Colombia tiene fuertes contrastes. Es un país en guerra y en paz; de violencia y de esperanza; con un Poder Judicial fuerte pero con una impunidad cabalgante. Todo se vive en los extremos. Llegué este lunes a Bogotá y me sorprendieron dos noticias, cuyos mensajes neutralizaban los sentimientos que destilaban los medios, la gente, los taxistas.
Por un lado, el mensaje de violencia de las narco guerrillas de las FARC en el atentado del domingo frente al Palacio de Justicia de Cali que dejó cuatro muertos, decenas de heridos y destrucción de infraestructura; y por el otro, el de paz y esperanza que Ingrid Betancourt ofreció después de visitar al Papa en Castelgandolfo, cuando les dijo públicamente a los dirigentes de las Farc: “Quiero creer que en sus corazones hay espacio para el amor y el perdón, como hay en mi corazón, hay que cortar el círculo de la venganza y el odio”.
Los esfuerzos de las instituciones públicas, que todavía están salpicadas por el paramilitarismo y que han provocado grandes grietas entre el Poder Ejecutivo y el Poder Judicial, mantienen una dura lucha para terminar con más de 40 años de guerrilla y narcotráfico. Esa mano fuerte es la que le está dando a Alvaro Uribe una altísima popularidad que lo sigue mareando con la posibilidad de una tercera reelección.
En un país en guerra, Uribe ha sido el único que en la práctica le está dando al país la esperanza de la paz. De ahí su aceptación mayoritaria. Ha sabido unir los extremos.
Sobre las elecciones presidenciales estadounidenses:
Miré la Convención Republicana. Me alegré ayer de que la hicieran a medias pensando en los estragos de Gustav. El mensaje de hoy fue demasiado nacionalista y patriótico para mi gusto, enfocado en la heroicidad de McCain y en la seguridad que pregonó Bush, su esposa y los demás invitados, como el demócrata Liberman. Apelan a la fórmula de que el país está sobre el partido, y funciona especialmente para los Republicanos. Hoy me hicieron sentir más Demócrata, y me inclino por Obama.
Quiero contarles sobre los procesos creativos de esta nueva historia sobre la verdad, la libertad y el miedo al futuro. Es mi nueva novela y espero publicarla cuando se sincronicen los planetas (las editoriales) o cuando se me acabe la paciencia y decida autopublicar -- Los contenidos de mi blog Prensa y Expresión están en el archivo. Blog por Ricardo Trotti
septiembre 03, 2008
septiembre 02, 2008
Lo inhumano de los huracanes
Lo único humano que tienen los huracanes son nombres: Gustav, Andrew, Katrina, Mitch. El resto es inhumano más allá de su sexo. Todos dejaron secuelas enormes en lo económico, pero mucho más en lo anímico, en el comportamiento social. Basta recordar Katrina hace tres años que sumergió a Nueva Orleans y a Andrews en 1992 que borró a Miami. Devastación, desesperación, angustia, ansiedad e incertidumbre.
Todo huracán, más allá de su categoría, tiene el potencial de ser destructivo. Gustav no pegó tan fuerte como se pronosticaba en Louisiana y Nueva Orleans se salvó de lo peor; pero dejó decenas de muertes en Haití, Jamaica y Cuba. Hanna llegará a la Florida en dos o tres días, pero por suerte, según el pronóstico hasta hoy, el cono de proyección de su paso no es el Sur de la Florida.
Es difícil entender lo que es un huracán si uno no lo experimenta o vive bajo su trayectoria potencial. Por más que no se sufra uno en forma directa en una temporada, siempre existe la incertidumbre y los preparativos y los cambios de planes cada vez que se avizoran en el Atlántico y enfilándose hacia el Caribe y la Florida.
La devastación y la desesperación la sufren quienes lo viven en forma directa, y el resto, en solidaridad, se angustia sabiendo que tiene la viabilidad de ser víctima también en los próximos días. Los preparativos son esquizofrénicos, acarrean ansiedad e incertidumbre. Hay que ir aterrorizado al supermercado en busca de agua, pilas y enlatados que ya desaparecieron; pensar en cuál será el refugio más adecuado para dejar su casa y pertenencias a la deriva; sacar fotos y filmaciones para justificarse ante el seguro, incluso de las oficinas donde todo se paraliza y los planes quedan en suspenso; abandonar a las mascotas; seguir de cerca y con titubeos el pronóstico del tiempo y comunicarse con todos los amigos y familiares para saber sus planes. El estrés es mayúsculo.
Los huracanes traen lo peor, aunque se los soporta un poco mejor en Estados Unidos donde hay una mejor percepción de que el gobierno puede y tiene la capacidad de hacer más (a pesar de Katrina) que en cualquier otro país pobre del Caribe o Centroamérica, donde todas las consecuencias se elevan a la enésima potencia.
