Como muchos, me quedé para seguir la entrevista que Univisión a través de Teresa Rodríguez le hizo al padre Alberto Cutié. No lo hubiese hecho por principios periodísticos, teniendo en cuenta que no comparto para nada la forma en como la televisión se excede para hacer de cualquier noticia una novela, máxime cuando se trata de temas de interés público como en este caso.
Pero bueno, no tuve más remedio que apoltronarme en el sillón y esperar que la estupidez acartonada de la televisión se desenvuelva de a poco para llegar a las mismas conclusiones que tuve desde el principio cuando me enteré, a través de la publicación de unas fotos en TV Notas, que habían sorprendido al padre Alberto revolcándose en la playa de Miami, casi en el umbral de su parroquia de Miami Beach con una parroquiana.
Después de esta entrevista sostengo lo mismo que desde el principio. A pesar de que se trata de hacer ver a esto como un problema de celibato, no es más que un problema de infidelidad de parte del cura para con los votos sacerdotales, con el agravante de que se ha formado un escándalo porque su conducta impropia – no con la vida de hombre, sino de sacerdote – fue pública. Nada más que eso.
El tipo es un buen tipo nadie puede negarlo, como tampoco se puede negar que se trata de una celebridad y que le encanta y se siente cómodo de estar frente a las cámaras y de escuchar su voz. Acaso algún periodista de televisión – como él lo es – ¿no es también narcisista? Como el jueves pasado después de la entrevista, noté que habló con falta de humildad, inmadurez, displicencia y desafiante, aunque nada me molestó. Da la sensación que ahora debería ir al programa de Don Francisco para seguir este peregrinaje mediático. Ya estuvo en CBS y buscará él y otros canales mayor rating.
Todo lo que dijo, sobre que estaba enamorado, de que la Iglesia es del siglo dieciocho y él del veintiuno y sobre que al celibato lo respeta, pero que no es para él, no es nada nuevo ni sorprendente. Me parece que es dueño de sus actos, que sabe lo que hace y que pronto decidirá que hacer por fuera de la Iglesia. Será una persona de éxito y creo que como a cualquiera hay que desearle lo mejor. Se lo merece como cualquiera de nosotros.
Para cerrar con este caso, me quedaron algunas cosas en el tintero que tienen que ver con el periodismo y su comportamiento.
a) Me pareció excelente que este hecho saliera a la luz pero me sorprendió que algunos medios no quisieron sacarlo antes. Las fotos fueron tomadas en febrero y se publicaron en mayo. Si TV Notas pudo pagar por las fotos, no entiendo cómo las televisoras no pudieron hacerlo con lo ricas que son. Creo que hubo algo de manipulación de tratar de no dar una noticia para no perjudicar a alguien. Al menos sino hubo manipulación si hubo omisión. Conducta muy reprobable.
b) Univisión me parece deleznable lo que hizo a nombre del periodismo. Repito, un medio no puede demorar cuatro días para terminar de dar una noticia cuando se trata de algo tan importante. Trató al público con mucha falta de respeto, como si todo su público fuera una audiencia de telenovela.
c) El Miami Herald hizo un sondeo de opinión este fin de semana donde preguntó de todo, sobre el celibato, sobre la Iglesia, sobre la simpatías hacia el cura Alberto, pero lo que no hizo fue la pregunta que debería haber hecho y que se trata de la acción del cura de haber hecho público una relación con una mujer en la playa. Pareció como que las preguntas favorecían al protagonista, y de esa forma polarizó al público poniendo a unos en contra de los otros, cuando en realidad el tema aquí no era la personalidad del cura, sino su conducta, si fue correcta o impropia.
d) Muchos periodistas, incluso uno de la radio FM de Miami, participaron en la marcha frente a la parroquia del cura con cartelón en mano a su favor. Un periodista hasta protagonizó una pelea con un anciano, mientras que muchos en la radio y la TV se mostraron públicamente a favor del “amigo y colega”, sin reparar que los periodistas no deben ser protagonistas, sino tratar de acercar al público la mayor cantidad de información para que pueda desarrollar una opinión y criterio propios. Muchos periodistas (no todos) fueron masa, y no iluminaron, y eso para mí fue el gran pecado de los medios en estos días, especialmente a un principio tan básico del periodismo.
e) La Voz Católica, el semanario de la Iglesia aquí de Miami, sigue guardando un silencio que ya dejó de ser prudente, y en este época de comunicaciones, creo que el padre Alberto tiene razón de que estamos no solo ante una institución de otro siglo, sino con también con un medio de otro siglo. La Iglesia necesita ahora salir a iluminar.
Quiero contarles sobre los procesos creativos de esta nueva historia sobre la verdad, la libertad y el miedo al futuro. Es mi nueva novela y espero publicarla cuando se sincronicen los planetas (las editoriales) o cuando se me acabe la paciencia y decida autopublicar -- Los contenidos de mi blog Prensa y Expresión están en el archivo. Blog por Ricardo Trotti
mayo 12, 2009
mayo 11, 2009
Padre Alberto y Jaime Bayly
Muchos periodistas y medios, a su manera, se están aprovechando de la novela del padre Alberto. Uno de ellos es Jaime Bayly, el periodista peruano que hace muy bien su papel sarcástico en contra de los dictadores como Fidel Castro y Hugo Chávez, ya que le responde en su propia moneda, pero no lo hace bien cuando mezcla cuestiones sexuales, para lo que él es, más que periodista, un protagonista.
Sobre el padre Alberto, fue el primer periodista que en su programa de Miami lo apañó sin importarle de que se trataba, simplemente dijo que era bueno que haya mantenido relaciones sexuales, que debería irse de la Iglesia, una entidad que no podía ser santa ni sabia, si condenaba el aborto, las relaciones sexuales de los curas o si no toleraba a la homosexualidad. Eso fue el jueves por la noche. El viernes, un día después, al haber escuchado al cura Alberto su confesión en su entrevista por Univisión, no había para él un peor cura y ser humano. Muchos sospechan porque el cura no le dio a él sino a Univisión su entrevista, sino además porque pidió perdón por haber cometido una infidelidad contra su feligresía y los votos del sacerdocio al haber mantenido una relación amorosa con una mujer, volviendo a repetir la historia de muchos de que “mejor con una mujer, antes que un niño o un varón”.
