A una semana exacta del incidente en Ecuador comparto con ustedes la columna que publiqué en varios periódicos de las Américas.
La agresión de policías ecuatorianos contra las instituciones democráticas y el presidente Rafael Correa no tiene justificativo ni puede ser tolerada. Merece repulsa y castigo. Las fuerzas de seguridad no tienen derecho a levantarse ni a hacer huelgas, por consecuencias que fueron evidentes el jueves en Ecuador: caos, inseguridad, saqueos, muertos y heridos.
La reacción enérgica de la comunidad internacional se hizo sentir de inmediato. Los máximos organismos internacionales unieron sus voces a las de gobiernos de todo el mundo para reclamar por la institucionalidad del país, aunque se olvidaron de exigir plena libertad de prensa para que hubiera más transparencia sobre lo que sucedía y medir si los episodios eran tan preocupantes como los que en el pasado desembocaron en los golpes de Estado contra Abdalá Bucharam, Jamil Mauad y Lucio Gutiérrez.
Ahora que ha vuelto un poco la calma, cabe el preguntarse si el presidente Correa actuó a la altura de la investidura presidencial durante y después de las reyertas, y si su función fue liderar el orden y la tranquilidad o si su estilo arrogante y prepotente hizo más por azuzar el conflicto.
Sus actitudes y declaraciones durante el día y la noche del jueves no lo mostraron como un presidente firme, objetivo, capaz de controlar la situación o de buscar el orden y la calma; sino más bien como un individuo político, un jugador involucrado, con sesgo partidario y que se aprovechó de la situación para seguir polarizando al país.
En el día, en vez de mandar a las fuerzas armadas para controlar a los policías sublevados, Correa prefirió presentarse en el seno del conflicto y con micrófono en mano y tono electoral, desabotonándose la camisa y aflojándose la corbata, irrespetó la seguridad de la investidura presidencial. “Señores, si quieren matar al presidente, aquí está: mátenme si les da la gana, mátenme si tienen valor”, gritó desencajado.
Ese tono propagandístico, personalizado y victimizado siguió por la tarde desde el hospital, donde fue internado por las agresiones con gas lacrimógeno y donde quedó retenido por los policías sublevados. “De aquí salgo como presidente o salgo como cadáver”, declaró como tratando de demostrar un valor más allá de la Constitución le exige.
Por la noche, después del violento operativo de rescate, desde los balcones del Palacio de Corondelet, efusivo y exaltado ante una multitud convocada con pancartas de otras épocas, en vez de buscar el orden y pedir la calma a una población local e internacional bañada de incertidumbre, como se esperaría de un presidente respetuoso de los códigos democráticos, se olvidó de la justicia y prefirió personalizar el conflicto. Prometió castigos, nada de perdones, denunció conspiraciones, acusó al ex presidente Gutiérrez de intentar un golpe de Estado, atribuyó a la oposición ser miserable y a los partidos haber manipulado a los policías.
En fin, Correa usó durante todo el jueves los mismos términos beligerantes que son el rasgo característico de su Presidencia y que despliega en sus cadenas nacionales y discursos para descalificar a cualquiera que piense diferente, lo que ha degenerado en un clima rancio de confrontación y polarización en el país.
Ahora, ante el estado de sitio decretado por el gobierno los medios de comunicación electrónicos están obligados a solo propalar la voz oficial por cinco días, con lo cual se corre el riesgo de que la información siga siendo parcializada y utilizada como propaganda gubernamental.
Por ello fue que la Sociedad Interamericana de Prensa pidió que dentro de la preservación de la institucionalidad se restablezca la plena libertad de prensa, más necesaria en situaciones de crisis, cuando la ciudadanía requiere de información variada, plural e independiente de las fuentes de gobierno.
