abril 15, 2013

Atentado desgraciado en Boston


 La colonial y magisterial ciudad de Boston entró en la célebre y triste lista de localidades víctima de atentados terroristas, acompañando a Nueva York, Madrid, Londres, Bombay y tantas otras. Tres personas murieron y una decena de ellas se aferra a la vida en los hospitales de la zona metropolitana, después de que dos bombas explotaron en el punto de llegada de una de las maratones más famosas del mundo, mientras el presidente Barack Obama prometió que se hará justicia.

Todavía las autoridades de la policía de Boston y del FBI federal no pudieron detectar la autoría del atentado, pero se descarta que el motivo haya sido otro que el terrorismo. Los rumores son muchos, así como las cámaras de seguridad de toda el área del centro de Boston, una de las arterias principales, la avenida Boylston, de las que se podrá auscultar al o a los terroristas responsables de las dos bombas que explotaron a escasos metros de distancia.

Esta tarde tras las explosiones en Boston, toda el área metropolitana se inundó de inusuales sirenas de ambulancias, policías y bomberos, mientras de a poco las noticias que venían desde el centro no dejaban de confundir. Es que como cualquier ataque terrorista, el factor sorpresa confundió a todos. Las autoridades de Boston son minuciosas en toda actividad de concentración de público, desde el aeropuerto hasta los famosos estadios de fútbol, béisbol y basquetbol con los equipos profesionales multi campeones y, especialmente, con el “T”, el sistema subterráneo de transporte público.

Pero nadie hubiera pensado que un evento tan público, como el maratón de 24 millas y que se corre por todo el área metropolitana de Boston podría ser el punto más vulnerable. Este domingo con mi esposa, estuvimos de espectadores recorriendo la fastuosa avenida Boylston y comprando souveniers en el Marathon Store, justo en frente del punto de largada y donde explotó la primera bomba. Fue, como hoy, un día de sol, casi como despidiendo la nieve y el invierno de semanas atrás. Lleno de familias, de corredores internacionales, de emotividad por los 117 años de historia de la carrera y de policías, pero todos ellos más ordenando el tránsito y a los peatones que tratando de descubrir terroristas.

La sorpresa de hoy fue mayúscula así como la confusión y la desorientación. Muchas actividades públicas fueron canceladas de inmediato, los servicios de telefonía fueron interrumpidos por miedo a que sirvan como detonadores, las páginas de internet de los medios más importantes como el Boston Globe colapsaron, las redes sociales como Twitter sirvieron de mensajería y la policía hizo llamados públicos a que la gente se quede en su casa y en los hoteles.

Las autoridades locales pidieron calma, también Barack Obama. Todos los habitantes del área enviaron o recibieron mensajes de texto, emails o interactuaron en las redes sociales para saberse seguros. Todos quedaron pensando en las víctimas, en quiénes serán los responsables, en que el terrorismo sigue vigente y que toda medida de seguridad, por más incómoda que resulte, es necesaria.

abril 14, 2013

Venezuela frente al futuro


En pocas horas sabremos sobre el futuro de Venezuela. La elección de Nicolás Maduro representará el continuismo a políticas nacionalistas y arbitrarias que en la última década han debilitado a uno de los países potencialmente más ricos de las Américas, gracias a la explotación y precio del petróleo, irónicamente el producto que ha hundido al país.

En el gobierno de Hugo Chávez, Venezuela despilfarró no solo su dinero para contagiar su revolución socialista, sino también sus talentos. Los grandes ingresos permitieron al gobierno tener un flujo impresionante de divisas que malgastó en su expansión foránea en lugar de dedicarla a la mejoría doméstica. Qué Chávez logró mayor igualdad entre los venezolanos acomodados y los vulnerables es en parte cierto, pero también lo hicieron otro países en el continente que no hipotecaron su futuro. Solo basta mirar a Brasil para saber que con un gobierno de izquierda pero con políticas económicas coherentes pudo hacer que puchos pobres ascendieran a la categoría de clase media.

