noviembre 15, 2012

Ni triunfadores ni vencidos


Comparto con ustedes la columna del fin de semana pasado sobre las elecciones que parecieran que hubieran quedado en el pasado pretérito, dada las últimas instancias que sacuden a la opinión pública estadounidense en estos días, tras la renuncia a la CIA del general David Petraus y las implicaciones de sus relaciones premaritales.

Esta es mi columna sobre la victoria de Obama y la derrota de Romney:

La división en partes iguales del electorado estadounidense demanda moderación y humildad. Ni el inquilino de la Casa Blanca ni la mayoría republicana elegida para la Cámara de Diputados pueden sentirse triunfalistas. El llamado de los electores, incluido el 42% que no salió a votar, invita a demócratas y republicanos a la reconciliación.
No será fácil. Ninguno de los dos partidos querrá traicionar la confianza electoral de sus constituyentes. Pero si para diciembre no logran consenso sobre cómo resolver el abismo fiscal, sanear cuentas fiscales y que los 23 millones de desempleados empiecen a tener esperanza, corren el riesgo de impulsar otra recesión económica y mayor desconfianza en Washington.
Pese al triunfalismo mostrado en los medios de comunicación y las redes sociales, Barack Obama ganó pero no puede sentirse triunfador. Sacó menos votos que en 2008 cuando obtuvo más de 69 millones. Los republicanos no deben sentirse vencidos, en los estados que decidieron la contienda, como Ohio, Virginia y Florida, el margen de diferencia fue mínimo, casi del uno por ciento. Además, es normal que un presidente gane la relección; Obama es el noveno en lograrlo en los últimos 100 años, salvo excepciones más recientes como el demócrata Jimmy Carter y el republicano George Bush padre.
Del otro lado de la moneda, es importante observar que con más de 60 millones de votos, Obama ganó con más de lo que preveía. Mientras que Mitt Romney con casi 58 millones de votos, obtuvo un millón menos que John McCain en 2008. Y eso que McCain tenía enormes desventajas en comparación. Tuvo que defender dos guerras y una economía en picada que heredaba de George Bush hijo y no consiguió recaudar dinero para la contienda electoral.
Obama y Romney también perdieron juntos. La masiva concurrencia mostrada en imágenes de largas filas frente a las urnas, fue una ilusión óptica o producto de una mejor cobertura televisiva. Solo un 58 por ciento acudió a votar, cuatro puntos menos que en 2008 y dos menos que en 2004. La falta de movilización contrasta con una campaña electoral que, para todos los cargos en disputa, fue la más cara de la historia y del mundo, con un monto superior a los seis billones de dólares.
También perdió aquella frase de “Es la economía, estúpido” que definía las elecciones. Romney se aferró a criticar los yerros económicos de los primeros cuatro años de Obama, mientras que Obama logró esquivar el bulto castigando al extremismo de los republicanos más conservadores, imponiendo en la agenda temas como el aborto, los anticonceptivos, la inmigración, los matrimonios entre personas del mismo sexo, la salud pública y la legalización de las drogas.
Gracias a esos temas, el país todo es el que ganó. El mensaje es que el bolsillo no es lo único que importa, también el capital social. Eso quedó espejado en el nuevo Congreso que asumirá en enero, que a réplica de la demografía actual, contará con la mayor cantidad de mujeres y de hispanos de la historia. Habrá 20 mujeres en el Senado y 77 en la Cámara de Diputados. Los latinos tendrán 28 diputados y tres senadores y, además, los afroamericanos tendrán 43 legisladores y los asiático-americanos, 10. Cinco homosexuales y una congresista bisexual, también serán de la partida.
Los izquierdistas del mundo tampoco deben apoderarse de triunfalismo con Obama. La diferencia entre demócratas y republicanos tiene que ver con objetivos económicos y con el papel regulador del Estado, pero no con el remplazo del sector privado. La visión política y económica es la misma. Creen y defienden el libre mercado, las ideas y la creatividad, así como en los sagrados valores de libertad individual y persecución de la felicidad, establecidos en la Declaración de Independencia de 1776.   
Nadie puede sentirse triunfalista ni derrotado. La política estadounidense es cíclica y siempre el vencido reaparece con un candidato joven y prometedor. Bill Clinton, Barack Obama y George Bush hijo, demuestran que los partidos vuelven con mejores y jóvenes apuestas para recuperar la Casa Blanca.
Lo importante sería que para el 2016, demócratas y republicanos respeten esa mejor representación demográfica del país; y que los mejores candidatos a presidente, además de jóvenes, sean mujeres e hispanos.

noviembre 14, 2012

Incoherencia: Venezuela en DDHH

Hugo Chávez consiguió lo que pretendía, que Venezuela entre  al Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas ­a partir de enero próximo.

