,Parece que pasó una eternidad desde que el 23 de abril el gobierno mexicano anunció el brote de gripe porcina. En unos pocos días, una contagiosa pero también beneficiosa avalancha informativa nos volvió conscientes y precavidos sobre los alcances de esta pandemia. Ya somos expertos y críticos en virus, síntomas y tipos de mascarillas.
Cierto es también, que los rumores de boca en boca, la especulación y el sensacionalismo informativo pueden provocar en el público un estado de pánico y sicosis, tan contraproducente como el contagio que se quiere detener. Esta epidemia informativa o “infodemia” es inevitable, resultado de la curiosidad innata, de la premura por los detalles y las urgencias por las primicias. La única cura para este mal es la decisión de público para elegir a conciencia los medios de su mayor confianza y credibilidad.
Los medios de comunicación suelen hacer un buen papel en el manejo de las emergencias y urgencias. Informan con rapidez, orientan sobre prevención y fiscalizan el desempeño de organismos de ayuda y gobiernos. George Bush los debió soportar por su ineficacia ante el huracán Katrina; lo mismo que el hondureño Carlos Flores ante Mitch y ahora Cristina de Kirchner por el incontrolable contagio del dengue en Argentina.
A pesar de su connotación negativa, la “infodemia”, así como la información responsable, ayuda a que los gobiernos reaccionen con mayor antelación. Ese factor fue clave en la rapidez con la que actuó el gobierno mexicano para cerrar escuelas y estadios ante la gripe porcina, a diferencia de la notable reacción lenta del gobierno chino hace tres años para anunciar el brote de la gripe aviaria. Cuando no hay un sistema libre de medios de comunicación y el Estado es el que los domina, como el caso chino o el cubano en nuestro continente, los gobiernos pueden manipular los tiempos, las decisiones y esconder fracasos o ensalzar logros. No significa que en los mercados libres eso no ocurra, pero ciertamente la fiscalización de la prensa y la presión social, demandan respuestas más urgentes.
Pero tampoco se trata de clasificar a los medios como buenos y a los gobiernos como malos. A los primeros les cabe mucha responsabilidad, especialmente para evitar que el debate se desvíe hacia la búsqueda de culpables. En esa confrontación, se torna peligroso que el público se adhiera a actitudes discriminatorias, como las que despertó la gripe aviaria contra chinos y asiáticos en todo el mundo o algunos sentimientos anti inmigratorios que ya aparecieron en algunos medios de Estados Unidos contra los mexicanos. La segregación y el aislamiento que por muchos años sufrieron los contagiados por el SIDA, es una lección sobre cuán frágil es la sociedad cuando la información no es responsable.
Las crisis de salubridad no son tan severas cuando abundan las noticias, más allá de si existe o no la cura. Si bien la globalización es un factor clave del contagio masivo, también es una ventaja que las informaciones, incluyendo las campañas de prevención y control, viajen a la velocidad de la luz. Las pestes y epidemias del pasado, cuando las noticias no eran rápidas ni simultáneas, costaron millones de vidas; en cambio, en esta época, el SARS, las gripes aviaria y porcina, las epidemias de dengue, cólera y de la vaca loca, aunque con irresponsables tardanzas en su reconocimiento oficial, no generaron altos índices de mortalidad como se temía.
Las críticas contra el periodismo también se centran en que si bien tiene una alta capacidad reactiva ante los problemas, no suele profundizar en el día después o sobre problemas estratégicos que afectan a sectores más vulnerables, como los campesinos, pobres y desplazados. Después de todo, si bien la gripe porcina crea pánico, también es importante considerar que las diferentes enfermedades contagiosas en el mundo matan silenciosamente a 1.5 millones de personas al día y que las catástrofes se cobran la vida de 1.5 millones de víctimas por mes.
Tal vez un sentido de importancia por sobre la urgencia, podría estimular en los medios coberturas más imperiosas sobre otras epidemias más silenciosas que la actual. De esa forma, instituciones como la Organización Mundial de la Salud y la Panamericana, no quedarían tan huérfanas en sus luchas.
Quiero contarles sobre los procesos creativos de esta nueva historia sobre la verdad, la libertad y el miedo al futuro. Es mi nueva novela y espero publicarla cuando se sincronicen los planetas (las editoriales) o cuando se me acabe la paciencia y decida autopublicar -- Los contenidos de mi blog Prensa y Expresión están en el archivo. Blog por Ricardo Trotti
Mostrando entradas con la etiqueta PAHO. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta PAHO. Mostrar todas las entradas
mayo 10, 2009
abril 28, 2009
la gripe, mi cuerpo y la pobreza
Acabo de regresar de México y de Colombia y pude observar de primera mano las medidas preventivas y rápidas que se tomaron en ambos países en cuestiones de días. De golpe, de un día para el otro, es como que el mundo dejó de girar y dejamos de pensar un poco en la crisis económica y la caída de la bolsa para concentrarnos en lo más importante, la vida y lo que la sostiene: la salud.
Como jamás me había ocurrido en mi vida, por primera vez todos mis sentidos se concentraron en mi propio cuerpo y sus reacciones. Tanto Bogotá como México están a gran altura por lo que siempre en mis viajes a esas ciudades sufro de permanente dolor de cabeza, irritación de la vista, estornudos esporádicos que atribuyo a los desodorantes ambientales de cuarta en los hoteles que frecuento y una mucosidad reseca que me raya y lastima las fosas nasales. Pero todos esos síntomas normales cobraron otra dimensión esta vez. Incluso en el aeropuerto de Bogotá esta tarde, me acerqué a un carrito de la Cruz Roja para inyectarme una vacuna contra la influenza, lo que no afecta en nada si uno adquiere la gripe porcina, otro tipo de virus.
