febrero 22, 2012

El botín de Rafael Correa


De golpe y porrazo, el presidente Rafael Correa, está por convertirse en uno de los mandatarios más acaudalados de la región, gracias a una justicia subordinada que lo está premiando con 42 millones de dólares de indemnización para calmar el dolor que le provocaron críticas y denuncias periodísticas.

La justicia no solo le regala a Correa cifras multimillonarias por el supuesto daño moral sufrido, sino también se le entrega como un instrumento contundente para amordazar a la prensa independiente y disuadir a sus adversarios políticos: La crítica, el disenso y la denuncia en Ecuador tienen un precio. Y muy caro.

El jueves la Corte Nacional de Justicia ecuatoriana dejó en firme una sentencia que condena a tres directivos y a un ex columnista del diario El Universo a pagarle al Presidente 40 millones de dólares, de los 80 que había solicitado por reparación moral. Y la semana pasada otro tribunal condenó a los dos autores del libro de denuncias El Gran Hermano a pagarle un millón cada uno.

En el primer caso, se trató de una opinión en que se le acusa a Correa de ordenar abrir fuego contra civiles durante el amotinamiento policial de setiembre de 2010. Por su dolor, más allá de si fue verdad o mentira intencionada lo sostenido por el columnista, la justicia interpretó que Correa debe ser indemnizado y que, además, los periodistas deben purgar tres años de cárcel. El caso de El Gran Hermano no es menos grave, pero sí más absurdo. La justicia indemnizó a Correa explicando que está dolido y desconsolado, porque él desconocía los alcances de unos contratos por decenas de millones de dólares entre el Estado y su hermano mayor, Fabricio, que el libro denunció como un caso de nepotismo y corrupción en perjuicio del bolsillo de todos los ecuatorianos.

Lo sorprendente, es que Correa interpuso sus demandas como ciudadano común, pero recibió compensaciones por su alta investidura y la arcaica protección especial que reserva el Código Penal para el Presidente, figura que se utilizó para sentenciar a los periodistas a la cárcel y a quienes calificó de “payasitos” y “dueños de circo” en rueda de prensa y vía Twitter desde la sala de la audiencia, a la que acudió con ministros y una horda de seguidores.

Su agresivo discurso público muestra al Correa de siempre, por lo que es difícil percibir su daño moral, algo en lo que los jueces no fueron rigurosos ya que el Derecho obliga a la demostración del daño. Estos magistrados jamás exigieron a Correa que argumente sobre su dolor, si su estado de salud física y psicológica está deteriorado, o si vio entorpecidas sus destrezas para gobernar, sus giras por el exterior o las cadenas habituales de los sábados en las que insulta a periodistas y adversarios.

Este caso muestra que en materia de daño moral, las cifras son injustificadas y desproporcionadas al perjuicio causado, máxime en un país donde el salario básico alcanza unos cientos de dólares y donde el Estado suele pactar indemnizaciones  irrisorias con víctimas de violaciones a los derechos humanos, por lo que un Presidente, como servidor público, no debería ser más que sus ciudadanos. En otros países, como El Salvador, las leyes sobre difamación imponen límites a las indemnizaciones que otorgan los jueces para evitar este tipo de abusos y privilegios.

Además, de la jurisprudencia interamericana se pueden extraer dos principios aplicables a Correa. Primero, que en democracia, los funcionarios públicos deben ser más tolerantes a la crítica y, segundo, que las sanciones civiles por difamación deben ser proporcionales al daño, de lo contrario pueden generar un efecto intimidatorio y autocensura.

Correa se metió ahora en un atolladero. Sabe que no puede soportar periodistas presos o en el exilio, ante la fuerte presión de la comunidad internacional y las medidas que dictará el sistema interamericano de derechos humanos para detener este absurdo en contra de la libertad de prensa y expresión.

Pero como es audaz y demagogo, y contento por haber demostrado que la razón está de su lado, es probable que se incline a perdonar a sus ofensores, sacando así a relucir un carácter magnánimo y electoralista. Empero, el daño moral que provocó a la figura presidencial, a la prensa y expresión de todos los ecuatorianos, es irreparable.

Iniciativa mediática contra Correa

Los medios de comunicación internacionales, indignados por la sentencia en contra de sus colegas ecuatorianos de El Universo, en consonancia con una idea que salió de la Asociación Nacional de Periódicos de Colombia (Andiarios) y con el apoyo pleno de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), estarán divulgando en los próximos días, en señal de protesta, la columna de Emilio Palacio publicada en ese diario el 6 de febrero de 2011.