Bayly tendría que comprender que la Iglesia siempre fue muy tolerante con el homosexualismo, solo debería mirar al interior de la Iglesia. Por muchos siglos, cuando el homosexualismo no era aceptado dentro de las familias, existían muchas vocaciones disfrazadas, de hombres que preferían el celibato de la Iglesia para esconder su preferencia sexual.
Obviamente Bayly no tiene mucha autoridad para hablar de cuestiones morales, toda vez que en su programa pregona a favor de la promiscuidad y del homosexualismo, aspectos sobre los que no tengo nada en contra, pero de ahí a ensalzarlos como una condición humana virtuosa hay mucha diferencia. En todo caso, habría que pensar que un alto porcentaje de los abusos sexuales contra menores varones en la Iglesia fueron cometidos por curas que tenían tendencia marcadamente homosexual.
Estimo que este es otro tema que debe tenerse en cuenta en cualquier tipo de debate, de lo contrario va a terminar pareciendo que periodistas como Bayly, quien defiende el homosexualismo, siempre tendrán razón y que los equivocados en este mundo son los que no tienen preferencias por las personas del mismo sexo.
Sobre el padre Alberto, fue el primer periodista que en su programa de Miami lo apañó sin importarle de que se trataba, simplemente dijo que era bueno que haya mantenido relaciones sexuales, que debería irse de la Iglesia, una entidad que no podía ser santa ni sabia, si condenaba el aborto, las relaciones sexuales de los curas o si no toleraba a la homosexualidad. Eso fue el jueves por la noche. El viernes, un día después, al haber escuchado al cura Alberto su confesión en su entrevista por Univisión, no había para él un peor cura y ser humano. Muchos sospechan porque el cura no le dio a él sino a Univisión su entrevista, sino además porque pidió perdón por haber cometido una infidelidad contra su feligresía y los votos del sacerdocio al haber mantenido una relación amorosa con una mujer, volviendo a repetir la historia de muchos de que “mejor con una mujer, antes que un niño o un varón”.
Bayly tendría que comprender que la Iglesia siempre fue muy tolerante con el homosexualismo, solo debería mirar al interior de la Iglesia. Por muchos siglos, cuando el homosexualismo no era aceptado dentro de las familias, existían muchas vocaciones disfrazadas, de hombres que preferían el celibato de la Iglesia para esconder su preferencia sexual.
Obviamente Bayly no tiene mucha autoridad para hablar de cuestiones morales, toda vez que en su programa pregona a favor de la promiscuidad y del homosexualismo, aspectos sobre los que no tengo nada en contra, pero de ahí a ensalzarlos como una condición humana virtuosa hay mucha diferencia. En todo caso, habría que pensar que un alto porcentaje de los abusos sexuales contra menores varones en la Iglesia fueron cometidos por curas que tenían tendencia marcadamente homosexual.
Estimo que este es otro tema que debe tenerse en cuenta en cualquier tipo de debate, de lo contrario va a terminar pareciendo que periodistas como Bayly, quien defiende el homosexualismo, siempre tendrán razón y que los equivocados en este mundo son los que no tienen preferencias por las personas del mismo sexo.
Chávez; loco por los medios
El presidente venezolano, Hugo Chávez, no está en su sano juicio, democráticamente hablando. Está loco por los medios de comunicación a los que amenaza constantemente con cerrar como si se tratara de empresas que deben estar a su servicio.
El problema de estas amenazas, es que Chávez cuando empieza a repetir algo en forma sistemática es como que va alistando a toda su “tropa”, entiéndase poderes Legislativo y Judicial para actuar en consecuencia. Así lo hizo anteriormente en mayo de 2007 cuando cerró Radio Caracas Televisión (RCTV), cantaleta que empezó seis meses antes durante uno de sus “Aló presidente” en diciembre de 2007.
A ello hay que sumarle que a raíz de que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos pidió mayor respeto al Estado venezolano por las violaciones a esos derechos fundamentales, Chávez amenazó nuevamente que se retiraría de la OEA. Algo realmente incongruente, si se considera que hace un par de semanas en Trinidad y Tobago, y unas semanas antes, fue el abanderado y promotor de que Cuba estuviera en la agenda de dicha reunión y, especialmente, para que el gobierno de los Castro sea restituido a la OEA.
Volviendo al tema de su obsesión por los medios, uno tiene que admitir que Chávez es uno de los presidentes más congruentes que hay, especialmente cuando amenaza ya que siempre termina cumpliendo lo que dice. Es congruente, además, con la promesa que hizo después de ganar el último referendo, sobre que ahora vendría la profundización del socialismo. Desde entonces repartió tierras, confiscó empresas, nacionalizó petroleras y parte de la industria alimenticia
En su edición 330 “Aló presidente” de ayer domingo, Chávez dijo una serie de barbaridades en contra de los medios, pero sobretodo poniéndolos también a éstos debajo de su estrategia socialista para lo cual la asamblea legislativa está preparando la Ley de Propiedad Social, cuyo artículo 5 dice: “El Ejecutivo Nacional, cuando se determine la existencia de bienes cuya actividad productiva no esté orientada a satisfacer las necesidades reales de la población o no se corresponda con los intereses nacionales (...) podrá decretar la adquisición forzosa, mediante justa indemnización y pago oportuno de la totalidad de un bien o de varios bienes y declararlos de propiedad social".
Ayer, Chávez fue consecuente contra los medios, especialmente contra Globovisión, empresa a la que se la tiene jurada. “Una cosa es la crítica y otra cosa es la conspiración”, dijo y advirtió a los dueños de medios que se “pueden llevar una sorpresita en cualquier momento”. Al director de Globovisión, Alberto Federico Ravell, lo calificó como “un loco sin cañón” y aseguró que las emisiones de la cadena se acabarán “o me dejo de llamar Hugo Rafael Chávez Frías”.
