elecciones establecieron de que la propuesta de Arias es válida? ¿Cuánto respaldo tiene Micheletti? ¿Qué opinarán y posición adoptarán los aspirantes a las elecciones de noviembre? ¿Si Zelaya se incorpora definitivamente, respetará las elecciones y dejará el poder? ¿Terminará Micheletti por hacer encarcelar y procesar a Zelaya?
Estas primeras 24 horas son cruciales para empezar a entender. Veremos.
septiembre 20, 2009
Juanes: ¿Paz sin libertad?
Finalmente Juanes y sus músicos invitados pudieron realizar con éxito el concierto tan esperado de Paz Sin Fronteras en la Plaza de la Revolución de La Habana y con un marco de público impresionante que sobrepasó el millón de personas, según los organizadores.
Estuve siempre a favor de que la controversia era exagerada de criticar su intención de cantar en La Habana, porque nada malo puede haber por llevar su música a los cubanos, sin embargo, sostuve – y lo reitero – que el concierto tenía desde el vamos un tinte político, y que la idea de cantar por la paz es medio ingenua, en un país donde lo que falta no es paz, sino libertad.
Hoy sostengo lo mismo y lo que no me gustó es que Juanes haya insistido con su idea de la paz, a lo que hoy le sumó el valor de la unión entre los cubanos de adentro y los exiliados, cuando el tema de Cuba es la falta de libertad, la opresión, los centenares de presos políticos y los 26 periodistas presos y los blogueros que son acosados y los ciudadanos de a pie que no pueden expresar lo que quieren o lo que sienten por temor a represalias. Y de nada de eso se dijo en forma directa. Todo fue elíptico y cuando se habló sobre los prisioneros, se habló de los secuestrados en Colombia, pero no de los que hay en las cárceles cubanas sin el derecho siquiera al debido proceso, encarcelados tras juicios sumarísimos.
Y no me meto con la música, porque sigo sosteniendo que para escuchar de la buena, sigue siendo mejor comprar discos, porque en vivo los músicos no suelen ser muy afinados.
Estuve siempre a favor de que la controversia era exagerada de criticar su intención de cantar en La Habana, porque nada malo puede haber por llevar su música a los cubanos, sin embargo, sostuve – y lo reitero – que el concierto tenía desde el vamos un tinte político, y que la idea de cantar por la paz es medio ingenua, en un país donde lo que falta no es paz, sino libertad.
Hoy sostengo lo mismo y lo que no me gustó es que Juanes haya insistido con su idea de la paz, a lo que hoy le sumó el valor de la unión entre los cubanos de adentro y los exiliados, cuando el tema de Cuba es la falta de libertad, la opresión, los centenares de presos políticos y los 26 periodistas presos y los blogueros que son acosados y los ciudadanos de a pie que no pueden expresar lo que quieren o lo que sienten por temor a represalias. Y de nada de eso se dijo en forma directa. Todo fue elíptico y cuando se habló sobre los prisioneros, se habló de los secuestrados en Colombia, pero no de los que hay en las cárceles cubanas sin el derecho siquiera al debido proceso, encarcelados tras juicios sumarísimos.
Y no me meto con la música, porque sigo sosteniendo que para escuchar de la buena, sigue siendo mejor comprar discos, porque en vivo los músicos no suelen ser muy afinados.
septiembre 19, 2009
Obama, educación y salud
La salud y la educación por lo general son temas independientes en las políticas de gobierno de Estados Unidos, pero esta semana estuvieron estrechamente vinculadas por los encendidos mensajes del presidente Barack Obama ante el Congreso y las escuelas.
Muchos padres de familia y distritos escolares, exacerbados por activistas conservadores, se opusieron a que los estudiantes escucharan el mensaje con el que Obama inauguraría el ciclo lectivo. Temían que manipulara la tribuna escolar para arengar sobre las ideas liberales y “socialistas” que el presidente promueve en la reforma del sistema de salud. Hubo quienes optaron por no enviar a sus hijos a la escuela, aunque los distritos escolares de todo el país pudieron ejercer su criterio para transmitir en directo el discurso, diferirlo o no usarlo.
Como se comprobó luego, los temores fueron exagerados, con la consecuencia de haber negado a estudiantes y maestros la oportunidad de generar un rico debate sobre el fondo del mensaje.
Las críticas cayeron en saco roto cuando la Casa Blanca reveló el contenido del mensaje antes de su alocución. Obama tranquilizó con que no buscaba una manipulación ideológica, sino que incentivaría a los alumnos a estudiar y trabajar duro, plantear objetivos y -utilizando experiencias personales - pediría responsabilidad ante las adversidades para perseguir sueños, por muy ambiciosos que fueren.