Todo huracán, más allá de su categoría, tiene el potencial de ser destructivo. Gustav no pegó tan fuerte como se pronosticaba en Louisiana y Nueva Orleans se salvó de lo peor; pero dejó decenas de muertes en Haití, Jamaica y Cuba. Hanna llegará a la Florida en dos o tres días, pero por suerte, según el pronóstico hasta hoy, el cono de proyección de su paso no es el Sur de la Florida.
Es difícil entender lo que es un huracán si uno no lo experimenta o vive bajo su trayectoria potencial. Por más que no se sufra uno en forma directa en una temporada, siempre existe la incertidumbre y los preparativos y los cambios de planes cada vez que se avizoran en el Atlántico y enfilándose hacia el Caribe y la Florida.
La devastación y la desesperación la sufren quienes lo viven en forma directa, y el resto, en solidaridad, se angustia sabiendo que tiene la viabilidad de ser víctima también en los próximos días. Los preparativos son esquizofrénicos, acarrean ansiedad e incertidumbre. Hay que ir aterrorizado al supermercado en busca de agua, pilas y enlatados que ya desaparecieron; pensar en cuál será el refugio más adecuado para dejar su casa y pertenencias a la deriva; sacar fotos y filmaciones para justificarse ante el seguro, incluso de las oficinas donde todo se paraliza y los planes quedan en suspenso; abandonar a las mascotas; seguir de cerca y con titubeos el pronóstico del tiempo y comunicarse con todos los amigos y familiares para saber sus planes. El estrés es mayúsculo.
Los huracanes traen lo peor, aunque se los soporta un poco mejor en Estados Unidos donde hay una mejor percepción de que el gobierno puede y tiene la capacidad de hacer más (a pesar de Katrina) que en cualquier otro país pobre del Caribe o Centroamérica, donde todas las consecuencias se elevan a la enésima potencia.
septiembre 01, 2008
La impotencia frente a la inseguridad
Como en muchos países del mundo, la gente se está rebelando en contra de los gobiernos debido a la falta de ineficacia del poder público para combatir la inseguridad. Este fin de semana, los mexicanos, cansados de la impotencia que significa vivir en medio de la violencia, salieron a las calles de todo el país hastiados por la ola de violencia y de un gobierno incapaz de neutralizarla.
Siempre recordaré a mi amigo Jesús Blancornelas, director del semanario Zeta de Tijuana, y quien tuvo que soportar el asesinato de tres de sus periodistas y un atentado en su contra, cuando me dijo: “Lo que sucede en México es que el crimen está organizado y la policía desorganizada”, una manera de adjudicarle su condición de corrupta, infiltrada y vendida al narcotráfico.
Los mexicanos están cansados del crimen y dijeron ¡basta ya! después de que esta semana se encontraron más de una quincena de personas decapitadas y continuó en forma rampante el número de secuestros. El sábado por la noche, los mexicanos cantaron el himno nacional y pidieron a gritos que se vayan todos los encargados de Seguridad Pública del gobierno, incluyendo el presidente Felipe Calderón, que por más que sacó a los militares a las calles en la zona fronteriza con Estados Unidos para combatir el narcotráfico, todavía no ha podido producir una sola victoria.
La inseguridad es un tema que, hoy por hoy, las encuestas la sitúan como la epidemia mayor de América Latina, especialmente porque ataca al ciudadanos común y porque utiliza y corrompe a los jóvenes, el segmento poblacional más vulnerable, como queda demostrado en México. Quinientos diez mil seiscientos estudiantes de un total de 3.700.000, el 13.8 por ciento, dijo haber sido víctimas de secuestros, violaciones, robos o asaltos, riñas o peleas, incidentes de tránsito y detenciones.
Pero el mismo sondeo, el primero de nivel nacional sobre Exclusión, Intolerancia y Violencia en Escuelas Públicas de Educación Media Superior, realizada por el Instituto Nacional de Salud Pública entre jóvenes de 15 a 19 años de edad, muestra que 481.000 estudiantes dijeron formar parte de una pandilla.
Los países que no saben proteger a sus jóvenes, comprometen el desarrollo.
PD: Si hoy fueran las elecciones presidenciales en Estados Unidos:
Votaría por los Republicanos. La nominación de Sarah Palin me gustó. No sé por qué todavía, pero me basta para inclinarme a favor de los Republicanos.
Siempre recordaré a mi amigo Jesús Blancornelas, director del semanario Zeta de Tijuana, y quien tuvo que soportar el asesinato de tres de sus periodistas y un atentado en su contra, cuando me dijo: “Lo que sucede en México es que el crimen está organizado y la policía desorganizada”, una manera de adjudicarle su condición de corrupta, infiltrada y vendida al narcotráfico.