¿Cual fue la bronca esta vez contra Globovisión, o mejor dicho la excusa? El 4 de mayo cuando se registró un sismo de 5.4 grados de intensidad en caracas, Globovisión informó primero que el gobierno o los medios informativos del gobierno. Debido a ello, CONATEL (Comisión Nacional de Telecomunicaciones) le abrió un procedimiento administrativo mediante el cual podría inhabilitar a la televisora temporalmente.
Hay dos procedimientos administrativos, además del reciente, que tienen que ver con las declaraciones de un entrevistado, el periodista Rafael Poleo, quien dijo que Chávez podría terminar como el dictador italiano Benito Musolini y otro por haber emitido declaraciones de Henrique Salas, gobernador de Carabobo, quien habría declarado su victoria antes de que se dieran los resultados oficiales en las elecciones de noviembre pasado.
Chávez está alistando toda su artillería, con la nueva ley, con CONATEL y con declaraciones como las de Nicolás maduro, el canciller, quien hoy declaró: “Saludamos acompañamos y respaldamos las medidas que el Estado tome en contra de Globovisión”.
En realidad con un presidente boquiabierto como Chávez, no es difícil que salgan sus acólitos como Maduro, para quejarse de una televisora que informó sobre un sismo. Maduro agregó sobre Ravell: "Ha lanzado a Globovisión por un despeñadero del terrorismo mediático y la conspiración y los acusamos como violadores de la Constitución y los derechos de todos los venezolanos".
Es obvio que el gobierno de Venezuela está creando las condiciones necesarias – léanse excusas y justificaciones – para cerrar a Globovisión y otros medios.
El problema de estas amenazas, es que Chávez cuando empieza a repetir algo en forma sistemática es como que va alistando a toda su “tropa”, entiéndase poderes Legislativo y Judicial para actuar en consecuencia. Así lo hizo anteriormente en mayo de 2007 cuando cerró Radio Caracas Televisión (RCTV), cantaleta que empezó seis meses antes durante uno de sus “Aló presidente” en diciembre de 2007.
A ello hay que sumarle que a raíz de que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos pidió mayor respeto al Estado venezolano por las violaciones a esos derechos fundamentales, Chávez amenazó nuevamente que se retiraría de la OEA. Algo realmente incongruente, si se considera que hace un par de semanas en Trinidad y Tobago, y unas semanas antes, fue el abanderado y promotor de que Cuba estuviera en la agenda de dicha reunión y, especialmente, para que el gobierno de los Castro sea restituido a la OEA.
Volviendo al tema de su obsesión por los medios, uno tiene que admitir que Chávez es uno de los presidentes más congruentes que hay, especialmente cuando amenaza ya que siempre termina cumpliendo lo que dice. Es congruente, además, con la promesa que hizo después de ganar el último referendo, sobre que ahora vendría la profundización del socialismo. Desde entonces repartió tierras, confiscó empresas, nacionalizó petroleras y parte de la industria alimenticia
En su edición 330 “Aló presidente” de ayer domingo, Chávez dijo una serie de barbaridades en contra de los medios, pero sobretodo poniéndolos también a éstos debajo de su estrategia socialista para lo cual la asamblea legislativa está preparando la Ley de Propiedad Social, cuyo artículo 5 dice: “El Ejecutivo Nacional, cuando se determine la existencia de bienes cuya actividad productiva no esté orientada a satisfacer las necesidades reales de la población o no se corresponda con los intereses nacionales (...) podrá decretar la adquisición forzosa, mediante justa indemnización y pago oportuno de la totalidad de un bien o de varios bienes y declararlos de propiedad social".
Ayer, Chávez fue consecuente contra los medios, especialmente contra Globovisión, empresa a la que se la tiene jurada. “Una cosa es la crítica y otra cosa es la conspiración”, dijo y advirtió a los dueños de medios que se “pueden llevar una sorpresita en cualquier momento”. Al director de Globovisión, Alberto Federico Ravell, lo calificó como “un loco sin cañón” y aseguró que las emisiones de la cadena se acabarán “o me dejo de llamar Hugo Rafael Chávez Frías”.
¿Cual fue la bronca esta vez contra Globovisión, o mejor dicho la excusa? El 4 de mayo cuando se registró un sismo de 5.4 grados de intensidad en caracas, Globovisión informó primero que el gobierno o los medios informativos del gobierno. Debido a ello, CONATEL (Comisión Nacional de Telecomunicaciones) le abrió un procedimiento administrativo mediante el cual podría inhabilitar a la televisora temporalmente.
Hay dos procedimientos administrativos, además del reciente, que tienen que ver con las declaraciones de un entrevistado, el periodista Rafael Poleo, quien dijo que Chávez podría terminar como el dictador italiano Benito Musolini y otro por haber emitido declaraciones de Henrique Salas, gobernador de Carabobo, quien habría declarado su victoria antes de que se dieran los resultados oficiales en las elecciones de noviembre pasado.
Chávez está alistando toda su artillería, con la nueva ley, con CONATEL y con declaraciones como las de Nicolás maduro, el canciller, quien hoy declaró: “Saludamos acompañamos y respaldamos las medidas que el Estado tome en contra de Globovisión”.
En realidad con un presidente boquiabierto como Chávez, no es difícil que salgan sus acólitos como Maduro, para quejarse de una televisora que informó sobre un sismo. Maduro agregó sobre Ravell: "Ha lanzado a Globovisión por un despeñadero del terrorismo mediático y la conspiración y los acusamos como violadores de la Constitución y los derechos de todos los venezolanos".
Es obvio que el gobierno de Venezuela está creando las condiciones necesarias – léanse excusas y justificaciones – para cerrar a Globovisión y otros medios.
El padre Alberto, novela para el alma
Esta semana imagino que será de definiciones para varios protagonistas de la nueva novela sobre el padre Alberto Cutié. Seguirá dando una nueva andanada de entrevistas en CBS, en los medios escritos y culminará con sus palabras sobre cuando se casará en el fin de la entrega de la saga en Univisión mañana martes por la noche. Toda una celebridad.