En los días sucesivos se deslindarán responsabilidades, se revertirá o no la ley de servicio público que cortó beneficios a las fuerzas de seguridad originando el conflicto, pero sobre todo dos cosas serán fundamentales para que Correa logre superar la situación: que reconsidere su estilo de gobernar, más cercano a las barricadas que a la institucionalidad y que devuelva la plena libertad de prensa como garantía de transparencia. En Ecuador no sólo se necesita preservar la democracia, sino que haya más democracia.
Quiero contarles sobre los procesos creativos de esta nueva historia sobre la verdad, la libertad y el miedo al futuro. Es mi nueva novela y espero publicarla cuando se sincronicen los planetas (las editoriales) o cuando se me acabe la paciencia y decida autopublicar -- Los contenidos de mi blog Prensa y Expresión están en el archivo. Blog por Ricardo Trotti
octubre 07, 2010
octubre 06, 2010
Chile-Argentina y los derechos humanos
La polémica entre los gobiernos de Chile y Argentina por el ex guerrillero chileno Galvarino Apablaza Guerra, muestra cuán diametralmente opuesta puede ser la perspectiva sobre los derechos humanos dependiendo si la óptica corresponde a Sebastián Piñera o a Cristina de Kirchner.
El gobierno chileno pidió la extradición del ex guerrillero de ese país, máximo dirigente del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR), por el asesinato del senador Jaime Guzmán y, entre otros crímenes, por el secuestro de Cristián Edwards. Tras el de extradición, el gobierno argentino prefirió concederles asilo político, basado en un manido argumento de que no tendría argumentos de debido proceso en su país.
Era obvio que Piñera se disgustaría, así como todos los líderes chilenos, quienes ven que en Argentina se discrimina en materia de derechos humanos, ya que se utiliza para juzgar o no olvidar las atrocidades de los militares, mientras se hace la vista gorda sobre los ex guerrilleros que también desgarraron el país con las armas y sus violaciones.
El gobierno argentino no actúa en forma muy objetiva, si se considera que hace unos cuantos días atrás, el discurso de la presidenta Kirchner ante la asamblea de la Naciones Unidas tuvo como objetivo reclamar al gobierno de Irán que extradite a los iraníes responsables del atentado contra la AMIA, asegurando que se garantizará un proceso justo y transparente.
Justamente lo que el gobierno chileno le ha asegurado al argentino sobre el caso Apablaza, además de que se trata de un ciudadano chileno que es buscado por cometer crímenes en su país.
Se trata de un grave error de cálculo del kirchnerismo. Debiera construir no destruir relaciones con quien debiera ser su mejor aliado.
El gobierno chileno pidió la extradición del ex guerrillero de ese país, máximo dirigente del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR), por el asesinato del senador Jaime Guzmán y, entre otros crímenes, por el secuestro de Cristián Edwards. Tras el de extradición, el gobierno argentino prefirió concederles asilo político, basado en un manido argumento de que no tendría argumentos de debido proceso en su país.
Era obvio que Piñera se disgustaría, así como todos los líderes chilenos, quienes ven que en Argentina se discrimina en materia de derechos humanos, ya que se utiliza para juzgar o no olvidar las atrocidades de los militares, mientras se hace la vista gorda sobre los ex guerrilleros que también desgarraron el país con las armas y sus violaciones.
El gobierno argentino no actúa en forma muy objetiva, si se considera que hace unos cuantos días atrás, el discurso de la presidenta Kirchner ante la asamblea de la Naciones Unidas tuvo como objetivo reclamar al gobierno de Irán que extradite a los iraníes responsables del atentado contra la AMIA, asegurando que se garantizará un proceso justo y transparente.
Justamente lo que el gobierno chileno le ha asegurado al argentino sobre el caso Apablaza, además de que se trata de un ciudadano chileno que es buscado por cometer crímenes en su país.