Más allá de que uno comparta o no las ideas de Obama, el discurso terminó siendo aleccionador y motivador para un país cuya educación está en crisis, si se considera que a nivel de secundaria la deserción escolar alcanza a un 30 por ciento, lo cual se dispara hasta un 50 por ciento en las grandes ciudades por la incidencia de las poblaciones negra e hispana. “Si abandonan la escuela, no se están abandonando a sí mismos, sino a su país”, dijo Obama, empoderando a los estudiantes a ser responsables del destino común, una versión actual de aquella arenga del presidente John Kennedy: “no preguntes lo que tu país puede hacer por ti, sino lo que tú puedes hacer por el país”.
El celo y actitud de los padres y distritos escolares estuvo politizado y por ello careció de sentido común. Porque mientras se prohíbe a los estudiantes a escuchar a un presidente, cuya responsabilidad está demarcada y condicionada por los votos, no se ponen pruritos a la exposición negativa que los estudiantes pueden tener durante todo el año frente a maestros malos o politizados, o frente a la incidencia de la televisión, los videojuegos, el internet y sus redes sociales.
A pesar de la preocupación exacerbada de que Obama pudiera “ideologizar” la educación casi comparándolo a Fidel Castro y Hugo Chávez, posición que la prensa criticó y tomó en sorna, también es importante ver que el sistema tiene en cuenta las decisiones de los padres y motiva a través de asociaciones con los maestros, que sus opiniones se conviertan en acción cuando se debate sobre los presupuestos, el currículo y la calidad de la enseñanza.
Esta consideración a la participación desacredita aún más la actitud de no haber permitido a los estudiantes escuchar a Obama. Se desaprovechó utilizar sus palabras para debatir, pensar, establecer objetivos educativos que sirvieran al sistema y a los alumnos para atacar la deserción escolar y mejorar la calidad de la enseñanza, dos prioridades insoslayables y en crisis, que tienen una directa relación con el bienestar y la salud del país.
Las estadísticas demuestran esa estrecha vinculación. Según datos de la Oficina del Censo de Estados Unidos, aquellas personas que poseen un diploma de escuela secundaria tienen mejores condiciones para alcanzar un buen nivel de vida, son afectadas menos por desempleo y por ende su incidencia en el costo de los beneficios del sistema social es menor, además de que en su vida productiva, sus ingresos superan en 200 mil dólares a los de quienes no se graduaron.
Pero el dato más relevante de esa simbiosis entre salud y educación, que quedó relacionado en los dos mensajes de Obama, es que según un estudio de la facultad de Educación de la Universidad de Columbia, quien obtiene un diploma de escuela secundaria tiene una expectativa mayor de vida de nueve años por sobre quien no lo tiene.
Muchos padres de familia y distritos escolares, exacerbados por activistas conservadores, se opusieron a que los estudiantes escucharan el mensaje con el que Obama inauguraría el ciclo lectivo. Temían que manipulara la tribuna escolar para arengar sobre las ideas liberales y “socialistas” que el presidente promueve en la reforma del sistema de salud. Hubo quienes optaron por no enviar a sus hijos a la escuela, aunque los distritos escolares de todo el país pudieron ejercer su criterio para transmitir en directo el discurso, diferirlo o no usarlo.
Como se comprobó luego, los temores fueron exagerados, con la consecuencia de haber negado a estudiantes y maestros la oportunidad de generar un rico debate sobre el fondo del mensaje.
Las críticas cayeron en saco roto cuando la Casa Blanca reveló el contenido del mensaje antes de su alocución. Obama tranquilizó con que no buscaba una manipulación ideológica, sino que incentivaría a los alumnos a estudiar y trabajar duro, plantear objetivos y -utilizando experiencias personales - pediría responsabilidad ante las adversidades para perseguir sueños, por muy ambiciosos que fueren.
Más allá de que uno comparta o no las ideas de Obama, el discurso terminó siendo aleccionador y motivador para un país cuya educación está en crisis, si se considera que a nivel de secundaria la deserción escolar alcanza a un 30 por ciento, lo cual se dispara hasta un 50 por ciento en las grandes ciudades por la incidencia de las poblaciones negra e hispana. “Si abandonan la escuela, no se están abandonando a sí mismos, sino a su país”, dijo Obama, empoderando a los estudiantes a ser responsables del destino común, una versión actual de aquella arenga del presidente John Kennedy: “no preguntes lo que tu país puede hacer por ti, sino lo que tú puedes hacer por el país”.
El celo y actitud de los padres y distritos escolares estuvo politizado y por ello careció de sentido común. Porque mientras se prohíbe a los estudiantes a escuchar a un presidente, cuya responsabilidad está demarcada y condicionada por los votos, no se ponen pruritos a la exposición negativa que los estudiantes pueden tener durante todo el año frente a maestros malos o politizados, o frente a la incidencia de la televisión, los videojuegos, el internet y sus redes sociales.