Veremos y comentaremos que pasa en estos días. Por supuesto que esta es una novela apasionante ya que tiene mucho de los condimentos de la vida humana y que nos aquejan y regocijan cada día, debido a que en ellas podemos reflejar nuestras opiniones y sentimientos sobre lo que pensamos, lo que debemos hacer y lo que hacemos, todas cosas diferentes. Esta novela es una ventana a nuestra alma, y por eso nos mueve y conmueve. Ya no es sobre el padre Alberto.
Ya alejados de la fecha del escándalo cuando se dieron a conocer las fotos en la playa el martes pasado, todos tuvimos tiempo de pensar, reflexionar y opinar. Una mayoría continúa con la tesitura de que el cura no hizo nada mala y que todo su traspié se le debe al problema del celibato.
Tras ese pensamiento social, muy importante para animar a la Iglesia a continuar con el debate sobre el celibato – por cierto no es un tema nuevo ni una discusión nueva en la Iglesia, aunque ahora para muchos se hizo un tema popular gracias a la novela actual - es bueno tener en cuenta que no se trata del celibato sino más bien de una conducta impropia de parte del cura. Es decir, creo que para ver la realidad hay que separar la paja del trigo.
Una cosa es el celibato – a lo que como persona y católico me parece absurdo este tema dentro de la Iglesia así como la discriminación contra la mujer para que pueda ejercer el sacerdocio – y otra es que el cura haya contrariado una regla en vigencia y que él sabía que estaba en vigencia, cuya conducta, además, afecta a los demás clérigos.
Tras su confesión pública – más absurda aún por presentarse en traje de sacerdote – del jueves pasado de que tenía novia, veremos qué dirá la jerarquía de la Iglesia a partir de hoy. Creo que ya se acabó el tiempo y la Iglesia no debe demorar una expresión por más incómoda que resulte. Cualquier decisión le será incómoda a un grupo de gente.
Los medios seguirán jugando un papel importante. Hoy por ejemplo The Miami Herald publicó un sondeo de opinión entre 400 personas hecho este fin de semana, revelando que la mayoría, un 78% respalda al padre Alberto, un 10% lo rechaza y el resto no sabe.
Un 81% está de acuerdo con que la prohibición de que los curas se casen es anticuada y un 16% en desacuerdo. Sobre su suspensión temporal para ejercer funciones como párrocos un 57% está de acuerdo con la disposición de la Arquidiócesis y un 33% está en contra. Un 74% se opone al celibato y 22% está de acuerdo; mientras que un 64% piensa que los curas no son célibes durante su vida sacerdotal y el 20% que sí.
Estos números de la encuesta sobre el celibato son prácticamente muy similares a los que se establecen en este blog, y de paso agradezco a todos los que han dejando comentarios y sus votos, reflejados a la derecha de su pantalla.
Veremos y comentaremos que pasa en estos días. Por supuesto que esta es una novela apasionante ya que tiene mucho de los condimentos de la vida humana y que nos aquejan y regocijan cada día, debido a que en ellas podemos reflejar nuestras opiniones y sentimientos sobre lo que pensamos, lo que debemos hacer y lo que hacemos, todas cosas diferentes. Esta novela es una ventana a nuestra alma, y por eso nos mueve y conmueve. Ya no es sobre el padre Alberto.
Ya alejados de la fecha del escándalo cuando se dieron a conocer las fotos en la playa el martes pasado, todos tuvimos tiempo de pensar, reflexionar y opinar. Una mayoría continúa con la tesitura de que el cura no hizo nada mala y que todo su traspié se le debe al problema del celibato.
Tras ese pensamiento social, muy importante para animar a la Iglesia a continuar con el debate sobre el celibato – por cierto no es un tema nuevo ni una discusión nueva en la Iglesia, aunque ahora para muchos se hizo un tema popular gracias a la novela actual - es bueno tener en cuenta que no se trata del celibato sino más bien de una conducta impropia de parte del cura. Es decir, creo que para ver la realidad hay que separar la paja del trigo.
Una cosa es el celibato – a lo que como persona y católico me parece absurdo este tema dentro de la Iglesia así como la discriminación contra la mujer para que pueda ejercer el sacerdocio – y otra es que el cura haya contrariado una regla en vigencia y que él sabía que estaba en vigencia, cuya conducta, además, afecta a los demás clérigos.
Tras su confesión pública – más absurda aún por presentarse en traje de sacerdote – del jueves pasado de que tenía novia, veremos qué dirá la jerarquía de la Iglesia a partir de hoy. Creo que ya se acabó el tiempo y la Iglesia no debe demorar una expresión por más incómoda que resulte. Cualquier decisión le será incómoda a un grupo de gente.
Los medios seguirán jugando un papel importante. Hoy por ejemplo The Miami Herald publicó un sondeo de opinión entre 400 personas hecho este fin de semana, revelando que la mayoría, un 78% respalda al padre Alberto, un 10% lo rechaza y el resto no sabe.
Un 81% está de acuerdo con que la prohibición de que los curas se casen es anticuada y un 16% en desacuerdo. Sobre su suspensión temporal para ejercer funciones como párrocos un 57% está de acuerdo con la disposición de la Arquidiócesis y un 33% está en contra. Un 74% se opone al celibato y 22% está de acuerdo; mientras que un 64% piensa que los curas no son célibes durante su vida sacerdotal y el 20% que sí.
Estos números de la encuesta sobre el celibato son prácticamente muy similares a los que se establecen en este blog, y de paso agradezco a todos los que han dejando comentarios y sus votos, reflejados a la derecha de su pantalla.
mayo 10, 2009
Infodemias
,Parece que pasó una eternidad desde que el 23 de abril el gobierno mexicano anunció el brote de gripe porcina. En unos pocos días, una contagiosa pero también beneficiosa avalancha informativa nos volvió conscientes y precavidos sobre los alcances de esta pandemia. Ya somos expertos y críticos en virus, síntomas y tipos de mascarillas.