Los mexicanos están cansados del crimen y dijeron ¡basta ya! después de que esta semana se encontraron más de una quincena de personas decapitadas y continuó en forma rampante el número de secuestros. El sábado por la noche, los mexicanos cantaron el himno nacional y pidieron a gritos que se vayan todos los encargados de Seguridad Pública del gobierno, incluyendo el presidente Felipe Calderón, que por más que sacó a los militares a las calles en la zona fronteriza con Estados Unidos para combatir el narcotráfico, todavía no ha podido producir una sola victoria.
La inseguridad es un tema que, hoy por hoy, las encuestas la sitúan como la epidemia mayor de América Latina, especialmente porque ataca al ciudadanos común y porque utiliza y corrompe a los jóvenes, el segmento poblacional más vulnerable, como queda demostrado en México. Quinientos diez mil seiscientos estudiantes de un total de 3.700.000, el 13.8 por ciento, dijo haber sido víctimas de secuestros, violaciones, robos o asaltos, riñas o peleas, incidentes de tránsito y detenciones.
Pero el mismo sondeo, el primero de nivel nacional sobre Exclusión, Intolerancia y Violencia en Escuelas Públicas de Educación Media Superior, realizada por el Instituto Nacional de Salud Pública entre jóvenes de 15 a 19 años de edad, muestra que 481.000 estudiantes dijeron formar parte de una pandilla.
Los países que no saben proteger a sus jóvenes, comprometen el desarrollo.
PD: Si hoy fueran las elecciones presidenciales en Estados Unidos:
Votaría por los Republicanos. La nominación de Sarah Palin me gustó. No sé por qué todavía, pero me basta para inclinarme a favor de los Republicanos.
agosto 30, 2008
La neutralización de la política
Demócratas y Republicanos pusieron toda la carne al asador y se están sacando chispas. Ahora sí, se puede decir que comenzó la carrera que terminará el 4 de noviembre con un nuevo Presidente en la Casa Blanca. La estrategia por neutralizar al oponente se puso en evidencia al cierre de la Convención Demócrata en Denver esta semana y al comienzo de la Republicana en Minneapolis este lunes. Barack Obama y John McCain hicieron movidas estratégicas eligiendo a sus compañeros de fórmula para equilibrar las críticas a la falta de experiencia y a la demasiada edad para gobernar, respectivamente.
Fue McCain quien golpeó último sorprendiendo a partidarios e incluso a los medios de comunicación con la elección de una mujer joven que a sus 44 años solo tiene dos como gobernadora de Alaska, el estado más joven y menos poblado de la nación. Sarah Palin, cuya estampa podría ser tapa de Hola y Vogue que de Times o Newsweek, derrochando belleza por sobre juventud e inexperiencia, es una jugada para atraer a los jóvenes que McCain estaba perdiendo con Obama y para robarle a los Demócratas lo que desaprovecharon: Hillary Clinton, la primera mujer al frente de la Casa más codiciada del país.
Obama golpeó en forma excelente al principio de esta semana. Eligió al experimentado senador Joseph Biden de 65 años, de un estado igualmente desconocido, Delaware, pero con un incomparable récord en materia de política internacional y sobre temas de energía, dos aspectos que neutralizan las críticas más acérrimas de McCain y sus Republicanos, y contrarresta en algo los 18 millones de votos que obtuvo Hillary abriendo una grieta que todavía Obama, ni su exitosa Convención, pudieron cerrar. En disputa interna todavía no hay certeza sobre los votos de Hillary, ya que el 50 por ciento (mujeres en su mayoría) está indeciso si dejarán sus votos en el partido o emigrarán hacia los Republicanos. Y en ese punto es donde la figura de la vice Miss Alaska tiene sentido.
En realidad, Biden y Palin, más allá de sus aciertos políticos sirven para sumar o restar las fortalezas y debilidades de los dos nominados a Presidente. La juventud de Obama, 47, es suplida por los 65 del senador de Delaware; mientras que la excesiva experiencia de McCain, 72, por la extraordinaria jovialidad que aportan los 44 de la gobernadora de Alaska. La prueba es contundente, lo que antes parecía una brecha generacional incuestionable, ahora, si se suman las edades de los respectivos compañeros de fórmula, todo queda neutralizado: 116 años para los republicanos contra 112 para los Demócratas.
