El Sistema Interamericano de Protección de Derechos Humanos, uno de los
orgullos más grandes del hemisferio occidental creado dentro de la Organización
de Estados Americanos para dar voz y defender a los más vulnerables, está a
punto de ser destruido.
Una reunión de cancilleres que se realizará este mes en la sede de la OEA
en Washington está a punto de aceptar las recomendaciones de un grupo de
trabajo que, sostenido por los gobiernos más autoritarios del continente y bajo
la batuta del presidente ecuatoriano Rafael Correa, neutralizará la capacidad
de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y de la Relatoría Especial de
Libertad de Expresión, a cargo de Catalina Botero.
Las manipulaciones del presidente Correa, con el acompañamiento de otros
mandatarios del ALBA y el silencio de muchos países democráticos que prefieren
hacer la vista gorda porque en el pasado también recibieron decisiones y
reprimendas por violaciones a los derechos humanos, como el caso de Brasil y
Perú, buscan que la CIDH y la Relatoría se conviertan en florero de decoración.
En su columna de hoy en el Washington Post, el periodista Jackson Diehl, acusa no solo a estos regímenes sino también a una política
exterior displicente del gobierno de Barack Obama por no influenciar más a
favor de mantener el sistema interamericano.
Se lamenta – y creo que es el lamento de todos – que
un presidente tan autoritario como Correa que ha perseguido a periodistas y
medios de comunicación y en cuyo gobierno se legitimaron muchas violaciones a
los derechos humanos, haya embaucado a medio mundo de que se hace necesaria una
reforma, la que no tiene otro propósito que vengarse de las decisiones e
informes que la CIDH produjo en contra de su gobierno.
Las reformas de Correa, tanto esta que está buscando
a nivel interamericano en materia de derechos humanos, la que hizo en su país
respecto a la democratización del Poder Judicial y la que anunció en contra de
los medios a través de la nueva Ley de Comunicación, solo buscan mejorar todos
los sistemas para su propio favor y beneficio.