De esta forma, uno de los países que mas ha desacatado recomendaciones sobre el mejoramiento de derecho humanos en su territorio hechas por ese Consejo, y que desconoce las medidas y decisiones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y de la Corte Interamericana, será, contradictoriamente, una de las naciones que supervisará los DD HH en el mundo.

Según un cable de AP, entre 2011 y 2012, más de 70 países evaluaron la situación de los derechos humanos en Venezuela mediante el Examen Periódico Universal. Chavez acogió 97 recomendaciones y rechazó 38. 

Aceptó las generales sobre ratificación de pactos internacionales, sin embargo desacató todas aquellas que tuvieron que ver con libertad de expresión, de prensa, independencia judicial y sobre  detenciones arbitrarias, entre otras.

Chávez ha echado de su país a funcionarios de la CIDH, de Human Rights y no ha permitido e ingreso de otros organismos de supervisión de los derechos humanos. También, junto al presidente Rafael Correa de Ecuador, lidera la propuesta de reforma de la CIDH, que no es mas que una represalia por sus  decisiones sobre ambos países, es decir, una forma de neutralizara y hacerla menos autónoma de los países de la OEA.

El gobierno de Chávez en el Consejo de DDHH es una total incoherencia. No es la única.

noviembre 10, 2012

Cristina vs. Dilma; de nuevo


Hace poco escribí sobre las diferencias notables que Cristina de Kirchner y Dilma Rousseff tienen respecto a la filosofía de su mandato, haciendo un paralelismo sobre los discursos que ambas ofrecieron en la Universidad de Harvard, en diferentes actividades este año.
Aunque el dicho diga que las comparaciones son odiosas, creo que es la mejor manera para mostrar las realidades. En estos días, cuando en Brasil se está desarrollando uno de los juicios anti corrupción más grande de la historia que tiene como protagonistas al partido oficialista, y cuando en Argentina un amplio sector de la población salió a las calles el 8 de noviembre, cacerolas en mano, para protestar en contra de las poco eficaces medidas del gobierno en materia de seguridad y economía, una vez más, ambas mandatarias fueron muy transparentes sobre su visión política.
Durante la Conferencia Internacional Anticorrupción celebrada en Brasilia, la presidenta Rousseff hizo una destacada defensa del valor de la libertad de prensa y del flujo informativo, pese a decir que muchas veces la información es exagerada.
 "Es preferible el ruido de los periódicos al silencio de tumba de las dictaduras”, dijo la presidente brasileña, recordando épocas en que fue prisionera por tres años y torturada por la dictadura de su país. Una sentencia suficiente para comprender el valor que le da a la información, lo que además es consecuente con varias medidas adoptadas en Brasil para favorecer el flujo informativo, como la Ley de Acceso a la Información Pública.
Respecto a la transparencia y la corrupción, Rousseff recordó que es papel del Estado combatirla, mediante la Fiscalía General, la Policía Federal y la prensa libre; que hay más de 100 proyectos de ley en ese sentido y que se combate actualmente a través de órganos de control ético, de la Ley de Transparencia y de la Fiche Limpia, que impide a políticos presentarse a cargos electivos si tuvieron condenas en alguna instancia.
Por último, la mandataria hizo una defensa sobre el valor de las instituciones y dijo que no son ellas las que se corrompen, sino las personas.
Cristina de Kirchner, por otro lado, quien no es conocida por el valor que le da a la lucha contra la corrupción, considera que los medios de comunicación y los periodistas son los grandes conspiradores de su mandato, a los que les achaca todos los males que padece su gobierno. En el anterior cacerolazo y en el reciente del N8, la presidente argentina, cree que se esconde la mano de Clarín, La Nación y de otros diarios a los que acusa de luchar por sus intereses empresarios y que los que marcharon cacerola en mano no tenían idea de por qué lo hacían o que eran contratados por la oligarquía de la prensa nacional para hacerlo.

Cristina de Kirchner se mofó, ironizó y tuvo frases sarcásticas por doquier para desacreditar a muchos argentinos. Como siempre, el gobierno de Kirchner prefiere la confrontación al diálogo, la chicana a la tolerancia. Y lamentablemente, después de todo el descrédito que le achaca a los involucrados que se convocaron por Facebook, dice que en el país las marchas demuestran que existe amplia libertad de expresión.

