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mayo 08, 2009

El padre Alberto está ahora en Univisión

Como todo en esta vida, la novela de los amoríos públicos del padre Alberto Cutié en las playas de Miami va a un ritmo vertiginoso, y en alguna medida esa velocidad se pudiera estar tornando en algo peligroso que pudiera convertir a este escándalo en algo demasiado bochornoso para mucha gente.
¡Apareció la mujer y el cura está hablando por Univisión en primer Impacto! La Iglesia tiembla.
Un par de hechos se registraron en estas horas que pudieran tergiversar todo el rico debate que se está produciendo en la sociedad respecto al celibato, a los votos sacerdotales, a la autocrítica de la Iglesia, a la venganza de la gente por una Iglesia que no ratificó a tiempo los abusos sexuales del pasado reciente, y a un revuelo de mucha gente y de denominaciones religiosas que quieren pescar al carismático padre Alberto para llevarlo a sus redes.
Analicemos algunos incidentes nuevos, algo preocupantes:
Vida pública: Un hecho importante es que se identificó a la “bendita” mujer, esa que por días todos buscaban o imaginaban y que el padre Alberto no quiso identificar para no perjudicarla. Es guatemalteca, no colombiana, y según los medios de Miami se llama Ruhama Buni Canellis. Tiene 35 años, uno o dos hijos y para ganarse la vida fue desde terapista hasta vendedora de inmuebles.
Hasta ahí todo bien, pero sucede que los medios hasta dieron la dirección de su domicilio y otras señas particulares que no vienen tanto al caso. Equivocándose un poco, creo, y tratándola a ella como un personaje público de la misma estatura del cura. Ella no es un personaje público, y si bien tuvo un desliz público que pone a su identidad en esa línea delgada entre lo público y lo privado, esa duda debería generar cierta compasión para no acosarla, al menos, públicamente. Aclarado esto no quiere decir que el periodismo deba quedarse con los brazos cruzados, todo lo contrario, debe indagarla porque de repente puede encontrar algunos indicios relevantes que sí podrían ser relevantes – lo que no es necesario es mostrarla excesivamente en los medios – como por ejemplo, la historia cambiaría si esta persona protagonista fuera prostituta, o estuviera enferma de SIDA o si fuera una persona que llegó al padre por necesidades migratorias, o si es una parienta, o un señuelo para luego extorsionar a la Iglesia; o por el contrario, que es una persona normal, con sentimientos muy especiales hacia el padre, que le ha pedido casamiento y que juntos se hayan cansado de esperar por una excusa del Vaticano que siempre es demorosa.
Ella es uno de esos casos que puede ser persona pública debido a una circunstancia especial, pero que no ha escogido ser pública. El padre Alberto es todo lo contrario y ahí es donde deben estar enfilados todos los cañones.
El padre Alberto está hablando: Imagino que la Iglesia, toda la curia está temblando. Pensé que cuando esta semana él y el arzobispo dijeron que entrarían en un período de reflexión y oración, ello ayudaría a bajar los decibeles, a calmar las aguas y a buscar una decisión favorable para uno y otro, para la iglesia y el sacerdocio. Pero la cosa está adquiriendo otro ribete.
El padre Alberto se olvidó de la virtud de la prudencia – tal vez del voto de la obediencia también – y se puso contento frente a las cámaras de Univisión siendo entrevistado por teresa Rodríguez. Dijo, muy resulto frente a las cámaras que hace unos 10 años que conocía a su amante, aunque no admitió que la relación amorosa hubiera empezado hace mucho, aunque sí supo que desde que la conoció, le gustó mucho. Dijo que las fotos fueron tomadas en febrero – no en marzo – en una playa aquí en el norte de Miami y que como estaba vacía decidieron ir ahí, pero que pronto se dio cuenta de que alguien podría estar sacándole fotos porque vió que tenía una cámara de fotografías.
Tal vez lo más sorprendente, es que si bien dijo que se disculpaba por algunas personas a las que hubiera podido ofender, quería que todo el mundo supiera que debajo de la sotana él llevaba bien puestos los pantalones, en una sugerencia que debería entenderse como que se definía como no homosexual.
La pregunta que dejó teresa Rodríguez en el aire: ¿estás enamorado?
Seguiré en unos minutos, mientras tanto les anuncio que mi columna de mañana en El Nuevo Herald de Miami y en varios diarios de América Latina trato de hacer ver que este tema no tiene nada que ver con el celibato, sino con la infidelidad.

Tensión entre la verdad y la libertad

Desde mis inicios en el periodismo hasta mi actual exploración en la ficción, la relación entre verdad y libertad siempre me ha fascinado. S...