febrero 05, 2012

Chávez y Correa con discurso electoralista


Hugo Chávez y Rafael Correa se estuvieron dando banquete de discursos electoralistas con el mismo discurso retrógrado de siempre, acusando a la oposición y al imperialismo de seguir tratando de desestabilizar a sus gobiernos.

Chávez es el único presidente de un país democrático del mundo que celebra su intentona de golpe de Estado de 1992 como un éxito, con desfile y fanfarria militar y diciendo que las Fuerzas Armadas de su país son chavistas. Huelgan las palabras ante la apología anti democrática.

Correa denuncia que el intento de golpe de Estado de 2010, lo que no fue, se vuelve a repetir ahora cuando la oposición y la CIA (¿?) tratan de crear descontento en las Fuerzas Armadas en cuestiones salariales, como hicieron antes entre los policías.

Siempre la paranoia inducida para hacer propaganda nacionalista les ha venido muy bien ambos, por lo que no hay que descartar que rumbo a las elecciones de este año en Venezuela y a las del próximo en Ecuador, sus discursos se profundizarán en este sentido.

febrero 03, 2012

Cuba: gobierno predecible


La famosa bloguera Yoani Sánchez debe estar destruida. Por decimonovena vez, el gobierno de los hermanos Castro le prohibió el permiso de salida para ir a Brasil, luego de que este gobierno le otorgó la visa de entrada.

Días antes del viaje de la presidente Dilma Rousseff a la isla, su Cancillería le concedió el permiso de entrada, lo que levantó olas de optimismo moderado ya que se pensaba que ese gesto significaba una nueva política brasileña y que a su llegada, Rousseff invertiría su tiempo en hablar con los disidentes y las Damas de Blanco.

Nada de eso sucedió. Y el guiño de Brasil quedó en eso, en un gesto vacío, sin significado. El gobierno de Cuba es tan trasparente y predecible, que no se podía pensar que permitiría la salida de la bloguera.

“No hay sorpresas. Me vuelven a negar el permiso de salida”, dijo desesperanzada Yoani en Twitter.

Increíble que pueda haber un gobierno que se cree dueño de sus ciudadanos como para no permitirle circular en sus vidas, destruyendo el principio sagrado del libre albedrío.

febrero 02, 2012

Rousseff con paso en falso


Fue desilusionante el paso de la presidente Dilma Rousseff por Cuba este principio de semana. Cumplió con los temas económicos y con la visualización continental de que Brasil es ya una potencia mundial, pero desilusionó por no denunciar los atropellos a los derechos humanos y no reunirse con los disidentes y las Damas de Blanco. Es obvio que Brasil no es ni puede asumirse como líder.

La casualidad de las visitas de los presidentes brasileños a Cuba y su silencio es sorprendente. La presidente Rousseff visitó la isla días después que las autoridades dejaron morir a Wilman Villar Mendoza tras una huelga de hambre en la cárcel con la que protestaba contra los abusos a los derechos humanos. Mientras que el ex presidente Inácio Lula da Silva estuvo en Cuba cuando moría en las mismas circunstancias que Villar Mendoza, Orlando Zapata Tamayo.

Esta vez Rousseff prefirió callarse sobre el tema de los derechos humanos, los disidentes y presos políticos presos y la represión generalizada. Prefirió tirarles una chirola a sus críticos, otorgándole visa de entrada a su país a la bloguera Yoani Sánchez, quien ahora deberá recibir el permiso de salida que dudo los hermanos Castro se lo den.

Rousseff hubiera podido evitar esta irresponsabilidad si todos los acuerdos económicos los realizaba a distancia. Pero haber ido a Cuba y no solicitar una reunión siquiera con la disidencia, quedará marcado como una de las vergüenzas de su gobierno.

Siempre la economía limita a Obama


A juzgar por el informe sobre el estado de la nación que presentó el martes al Congreso, el presidente Barack Obama sabe que enfrenta serias dificultades para su reelección en noviembre. Sus triunfos están en política exterior con la muerte de Osama Bin Laden, la retirada de las tropas de Irak y la eliminación de Gaddafi en Libia, temas apenas mencionados; mientras que un 90 por ciento de su alocución lo dedicó a la economía, Talón de Aquiles de su Presidencia.

La desproporción del tiempo no fue casual. Obama sabe que ningún líder de EE.UU. retuvo la Presidencia por sus logros en política exterior, sino por la buena marcha económica del país, el crecimiento del empleo y la confianza de los consumidores. Y según encuestas de Gallup, estos índices están peor ahora que en la época del ex presidente Jimmy Carter.