Cierto es también, que los rumores de boca en boca, la especulación y el sensacionalismo informativo pueden provocar en el público un estado de pánico y sicosis, tan contraproducente como el contagio que se quiere detener. Esta epidemia informativa o “infodemia” es inevitable, resultado de la curiosidad innata, de la premura por los detalles y las urgencias por las primicias. La única cura para este mal es la decisión de público para elegir a conciencia los medios de su mayor confianza y credibilidad.
Los medios de comunicación suelen hacer un buen papel en el manejo de las emergencias y urgencias. Informan con rapidez, orientan sobre prevención y fiscalizan el desempeño de organismos de ayuda y gobiernos. George Bush los debió soportar por su ineficacia ante el huracán Katrina; lo mismo que el hondureño Carlos Flores ante Mitch y ahora Cristina de Kirchner por el incontrolable contagio del dengue en Argentina.
A pesar de su connotación negativa, la “infodemia”, así como la información responsable, ayuda a que los gobiernos reaccionen con mayor antelación. Ese factor fue clave en la rapidez con la que actuó el gobierno mexicano para cerrar escuelas y estadios ante la gripe porcina, a diferencia de la notable reacción lenta del gobierno chino hace tres años para anunciar el brote de la gripe aviaria. Cuando no hay un sistema libre de medios de comunicación y el Estado es el que los domina, como el caso chino o el cubano en nuestro continente, los gobiernos pueden manipular los tiempos, las decisiones y esconder fracasos o ensalzar logros. No significa que en los mercados libres eso no ocurra, pero ciertamente la fiscalización de la prensa y la presión social, demandan respuestas más urgentes.
Pero tampoco se trata de clasificar a los medios como buenos y a los gobiernos como malos. A los primeros les cabe mucha responsabilidad, especialmente para evitar que el debate se desvíe hacia la búsqueda de culpables. En esa confrontación, se torna peligroso que el público se adhiera a actitudes discriminatorias, como las que despertó la gripe aviaria contra chinos y asiáticos en todo el mundo o algunos sentimientos anti inmigratorios que ya aparecieron en algunos medios de Estados Unidos contra los mexicanos. La segregación y el aislamiento que por muchos años sufrieron los contagiados por el SIDA, es una lección sobre cuán frágil es la sociedad cuando la información no es responsable.
Las crisis de salubridad no son tan severas cuando abundan las noticias, más allá de si existe o no la cura. Si bien la globalización es un factor clave del contagio masivo, también es una ventaja que las informaciones, incluyendo las campañas de prevención y control, viajen a la velocidad de la luz. Las pestes y epidemias del pasado, cuando las noticias no eran rápidas ni simultáneas, costaron millones de vidas; en cambio, en esta época, el SARS, las gripes aviaria y porcina, las epidemias de dengue, cólera y de la vaca loca, aunque con irresponsables tardanzas en su reconocimiento oficial, no generaron altos índices de mortalidad como se temía.
Las críticas contra el periodismo también se centran en que si bien tiene una alta capacidad reactiva ante los problemas, no suele profundizar en el día después o sobre problemas estratégicos que afectan a sectores más vulnerables, como los campesinos, pobres y desplazados. Después de todo, si bien la gripe porcina crea pánico, también es importante considerar que las diferentes enfermedades contagiosas en el mundo matan silenciosamente a 1.5 millones de personas al día y que las catástrofes se cobran la vida de 1.5 millones de víctimas por mes.
Tal vez un sentido de importancia por sobre la urgencia, podría estimular en los medios coberturas más imperiosas sobre otras epidemias más silenciosas que la actual. De esa forma, instituciones como la Organización Mundial de la Salud y la Panamericana, no quedarían tan huérfanas en sus luchas.
Cierto es también, que los rumores de boca en boca, la especulación y el sensacionalismo informativo pueden provocar en el público un estado de pánico y sicosis, tan contraproducente como el contagio que se quiere detener. Esta epidemia informativa o “infodemia” es inevitable, resultado de la curiosidad innata, de la premura por los detalles y las urgencias por las primicias. La única cura para este mal es la decisión de público para elegir a conciencia los medios de su mayor confianza y credibilidad.
Los medios de comunicación suelen hacer un buen papel en el manejo de las emergencias y urgencias. Informan con rapidez, orientan sobre prevención y fiscalizan el desempeño de organismos de ayuda y gobiernos. George Bush los debió soportar por su ineficacia ante el huracán Katrina; lo mismo que el hondureño Carlos Flores ante Mitch y ahora Cristina de Kirchner por el incontrolable contagio del dengue en Argentina.
A pesar de su connotación negativa, la “infodemia”, así como la información responsable, ayuda a que los gobiernos reaccionen con mayor antelación. Ese factor fue clave en la rapidez con la que actuó el gobierno mexicano para cerrar escuelas y estadios ante la gripe porcina, a diferencia de la notable reacción lenta del gobierno chino hace tres años para anunciar el brote de la gripe aviaria. Cuando no hay un sistema libre de medios de comunicación y el Estado es el que los domina, como el caso chino o el cubano en nuestro continente, los gobiernos pueden manipular los tiempos, las decisiones y esconder fracasos o ensalzar logros. No significa que en los mercados libres eso no ocurra, pero ciertamente la fiscalización de la prensa y la presión social, demandan respuestas más urgentes.
Pero tampoco se trata de clasificar a los medios como buenos y a los gobiernos como malos. A los primeros les cabe mucha responsabilidad, especialmente para evitar que el debate se desvíe hacia la búsqueda de culpables. En esa confrontación, se torna peligroso que el público se adhiera a actitudes discriminatorias, como las que despertó la gripe aviaria contra chinos y asiáticos en todo el mundo o algunos sentimientos anti inmigratorios que ya aparecieron en algunos medios de Estados Unidos contra los mexicanos. La segregación y el aislamiento que por muchos años sufrieron los contagiados por el SIDA, es una lección sobre cuán frágil es la sociedad cuando la información no es responsable.
Las crisis de salubridad no son tan severas cuando abundan las noticias, más allá de si existe o no la cura. Si bien la globalización es un factor clave del contagio masivo, también es una ventaja que las informaciones, incluyendo las campañas de prevención y control, viajen a la velocidad de la luz. Las pestes y epidemias del pasado, cuando las noticias no eran rápidas ni simultáneas, costaron millones de vidas; en cambio, en esta época, el SARS, las gripes aviaria y porcina, las epidemias de dengue, cólera y de la vaca loca, aunque con irresponsables tardanzas en su reconocimiento oficial, no generaron altos índices de mortalidad como se temía.
