La colonial y magisterial ciudad de Boston entró
en la célebre y triste lista de localidades víctima de atentados terroristas,
acompañando a Nueva York, Madrid, Londres, Bombay y tantas otras. Tres personas
murieron y una decena de ellas se aferra a la vida en los hospitales de la zona
metropolitana, después de que dos bombas explotaron en el punto de llegada de
una de las maratones más famosas del mundo, mientras el presidente Barack Obama
prometió que se hará justicia.
Todavía
las autoridades de la policía de Boston y del FBI federal no pudieron detectar
la autoría del atentado, pero se descarta que el motivo haya sido otro que el
terrorismo. Los rumores son muchos, así como las cámaras de seguridad de toda
el área del centro de Boston, una de las arterias principales, la avenida
Boylston, de las que se podrá auscultar al o a los terroristas responsables de las
dos bombas que explotaron a escasos metros de distancia.
Esta
tarde tras las explosiones en Boston, toda el área metropolitana se inundó de inusuales
sirenas de ambulancias, policías y bomberos, mientras de a poco las noticias
que venían desde el centro no dejaban de confundir. Es que como cualquier ataque
terrorista, el factor sorpresa confundió a todos. Las autoridades de Boston son
minuciosas en toda actividad de concentración de público, desde el aeropuerto
hasta los famosos estadios de fútbol, béisbol y basquetbol con los equipos
profesionales multi campeones y, especialmente, con el “T”, el sistema
subterráneo de transporte público.
Pero
nadie hubiera pensado que un evento tan público, como el maratón de 24 millas y
que se corre por todo el área metropolitana de Boston podría ser el punto más vulnerable.
Este domingo con mi esposa, estuvimos de espectadores recorriendo la fastuosa
avenida Boylston y comprando souveniers en el Marathon Store, justo en frente
del punto de largada y donde explotó la primera bomba. Fue, como hoy, un día de
sol, casi como despidiendo la nieve y el invierno de semanas atrás. Lleno de
familias, de corredores internacionales, de emotividad por los 117 años de
historia de la carrera y de policías, pero todos ellos más ordenando el tránsito
y a los peatones que tratando de descubrir terroristas.
La sorpresa
de hoy fue mayúscula así como la confusión y la desorientación. Muchas
actividades públicas fueron canceladas de inmediato, los servicios de telefonía
fueron interrumpidos por miedo a que sirvan como detonadores, las páginas de
internet de los medios más importantes como el Boston Globe colapsaron, las
redes sociales como Twitter sirvieron de mensajería y la policía hizo llamados
públicos a que la gente se quede en su casa y en los hoteles.
Las
autoridades locales pidieron calma, también Barack Obama. Todos los habitantes
del área enviaron o recibieron mensajes de texto, emails o interactuaron en las
redes sociales para saberse seguros. Todos quedaron pensando en las víctimas,
en quiénes serán los responsables, en que el terrorismo sigue vigente y que toda
medida de seguridad, por más incómoda que resulte, es necesaria.
1 comentario:
El terrorismo siempre destructor, generando sorpresa, muerte.
Artero, verguenza humana, cual es la sociedad que desean construir, cual es su colaboraciòn con la humanidad ??
Pobres tipos, en su interior que piensan. Si piensan.
Solo me queda preguntar, como reaccionarìa el terrorista si algùn familiar directo pierde la vida en algùn atentado de este tipo, o queda para el resto de la vida en silla de ruedas.
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