La maltrecha economía que heredó de George W. Bush no le da respiro. Desde su primer informe ante el Congreso en 2009, Obama se ha enfocado en los mismos objetivos para resolver los problemas económicos. Crear nuevos empleos, recortar impuestos, reducir el gasto público, desarrollar energías renovables, optimizar la competitividad, mejorar la educación y la salud, y proteger a ciudadanos e intereses estadounidenses en el mundo.

El mandatario estadounidense es muy buen orador, pero en la repetición de promesas incumplidas reside su debilidad. El republicano que salga triunfador de las primarias de la Florida esta semana, Mitt Romney o Newt Gingrich, sabrá donde pegar. Los pre candidatos entienden que con su discurso del martes, Obama inició la campaña electoral apoderándose de viejas fórmulas republicanas al prometer menos impuestos, más producción en industrias tradicionales y gobierno más chico, incluso adoptando lemas de Abraham Lincoln, sobre que el gobierno debe hacer solo aquello que los ciudadanos no pueden hacer por sí mismos.

En sus cuatro arengas sobre la situación del país ante los legisladores, Obama los acusó de polarización partidaria y de coartar sus promesas de campaña, como las reformas de salud e inmigración. Pero si bien hubo obstrucciones, también exagera en buscar chivos expiatorios, porque tampoco logró sus metas cuando en el capitolio soplaron vientos demócratas, época en la que sí logró consensos para impulsar los planes de Rescate y Estímulo en 2009, y disponer de trillones de dólares para apuntalar la confianza en el sistema.

En una economía tan deshecha, los triunfos son imperceptibles. Y por eso hay que reconocer que Obama supo poner nuevas reglas, ajeno a la política del castigo que para muchos merecían las industrias bancaria y financiera después de la burbuja especulativa. No impuso al Estado sobre el sector privado, ofreció incentivos fiscales a los pequeños negocios y obligó a otorgar créditos para la compra de automóviles, viviendas y pagar estudios universitarios.

Aunque todavía no logra resolver que 11 millones de inmigrantes indocumentados sean carne de negociación, que los precios de la salud y la educación sean cada vez más estratosféricos, Obama es consistente sobre su visión de la economía. Aboga por una mejor infraestructura, para hacer más veloces ya sea a los ferrocarriles o al internet, insiste en la educación de ciencias y matemáticas y mayor innovación en el campo de las energías. Pero como de la visión a los hechos hay un trecho, en estos temas EE.UU. se mantuvo a la zaga de otros países industrializados y superado por economías emergentes como las de China e India.

Luego de insistir por años en créditos e incentivos fiscales para el desarrollo de energías renovables y la educación terciaria, Obama sumó esta vez a su repertorio repatriar empleos que las compañías estadounidenses exportaron, aumentar las exportaciones a nuevos mercados de libre comercio como los de Panamá y Colombia, y aumentar los impuestos a los ricos, lo que según los republicanos inhibe la creación de empleos y desestimula la inversión.

A Obama le queda poco tiempo. En esta nueva carrera contra reloj poco importa si es Nobel de la Paz, si declara la guerra a Irán, si cierra Guantánamo, desconoce el cambio climático o prefiere atacar la obesidad de los niños que el consumo de drogas entre jóvenes. Como en un deja vu de otras épocas presidenciales, solamente será juzgado por el estado de la economía.

febrero 01, 2012

No todo es inmigración para los hispanos


No todo es inmigración para los hispanos en EE.UU., al menos para los de la Florida, según se desprende de la paliza que Mitt Romney le pegó a Newt Gingrich con el 48% de los votos y arrebatándole los 50 delegados que otorga el estado para la asamblea nacional del partido, en las primarias de ayer.

El flanco débil de Romney era el tema inmigratorio ante las críticas de analistas y del propio Gingrich sobre la promoción de un raro sistema de auto deportación. Pero en la Florida, Romney se presentó más morigerado y en un estado donde hay menos indocumentados que en otros, el tema no pesó tanto, sino que dio pasos a otras preocupaciones que tenemos los hispanos en materia económica y de desarrollo.

Se verá a partir de ahora la decisión que tomen  Rick Santorum y Ron Paul, cada vez más lejanos en sus aspiraciones. Probablemente desistan de la carrera, aunque para los dos principales y las aspiraciones republicanas sería mejor que continúen, ya que de lo contrario la polarización y las críticas encarnizadas si bien irán perfilando a un ganador, debilitarán tanto a Romney como a Gingrich.  

Romney ganó la Florida con un 47.44 por ciento; Gingrich le siguió con un 31.25 por ciento; Santorum fue tercero lejano con 12.95 por ciento y Ron Paul, último con un escaso margen de un 6.9 por ciento.

Veremos qué pasa el sábado en Nevada y la próxima semana en Colorado, Minnesota y Maine.

Tensión entre la verdad y la libertad

Desde mis inicios en el periodismo hasta mi actual exploración en la ficción, la relación entre verdad y libertad siempre me ha fascinado. S...