Se trata de un grave error de cálculo del kirchnerismo. Debiera construir no destruir relaciones con quien debiera ser su mejor aliado.
octubre 05, 2010
Círculos bolivarianos infantiles
Hugo Chávez sigue sumando y riéndose del mundo entero después de que perdió las elecciones hace 10 días atrás. En lugar de hacerle caso a las urnas que, como dije en el post anterior, le dieron el mandato de morigerar sus actitudes “comunistoides”, está haciendo todo lo contrario.
Ahora a sus declaraciones del domingo sobre que las milicias civiles deben estar armadas (más el hecho de que dos etarras declararon en España que recibieron entrenamiento en Venezuela, recordándonos las denuncias de un juez español de principios de año sobre la conexión ETA-Venezuela- FARC), en el inicio del año escolar, “fue más que la oportunidad para fortalecer el sistema comunal revolucionario y el modelo socialista”, como denunció desde sus páginas El Universal de Caracas.
En la inauguración de escuelas, liceos y un centro universitario ocurrido ayer, Chávez declaró que “todo esto es un regalo de la revolución”, después de hablar de los próximos "círculos bolivarianos infantiles para estudiar, divertirse y hablar de los problemas de la familia", similares a los que desde hace décadas en la Cuba de Castro sirven para ideologizar a los menores y niños enajenando sus pensamientos sobre sus propias familias.
Serán tres meses muy duros éstos, antes de que el nuevo Congreso con balances y contrapesos de la oposición arranque en enero de 2011. Mientras tanto, Chávez hará descalabros.
Ahora a sus declaraciones del domingo sobre que las milicias civiles deben estar armadas (más el hecho de que dos etarras declararon en España que recibieron entrenamiento en Venezuela, recordándonos las denuncias de un juez español de principios de año sobre la conexión ETA-Venezuela- FARC), en el inicio del año escolar, “fue más que la oportunidad para fortalecer el sistema comunal revolucionario y el modelo socialista”, como denunció desde sus páginas El Universal de Caracas.
En la inauguración de escuelas, liceos y un centro universitario ocurrido ayer, Chávez declaró que “todo esto es un regalo de la revolución”, después de hablar de los próximos "círculos bolivarianos infantiles para estudiar, divertirse y hablar de los problemas de la familia", similares a los que desde hace décadas en la Cuba de Castro sirven para ideologizar a los menores y niños enajenando sus pensamientos sobre sus propias familias.
Serán tres meses muy duros éstos, antes de que el nuevo Congreso con balances y contrapesos de la oposición arranque en enero de 2011. Mientras tanto, Chávez hará descalabros.
octubre 04, 2010
Chávez: milicias, locura desafiante
Era de esperar. Hugo Chávez perdió las elecciones y en vez de morigerar el alcance de gobierno como pidieron las urnas, reapareció desafiante el domingo con dos medidas que radicalizan la revolución bolivariana que la mayoría ya no quiere.
Pero así es Chávez. Se comporta con una locura desafiante. Ahora dijo que quiere que todas las milicias civiles del país que creó en 2005 deben estar armadas. Es obvio que lo que pretende es armar a la gente no para evitar una invasión del “imperio” como quiere aparentar, sino para intimidar a cualquier disidente o grupo de oposición interna.
El grave peligro es que en un país polarizado como lo ha convertido, la gente armada, sin entrenamiento policial o militar, podrá en cualquier momento alzarse en armas y comenzar una guerra civil sin mucha justificación. Basta recordar las PAC (Patrullas de Autodefensa Civil) creadas en Guatemala para combatir a los insurgentes, las que luego de la guerra civil, fueron las que cometieron los mayores abusos a los derechos humanos y el sector más difícil de aceptar el desarme o ser desarmadas.
Como militar, Chávez debería saber mejor a lo que está exponiendo a los ciudadanos venezolanos.
Pero así es Chávez. Se comporta con una locura desafiante. Ahora dijo que quiere que todas las milicias civiles del país que creó en 2005 deben estar armadas. Es obvio que lo que pretende es armar a la gente no para evitar una invasión del “imperio” como quiere aparentar, sino para intimidar a cualquier disidente o grupo de oposición interna.