Ya quedaron lejos aquellos días en que se vislumbraba una batalla despareja y en la que Obama aventajaba con su lema de “cambio” por más de 25 puntos porcentuales a McCain. Incluso antes de la Convención, Obama, según una encuesta de Gallup llevaba la delantera sólo por cuatro puntos, algo no muy alentador si se entiende que McCain personifica la continuidad de la política de George Bush, el más impopular Presidente de la historia. Hoy, según otra encuesta de Gallup, aunque sin considerar la sorpresiva nominación de Palin, Obama sacó mayor ventaja, algo que está en los cálculos para quien termina una Convención y obtiene el rédito político de la propaganda mediática que significa estar en la tapa de los diarios y en el “prime-time” de la televisión por tres días y tres noches seguidas.
Si hasta ahora las batallas fueron intensas, se augura una guerra frontal como nunca, además de global. Las nuevas tecnologías que han achicado al mundo, además de los conflictos internacionales en los que EE.UU. es protagonista, para bien o para mal, hace que todo el mundo esté pendiente y se hagan apuestas hasta en la India, para ver si el liderazgo quedará en las manos del primer negro o del más viejo de la historia. Las dos nominaciones vicepresidenciales agregan condimentos fascinantes para los expertos y desacomodan los sondeos, las expectativas y los pronósticos.
McCain ya se aprovechó de lo que parece un feliz desliz para los Republicanos. Sus spots propagandísticos comenzaron a pegar fuerte esta semana y varios de sus partidarios como el popular ex intendente neyorkino, Rudolph Guliani, adularon a Hillary tratando de seguir dividiendo a los demócratas que buscan dejar las divisiones desde las internas. Para McCain y su campaña, Biden les cae como anillo al dedo, ya que es un demócrata conocido por “bocón” que ha calificado a Obama de inexperto y de “negro limpio” durante la interna con Hillary, aspectos que usarán a ultranza para corroer la fórmula. Para los demócratas, la selección sirve para morigerar las críticas de que Obama, inexperto en política internacional, no sabría cómo lidiar con temas nuevos, como el conflicto Rusia-Georgia o los más añejos como el retiro de tropas de Irak o el influjo en Afganistán. Después de todo, Biden es a Obama lo que Dick Cheney fue a George Bush, a quien también se calificaba de inexperto en asuntos foráneos.
Hasta hace unos días, si uno se guiara por la opinión de los amigos y de lo dicen los medios de comunicación, Obama ganaría fácilmente la elección presidencial, debido a su discurso anti-establishment washingtoniano que no supo hacer nada en los últimos ocho años por controlar la inflación, el costo de la energía, atrapar a Bin Laden y dialogar con gobiernos extranjeros.
Pero ahora la batalla es más pareja. El precio del crudo algo más estable, una población estadounidense que cuatro a uno apoya las intenciones del candidato republicano para perforar las plataformas submarinas en las costas, una Rusia envalentonada y un Irán que provoca con energía nuclear, le sirvieron a McCain para emparejar los sondeos. Eso sin contar lo que la gobernadora Palin trae a la fórmula: una mirada más conservadora que la del propio McCain que tiene bastante descrédito en el interior de su partido, contraria al aborto (neutralizando la posición Católica de Biden), al casamiento entre homosexuales y a favor de un sistema de salud más socialista y que el país mantenga el derecho a la portación de armas de fuego.
Palin es una pieza de ajedrez bien jugada si se piensa en lo importante del voto femenino, en especial el de la Florida, estado que si es ganado, asegura la Presidencia, como quedó demostrado en la elección del 2000 cuando Al Gore perdió este estado por 237 votos, y así la Casa Blanca. Tres de cada cuatro mujeres en la Florida sufragaron a favor de Hillary Clinton en las internas, aunque la intención de voto femenino a nivel nacional se inclina todavía a favor Obama por arriba de McCain.
La verdadera carrera presidencial recién empezará el jueves próximo cuando termine la Convención Republicana. Seguramente empezará de cero, aunque hay un elemento natural que puede conspirar contra la fuerza de Palin, y a la que Obama supo explotar en su discurso de cierre. Se llama Gustav, y no es otro candidato, sino un huracán que está llegando adonde llegó Katrina hace tres años y hace recordar no solo el desastre de Nueva Orleans sino la ineficacia del gobierno más poderoso del planeta para ayudar a su propia gente. Este puede ser el talón de Aquiles de los Republicanos.
No hay seguridad todavía quien desembocará en la Casa Blanca, y así como los nombramientos de Biden y Palin fueron sorpresas políticas agradables, también pudieran sucederse otros hechos inesperados que podrían torcer al electorado como por ejemplo que se capture a Bin Laden o que ocurra un ataque terrorista de envergadura, no solo en el país sino en cualquiera de sus aliados. La agresión a los cuatro trenes de Madrid el 11 de marzo de 2004, además de la catástrofe nacional que significó, fue una desastre para el conservador Partido Popular que vio desvanecidas sus aspiraciones a cuatro días de ganar unas votaciones que parecían segurísimas.