Chávez no invirtió ni ahorró su dinero. Venezuela es hoy casi tan pobre como antes con una inflación galopante y una dependencia casi absoluta del exterior, todo lo que el chavismo en público despotrica pero que en la práctica se aplica. Chávez no invirtió en infraestructura y mucho menos en la industrialización del país ni siquiera en la industria petrolera, una de las pocas de América Latina que tendrá menos capacidad explotadora en el próximo lustro.

Venezuela es totalmente dependiente del petróleo, y de sus precios especialmente, lo que la convierte en un país esclavo de sus propios talentos y riqueza.
Maduro apuesta públicamente en profundizar aún más ese modelo incoherente. Enrique Capriles propone otro tipo de gobierno, pero si gana, dadas las complejidades económicas del país, tendrá que adoptar medidas que lo harán impopular de un día para otro. En ambos escenarios, cualquier gobierno se enfrenta a la calamidad de tener que gobernar con mucha debilidad.

Tal vez esa debilidad y la necesidad de las urgencias, podrían hacer que si Maduro cambia pudiera darse un vuelco repentino de alguien que pensando de una forma, actúa de otra totalmente opuesta. Y en América Latina hay muchos casos, el más reciente, en lo político, fue el del presidente de Colombia, Juan Manuel Santos de quienes muchos pensaban que seguiría con las políticas de su antecesor, Alvaro Uribe, que él mismo ayudó a crear. O como sucedió con Carlos Menem y luego con Alan García, cuyos nacionalismos los guardaron en el cajón del escritorio para adoptar políticas neo liberales y alejarse de los propios estamentos de sus partidos políticos.

Quien dice. De repente Maduro cambia y crea un movimiento dentro de otro movimiento, haciendo un gobierno que también incorpore a las élites que el chavismo menospreció y abrace de a poco estilos más democráticos que su predecesor. Para ello tiene el viento a su favor, todas las instituciones del Estado están de su lado, cooptadas por más de una década de construcción de dependencias; y, por el otro, no tiene muchas alternativas ante un país que económicamente se cae a pedazos.  

abril 13, 2013

Cavallo y su bajo optimismo


En una conferencia celebrada ayer en el Centro Weatherhead de Estudios Internacionales de la Universidad de Harvard, el ex canciller y ex ministro de Economía argentino, Domingo Cavallo – gobiernos de Carlos Menem y Fernando de la Rúa – no demostró estar muy optimista con Argentina.

Considera que hay dos escenarios muy difíciles en Argentina de caras a las elecciones legislativas de octubre próximo. Si Cristina de Kirchner pierde la delantera prevé que un gobierno débil inexorablemente llevará al país a otro “rodrigazo”, devaluación y más inflación. En cambio, si consolida su posición ganando más terreno en el Congreso, cree que el gobierno de Cristina se radicalizará y se irá por la variante del modelo de Venezuela, con una política económica más nacionalista.

Si bien la conferencia estaba orientada a identificar patrones comunes sobre la crisis económica de América Latina de la década pasada con la actual de la zona europea, y sobre si la desintegración del Euro como moneda común puede ser la lógica para salir del atolladero como Nouriel Roubini propone, Cavallo no pudo dejar de reparar en la situación particular actual de Argentina.

Más allá de criticar la figura de la “democratización” de la justicia como una forma de acaparar mayor poder para luego generar una reforma constitucional que permita la reelección de Cristina de Kirchner, Cavallo considera que la inflación – la verdadera, no la informada por el INDEC – seguirá aumentando ante el excesivo gasto público y el control de precios que, a la larga, ante menos producción y mayor especulación, generará aumento de precios.

Cavallo no es optimista para el futuro cercano. Indicó que la oposición está demasiado fragmentada, no se visualiza un líder común, y considera que en materia económica el gobierno está recreando los errores y vicios del pasado.

Considera que el gobierno es muy hábil en cómo hacer para mantener el poder y control político, observando como error supremo que Cristina de Kirchner haya politizado la economía.

abril 11, 2013

Miserable inundación


Hay sobradas razones para pensar que Twitter, las redes sociales y el internet son extraordinarias armas para construir diálogo democrático, organizar solidaridad y empoderar a los más débiles y vulnerables.