Creo que en ese sentido, la presidenta se equivoca, de la misma forma que lo hace cuando habla del 54% de apoyo que obtuvo en las urnas. Primero, la libertad de expresión demanda tolerancia y respeto por las opiniones diversas y acciones en consecuencia, por ejemplo una ley de acceso a la información y, sobretodo, no tomar represalias contra quienes disienten. Segundo, el mandato mayor de una democracia no involucra el poder electoral – que dicho sea de paso muchas veces en Argentina, bajo cualquier tipo de gobierno fue manipulado y hubo más clientelismo que otra cosa – sino gobernar de cara a las minorías, construyendo un país incluyente, diverso y plural; y no tratar de des construir y crear clases diferentes de personas, cuya consecuencia será siempre un país dividido, polarizado y cada vez más alejado del bien común (léase) del bien de todos.
 
 

noviembre 08, 2012

Deber de escuchar… a las cacerolas


El gobierno de Cristina de Kirchner debe esta vez escuchar el ruido de las cacerolas de este N8 y actuar en consecuencia.

La protesta es masiva e indicativa que hay gran porcentaje de la población que estima que sus políticas están erradas. Es verdad que fue elegida por un 54% de los votos, pero a esta altura en lugar de desacreditar a quienes marchan o a sus motivaciones, el gobierno debería empezar por escuchar.

¿Cómo hacerlo en una situación tan polarizada donde tantas organizaciones, individuos y partidarios de sus políticas se podrían ofender si ella les diera la espalda? Simple. El gobierno podría utilizar a una empresa de medición de opiniones para que ausculte el sentimiento de la gente y pueda escuchar en forma directa cuales son los reclamos o la prioridad de los mismos: Si se trata de la seguridad, de la economía, de la relección, del cepo cambiario, de las faltas de libertades, de la arrogancia o la falta de confianza en los dirigentes, etc…

Midiendo esas opiniones podrá saber cuales son las prioridades de la gente, ya que a esta altura muchos son los temas y también es verdad que algunos pueden aprovechar a plantear sus intereses, lo que no necesariamente puede estar sincronizado con las verdaderas y más inquietantes necesidades. Y de esa forma podrá actuar en consecuencia, hacer ajustes y reformas y podrá también, como hoy lo expresó la Presidenta, no hacer cosas que crea que van en contra de sus principios, aunque deberá recordar que ella es empleada de todos, debe pretender el bien común no defender sus intereses. Debe sobretodo, no privilegiar a unos sectores sobre otros.

Un buen gobierno debe saber escuchar y debe tener la actitud de diálogo. Hoy Cristina de Kirchner tiene esa oportunidad. Gran parte de su pueblo se lo pide.

noviembre 07, 2012

Republicanos sin fiesta, como decían los sondeos


Nota a pedido del diario La Voz del Interior, Córdoba, Argentina, que redacté en la cobertura del acto final de los republicanos. Por Ricardo Trotti, especial desde Boston, 07/11/2012 00:01 por Ricardo Trotti

Entrada la noche, mientras se conocían los primeros resultados dentro de la sede central de campaña de Mitt Romney, en el Centro de Convenciones deBoston en el sur de la ciudad, miles de partidarios se enfocaban en sus teléfonos inteligentes, tabletas y en los monitores, para seguir los resultados con la misma ansiedad de semanas pasadas, cuando las encuestas nunca apostaron por un claro ganador.

Pero la ansiedad duró hasta las 23.14 de Boston, cuando sobrevino la frustración. Mientras en las pantallas gigantes del recinto las cadenas nacionales mostraban que Barack Obama acababa de alcanzar 273 electores, tres más de los requeridos para ocupar la Casa Blanca, y la multitud explotaba de alegría en Chicago, el presidente enviaba su primer tuit y sentencia de la noche: “Esto pasó debido a ustedes. Gracias”.

La noche nunca fue buena dentro del Centro de Convenciones. Nadie festejó cuando se anunciaron los primeros resultados con Romney cuando obtenía ocho electores por el estado de Kentucky y Obama sus primeros tres de Vermont.

De reojo, y con mayor atención, todos miraban a la pantalla gigante con los datos de la Florida, uno de los estados indecisos que, minuto a minuto, iba cambiando de color según se adelantaba el voto demócrata o el republicano, sabiendo que 29 electores eran esenciales para llegar a la Casa Blanca.

Poco a poco, temprano en la noche, las pantallas gigantes mostraban los votos de Indiana, Virginia, Carolina del Norte y Ohio, entre otros estados, y si bien Romney seguía favorecido por el voto popular, se sabía que la carrera en el Colegio Electoral iría por otra dirección, tal como las encuestas de boca de urna y sondeos previos habían pronosticado.