Aunque ya llegamos a casi un año de tiro y aflojes entre los dos partidos más populares del país, la carrera presidencial recién empieza.
Fue McCain quien golpeó último sorprendiendo a partidarios e incluso a los medios de comunicación con la elección de una mujer joven que a sus 44 años solo tiene dos como gobernadora de Alaska, el estado más joven y menos poblado de la nación. Sarah Palin, cuya estampa podría ser tapa de Hola y Vogue que de Times o Newsweek, derrochando belleza por sobre juventud e inexperiencia, es una jugada para atraer a los jóvenes que McCain estaba perdiendo con Obama y para robarle a los Demócratas lo que desaprovecharon: Hillary Clinton, la primera mujer al frente de la Casa más codiciada del país.
Obama golpeó en forma excelente al principio de esta semana. Eligió al experimentado senador Joseph Biden de 65 años, de un estado igualmente desconocido, Delaware, pero con un incomparable récord en materia de política internacional y sobre temas de energía, dos aspectos que neutralizan las críticas más acérrimas de McCain y sus Republicanos, y contrarresta en algo los 18 millones de votos que obtuvo Hillary abriendo una grieta que todavía Obama, ni su exitosa Convención, pudieron cerrar. En disputa interna todavía no hay certeza sobre los votos de Hillary, ya que el 50 por ciento (mujeres en su mayoría) está indeciso si dejarán sus votos en el partido o emigrarán hacia los Republicanos. Y en ese punto es donde la figura de la vice Miss Alaska tiene sentido.
En realidad, Biden y Palin, más allá de sus aciertos políticos sirven para sumar o restar las fortalezas y debilidades de los dos nominados a Presidente. La juventud de Obama, 47, es suplida por los 65 del senador de Delaware; mientras que la excesiva experiencia de McCain, 72, por la extraordinaria jovialidad que aportan los 44 de la gobernadora de Alaska. La prueba es contundente, lo que antes parecía una brecha generacional incuestionable, ahora, si se suman las edades de los respectivos compañeros de fórmula, todo queda neutralizado: 116 años para los republicanos contra 112 para los Demócratas.
Ya quedaron lejos aquellos días en que se vislumbraba una batalla despareja y en la que Obama aventajaba con su lema de “cambio” por más de 25 puntos porcentuales a McCain. Incluso antes de la Convención, Obama, según una encuesta de Gallup llevaba la delantera sólo por cuatro puntos, algo no muy alentador si se entiende que McCain personifica la continuidad de la política de George Bush, el más impopular Presidente de la historia. Hoy, según otra encuesta de Gallup, aunque sin considerar la sorpresiva nominación de Palin, Obama sacó mayor ventaja, algo que está en los cálculos para quien termina una Convención y obtiene el rédito político de la propaganda mediática que significa estar en la tapa de los diarios y en el “prime-time” de la televisión por tres días y tres noches seguidas.
Si hasta ahora las batallas fueron intensas, se augura una guerra frontal como nunca, además de global. Las nuevas tecnologías que han achicado al mundo, además de los conflictos internacionales en los que EE.UU. es protagonista, para bien o para mal, hace que todo el mundo esté pendiente y se hagan apuestas hasta en la India, para ver si el liderazgo quedará en las manos del primer negro o del más viejo de la historia. Las dos nominaciones vicepresidenciales agregan condimentos fascinantes para los expertos y desacomodan los sondeos, las expectativas y los pronósticos.
McCain ya se aprovechó de lo que parece un feliz desliz para los Republicanos. Sus spots propagandísticos comenzaron a pegar fuerte esta semana y varios de sus partidarios como el popular ex intendente neyorkino, Rudolph Guliani, adularon a Hillary tratando de seguir dividiendo a los demócratas que buscan dejar las divisiones desde las internas. Para McCain y su campaña, Biden les cae como anillo al dedo, ya que es un demócrata conocido por “bocón” que ha calificado a Obama de inexperto y de “negro limpio” durante la interna con Hillary, aspectos que usarán a ultranza para corroer la fórmula. Para los demócratas, la selección sirve para morigerar las críticas de que Obama, inexperto en política internacional, no sabría cómo lidiar con temas nuevos, como el conflicto Rusia-Georgia o los más añejos como el retiro de tropas de Irak o el influjo en Afganistán. Después de todo, Biden es a Obama lo que Dick Cheney fue a George Bush, a quien también se calificaba de inexperto en asuntos foráneos.
Hasta hace unos días, si uno se guiara por la opinión de los amigos y de lo dicen los medios de comunicación, Obama ganaría fácilmente la elección presidencial, debido a su discurso anti-establishment washingtoniano que no supo hacer nada en los últimos ocho años por controlar la inflación, el costo de la energía, atrapar a Bin Laden y dialogar con gobiernos extranjeros.