Yoani Sánchez, la bloguera cubana, en su largo peregrinaje fuera de Cuba, no se cansa de afirmar que Twitter y el internet han sido la verdadera causa de su liberación y de miles de cubanos a los que el régimen castrista oprime por opinar diferente.

Pero también hay excesivas evidencias sobre que estas nuevas herramientas de comunicación sirven para aumentar el oportunismo, amplificar mentiras e insultar a destajo. Las redes sociales y también los comentarios en el internet que se dejan debajo de las notas periodísticas, muestran que son usadas, tanto por políticos, celebridades como ciudadanos en general, para insultar, humillar y desacreditar a quien piense distinto, como si fueran extensión de charlas de café o megáfono de aquellos insultos reservados para los estadios de fútbol.

Los ejemplos más patéticos quedaron al desnudo tras la catastrófica inundación de esta semana en Argentina, cuando un grupo de políticos se abalanzó con mentiras y exageraciones en Twitter, para “estar” presente en el lugar y tiempo adecuados. 
Muchos se sintieron presionados o necesitados de responder de inmediato, sabiendo que las redes sociales son ahora las rigurosas fiscalizadoras de la función pública, oficio que antes solo correspondía a la prensa.

Esos temores y el oportunismo desmedido, indujeron a Pablo Bruera, jefe de gobierno de la ciudad de La Plata, donde hubo más de 50 víctimas, a decir mentiras. "Desde ayer a la noche recorriendo los centros de evacuados", tuitió con una foto la que se le veía con bidones de agua asistiendo a los damnificados, cuando en realidad todavía estaba de vacaciones en Río de Janeiro.

No fue el único que se incineró por Twitter. Luis D’Elía, un dirigente del gobierno nacional, acusó a los medios de magnificar la inundación en La Plata para desviar la atención sobre la responsabilidad del intendente de Buenos Aires, Mauricio Macri, donde también hubo una decena de muertos. Pocas horas después, ante el desastre evidente, debió pedir disculpas.

Twitter se ha convertido en vicio de los políticos. Como en el caso de Cristina de Kirchner, encontraron la forma de suplantar las conferencias de prensa con un mensaje propagandístico y dirigido, con el que evitan el diálogo y la interpelación. Creen que su omnipresencia en Twitter es el equivalente a gobernar.

Hasta Barack Obama, que siempre hizo uso informativo y mesurado de Twitter a diferencia del fallecido Hugo Chávez, ha utilizado los mensajes en este segundo mandato para culpar al Congreso, a la Corte Suprema y para desacreditar a la oposición republicana que para hablar sobre logros y desafíos de su gobierno.

Los políticos no son los únicos responsables. Durante las tareas de rescate en Argentina, los mensajes despectivos y las ráfagas de culpabilidad inundaron las redes sociales y los comentarios en internet. Incluso en los medios de referencia, muchas notas periodísticas perdieron la objetividad, inundándose de adjetivos y acusaciones propias de columnas de opinión.

Pero más allá de las culpas que todos debemos asumir por el mal uso de la comunicación, los políticos, por razones de su función pública, son quienes deben asumir mayores responsabilidades debido a las consecuencias que pueden atraer sus palabras.

Valga el ejemplo del presidente uruguayo, José Mujica, que creó un escándalo diplomático con Argentina, al escuchársele, por un micrófono accidentalmente abierto, decir que “esta vieja es peor que el tuerto”, en alusión a la presidenta argentina y su ex esposo. O el ejemplo del presidente encargado de Venezuela, Nicolás Maduro, quien manipuló a sus seguidores relatando que Chávez se le apareció como un pajarito y que su trino traía un mensaje de esperanza para el inicio de su campaña proselitista.