Nadie festejaba con la ventaja momentánea, sabiendo que sólo un milagro podría hacer que Nueva York con 29 electores, New Jersey 14 y Ohio con 18, renegaran de su tradición demócrata.

Nadie dentro del Centro parecía reparar que los republicanos mantendrían la Cámara de Diputados y con ello el balance de poderes en el gobierno. Todos estaban concentrados en la carrera cabeza a cabeza de Romney y en imágenes del ícono neoyorquino, el Empire State Building, en cuya cúspide dos luces, azul demócrata y roja republicana, trepaban según el conteo de electores.

Todo seguía bastante frío como la temperatura exterior de cero grados, donde quedó una multitud que no consiguió entradas al recinto.

Pero el baldazo llegó pasadas las 11 de la noche cuando se supo que Ohio, el estado clave, tenía clara tendencia demócrata y que Florida, con pocos votos por contar, también se quedaría con Obama. California, con 55 electores, nuevamente, como en muchas elecciones, ni siquiera contó a la hora de favorecer a Obama como estaba previsto.

Hubo varias derrotas para los republicanos en el recinto. La primera sobrevino cuando temprano los monitores mostraron que la demócrata Elizabeth Warren le quitó el puesto de senador por Massachusetts al republicano Scott Brown con el 52 por ciento de los votos.

Al cierre de esta edición, Mitt Romney y su entorno todavía aguardaban en el Hotel Westin cruzando la calle del Centro de Convenciones.

Pese a la frustración, la gente lo seguía aguardando con orgullo, banderitas en mano y mejor cara que la que le presentaron hace cuatro años al republicano John McCain, de quien se sabía que perdería antes de que se contaran los votos.

Romney anoche, pese a que perdió la presidencia, seguía teniendo una leve ventaja en el voto popular.

Y aunque no la mantuviera, seguro que es suficiente para que el reelecto presidente Obama gobierne pensando también en los cambios que esa mayoría eligió.

noviembre 06, 2012

Mi voto, hoy cuenta, y mucho


Comparto esta nota que me publicó hoy La Voz del Interior, Córdoba, Argentina.  
06/11/2012 01:01 | Por Ricardo Trotti (Especial desde Boston)

No es fácil votar en Estados Unidos cuando uno es independiente y quiere que su voto cuente. Depende mucho del estado en el que esté empadronado, la franja horaria donde vive y, sobre todo, cómo bloquear tanta información y propaganda política negativa que se cuela debajo de la puerta, por la televisión, Facebook y mensajes de texto.

Al no existir días de reflexión como en otros países, la propaganda y los discursos políticos tratan de arrancarle a uno la voluntad hasta el último minuto. Ayer la campaña de Barack Obama me pidió por correo electrónico que comparta en Facebook la curiosidad de que de las 30.542.975 personas que votaron en forma anticipada, 10.230 se llaman Ricardo. Y la de Romney, que asista a sus celebraciones de hoy en el Convention Center y a las del Boston Park Plaza Hotel, donde recalará Scott Brown, senador nacional republicano por Massachussets, quien busca su reelección.

El tironeo por la propaganda desgasta, pero lo bueno es que es pareja. A uno, como inmigrante latinoamericano, le llama la atención que el oficialismo no tiene ventajas, ni más medios para hacer propaganda ni usa los recursos del Estado como si fueran propios. Cabe la crítica que estas elecciones son las más caras de la historia, pero tranquiliza que gran parte del dinero provenga de donaciones y no de los contribuyentes.

El sistema de Colegio Electoral tiene desventajas. Los estados que realmente importan son los indecisos, el resto, entre ellos los más poblados y económicamente más importantes del país –Nueva York, Texas y California– no cuenta. Prueba de ello, es que los candidatos ni repararon en esos estados y se concentraron en el desconocido New Hampshire y en Nevada, que después de Las Vegas tiene pocos atractivos.

Estar empadronado en un estado decidido, desmotiva la responsabilidad democrática. Una persona amiga aquí en Massachusetts está desahuciada. Su voto castigo contra Romney no tiene valor, ya que Obama ganará fácilmente, por lo que envidia a quienes votamos en estados indecisos. Su único incentivo es que votará por Elizabeth Warren, candidata demócrata a senadora, quien buscará recuperar la banca que Ted Kennedy dejó tras su muerte en 2009.