Esa columna de opinión, de sólo 600 palabras, originó que el presidente de Ecuador, Rafael Correa, interpusiera una demanda por daño moral por 80 millones de dólares para reparar su figura y pena de cárcel de tres años para los directivos y propietarios de El Universo, Carlos, César y Nicolás Pérez, y para Palacio, que en aquella época fungía como director de la página de Opinión. Finalmente, tras un proceso legal viciado, la semana pasada la Corte Nacional de Justicia ratificó el fallo de dos instancias anteriores, condenando a los Pérez, a Palacio y al diario a pagar un total de 40 millones de dólares en indemnización a favor de Correa y a los periodistas a cumplir una sentencia de tres años de cárcel.

Nora Sanín, directora ejecutiva de Andiarios, anunció que los periódicos de su país publicarán este jueves la columna de Palacio, titulada "No a las mentiras", en la que opina que el presidente Correa pidió disparar a discreción contra civiles mientras se encontraba retenido en un hospital durante la asonada policial de setiembre de 2010. Palacio desmiente a Correa de que se trató de un intento de golpe de Estado y recordó que los delitos de lesa humanidad (de lo que se sintió aludido el Presidente) no tienen perdón.

La SIP, bajo decisión del presidente de la Comisión de Libertad de Prensa e Información, Gustavo Mohme y del presidente de la institución, Milton Coleman, decidió adherirse a la campaña pero hacerla más extensiva, para todos sus socios en las tres Américas.

Más allá de los diarios que se presten a la campaña tengan diferentes criterios editoriales y hubieran o no publicado este tipo de columnas, lo importante es que se suman a la protesta divulgándola en esta circunstancia, para que la opinión pública pueda juzgar y apreciar por sí misma lo absurdo y desproporcionado de este fallo que crea un precedente nefasto para la libertad de prensa y de expresión en el continente.

A continuación y sumándome a la protesta, publico la opinión de Emilio Palacio, quien se encuentra en Miami en proceso de asilo político.

EL UNIVERSO                                                    domingo 06 de febrero del 2011
Emilio Palacio

NO a las mentiras
Esta semana, por segunda ocasión, la Dictadura informó a través de uno de sus voceros que el Dictador está considerando la posibilidad de perdonar a los criminales que se levantaron el 30 de septiembre, por lo que estudia un indulto.
No sé si la propuesta me incluya (según las cadenas dictatoriales, fui uno de los instigadores del golpe); pero de ser así, lo rechazo.
Comprendo que el Dictador (devoto cristiano, hombre de paz) no pierda oportunidad para perdonar a los criminales. Indultó a las mulas del narcotráfico, se compadeció de los asesinos presos en la Penitenciaría del Litoral, les solicitó a los ciudadanos que se dejen robar para que no haya víctimas, cultivó una gran amistad con los invasores de tierras y los convirtió en legisladores, hasta que lo traicionaron. Pero el Ecuador es un Estado laico donde no se permite usar la fe como fundamento jurídico para eximir a los criminales de que paguen sus deudas. Si cometí algún delito, exijo que me lo prueben; de lo contrario, no espero ningún perdón judicial sino las debidas disculpas.
Lo que ocurre en realidad es que el Dictador por fin comprendió (o sus abogados se lo hicieron comprender) que no tiene cómo demostrar el supuesto crimen del 30 de septiembre, ya que todo fue producto de un guión improvisado, en medio del corre-corre, para ocultar la irresponsabilidad del Dictador de irse a meter en un cuartel sublevado, a abrirse la camisa y gritar que lo maten, como todo un luchador de cachacascán que se esfuerza en su show en una carpa de circo de un pueblito olvidado.
A esta altura, todas las “pruebas” para acusar a los “golpistas” se han deshilvanado:
El Dictador reconoce que la pésima idea de ir al Regimiento Quito e ingresar a la fuerza fue suya. Pero entonces nadie pudo prepararse para asesinarlo ya que nadie lo esperaba.
El Dictador jura que el exdirector del Hospital de la Policía cerró las puertas para impedir su ingreso. Pero entonces tampoco allí hubo ningún complot porque ni siquiera deseaban verle la cara.
Las balas que asesinaron a los policías desaparecieron, pero no en las oficinas de Fidel Araujo sino en un recinto resguardado por fuerzas leales a la Dictadura.
Para mostrar que el 30 de septiembre no usaba un chaleco blindado, Araujo se colocó uno delante de sus jueces y luego se puso la misma camiseta que llevaba ese día. Sus acusadores tuvieron que sonrojarse ante la palpable demostración de que los chalecos blindados simplemente no se pueden ocultar.
Podría seguir pero el espacio no me lo permite. Sin embargo, ya que el Dictador entendió que debe retroceder con su cuento de fantasmas, le ofrezco una salida: no es el indulto lo que debe tramitar sino la amnistía en la Asamblea Nacional.
La amnistía no es perdón, es olvido jurídico. Implicaría, si se la resuelve, que la sociedad llegó a la conclusión de que el 30 de septiembre se cometieron demasiadas estupideces, de parte y parte, y que sería injusto condenar a unos y premiar a otros.
¿Por qué el Dictador sí pudo proponer la amnistía para los “pelucones” Gustavo Noboa y Alberto Dahik, pero en cambio quiere indultar a los “cholos” policías?
El Dictador debería recordar, por último, y esto es muy importante, que con el indulto, en el futuro, un nuevo presidente, quizás enemigo suyo, podría llevarlo ante una corte penal por haber ordenado fuego a discreción y sin previo aviso contra un hospital lleno de civiles y gente inocente.
Los crímenes de lesa humanidad, que no lo olvide, no prescriben.”