El grave peligro es que en un país polarizado como lo ha convertido, la gente armada, sin entrenamiento policial o militar, podrá en cualquier momento alzarse en armas y comenzar una guerra civil sin mucha justificación. Basta recordar las PAC (Patrullas de Autodefensa Civil) creadas en Guatemala para combatir a los insurgentes, las que luego de la guerra civil, fueron las que cometieron los mayores abusos a los derechos humanos y el sector más difícil de aceptar el desarme o ser desarmadas.
Como militar, Chávez debería saber mejor a lo que está exponiendo a los ciudadanos venezolanos.
octubre 03, 2010
Corrupción detuvo a Dilma Rousseff
Dilma Rousseff había caído en las encuestas en la última semana debido a las denuncias de corrupción y tráfico de influencias en su contra y sus allegados, pero se esperaba que todavía tuviera suficiente techo para llevarse la Presidencia en la primera vuelta, tras sondeos que en el peor de los casos le daban el 52% de los votos.
Este domingo unos 136 millones de brasileños, con una abstención del 17%, le dijeron que no a la corrupción y no le dieron la oportunidad de haberse convertido en la primera mujer presidenta del país, por lo que habrá que esperar hasta el ballotage del 31 de octubre. Escrutados el 98% de las mesas, la delfín del presidente Lula da Silva consiguió un 47% de los votos, José Serra (Partido de la Social Democracia Brasileña) como mejor opositor consiguió el 33% y Marina Silva (Partido Verde) fue la sorpresa de la jornada con el 19%.
Lula no debe estar muy contento. Su 85% de popularidad después de ocho años de gobierno y su campaña a favor de su candidata particular, parecía la fórmula perfecta para que Rousseff obtuviera más del 50% de los votos.
La subida de Serra y la explosión de Silva en la última semana - las encuestas los daban a los dos muy por debajo de los porcentajes que sacaron - hablan a las claras de que las denuncias sobre corrupción y la pelea de Lula y Rousseff contra la prensa debido a esas acusaciones, fueron hoy los factores claves.
Este domingo unos 136 millones de brasileños, con una abstención del 17%, le dijeron que no a la corrupción y no le dieron la oportunidad de haberse convertido en la primera mujer presidenta del país, por lo que habrá que esperar hasta el ballotage del 31 de octubre. Escrutados el 98% de las mesas, la delfín del presidente Lula da Silva consiguió un 47% de los votos, José Serra (Partido de la Social Democracia Brasileña) como mejor opositor consiguió el 33% y Marina Silva (Partido Verde) fue la sorpresa de la jornada con el 19%.
Lula no debe estar muy contento. Su 85% de popularidad después de ocho años de gobierno y su campaña a favor de su candidata particular, parecía la fórmula perfecta para que Rousseff obtuviera más del 50% de los votos.
La subida de Serra y la explosión de Silva en la última semana - las encuestas los daban a los dos muy por debajo de los porcentajes que sacaron - hablan a las claras de que las denuncias sobre corrupción y la pelea de Lula y Rousseff contra la prensa debido a esas acusaciones, fueron hoy los factores claves.
octubre 02, 2010
Correa y sus maestros se aprovechan
El presidente ecuatoriano sabe cómo sacarle jugo a las situaciones conflictivas. Lo hizo en toda su Presidencia con su estilo arrogante y prepotente. La sublevación policial del jueves pasado le dio la excusa perfecta para tratar de posicionarse mejor en la política de su país, donde los grupos no solo de derecha, sino también de izquierda, están erosionando su base popular.
No hay evidencias claras de que el estúpido amotinamiento haya sido parte de un golpe de Estado por el ex presidente Lucio Gutiérrez, quien declaró desde Brasil que las alucinaciones de Correa solo tratan restarle credibilidad; además de que son infundados los fantasmas de los maestros del presidente ecuatoriano, Hugo Chávez y Fidel Castro, de que el “imperio” es el que estuvo detrás del supuesto golpe.