El huso horario del estado al que uno pertenece también conspira. Muchos californianos y pobladores de estados del oeste terminan siendo espectadores de las elecciones para presidente. Votar con tres horas de atraso al resto del país, cuando resultados y sondeos a boca de urna, ya marcan la tendencia o el resultado final, desmotivan salir a votar para hacer una diferencia. Si a ello se le suma que de los ocho estados indecisos, los cinco más importantes están en el Este –Florida, Ohio, New Hampshire, Carolina del Norte y Virginia– las elecciones pueden terminar siendo un fiasco.

En mi caso, por suerte, mi voto contará. Soy hispano, parte de la minoría más grande de Estados Unidos con 50 millones de habitantes y un caudal de 12 millones de votantes cada vez más importante en el mapa político del país. Tengo domicilio en Florida, estado indeciso y del este, que permite el voto en ausencia y adelantado, por lo que mi esposa y yo, ya sufragamos hace dos semanas a través del correo con sobre con franqueo pagado.

Y a juzgar por cómo se definieron las elecciones de 2000 –la Corte Suprema de Florida tras un conteo manual de votos favoreció con los electores a George W. Bush dándole la presidencia– ser residente de la Florida es un privilegio.

noviembre 05, 2012

Otra apuesta de Romney



05/11/2012 01:01 | Ricardo Trotti (Especial desde Boston) para La Voz del Interior, Córdoba, Argentina

A pesar de que Mitt Romney tuvo una gestión exitosa al frente de la gobernación de Massachusetts en el período 2003-2007, mañana perderá las elecciones por amplio margen en ese estado.

Romney lo sabe y no le preo­cupa. Después de todo, Massachussetts está más inclinada a los demócratas no por ser tierra de la dinastía de los Kennedy, sino por el desgaste de los últimos cuatro gobernadores republicanos (1991-2007) y por sus propios errores. Cuando Romney decidió en 2005 no apostar a la reelección y aventurarse a buscar la nominación presidencial, esto le demandó ausentarse permanentemente del estado para formar su red de apoyo, lo que terminó por derrumbar su popularidad.

Por aquellas ausencias seguirá pagando castigo y por eso, sus varios logros de los que hizo gala en tres debates contra el presidente Barack Obama, no le servirán de nada. En Massachusetts, uno de los seis estados de la zona de Nueva Inglaterra, la más histórica y política del país, los errores se pagan caro.

El área metropolitana de Boston, donde Romney tiene su sede nacional de campaña y la Universidad de Harvard es centro focal en la localidad de Cambridge, parece ser una zona detenida en el 2008 post-George W. Bush, cuando hablar mal de Obama o a favor de algún republicano, sonaba a mala palabra o ser condenado al ostracismo.

Pese a que en la Facultad de Negocios de Harvard varios logros de Romney gobernador fueron casos de estudio, la mayoría de los académicos y del público reniega de los beneficios de aquella gobernación. Romney equilibró el presupuesto bajo acuerdo entre demócratas y republicanos, generó empleos, elevó a las escuelas públicas al primer puesto del desempeño educativo de la nación y creó un plan universal de salud, el “ Romneycare ”, con mayores ventajas de los que promete el Obamacare .

Con valor simbólico. Perdidos por perdidos los 11 votos electorales de este estado, Romney prefirió ir a la caza obsesiva de los cuatro del vecino New Hampshire, uno de los ocho todavía considerados in­decisos que podrían volcar la elección. Una casa familiar de descanso y una constante presencia en este estado, podrían darle la ventaja necesaria en una elección que se pronostica quedará definida por pequeñísimo margen.

New Hampshire, de escasos 1.3 millón de habitantes, es tradicionalmente importante. No sólo tiene el electorado más participativo del país con un 70 por ciento muy superior al 50 por ciento del promedio nacional, sino que es donde se empiezan a revelar los primeros resultados. También este estado acredita tener la mayor curiosidad electoral, por eso Obama, Romney y todos los periodistas, esperarán los resultados de las elecciones de la pequeña localidad de Dixville Notch, con sólo una veintena de votantes.

El conteo se podrá saber minutos después del lunes a la medianoche cuando terminen los sufragios apenas se abran las urnas ubicadas en el ya famoso y simbólico vestíbulo del hotel The Balsams . Aunque los resultados no necesariamente coinciden con los finales, seguro que les sirve a los candidatos para disipar las ansiedades y empezar a terminar el día más largo de sus vidas.


Tensión entre la verdad y la libertad

Desde mis inicios en el periodismo hasta mi actual exploración en la ficción, la relación entre verdad y libertad siempre me ha fascinado. S...