Las críticas contra el periodismo también se centran en que si bien tiene una alta capacidad reactiva ante los problemas, no suele profundizar en el día después o sobre problemas estratégicos que afectan a sectores más vulnerables, como los campesinos, pobres y desplazados. Después de todo, si bien la gripe porcina crea pánico, también es importante considerar que las diferentes enfermedades contagiosas en el mundo matan silenciosamente a 1.5 millones de personas al día y que las catástrofes se cobran la vida de 1.5 millones de víctimas por mes.
Tal vez un sentido de importancia por sobre la urgencia, podría estimular en los medios coberturas más imperiosas sobre otras epidemias más silenciosas que la actual. De esa forma, instituciones como la Organización Mundial de la Salud y la Panamericana, no quedarían tan huérfanas en sus luchas.
mayo 08, 2009
"Sí, estoy enamorado, dijo el padre Alberto
Hacía rato que como periodista no quedaba incrédulo ante lo que escuchaba.
Con una sonrisa franca, abierta y tranquila, el padre Alberto Cutié admitió que “sí estoy enamorado”, durante la entrevista que en el programa Primer Impacto de Univisión le hizo Teresa Rodríguez.
Abro paréntesis (la entrevista no fue en directo, sino grabada, y seguirá el martes con la respuesta a la pregunta de Rodríguez: “¿te gustaría casarte?”. Obviamente estamos frente a un caso de corrupción informativa, ya que en un caso de actualidad como éste, de sumo interés público que los medios han azuzado… esperar a tres días para ver el final de una confesión de culpas que debería costarle a cualquier cura la expulsión de la Iglesia, es obviamente una trama novelesca muy bien orquestada con el sólo interés de un rating que escapa a toda norma periodística. La entrevista de Teresa Rodríguez muy buena, al menos lo que se vio, no fue agresiva sino que hizo preguntas adecuadas para tratar de que el entrevistado se sintiera cómodo y relajado y hablara. Pero cuando anunció que recién se revelará el martes, ya toda credibilidad se vino abajo y lo periodístico se desmoronó para dejar paso al show televisivo) cierro paréntesis.
Sigo con lo importante:
“Sí estoy enamorado – dijo el padre Alberto – me atrae su fe, su vida de oración, de espiritualidad”.
Antes esta confesión, lo primero que pensé es que estaría pensando el arzobispo de Miami que el martes pasado emitió un comunicado disculpándose con los feligreses que pudieran estar ofendidos y pidiendo que lo dejen tranquilo al padre Alberto por un período porque le había pedido un tiempo para la oración y la reflexión. También pensé que este domingo el arzobispo estará ordenando a un grupo de sacerdotes en Miami.
Cuando la periodista le preguntó sino consideraba que era medio irónico que él estuviera violando un compromiso con Dios, el padre se disculpó diciendo que el amor no se podía planificar y que siempre había cumplido con Dios y con todas las herramientas que la Iglesia le daba.
“Traté de serle fiel a Cristo pero fallé”, dijo para luego pedir disculpas a los feligreses, agregando que “les pido perdón, pero nunca pediré perdón por amar a una mujer”.
“No me arrepiento de enamorarme, no lo planifiqué”.
Cuando la periodista le preguntó sobre por qué había hecho pública su conducta en la playa, el padre Alberto le contestó que “yo sabía que Dios me estaba mirando. Dios no condena, es muy grande, es amor, la Iglesia es otra cosa, la gente es otra cosa, muchos son como jueces…”.
La respuesta de él fue más evasiva cuando la periodista le preguntó si su pareja le había pedido que deje el sacerdocio. Dio bastantes vueltas para contestar.
Al final del programa, Teresa Rodríguez dejó el suspenso con la pregunta ¿te gustaría casarte?, prolongando de esa forma un hecho que tiene todos los ingredientes de noticia, convirtiéndola en una inexcusable novela comercial.
¿Qué sensación me quedó a mí, si es que le interesa? Es muy difícil poner todos los sentimientos en el asador. Me pareció un tipo, más que tranquilo y reflexivo – tal la imagen que podía tener de él – una persona inmadura, egoísta, sin la sabiduría de la prudencia y de no saberse poner en los zapatos del otro. Me pareció que es un tipo genuinamente flechado, cuyo desenvolvimiento como celebridad le ha hecho creer que no está atolondrado. Me pareció más un producto de la televisión y con la frivolidad de un tipo que desde la comodidad de una diócesis acomodada ofrece consejos a una comunidad también acomodada. No vi en él a ninguno de los tres votos a los que voluntariamente adhirió: castidad (mostró que no le importa), obediencia (habló antes de tiempo) y pobreza (porque en su mundo no la tiene ni la vive).
No quiero ser injusto con él. Ha hecho cosas muy buenas de repente por esta comunidad. Pero tampoco quiero ser injusto con los demás curas, muchos de los cuales sin el carácter de celebridad con las que pueden enceguecer los medios – en especial la TV – tienen que trabajar muy duro para construir un mundo mejor.
Les agradezco que me lean y también si pueden leer mi columna donde trato de explicar que el problema del cura Alberto, no es una cuestión de celibato, sino un simple asunto de infidelidad. Se publicará entre este sábado y domingo, en varios diarios latinoamericanos.
Con una sonrisa franca, abierta y tranquila, el padre Alberto Cutié admitió que “sí estoy enamorado”, durante la entrevista que en el programa Primer Impacto de Univisión le hizo Teresa Rodríguez.