Trinos reales o virtuales, lo cierto que las palabras tienen mucho poder y acarrean consecuencias. De ahí que ni Twitter ni el internet son miserables, sino la intención y el uso que hacemos de estos medios. Tenemos la opción de usarlos para el bien o para el mal; nadie está exento de responsabilidades. 

abril 09, 2013

Mentiras Maduras


El presidente encargado de Venezuela sigue mintiendo. No solo que insiste en teorías conspirativas sobre que será asesinado por dos ex embajadores estadounidenses - parecidas a aquellas en las que consideró que a Hugo Chávez le inocularon el cáncer - sino que además ayer, en un acto de campaña dijo que Venezuela disfruta de “democracia verdadera” y de amplia libertad de expresión.

Sus dichos no pueden estar más alejados de la realidad. En Venezuela hay elecciones, pero no hay plena democracia y la gente puede decir lo que quiera, pero no hay plena libertad de expresión. Ambas, para que verdaderamente existan deben estar exentas de consecuencias y persecuciones.

La democracia requiere no solo de elecciones, sino de contrapesos de poder, equilibrio de poderes y que haya mecanismos de fiscalización. Pero un gobierno que mantiene a todos los poderes e instituciones secuestradas para su propio beneficio, no puede calificarse de democrático.

La libertad de expresión para que exista también requiere de respeto y tolerancia a lo que se dice y opina, y sin ningún tipo de represalias. En Venezuela no solo los medios y periodistas sufren consecuencias por lo que dicen, sino que mucha gente por temor a su futuro y destino – ya sea laboral, social o político – cuida y omite sus palabras.

Venezuela no es una verdadera democracia.
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abril 07, 2013

Y ahora el piropo de Obama


No teníamos suficiente con las alusiones de José Mujica sobre su colega argentina, Cristina de Kirchner, a quien calificó de “vieja y Terca”, de que Hugo Chávez se convirtiera en “pajarito” para hablarle a Nicolás Maduro o de que Evo Morales dijera que la carne de pollo hace que los caucásico sean pelados y gays, para tener ahora los dichos de Barack Obama sobre la “fiscal más guapa del país”, definiendo así a la secretaria de Justicia de California, Kamala Harris.

Si bien todas estas frases e imágenes creadas por los presidentes alimentan decepciones y humores al mismo tiempo, hay mucha diferencia entre ellas. En EE.UU. el piropo público de Obama despertó que algunos le dijeran que el Presidente no entiende el papel de la mujer en la sociedad y que sus comentarios son discriminatorios en cuestiones de género.

Creo que a los críticos, aunque hay que entenderlos, se les fue un poco la mano. Si bien la investidura presidencial condiciona responsabilidades, hay que tener en cuenta que Obama nunca le faltó el respecto a la fiscal ni sus comentarios fueron de índole sexual. No hizo comentarios respecto a su cuerpo ni a sus piernas, lo que hubiera podido interpretarse como una opinión subida de tono. Dijo un piropo, lo hizo en público, además, habló de que era hermosa, la más linda del país, lo que si bien pudo haber ruborizado un poco a la fiscal, no dejó de ser un calificativo positivo. Además dijo que era inteligente y buena profesional, lo que desvirtúa que hubiera querido deningrar a la mujer por el solo hecho de ser mujer.

Si esas palabras las hubiera dicho en privado, si se hubieran escuchado por micrófono accidentalmente abierto, como le sucedió a Mujica, la cuestión podría ser diferente. Y seguro que hasta Michelle se las hubiera reprochado.

De todas maneras, no deja de ser positivo que las palabras hayan creado cierto revuelo y que haya habido una reacción en medios y, en especial, en las redes sociales, que tienen una función de fiscalización que antes solo ejercía el periodismo. Los presidentes, los políticos y las personas públicas en general, deben asumir que sus palabras tienen consecuencias.

El público, ahora convertido en usuario de las redes sociales y el internet, ya no vota solo cada cuatro años como ocurría antes; el voto ahora se ejerce todos los días.

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La miseria en y por Twitter

RICARDO TROTTI: Miserable Twitter - Opinión - ElNuevoHerald.com

Tensión entre la verdad y la libertad

Desde mis inicios en el periodismo hasta mi actual exploración en la ficción, la relación entre verdad y libertad siempre me ha fascinado. S...