febrero 21, 2012

Comayagua desnudó a América Latina

El inexcusable desastre de Comayagua desnudó el grave problema de las prisiones en toda América Latina: la sobrepoblación de reos a quienes todavía no se les probó su culpabilidad.

La mayoría de los prisioneros no son criminales, al menos en la categoría que uno escenifica en su cabeza, sino delincuentes de delitos menores que en cualquier circunstancia no merecerían estar en la cárcel por años o largos meses sin el derecho a ser procesados.

Se estima que en Honduras las 24 cárceles albergan a 13 mil prisioneros de los ocho mil para la que están creadas, algo común en toda América Latina donde varios reportes de relatores de Naciones Unidas y organizaciones no gubernamentales vienen criticando las condiciones anti higiénicas y de escasa salubridad, así como los problemas que devienen del hacinamiento, no sólo los físicos y estructurales, sino también los que permiten que se alimente la corrupción y el delito.

La necesidad de reformas al sistema carcelario debe también extenderse al Poder Judicial, ya que los jueces son muy proclives a encerrar a pequeños malhechores con asesinos y narcotraficantes, lo que agudiza el crimen y la corrupción.

Según Denise Tomasini-Joshi abogada que trabaja para la Campaña Global para Justicia antes de los Tribunales de la Iniciativa Judicial de Open Society – en columna publicada hoy en The Miami Herald -  “mucha de la gente en estos terribles lugares no deberían estar ahí”, en referencia a que en Honduras el 50% de los detenidos está en prisión hace años sin haber todavía ser juzgados.

En Perú el porcentaje se eleva a 60, en México a 46 y a diferencia de EE.UU. con 20. Otra medida relevante es que por ejemplo en Perú, un reo pasa en promedio 46 meses (casi cuatro años) en prisión antes de ser procesado.

Por último, Tomasini-Joshi hace una interesante reflexión, sobre que los donantes internacionales ponen poca atención a este problema creyendo que mayores sanciones resolverá el problema de inseguridad en la región y exhorta a que se ayude a todos los países a buscar mejores soluciones en sistemas judiciales más eficientes con sistemas de fianzas y ayuda legal.

febrero 20, 2012

Lebron o Messi (¿y Lin?)

El columnista David J. Neal del The Miami Herald se hace la pregunta sobre quién es mejor como atleta de equipo: ¿Lebron James del Miami Heat o Leonel Messi del Barcelona?  No consigue destrabar el intríngulis y les pone a ambos en la categoría de súper dotados, el primero junto a especialistas como Magic Johnson, Larry Bird o Michael Jordan y al segundo junto a Pelé, Diego Maradona y Johan Cruyff.