Abro paréntesis (la entrevista no fue en directo, sino grabada, y seguirá el martes con la respuesta a la pregunta de Rodríguez: “¿te gustaría casarte?”. Obviamente estamos frente a un caso de corrupción informativa, ya que en un caso de actualidad como éste, de sumo interés público que los medios han azuzado… esperar a tres días para ver el final de una confesión de culpas que debería costarle a cualquier cura la expulsión de la Iglesia, es obviamente una trama novelesca muy bien orquestada con el sólo interés de un rating que escapa a toda norma periodística. La entrevista de Teresa Rodríguez muy buena, al menos lo que se vio, no fue agresiva sino que hizo preguntas adecuadas para tratar de que el entrevistado se sintiera cómodo y relajado y hablara. Pero cuando anunció que recién se revelará el martes, ya toda credibilidad se vino abajo y lo periodístico se desmoronó para dejar paso al show televisivo) cierro paréntesis.
Sigo con lo importante:
“Sí estoy enamorado – dijo el padre Alberto – me atrae su fe, su vida de oración, de espiritualidad”.
Antes esta confesión, lo primero que pensé es que estaría pensando el arzobispo de Miami que el martes pasado emitió un comunicado disculpándose con los feligreses que pudieran estar ofendidos y pidiendo que lo dejen tranquilo al padre Alberto por un período porque le había pedido un tiempo para la oración y la reflexión. También pensé que este domingo el arzobispo estará ordenando a un grupo de sacerdotes en Miami.
Cuando la periodista le preguntó sino consideraba que era medio irónico que él estuviera violando un compromiso con Dios, el padre se disculpó diciendo que el amor no se podía planificar y que siempre había cumplido con Dios y con todas las herramientas que la Iglesia le daba.
“Traté de serle fiel a Cristo pero fallé”, dijo para luego pedir disculpas a los feligreses, agregando que “les pido perdón, pero nunca pediré perdón por amar a una mujer”.
“No me arrepiento de enamorarme, no lo planifiqué”.
Cuando la periodista le preguntó sobre por qué había hecho pública su conducta en la playa, el padre Alberto le contestó que “yo sabía que Dios me estaba mirando. Dios no condena, es muy grande, es amor, la Iglesia es otra cosa, la gente es otra cosa, muchos son como jueces…”.
La respuesta de él fue más evasiva cuando la periodista le preguntó si su pareja le había pedido que deje el sacerdocio. Dio bastantes vueltas para contestar.
Al final del programa, Teresa Rodríguez dejó el suspenso con la pregunta ¿te gustaría casarte?, prolongando de esa forma un hecho que tiene todos los ingredientes de noticia, convirtiéndola en una inexcusable novela comercial.
¿Qué sensación me quedó a mí, si es que le interesa? Es muy difícil poner todos los sentimientos en el asador. Me pareció un tipo, más que tranquilo y reflexivo – tal la imagen que podía tener de él – una persona inmadura, egoísta, sin la sabiduría de la prudencia y de no saberse poner en los zapatos del otro. Me pareció que es un tipo genuinamente flechado, cuyo desenvolvimiento como celebridad le ha hecho creer que no está atolondrado. Me pareció más un producto de la televisión y con la frivolidad de un tipo que desde la comodidad de una diócesis acomodada ofrece consejos a una comunidad también acomodada. No vi en él a ninguno de los tres votos a los que voluntariamente adhirió: castidad (mostró que no le importa), obediencia (habló antes de tiempo) y pobreza (porque en su mundo no la tiene ni la vive).
No quiero ser injusto con él. Ha hecho cosas muy buenas de repente por esta comunidad. Pero tampoco quiero ser injusto con los demás curas, muchos de los cuales sin el carácter de celebridad con las que pueden enceguecer los medios – en especial la TV – tienen que trabajar muy duro para construir un mundo mejor.
Les agradezco que me lean y también si pueden leer mi columna donde trato de explicar que el problema del cura Alberto, no es una cuestión de celibato, sino un simple asunto de infidelidad. Se publicará entre este sábado y domingo, en varios diarios latinoamericanos.
El padre Alberto está ahora en Univisión
Como todo en esta vida, la novela de los amoríos públicos del padre Alberto Cutié en las playas de Miami va a un ritmo vertiginoso, y en alguna medida esa velocidad se pudiera estar tornando en algo peligroso que pudiera convertir a este escándalo en algo demasiado bochornoso para mucha gente.
¡Apareció la mujer y el cura está hablando por Univisión en primer Impacto! La Iglesia tiembla.
Un par de hechos se registraron en estas horas que pudieran tergiversar todo el rico debate que se está produciendo en la sociedad respecto al celibato, a los votos sacerdotales, a la autocrítica de la Iglesia, a la venganza de la gente por una Iglesia que no ratificó a tiempo los abusos sexuales del pasado reciente, y a un revuelo de mucha gente y de denominaciones religiosas que quieren pescar al carismático padre Alberto para llevarlo a sus redes.
Analicemos algunos incidentes nuevos, algo preocupantes:
Vida pública: Un hecho importante es que se identificó a la “bendita” mujer, esa que por días todos buscaban o imaginaban y que el padre Alberto no quiso identificar para no perjudicarla. Es guatemalteca, no colombiana, y según los medios de Miami se llama Ruhama Buni Canellis. Tiene 35 años, uno o dos hijos y para ganarse la vida fue desde terapista hasta vendedora de inmuebles.
Hasta ahí todo bien, pero sucede que los medios hasta dieron la dirección de su domicilio y otras señas particulares que no vienen tanto al caso. Equivocándose un poco, creo, y tratándola a ella como un personaje público de la misma estatura del cura. Ella no es un personaje público, y si bien tuvo un desliz público que pone a su identidad en esa línea delgada entre lo público y lo privado, esa duda debería generar cierta compasión para no acosarla, al menos, públicamente. Aclarado esto no quiere decir que el periodismo deba quedarse con los brazos cruzados, todo lo contrario, debe indagarla porque de repente puede encontrar algunos indicios relevantes que sí podrían ser relevantes – lo que no es necesario es mostrarla excesivamente en los medios – como por ejemplo, la historia cambiaría si esta persona protagonista fuera prostituta, o estuviera enferma de SIDA o si fuera una persona que llegó al padre por necesidades migratorias, o si es una parienta, o un señuelo para luego extorsionar a la Iglesia; o por el contrario, que es una persona normal, con sentimientos muy especiales hacia el padre, que le ha pedido casamiento y que juntos se hayan cansado de esperar por una excusa del Vaticano que siempre es demorosa.