Pero ahora la batalla es más pareja. El precio del crudo algo más estable, una población estadounidense que cuatro a uno apoya las intenciones del candidato republicano para perforar las plataformas submarinas en las costas, una Rusia envalentonada y un Irán que provoca con energía nuclear, le sirvieron a McCain para emparejar los sondeos. Eso sin contar lo que la gobernadora Palin trae a la fórmula: una mirada más conservadora que la del propio McCain que tiene bastante descrédito en el interior de su partido, contraria al aborto (neutralizando la posición Católica de Biden), al casamiento entre homosexuales y a favor de un sistema de salud más socialista y que el país mantenga el derecho a la portación de armas de fuego.
Palin es una pieza de ajedrez bien jugada si se piensa en lo importante del voto femenino, en especial el de la Florida, estado que si es ganado, asegura la Presidencia, como quedó demostrado en la elección del 2000 cuando Al Gore perdió este estado por 237 votos, y así la Casa Blanca. Tres de cada cuatro mujeres en la Florida sufragaron a favor de Hillary Clinton en las internas, aunque la intención de voto femenino a nivel nacional se inclina todavía a favor Obama por arriba de McCain.
La verdadera carrera presidencial recién empezará el jueves próximo cuando termine la Convención Republicana. Seguramente empezará de cero, aunque hay un elemento natural que puede conspirar contra la fuerza de Palin, y a la que Obama supo explotar en su discurso de cierre. Se llama Gustav, y no es otro candidato, sino un huracán que está llegando adonde llegó Katrina hace tres años y hace recordar no solo el desastre de Nueva Orleans sino la ineficacia del gobierno más poderoso del planeta para ayudar a su propia gente. Este puede ser el talón de Aquiles de los Republicanos.
No hay seguridad todavía quien desembocará en la Casa Blanca, y así como los nombramientos de Biden y Palin fueron sorpresas políticas agradables, también pudieran sucederse otros hechos inesperados que podrían torcer al electorado como por ejemplo que se capture a Bin Laden o que ocurra un ataque terrorista de envergadura, no solo en el país sino en cualquiera de sus aliados. La agresión a los cuatro trenes de Madrid el 11 de marzo de 2004, además de la catástrofe nacional que significó, fue una desastre para el conservador Partido Popular que vio desvanecidas sus aspiraciones a cuatro días de ganar unas votaciones que parecían segurísimas.
Aunque ya llegamos a casi un año de tiro y aflojes entre los dos partidos más populares del país, la carrera presidencial recién empieza.
agosto 29, 2008
Regalo de cumpleaños: un tipo preso
Los mejores regalos de cumpleaños son las sorpresas. Esta vez me la dio el Poder Judicial de Colombia, algo que no esperaba. Después de cinco años de trabajar para que se esclarezca el crimen impune del periodista Nelson Carvajal, asesinado en 1998, y casi al borde de la desesperanza, finalmente la Justicia tomó cartas en el asunto.
El jueves pasado, la Fiscalía General - después de que con algunos colegas negociamos varias veces con el gobierno mediante la intervención de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos – apresó al presidente de la Asamblea de Diputados del Huila, Carlos Augusto Rojas Ortiz, como presunto autor intelectual; ordenó la captura de dos guerrilleros de las Farc; pidió a la Corte Suprema de Justicia revisar absoluciones que beneficiaron a dos condenados y ordenó un proceso disciplinario interno por irregularidades en la administración de justicia.
No puedo cantar victoria todavía; el caso no está esclarecido, pero el hecho de que se haya reabierto es ya una señal de esperanza. El crimen había sido archivado en el 2002 y corría el riesgo de quedar olvidado.
En estos años, mientras trabajábamos en post de la resolución del caso, fui testigo de cómo dos hermanas del periodista, su viuda y dos hijas tuvieron que abandonar el país debido a amenazas; una periodista que investigó el caso, está hoy con fuerte custodia policial; y, en mi caso, tuve numerosos altercados con una persona que había sido acusada.
Esclarecer este crimen será sin dudas un canto de esperanza. Creará antecedentes a favor de que se resuelva más de un centenar de asesinatos en este país, y algunos de los otros 334 crímenes de periodistas perpetrados en los últimos 20 años en el continente americano.
El jueves pasado, la Fiscalía General - después de que con algunos colegas negociamos varias veces con el gobierno mediante la intervención de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos – apresó al presidente de la Asamblea de Diputados del Huila, Carlos Augusto Rojas Ortiz, como presunto autor intelectual; ordenó la captura de dos guerrilleros de las Farc; pidió a la Corte Suprema de Justicia revisar absoluciones que beneficiaron a dos condenados y ordenó un proceso disciplinario interno por irregularidades en la administración de justicia.