A pesar de la preocupación exacerbada de que Obama pudiera “ideologizar” la educación casi comparándolo a Fidel Castro y Hugo Chávez, posición que la prensa criticó y tomó en sorna, también es importante ver que el sistema tiene en cuenta las decisiones de los padres y motiva a través de asociaciones con los maestros, que sus opiniones se conviertan en acción cuando se debate sobre los presupuestos, el currículo y la calidad de la enseñanza.
Esta consideración a la participación desacredita aún más la actitud de no haber permitido a los estudiantes escuchar a Obama. Se desaprovechó utilizar sus palabras para debatir, pensar, establecer objetivos educativos que sirvieran al sistema y a los alumnos para atacar la deserción escolar y mejorar la calidad de la enseñanza, dos prioridades insoslayables y en crisis, que tienen una directa relación con el bienestar y la salud del país.
Las estadísticas demuestran esa estrecha vinculación. Según datos de la Oficina del Censo de Estados Unidos, aquellas personas que poseen un diploma de escuela secundaria tienen mejores condiciones para alcanzar un buen nivel de vida, son afectadas menos por desempleo y por ende su incidencia en el costo de los beneficios del sistema social es menor, además de que en su vida productiva, sus ingresos superan en 200 mil dólares a los de quienes no se graduaron.
Pero el dato más relevante de esa simbiosis entre salud y educación, que quedó relacionado en los dos mensajes de Obama, es que según un estudio de la facultad de Educación de la Universidad de Columbia, quien obtiene un diploma de escuela secundaria tiene una expectativa mayor de vida de nueve años por sobre quien no lo tiene.
septiembre 18, 2009
Venezuela: sin tanto optimismo
Acabamos de terminar en Venezuela con la SIP un foro de emergencia sobre libertad de expresión que tenía como motivo principal respaldar a los medios, especialmente a Globovisión y a un sinnúmero de radioemisoras que tienen la soga al cuello y que serán cerradas pronto según decisión oficial anunciada.
Al final del día, en todas las mesas y paneles se coincidió en que los medios deben seguir resistiendo los atropellos del poder, ya que es lo único que puede ser rescatado de lo que queda de democracia en el país, al tiempo que se alzó la voz sobre un común denominador en el resto de los países: los gobiernos totalitarios populistas están utilizando todas las herramientas – judiciales, legales y amenazas – para acosar a los medios y controlar la información.
En Venezuela los medios y periodistas son bravos y desafían al gobierno y sus medidas totalitarias. Sin embargo es de tal magnitud el atropello y el andamiaje legal que se ha creado que cada día más, como dijo Federico Ravell, director de Globovisión, se está lamentablemente recurriendo a la autocensura y al silencio cómplice. Aspectos que señaló como los peligros mayores que tiene la libertad de prensa en el país.
El día fue fructífero en contenido, especialmente con intervenciones de los ex presidentes de Perú, Alejandro Toledo y de Bolivia, Carlos Mesa, pero fue desastroso cuando uno recopila todos los mensajes vertidos y siente que no hay mucho optimismo sobre un giro del gobierno de Chávez más favorable a la libertad de expresión. Todo lo contrario. Cada día las restricciones y el ahogo son mayores y el futuro se ve más sombrío.
El único resquicio de optimismo que queda es que la prensa pueda seguir haciendo su trabajo a pesar de las restricciones. La tarea es descomunal.
El ex presidente Toledo, en una actitud valiente que seguramente será criticada de intromisión, felicitó a la SIP por hablar de libertad “en la misma boca del lobo”, agregando que “esta patria no puede disfrutar de democracia sin libertad de expresión y menos puede haber una nueva democracia atentando contra los medios de comunicación”.
Mientras él decía eso y dentro de la sala había un buen debate - incluso con periodistas oficialistas - ministros y funcionarios acusaban a través de los medios a la SIP de ser de todo, desde oligarcas hasta brazo de la CIA y golpistas, la Asamblea Nacional calificaba a la SIP y el foro de non grato.
En fin, una de esas visitas parecidas a las más de una docena que realizamos a Venezuela durante los diez años del gobierno de Chávez, donde se observa la intolerancia del Presidente al disenso y cómo su grupo de idólatras se presta a ser el brazo armado de esa intolerancia.
Al final del día, en todas las mesas y paneles se coincidió en que los medios deben seguir resistiendo los atropellos del poder, ya que es lo único que puede ser rescatado de lo que queda de democracia en el país, al tiempo que se alzó la voz sobre un común denominador en el resto de los países: los gobiernos totalitarios populistas están utilizando todas las herramientas – judiciales, legales y amenazas – para acosar a los medios y controlar la información.