La única sorpresa esta vez con Correa es que atribuyó la reyerta del jueves a todos menos a la prensa. Es que no pudo sacar provecho de su veta anti mediática, ya que desde el hospital, desde donde estuvo secuestrado, según él, firmó el decreto de estado de sitio, por el que los medios electrónicos del país se tuvieron que encadenar. Obligados a propalar la “verdad oficial” no les pudo acusar de estar inmiscuidos o como promotores de las escaramuzas que fueron responsabilidad única de policías.
Los señalamientos de Correa y sus maestros de tirarle la responsabilidad a Estados Unidos es por demás boba. La sublevación de la policía y el irrespeto en contra de Correa se debió a una ley que le quita beneficios a los policías, así como al veto de numerosas leyes que demuestran el presidencialismo excesivo que supo acaparar con las reformas constitucionales, que también determinaron el principio de “muerte cruzada” establecido en la Constitución, que le permite cerrar el Congreso, como ya ha amenazado al menos en dos oportunidades.
La inestabilidad del Ecuador es producto de la forma de gobernar y de la personalidad de Correa, que con un temperamento desencajado, desbocado y confrontativo, que dejó traslucir el jueves durante todo el día, mostró a las claras el por qué su país está polarizado y dividido.
Desde ahora en adelante, con la ayuda del Unasur y las mentiras hacia el extranjero, Correa buscará ser más populista que antes y no sería descabellado que aproveche para justificar y profundizar su revolución.
No hay evidencias claras de que el estúpido amotinamiento haya sido parte de un golpe de Estado por el ex presidente Lucio Gutiérrez, quien declaró desde Brasil que las alucinaciones de Correa solo tratan restarle credibilidad; además de que son infundados los fantasmas de los maestros del presidente ecuatoriano, Hugo Chávez y Fidel Castro, de que el “imperio” es el que estuvo detrás del supuesto golpe.
La única sorpresa esta vez con Correa es que atribuyó la reyerta del jueves a todos menos a la prensa. Es que no pudo sacar provecho de su veta anti mediática, ya que desde el hospital, desde donde estuvo secuestrado, según él, firmó el decreto de estado de sitio, por el que los medios electrónicos del país se tuvieron que encadenar. Obligados a propalar la “verdad oficial” no les pudo acusar de estar inmiscuidos o como promotores de las escaramuzas que fueron responsabilidad única de policías.
Los señalamientos de Correa y sus maestros de tirarle la responsabilidad a Estados Unidos es por demás boba. La sublevación de la policía y el irrespeto en contra de Correa se debió a una ley que le quita beneficios a los policías, así como al veto de numerosas leyes que demuestran el presidencialismo excesivo que supo acaparar con las reformas constitucionales, que también determinaron el principio de “muerte cruzada” establecido en la Constitución, que le permite cerrar el Congreso, como ya ha amenazado al menos en dos oportunidades.
La inestabilidad del Ecuador es producto de la forma de gobernar y de la personalidad de Correa, que con un temperamento desencajado, desbocado y confrontativo, que dejó traslucir el jueves durante todo el día, mostró a las claras el por qué su país está polarizado y dividido.
Desde ahora en adelante, con la ayuda del Unasur y las mentiras hacia el extranjero, Correa buscará ser más populista que antes y no sería descabellado que aproveche para justificar y profundizar su revolución.
Escépticos periodistas mexicanos
Rabia, frustración, escepticismo y moderado optimismo conforman un coctel de sentimientos encontrados que tiene hoy la prensa en México, frente a la violencia del crimen organizado y la nueva reacción gubernamental para frenarla.
