Esperanza / Hope fue uno de los lemas de campaña más populares de la historia electoral de los Estados Unidos, enarbolado vigorosamente por el entonces candidato Barack Obama. Se trató de un tema electoral por el que el actual presidente estadounidense no solo consiguió el apoyo de las minorías en este país, sino también la simpatía de poblaciones enteras de otras naciones, amigas, aliadas y enemigas.
Obama representó el cambio, la esperanza de que Estados Unidos modificara las políticas domésticas y externas amasadas por George Bush. Así se plegaron eufóricos a Obama no solo los hispanos y las mujeres, sino también las poblaciones y gobiernos de Cuba, Irán o Venezuela, de Francia, Alemania, Irak o Afganistán.
Lo que parecía una nueva época de esplendor para Estados Unidos se fue de a poco diluyendo y de repente mañana martes termine de confirmarse, cuando se renueven 435 sillas de la Cámara de Diputados, 37 de los 100 y 37 gobernaciones.
Los republicanos pronostican que ganarán el Congreso y con ello dificultarán cualquier intento de Obama de buscar la reelección dentro de dos años. Pero independientemente de lo que suceda lo cierto es que la esperanza del principio se ha desvanecido. No son muchos los logros que Obama ha obtenido y más lo que ha cosechado como críticas, es que mientras la economía vaya mal todo problema se potencia y se agudiza.
Como fallas, a este gobierno se le puede todavía achacar que los paquetes de estímulo no han surtido el efecto deseado, la economía sigue deprimida y el desempleo sigue sin poder reducirse con 15 millones de personas sin trabajo. Es cierto que Obama heredó crisis y caos, pero a tres años de la burbuja inmobiliaria hay millones de estadounidenses que perdieron sus viviendas y otros que están siendo ejecutados por los bancos.
La reforma del sistema de salud fue un logro, pero pareciera más político que práctico, mientras que los hispanos siguen esperando por una reforma de inmigración que no llega. Por otro lado, las tropas se retiraron de Irak, pero no volvieron a casa sino se desviaron a Afganistán, mientras que los intentos de atentados terroristas contra Estados Unidos se han duplicado, por lo que es difícil sentir que todo ha mejorado.
Veremos este martes cómo se comporta el electorado y si Obama tendrá que cambiar sus políticas para estos próximos dos largos años de mayor esperanza.
Quiero contarles sobre los procesos creativos de esta nueva historia sobre la verdad, la libertad y el miedo al futuro. Es mi nueva novela y espero publicarla cuando se sincronicen los planetas (las editoriales) o cuando se me acabe la paciencia y decida autopublicar -- Los contenidos de mi blog Prensa y Expresión están en el archivo. Blog por Ricardo Trotti
noviembre 01, 2010
octubre 31, 2010
octubre 30, 2010
Prepotentes
Prepotentes 30-10-10
En cualquier período electoral es normal que afloren actitudes belicosas entre candidatos oficialistas y opositores, o entre el gobierno y la prensa, como en el reciente proceso venezolano o en el que culminará el 31 de octubre con las elecciones presidenciales de Brasil.
El riesgo es que esa beligerancia proselitista muchas veces permanece como el rasgo más característico del gobierno electo. Latinoamérica es prueba de ello. Existen gobiernos que mantienen un clima permanente de prepotencia y confrontación con sus adversarios políticos y con la prensa, como si nunca hubieran abandonado la contienda electoral.
Los gobiernos prepotentes, como los de Hugo Chávez, Cristina de Kirchner, Daniel Ortega, Evo Morales y Rafael Correa, se mantienen en la tapa de los diarios no tanto por la repercusión de sus obras, sino por el antagonismo permanente con sus rivales, así sea la oposición, la prensa o cualquiera que desafíe su pensamiento o intenciones. El problema es que no se quedan en palabras, sino que construyen un andamiaje legal y jurídico persecutorio que enmascara su autoritarismo de democracia y apego a las instituciones.
Los ataques más furibundos contra la oposición y los medios con frecuencia son una combinación de nuevas leyes electorales y anti prensa, con el fin de que el gobierno prevalezca a toda costa.
Eso ha permitido a Hugo Chávez perder las elecciones legislativas recientes pero obtener mágicamente mayor cantidad de diputados. En Bolivia la oposición fue diezmada con la misma estrategia, además de que el régimen electoral restringe la libertad de expresión acotando la propaganda y las encuestas electorales. Mientras en Argentina, a un año de las elecciones generales, existe preocupación en la oposición porque todavía sigue sin reglamentación la Ley Electoral, no sabiéndose cómo se actualizarán los padrones electorales, qué recursos se dispondrán para la propaganda política o cómo será controlada.
En Nicaragua, Daniel Ortega, en busca de su reelección, desoyó la voz del Congreso y de la Constitución, extendiendo por decreto la vida judicial de magistrados sandinistas de la Corte Suprema de Justicia para que avalen su intención. Y así como en Venezuela y Bolivia, en Ecuador también se indujeron referendos y reformas constitucionales para permitir casi a perpetuidad la vida del gobernante.
A la prensa no le va muy distinto que a la oposición. La Cámara de Diputados argentina esta semana respaldó la intención de Cristina de Kirchner de declarar de interés público el papel para diarios, un insumo que fue codiciado en Argentina por gobiernos de todos los gustos y colores. Y con espíritu anti democrático acostumbrado habló de “nacionalizar” a la prensa, justificando que el periodismo tiene que defender los intereses del país; o, lo que para ella es lo mismo, apegarse a los lineamientos del gobierno.