En Venezuela los medios y periodistas son bravos y desafían al gobierno y sus medidas totalitarias. Sin embargo es de tal magnitud el atropello y el andamiaje legal que se ha creado que cada día más, como dijo Federico Ravell, director de Globovisión, se está lamentablemente recurriendo a la autocensura y al silencio cómplice. Aspectos que señaló como los peligros mayores que tiene la libertad de prensa en el país.
El día fue fructífero en contenido, especialmente con intervenciones de los ex presidentes de Perú, Alejandro Toledo y de Bolivia, Carlos Mesa, pero fue desastroso cuando uno recopila todos los mensajes vertidos y siente que no hay mucho optimismo sobre un giro del gobierno de Chávez más favorable a la libertad de expresión. Todo lo contrario. Cada día las restricciones y el ahogo son mayores y el futuro se ve más sombrío.
El único resquicio de optimismo que queda es que la prensa pueda seguir haciendo su trabajo a pesar de las restricciones. La tarea es descomunal.
El ex presidente Toledo, en una actitud valiente que seguramente será criticada de intromisión, felicitó a la SIP por hablar de libertad “en la misma boca del lobo”, agregando que “esta patria no puede disfrutar de democracia sin libertad de expresión y menos puede haber una nueva democracia atentando contra los medios de comunicación”.
Mientras él decía eso y dentro de la sala había un buen debate - incluso con periodistas oficialistas - ministros y funcionarios acusaban a través de los medios a la SIP de ser de todo, desde oligarcas hasta brazo de la CIA y golpistas, la Asamblea Nacional calificaba a la SIP y el foro de non grato.
En fin, una de esas visitas parecidas a las más de una docena que realizamos a Venezuela durante los diez años del gobierno de Chávez, donde se observa la intolerancia del Presidente al disenso y cómo su grupo de idólatras se presta a ser el brazo armado de esa intolerancia.
Chávez y las obras públicas
Estoy nuevamente en Caracas y como siempre me sucedió en una veintena de viajes anteriores en estos 10 años de gobierno de Hugo Chávez, hay algo que me sorprende y hasta saca de quicio: nunca podré entender como este gobierno no tiene las mismas características de otros autoritarios que se desviven por crear y levantar obras públicas, infraestructura o hasta monumentos faraónicos.
Venezuela es el país con mayores recursos disponibles y explotados de América Latina. Nada en petróleo, genera divisas al por mayor y es, en comparación, el país que menos invierte en infraestructura. Las obras de Chávez son escasas y el chiste de muchos caraqueños es señalar una fuente en una plaza que ni siquiera la mandó a construir, sino solo a remodelarla.
Venezuela se compara a los países arábigos en riqueza petrolera, pero en nada a la infraestructura que se invierte en Arabia Saudita, Dubai u otros reinos del área, que hasta se dan el lujo de construir filiales de museos y universidades de las más prestigiosas de otros países desarrollados de occidente.
Si bien Chávez tiene otras prioridades sobre el gasto público y la exportación de dólares y petróleos para expandir su ideología, daría la impresión que igualmente tiene los recursos, aunque no la voluntad, para crear obras físicas que ayuden al desarrollo social y queden para la posteridad. No se entiende como una persona que se dice y cree inteligente y revolucionaria no se de cuenta que las autopistas, los puertos, los edificios, los hospitales, las escuelas, los hoteles, los museos, las fábricas quedan, y que las ideas, si no se hacen cultura, desaparecerán apenas se acabe el personalismo.
Da pena una Venezuela rica y sin obras. Me recuerda a la parábola evangélica de los talentos… quien recibe mucho y lo desperdicia…
Venezuela es el país con mayores recursos disponibles y explotados de América Latina. Nada en petróleo, genera divisas al por mayor y es, en comparación, el país que menos invierte en infraestructura. Las obras de Chávez son escasas y el chiste de muchos caraqueños es señalar una fuente en una plaza que ni siquiera la mandó a construir, sino solo a remodelarla.
Venezuela se compara a los países arábigos en riqueza petrolera, pero en nada a la infraestructura que se invierte en Arabia Saudita, Dubai u otros reinos del área, que hasta se dan el lujo de construir filiales de museos y universidades de las más prestigiosas de otros países desarrollados de occidente.
Si bien Chávez tiene otras prioridades sobre el gasto público y la exportación de dólares y petróleos para expandir su ideología, daría la impresión que igualmente tiene los recursos, aunque no la voluntad, para crear obras físicas que ayuden al desarrollo social y queden para la posteridad. No se entiende como una persona que se dice y cree inteligente y revolucionaria no se de cuenta que las autopistas, los puertos, los edificios, los hospitales, las escuelas, los hoteles, los museos, las fábricas quedan, y que las ideas, si no se hacen cultura, desaparecerán apenas se acabe el personalismo.
Da pena una Venezuela rica y sin obras. Me recuerda a la parábola evangélica de los talentos… quien recibe mucho y lo desperdicia…
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