Rabia. Porque la prensa, particularmente la de las provincias, sigue siendo víctima del narcotráfico y de políticos o corruptos que contratan sicarios para matar y secuestrar periodistas, mientras los gobiernos federal y estatal juegan a enrostrarse responsabilidad, pero no actúan.
Frustración. Porque siente que la protección de las autoridades es inexistente y que el crimen sobrepasa la capacidad de las instituciones públicas y de seguridad. Publicar denuncias sobre el crimen organizado es, muchas veces, una acción suicida que ya se cobró la vida de 10 periodistas este 2010; o ser acusado por las autoridades de incentivar la violencia. Así, el periodismo opta por la autocensura y el silencio como mecanismos de autodefensa.
Escepticismo. Porque desconfía de las promesas que el presidente Felipe Calderón hizo esta semana para defender la libertad de prensa y proteger a los periodistas, ya que, pasados varios años de su mandato, no ha mostrado resultados y continúa la impunidad en más de 60 crímenes contra reporteros en el último lustro. Y porque no cree que el gobierno tendrá tiempo suficiente para impulsar reformas para que los delitos contra los informadores sean de orden federal, agravados y no prescriban.
Moderado optimismo. Porque la nueva fiscalía creada en julio para atender delitos contra la libertad de expresión y el sistema de evaluación de riesgos y seguridad para periodistas anunciado para octubre, a semejanza del modelo colombiano, son buenas iniciativas que demuestran mayor voluntad política, aunque se duda si darán buenos resultados sin recursos ni presupuesto adecuados.
El Diario, de Ciudad Juárez, la más violenta del país, puso en evidencia la rabia y la frustración esta semana con una editorial bajo el título “¿Qué quieren de nosotros?”, reclamándole al narcotráfico una tregua por el asesinato de otro de sus periodistas y reconociéndole como los únicos amos y señores de ese territorio. El reconocimiento al narco como autoridad de facto, fue un tiro de elevación y provocación al gobierno federal por la falta de justicia que garantiza y a su guerra contra el narcotráfico, que el diario considera ineficiente y perdida.
Muchos son los medios en el interior que piden más protección, que se aplique la ley, pero se sienten frustrados porque el crimen gana terreno. Ya no solo infiltra a las instituciones gubernamentales, sino al periodismo, como denunció Patricia Mercado, directora del periódico Imagen de Zacatecas, durante un foro que la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) y el Comité para la Protección de Periodistas (CPJ) organizaron en Ciudad de México.
Mercado denunció frustración ante el aumento de las amenazas contra periodistas y medios, y que buscan alternativas al silencio. Ramón Cantú, director de El Mañana de Nuevo Laredo, ha optado por omitir noticias sobre balaceras y escaramuzas a preferencia de análisis sobre temas de narcotráfico que aporten al debate social. Javier Garza, director de El Siglo de Torreón, dice que publica en el extranjero lo que calla a nivel local, con lo que consigue protección, y a la vez mayor resonancia.
Muchos consideran exagerado ser optimista con los anuncios que Felipe Calderón le hizo a la SIP y al CPJ. Otros, en cambio, creen que llegan en el momento apropiado. Justo cuando la prensa nacional acaba de sufrir secuestros en carne propia, prestándole ahora más atención al fenómeno de la violencia contra los periodistas, más dispuesta a trabajar unida y así presionar editorialmente al gobierno para que cumpla con lo prometido.
Pero sería un error que la prensa ejerciera presión solo en la creación de fiscalías especiales y órganos de seguridad para su propio beneficio, ya que el mejor resguardo para la libertad de expresión deviene del funcionamiento pleno de las instituciones y de la seguridad democrática.
Si lo que se busca es imitar el caso de Colombia, debe recordarse que el sistema de protección para la prensa colombiana fue más eficaz, una vez que el ex presidente Alvaro Uribe logró mayor gobernabilidad en general, al haber combatido exitosamente a las guerrillas, paramilitares y narcotraficantes.