La comparación no solo viene de lo que han hecho ayer domingo, el King consiguiendo casi un triple doble contra Orlando con 25 puntos, 11 rebotes y ocho asistencias y la Pulga habiéndole encajado cuatro pepas al Valencia, sino lo que en forma consistente vienen haciendo años tras años al menos en el último lustro. Como jugadores de equipo ambos son la sensación de la temporada, aunque la del momento sea el ex graduado de Harvard, Jeremy Lin, quien está haciéndose de las delicias de la fanaticada del básquet planetario con ocho juegos descollantes para los Knicks de NY, siendo el personaje del que más se habla en el mundo del deporte y en las redes sociales.

Pero lo de Lin puede ser pasajero si es que no mantiene su buena racha en todo el campeonato, por ahora sólo se trata de un “rising star” que tiene que probar si no habrá un agujero negro que pronto se lo pueda consumir entero. Lo importante de todos modos, es que como sensación le regala nueva sangre al ya acostumbrado espectáculo de la NBA saturado de estrellas como la vía láctea.

Pero lo de James y Messi no se compara con nada. Son años de acumular puntos y goles, pero sobre todo disciplina de equipo y destrezas. Messi sin dudas está mucho más adelantado que Lebron, ya que con su equipo ha conseguido todo tipo de campeonatos. No por eso hay que condenar a Lebron que no consiguió ninguno, ya que como en el fútbol no existen por doquier, excepto que sí están las Olimpíadas y el Mundial que ya los ha cosechado, lo que para un estadounidense, para poder sitiarse en la cima, no significa mucho si no gana el de su país, el más competitivo del mundo.

Tal vez en eso Lebron y Messi se parecen, ya que para la Pulga la única obsesión que le queda es alzarse con la Copa Mundial de Brasil en el 2014, y así encumbrarse como el más grande de todos.

Para ambos la tarea no es fácil. Han demostrado lo que son, pero el resto depende de un equipo. En el terreno de las individualidades, sin dudas el talento de James y Messi los situaría como los más grandes de todos los tiempos, por arriba quizás de Alí, Federer, Schumacher, Woods y tantos otros. Solo queda que no se lesionen, que puedan seguir mostrando lo que han hecho hasta ahora y que tengan la suerte necesaria, esa que no esquiva a los campeones.   

febrero 18, 2012

Chávez y el cáncer (de la oposición)

Es incierto si el presidente Hugo Chávez está en etapa terminal de cáncer como asegura un bloguero prestigioso de Brasil en coincidencia con declaraciones anteriores de Roger Noriega, sobre todo porque el presidente lo niega y porque tiene una apariencia y una permanencia pública difíciles de sostener para un enfermo siquiera con una dolencia menor.

Pero de lo que hay certeza es que después de unos días de haber mantenido silencio ante el resultado de las primarias que catapultaron a Herique Capriles como su contendiente, Chávez reapareció agresivo, vociferante y propagandístico como siempre, atacando a la oposición como si se tratara de un tumor en la sociedad venezolana.

Su primer insulto contra el MUD fue por haber destruido los libros electorales y permitido al Consejo Electoral, aunque ambos jamás dijeron nada cuando el anuncio de las pruebas o registros electorales se hizo hace semanas atrás, bajo la justificación de que se quemarían para defender el voto secreto y evitar represalias contra los votantes como ocurrió en 2004. Tras el referendo de aquel año, se supo que el gobierno manejó la Lista Tascón, una “lista negra” de votantes, que usó como venganza y tormento para despedir a trabajadores de la administración pública o a sus familiares, y hasta para negarles o demorarles trámites.

Chávez ayer sacó a relucir otra perorata de insultos contra la oposición, de esos acostumbrados, pero sin argumentos, diciendo que si Capriles llega a la Presidencia habrá violencia y guerra, y que su proyecto sólo traerá paz para todos los venezolanos.

Los consejos para Capriles sobran. Como gobernador, centrista de ideología, es eficiente, ha trabajado a favor de las bases, no se está dejando arrastrar por los insultos y sabe que tiene que dejar que Chávez se vaya degradando por sí mismo. A su favor, sabe y está convencido que la época de Chávez está en punto terminal.

El "daño moral" de Correa

RICARDO TROTTI: Daño moral; botín presidencial - Opinión - ElNuevoHerald.com

Tensión entre la verdad y la libertad

Desde mis inicios en el periodismo hasta mi actual exploración en la ficción, la relación entre verdad y libertad siempre me ha fascinado. S...