No puedo cantar victoria todavía; el caso no está esclarecido, pero el hecho de que se haya reabierto es ya una señal de esperanza. El crimen había sido archivado en el 2002 y corría el riesgo de quedar olvidado.
En estos años, mientras trabajábamos en post de la resolución del caso, fui testigo de cómo dos hermanas del periodista, su viuda y dos hijas tuvieron que abandonar el país debido a amenazas; una periodista que investigó el caso, está hoy con fuerte custodia policial; y, en mi caso, tuve numerosos altercados con una persona que había sido acusada.
Esclarecer este crimen será sin dudas un canto de esperanza. Creará antecedentes a favor de que se resuelva más de un centenar de asesinatos en este país, y algunos de los otros 334 crímenes de periodistas perpetrados en los últimos 20 años en el continente americano.
agosto 28, 2008
Porno para Ricardo
La virtuosidad de la música no está en sus notas ni en sus ritmos, sino en el mensaje. A lo largo de los siglos, la música, a pesar de que pueda expresarse en idiomas ininteligibles, se ha transformado en el único lenguaje de valor universal capaz de provocar cambios. Tiene el poder de denunciar, emancipar, liberar.
Cuando ese mensaje es coartado, todos perdemos. Al limitarse la capacidad de expresión se comete un grave atentado al derecho del ser humano a hablar, opinar y al derecho de los demás a escuchar, disentir, aplaudir. No hay acción más grotesca que la censura.
Cuando esto ocurre, quienes se dedican como negocio a la música son los primeros que debieran “saltar”, no porque se deberían sentir directamente afectados, sino porque se afecta el derecho de todos a esa música universal, a escucharla, a consumirla. Los conciertos a favor de la paz, de la ecología, del sida, del hambre, son excelentes causas, pero el derecho a la libertad tiene un grado superlativo.
Mañana, 29 de agosto, el régimen cubano le hará un juicio sumarísimo a Gorki Aguila, líder de la banda rockera Porno para Ricardo, y bajo la figura de “peligrosidad delictiva”, y con un abogado estatal en su defensa, puede terminar cuatro años en la cárcel, por el mismo delito que están pagando más de 5.000 (sí, cinco mil) cubanos.
A Gorki lo arrestaron el lunes cuando estaba entrenándose en los ritmos de su nuevo álbum de protesta Comité Geriátrico Central, lo que equivale a cometer un delito de desacato contra las altas autoridades del país, que desde la revolución del 1959 se ha caracterizado por encarcelar a cualquiera que hable u opine (o si quiera piense) algo mal sobre ellas. El rock, y su desfachatez, siempre fue considerado un enemigo peligroso.
Pablo Milanés, Silvio Rodríguez y tantos otros de la nova trova, así como de otras disciplinas debieran defender el derecho a la libertad de Gorki. Son los primeros en la línea de responsabilidad. Pero también lo debieran hacer aquellos cantantes de todos lados, los profesionales y los que cantamos bajo la ducha, porque en realidad la afrenta contra Gorki es contra todos nosotros.
Cuando ese mensaje es coartado, todos perdemos. Al limitarse la capacidad de expresión se comete un grave atentado al derecho del ser humano a hablar, opinar y al derecho de los demás a escuchar, disentir, aplaudir. No hay acción más grotesca que la censura.
Cuando esto ocurre, quienes se dedican como negocio a la música son los primeros que debieran “saltar”, no porque se deberían sentir directamente afectados, sino porque se afecta el derecho de todos a esa música universal, a escucharla, a consumirla. Los conciertos a favor de la paz, de la ecología, del sida, del hambre, son excelentes causas, pero el derecho a la libertad tiene un grado superlativo.
Mañana, 29 de agosto, el régimen cubano le hará un juicio sumarísimo a Gorki Aguila, líder de la banda rockera Porno para Ricardo, y bajo la figura de “peligrosidad delictiva”, y con un abogado estatal en su defensa, puede terminar cuatro años en la cárcel, por el mismo delito que están pagando más de 5.000 (sí, cinco mil) cubanos.
A Gorki lo arrestaron el lunes cuando estaba entrenándose en los ritmos de su nuevo álbum de protesta Comité Geriátrico Central, lo que equivale a cometer un delito de desacato contra las altas autoridades del país, que desde la revolución del 1959 se ha caracterizado por encarcelar a cualquiera que hable u opine (o si quiera piense) algo mal sobre ellas. El rock, y su desfachatez, siempre fue considerado un enemigo peligroso.