Rabia. Porque la prensa, particularmente la de las provincias, sigue siendo víctima del narcotráfico y de políticos o corruptos que contratan sicarios para matar y secuestrar periodistas, mientras los gobiernos federal y estatal juegan a enrostrarse responsabilidad, pero no actúan.
Frustración. Porque siente que la protección de las autoridades es inexistente y que el crimen sobrepasa la capacidad de las instituciones públicas y de seguridad. Publicar denuncias sobre el crimen organizado es, muchas veces, una acción suicida que ya se cobró la vida de 10 periodistas este 2010; o ser acusado por las autoridades de incentivar la violencia. Así, el periodismo opta por la autocensura y el silencio como mecanismos de autodefensa.
Escepticismo. Porque desconfía de las promesas que el presidente Felipe Calderón hizo esta semana para defender la libertad de prensa y proteger a los periodistas, ya que, pasados varios años de su mandato, no ha mostrado resultados y continúa la impunidad en más de 60 crímenes contra reporteros en el último lustro. Y porque no cree que el gobierno tendrá tiempo suficiente para impulsar reformas para que los delitos contra los informadores sean de orden federal, agravados y no prescriban.
Moderado optimismo. Porque la nueva fiscalía creada en julio para atender delitos contra la libertad de expresión y el sistema de evaluación de riesgos y seguridad para periodistas anunciado para octubre, a semejanza del modelo colombiano, son buenas iniciativas que demuestran mayor voluntad política, aunque se duda si darán buenos resultados sin recursos ni presupuesto adecuados.
El Diario, de Ciudad Juárez, la más violenta del país, puso en evidencia la rabia y la frustración esta semana con una editorial bajo el título “¿Qué quieren de nosotros?”, reclamándole al narcotráfico una tregua por el asesinato de otro de sus periodistas y reconociéndole como los únicos amos y señores de ese territorio. El reconocimiento al narco como autoridad de facto, fue un tiro de elevación y provocación al gobierno federal por la falta de justicia que garantiza y a su guerra contra el narcotráfico, que el diario considera ineficiente y perdida.
Muchos son los medios en el interior que piden más protección, que se aplique la ley, pero se sienten frustrados porque el crimen gana terreno. Ya no solo infiltra a las instituciones gubernamentales, sino al periodismo, como denunció Patricia Mercado, directora del periódico Imagen de Zacatecas, durante un foro que la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) y el Comité para la Protección de Periodistas (CPJ) organizaron en Ciudad de México.
Mercado denunció frustración ante el aumento de las amenazas contra periodistas y medios, y que buscan alternativas al silencio. Ramón Cantú, director de El Mañana de Nuevo Laredo, ha optado por omitir noticias sobre balaceras y escaramuzas a preferencia de análisis sobre temas de narcotráfico que aporten al debate social. Javier Garza, director de El Siglo de Torreón, dice que publica en el extranjero lo que calla a nivel local, con lo que consigue protección, y a la vez mayor resonancia.
Muchos consideran exagerado ser optimista con los anuncios que Felipe Calderón le hizo a la SIP y al CPJ. Otros, en cambio, creen que llegan en el momento apropiado. Justo cuando la prensa nacional acaba de sufrir secuestros en carne propia, prestándole ahora más atención al fenómeno de la violencia contra los periodistas, más dispuesta a trabajar unida y así presionar editorialmente al gobierno para que cumpla con lo prometido.
Pero sería un error que la prensa ejerciera presión solo en la creación de fiscalías especiales y órganos de seguridad para su propio beneficio, ya que el mejor resguardo para la libertad de expresión deviene del funcionamiento pleno de las instituciones y de la seguridad democrática.
Si lo que se busca es imitar el caso de Colombia, debe recordarse que el sistema de protección para la prensa colombiana fue más eficaz, una vez que el ex presidente Alvaro Uribe logró mayor gobernabilidad en general, al haber combatido exitosamente a las guerrillas, paramilitares y narcotraficantes.
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