Recuerdo que el jueves pasado por la noche, 23 de abril por la noche, teníamos una cena con las autoridades de la Secretaría de Gobernación de México, cuyas autoridades la cancelaron 30 minutos antes de las 8:30 de la noche. Ya en mi habitación, a eso de las 11:30 de la noche, el secretario de Salud, después de recibir órdenes del presidente Felipe Calderón decretó que se suspendían las clases y varias actividades públicas, además de generar mucha información de tipo preventiva.
Más allá de que se podrá en los próximos días determinar si hubo negligencia o no de parte del gobierno mexicano en caso de que haya tenido mayores datos con anticipación sobre el desarrollo de una epidemia, lo tangible es que el gobierno parece haber actuado en forma rápida, lo que ayudó además a que los países de la región, comenzando por los Estados Unidos y pasando por los centroamericanos y el resto del continente y del mundo, comiencen a dictar medidas para tratar de controlar que esta enfermedad virósica no alcance el grado de pandemia, es decir que se propague a nivel mundial sin poder detectar el virus con anticipación.
El desafío que presentó hace tres años atrás la gripe aviaria desde Asia al mundo, lo presenta ahora México y el continente americano al mundo.
Si bien no se puede descartar que esta epidemia se transforme en una pandemia y pueda afectar la vida de millones, lo cierto es que la humanidad – llámense organismos como la organización Mundial de la Salud o la Organización panamericana de la Salud – viene aprendiendo y tomado medidas cada vez más rápidas para tratar de controlar este tipo de enfermedades.
América latina es todavía muy vulnerable según los estudios de estrategias inmunológicas, pero se espera que la rapidez en el actuar y la inter responsabilidad y cooperación multinacional pueda hacer de este problema una gran oportunidad para el crecimiento y para tratar de ayudar a las poblaciones más vulnerables, entendiendo que se debe combatir la pobreza, porque es en ese sector, donde los virus se nutren y se desplazan con mayor velocidad.
Como jamás me había ocurrido en mi vida, por primera vez todos mis sentidos se concentraron en mi propio cuerpo y sus reacciones. Tanto Bogotá como México están a gran altura por lo que siempre en mis viajes a esas ciudades sufro de permanente dolor de cabeza, irritación de la vista, estornudos esporádicos que atribuyo a los desodorantes ambientales de cuarta en los hoteles que frecuento y una mucosidad reseca que me raya y lastima las fosas nasales. Pero todos esos síntomas normales cobraron otra dimensión esta vez. Incluso en el aeropuerto de Bogotá esta tarde, me acerqué a un carrito de la Cruz Roja para inyectarme una vacuna contra la influenza, lo que no afecta en nada si uno adquiere la gripe porcina, otro tipo de virus.
Recuerdo que el jueves pasado por la noche, 23 de abril por la noche, teníamos una cena con las autoridades de la Secretaría de Gobernación de México, cuyas autoridades la cancelaron 30 minutos antes de las 8:30 de la noche. Ya en mi habitación, a eso de las 11:30 de la noche, el secretario de Salud, después de recibir órdenes del presidente Felipe Calderón decretó que se suspendían las clases y varias actividades públicas, además de generar mucha información de tipo preventiva.
Más allá de que se podrá en los próximos días determinar si hubo negligencia o no de parte del gobierno mexicano en caso de que haya tenido mayores datos con anticipación sobre el desarrollo de una epidemia, lo tangible es que el gobierno parece haber actuado en forma rápida, lo que ayudó además a que los países de la región, comenzando por los Estados Unidos y pasando por los centroamericanos y el resto del continente y del mundo, comiencen a dictar medidas para tratar de controlar que esta enfermedad virósica no alcance el grado de pandemia, es decir que se propague a nivel mundial sin poder detectar el virus con anticipación.
El desafío que presentó hace tres años atrás la gripe aviaria desde Asia al mundo, lo presenta ahora México y el continente americano al mundo.
Si bien no se puede descartar que esta epidemia se transforme en una pandemia y pueda afectar la vida de millones, lo cierto es que la humanidad – llámense organismos como la organización Mundial de la Salud o la Organización panamericana de la Salud – viene aprendiendo y tomado medidas cada vez más rápidas para tratar de controlar este tipo de enfermedades.
América latina es todavía muy vulnerable según los estudios de estrategias inmunológicas, pero se espera que la rapidez en el actuar y la inter responsabilidad y cooperación multinacional pueda hacer de este problema una gran oportunidad para el crecimiento y para tratar de ayudar a las poblaciones más vulnerables, entendiendo que se debe combatir la pobreza, porque es en ese sector, donde los virus se nutren y se desplazan con mayor velocidad.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
Tensión entre la verdad y la libertad
Desde mis inicios en el periodismo hasta mi actual exploración en la ficción, la relación entre verdad y libertad siempre me ha fascinado. S...

-
Honduras está en riesgo de seguir la misma ruta de México: SIP 6 febrero, 2012 - Publicado por La Tribuna TEGUCIGALPA.- La peligrosidad q...
-
Barack Obama inauguró en la campaña política una nueva forma de hacer política: la utilización de las nuevas tecnologías de la información p...
-
Primero Evo Morales, enseguida Hugo Chávez y ahora casi Manuel Zelaya, algunos presidentes latinoamericanos parece que retomaron los viejos ...