Pablo Milanés, Silvio Rodríguez y tantos otros de la nova trova, así como de otras disciplinas debieran defender el derecho a la libertad de Gorki. Son los primeros en la línea de responsabilidad. Pero también lo debieran hacer aquellos cantantes de todos lados, los profesionales y los que cantamos bajo la ducha, porque en realidad la afrenta contra Gorki es contra todos nosotros.
agosto 27, 2008
Obama-McCain: Todavía estoy indeciso
En noviembre debutaré con mi voto en las elecciones presidenciales de Estados Unidos. Estoy ansioso. Pensé que a esta altura ya no estaría indeciso, pero lo soy. No me registré en ninguno de los dos partidos predominantes. No soy Demócrata ni Republicano. Soy independiente. Pensé que la Convención Demócrata y el discurso de Hillary Clinton de anoche me hubiesen decidido. No fue así.
Quienes me conocen, se sorprenden que no sea demócrata. Me encasillan como liberal, y se sorprenden aún más cuando me escuchan simpatizar con ideas más conservadoras; en lo económico sobretodo. Debería ser demócrata, soy más pro derechos humanos, y en 1976 mientras vivía en Dakota del Norte como estudiante becado, fui voluntario de la campaña demócrata de Carter-Dole. Pero no. Siempre me pareció que los demócratas son más hipócritas, en realidad igual de conservadores que los Republicanos, nada más que no lo admiten. Las diferencias no son muchas o no se advierten.
Todavía ni Obama ni McCain me han convencido. Sigo como indeciso y represento a un gran porcentaje de la población que está esperando una estocada especial. Como hispano me siento adulado por ambos partidos que están desesperados por ganar los votos de este segmento. En el 2000, por 237 votos, la Florida se convirtió en un estado republicano que le hizo perder la presidencia a Al Gore a pesar de que había ganado las elecciones voto por voto en el país. La lección de aquel sufragio en el que 237 papeletas inclinaron la balanza de todo un país, es que cada individuo cuenta y es importante.
Como buen indeciso vengo cambiando mi inclinación a cada minuto, según como soy influenciado por los medios, los discursos de los candidatos, por su raza y por su edad, por las decisiones que dicen que van a tomar y por quien representa mejor los intereses de mi billetera y quien promete un mejor país para mis hijos o mis futuros nietos. No estoy confundido, estoy alerta. Leo, veo, escucho y consumo información y opiniones. No es fácil tener claridad. A veces el corazón dice una cosa y la razón otra. Y al día siguiente a la inversa.
Hoy no votaría por ninguno de los dos. Pero quiero votar y no lo haré en blanco. Iré contando en posts periódicos (y en algunas líneas al final de aquellos que opino de otra cosa) como irá cambiando mi posición y mi voto de acuerdo a lo que lea, perciba y sienta. Creo que este ejercicio me ayudará a estar mejor enfocado y a tener una decisión más responsable.
Quienes me conocen, se sorprenden que no sea demócrata. Me encasillan como liberal, y se sorprenden aún más cuando me escuchan simpatizar con ideas más conservadoras; en lo económico sobretodo. Debería ser demócrata, soy más pro derechos humanos, y en 1976 mientras vivía en Dakota del Norte como estudiante becado, fui voluntario de la campaña demócrata de Carter-Dole. Pero no. Siempre me pareció que los demócratas son más hipócritas, en realidad igual de conservadores que los Republicanos, nada más que no lo admiten. Las diferencias no son muchas o no se advierten.
Todavía ni Obama ni McCain me han convencido. Sigo como indeciso y represento a un gran porcentaje de la población que está esperando una estocada especial. Como hispano me siento adulado por ambos partidos que están desesperados por ganar los votos de este segmento. En el 2000, por 237 votos, la Florida se convirtió en un estado republicano que le hizo perder la presidencia a Al Gore a pesar de que había ganado las elecciones voto por voto en el país. La lección de aquel sufragio en el que 237 papeletas inclinaron la balanza de todo un país, es que cada individuo cuenta y es importante.
Como buen indeciso vengo cambiando mi inclinación a cada minuto, según como soy influenciado por los medios, los discursos de los candidatos, por su raza y por su edad, por las decisiones que dicen que van a tomar y por quien representa mejor los intereses de mi billetera y quien promete un mejor país para mis hijos o mis futuros nietos. No estoy confundido, estoy alerta. Leo, veo, escucho y consumo información y opiniones. No es fácil tener claridad. A veces el corazón dice una cosa y la razón otra. Y al día siguiente a la inversa.
Hoy no votaría por ninguno de los dos. Pero quiero votar y no lo haré en blanco. Iré contando en posts periódicos (y en algunas líneas al final de aquellos que opino de otra cosa) como irá cambiando mi posición y mi voto de acuerdo a lo que lea, perciba y sienta. Creo que este ejercicio me ayudará a estar mejor enfocado y a tener una decisión más responsable.
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