Ella es uno de esos casos que puede ser persona pública debido a una circunstancia especial, pero que no ha escogido ser pública. El padre Alberto es todo lo contrario y ahí es donde deben estar enfilados todos los cañones.
El padre Alberto está hablando: Imagino que la Iglesia, toda la curia está temblando. Pensé que cuando esta semana él y el arzobispo dijeron que entrarían en un período de reflexión y oración, ello ayudaría a bajar los decibeles, a calmar las aguas y a buscar una decisión favorable para uno y otro, para la iglesia y el sacerdocio. Pero la cosa está adquiriendo otro ribete.
El padre Alberto se olvidó de la virtud de la prudencia – tal vez del voto de la obediencia también – y se puso contento frente a las cámaras de Univisión siendo entrevistado por teresa Rodríguez. Dijo, muy resulto frente a las cámaras que hace unos 10 años que conocía a su amante, aunque no admitió que la relación amorosa hubiera empezado hace mucho, aunque sí supo que desde que la conoció, le gustó mucho. Dijo que las fotos fueron tomadas en febrero – no en marzo – en una playa aquí en el norte de Miami y que como estaba vacía decidieron ir ahí, pero que pronto se dio cuenta de que alguien podría estar sacándole fotos porque vió que tenía una cámara de fotografías.
Tal vez lo más sorprendente, es que si bien dijo que se disculpaba por algunas personas a las que hubiera podido ofender, quería que todo el mundo supiera que debajo de la sotana él llevaba bien puestos los pantalones, en una sugerencia que debería entenderse como que se definía como no homosexual.
La pregunta que dejó teresa Rodríguez en el aire: ¿estás enamorado?
Seguiré en unos minutos, mientras tanto les anuncio que mi columna de mañana en El Nuevo Herald de Miami y en varios diarios de América Latina trato de hacer ver que este tema no tiene nada que ver con el celibato, sino con la infidelidad.
¡Apareció la mujer y el cura está hablando por Univisión en primer Impacto! La Iglesia tiembla.
Un par de hechos se registraron en estas horas que pudieran tergiversar todo el rico debate que se está produciendo en la sociedad respecto al celibato, a los votos sacerdotales, a la autocrítica de la Iglesia, a la venganza de la gente por una Iglesia que no ratificó a tiempo los abusos sexuales del pasado reciente, y a un revuelo de mucha gente y de denominaciones religiosas que quieren pescar al carismático padre Alberto para llevarlo a sus redes.
Analicemos algunos incidentes nuevos, algo preocupantes:
Vida pública: Un hecho importante es que se identificó a la “bendita” mujer, esa que por días todos buscaban o imaginaban y que el padre Alberto no quiso identificar para no perjudicarla. Es guatemalteca, no colombiana, y según los medios de Miami se llama Ruhama Buni Canellis. Tiene 35 años, uno o dos hijos y para ganarse la vida fue desde terapista hasta vendedora de inmuebles.
Hasta ahí todo bien, pero sucede que los medios hasta dieron la dirección de su domicilio y otras señas particulares que no vienen tanto al caso. Equivocándose un poco, creo, y tratándola a ella como un personaje público de la misma estatura del cura. Ella no es un personaje público, y si bien tuvo un desliz público que pone a su identidad en esa línea delgada entre lo público y lo privado, esa duda debería generar cierta compasión para no acosarla, al menos, públicamente. Aclarado esto no quiere decir que el periodismo deba quedarse con los brazos cruzados, todo lo contrario, debe indagarla porque de repente puede encontrar algunos indicios relevantes que sí podrían ser relevantes – lo que no es necesario es mostrarla excesivamente en los medios – como por ejemplo, la historia cambiaría si esta persona protagonista fuera prostituta, o estuviera enferma de SIDA o si fuera una persona que llegó al padre por necesidades migratorias, o si es una parienta, o un señuelo para luego extorsionar a la Iglesia; o por el contrario, que es una persona normal, con sentimientos muy especiales hacia el padre, que le ha pedido casamiento y que juntos se hayan cansado de esperar por una excusa del Vaticano que siempre es demorosa.
Ella es uno de esos casos que puede ser persona pública debido a una circunstancia especial, pero que no ha escogido ser pública. El padre Alberto es todo lo contrario y ahí es donde deben estar enfilados todos los cañones.
El padre Alberto está hablando: Imagino que la Iglesia, toda la curia está temblando. Pensé que cuando esta semana él y el arzobispo dijeron que entrarían en un período de reflexión y oración, ello ayudaría a bajar los decibeles, a calmar las aguas y a buscar una decisión favorable para uno y otro, para la iglesia y el sacerdocio. Pero la cosa está adquiriendo otro ribete.
El padre Alberto se olvidó de la virtud de la prudencia – tal vez del voto de la obediencia también – y se puso contento frente a las cámaras de Univisión siendo entrevistado por teresa Rodríguez. Dijo, muy resulto frente a las cámaras que hace unos 10 años que conocía a su amante, aunque no admitió que la relación amorosa hubiera empezado hace mucho, aunque sí supo que desde que la conoció, le gustó mucho. Dijo que las fotos fueron tomadas en febrero – no en marzo – en una playa aquí en el norte de Miami y que como estaba vacía decidieron ir ahí, pero que pronto se dio cuenta de que alguien podría estar sacándole fotos porque vió que tenía una cámara de fotografías.
Tal vez lo más sorprendente, es que si bien dijo que se disculpaba por algunas personas a las que hubiera podido ofender, quería que todo el mundo supiera que debajo de la sotana él llevaba bien puestos los pantalones, en una sugerencia que debería entenderse como que se definía como no homosexual.
La pregunta que dejó teresa Rodríguez en el aire: ¿estás enamorado?
Seguiré en unos minutos, mientras tanto les anuncio que mi columna de mañana en El Nuevo Herald de Miami y en varios diarios de América Latina trato de hacer ver que este tema no tiene nada que ver con el celibato, sino con la infidelidad.
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