En Bolivia la persecución de la prensa es continua. Se filtra en cada nueva ley que se aprueba con párrafos enteros para disciplinar a los medios. A principios de mes, Evo Morales promulgó una ley antirracista que más allá de castigar la discriminación, hace pasible la censura o el cierre de los medios y las multas o cárcel para periodistas por el solo hecho de reproducir opiniones o noticias de terceros que un comité gubernamental definirá como ideas racistas.
Y en Brasil habrá que esperar cómo se comporta la candidata oficialista Dilma Roussef, si termina de imponerse a José Serra el 31 de octubre. Intranquiliza que ante las denuncias sobre tráfico de influencias y corrupción en su contra, tanto ella como el presidente Lula da Silva, han prometido “aplastar algunos periódicos y revistas” que se “comportan como oposición”, reflotando la idea de una ley de Comunicación para reducir el poder de los medios, la cual Lula no tuvo tiempo de implementar.
Ante este estilo mandón y la prepotencia legal que mina la libertad de prensa y debilita la oposición, los medios hacen mal en dejarse enredar en ese ambiente de confrontación eterna de la que se alimentan los regímenes autoritarios. Es preferible que usen todas sus energías en lo que saben hacer bien, fiscalizar, investigar y denunciar todos los actos de corrupción, porque en definitiva es la opinión pública la que a la larga limitará la vida de los déspotas.
En cualquier período electoral es normal que afloren actitudes belicosas entre candidatos oficialistas y opositores, o entre el gobierno y la prensa, como en el reciente proceso venezolano o en el que culminará el 31 de octubre con las elecciones presidenciales de Brasil.
El riesgo es que esa beligerancia proselitista muchas veces permanece como el rasgo más característico del gobierno electo. Latinoamérica es prueba de ello. Existen gobiernos que mantienen un clima permanente de prepotencia y confrontación con sus adversarios políticos y con la prensa, como si nunca hubieran abandonado la contienda electoral.
Los gobiernos prepotentes, como los de Hugo Chávez, Cristina de Kirchner, Daniel Ortega, Evo Morales y Rafael Correa, se mantienen en la tapa de los diarios no tanto por la repercusión de sus obras, sino por el antagonismo permanente con sus rivales, así sea la oposición, la prensa o cualquiera que desafíe su pensamiento o intenciones. El problema es que no se quedan en palabras, sino que construyen un andamiaje legal y jurídico persecutorio que enmascara su autoritarismo de democracia y apego a las instituciones.
Los ataques más furibundos contra la oposición y los medios con frecuencia son una combinación de nuevas leyes electorales y anti prensa, con el fin de que el gobierno prevalezca a toda costa.
Eso ha permitido a Hugo Chávez perder las elecciones legislativas recientes pero obtener mágicamente mayor cantidad de diputados. En Bolivia la oposición fue diezmada con la misma estrategia, además de que el régimen electoral restringe la libertad de expresión acotando la propaganda y las encuestas electorales. Mientras en Argentina, a un año de las elecciones generales, existe preocupación en la oposición porque todavía sigue sin reglamentación la Ley Electoral, no sabiéndose cómo se actualizarán los padrones electorales, qué recursos se dispondrán para la propaganda política o cómo será controlada.
En Nicaragua, Daniel Ortega, en busca de su reelección, desoyó la voz del Congreso y de la Constitución, extendiendo por decreto la vida judicial de magistrados sandinistas de la Corte Suprema de Justicia para que avalen su intención. Y así como en Venezuela y Bolivia, en Ecuador también se indujeron referendos y reformas constitucionales para permitir casi a perpetuidad la vida del gobernante.
A la prensa no le va muy distinto que a la oposición. La Cámara de Diputados argentina esta semana respaldó la intención de Cristina de Kirchner de declarar de interés público el papel para diarios, un insumo que fue codiciado en Argentina por gobiernos de todos los gustos y colores. Y con espíritu anti democrático acostumbrado habló de “nacionalizar” a la prensa, justificando que el periodismo tiene que defender los intereses del país; o, lo que para ella es lo mismo, apegarse a los lineamientos del gobierno.
En Bolivia la persecución de la prensa es continua. Se filtra en cada nueva ley que se aprueba con párrafos enteros para disciplinar a los medios. A principios de mes, Evo Morales promulgó una ley antirracista que más allá de castigar la discriminación, hace pasible la censura o el cierre de los medios y las multas o cárcel para periodistas por el solo hecho de reproducir opiniones o noticias de terceros que un comité gubernamental definirá como ideas racistas.
Y en Brasil habrá que esperar cómo se comporta la candidata oficialista Dilma Roussef, si termina de imponerse a José Serra el 31 de octubre. Intranquiliza que ante las denuncias sobre tráfico de influencias y corrupción en su contra, tanto ella como el presidente Lula da Silva, han prometido “aplastar algunos periódicos y revistas” que se “comportan como oposición”, reflotando la idea de una ley de Comunicación para reducir el poder de los medios, la cual Lula no tuvo tiempo de implementar.
Ante este estilo mandón y la prepotencia legal que mina la libertad de prensa y debilita la oposición, los medios hacen mal en dejarse enredar en ese ambiente de confrontación eterna de la que se alimentan los regímenes autoritarios. Es preferible que usen todas sus energías en lo que saben hacer bien, fiscalizar, investigar y denunciar todos los actos de corrupción, porque en definitiva es la opinión pública la que a la larga limitará la vida de los déspotas.
octubre 28, 2010
“Qué te pasa Clarín”
La frase de “Qué te pasa Clarín, ¿estás nervioso?”, pertenece y fue reiterada en varios actos públicos y partidistas por el recientemente fallecido ex presidente Néstor Kirchner. Resume su obsesión por contestar cada “atropello” que consideraba que los medios le hacían con injusticia a él o a su esposa y, sobre todo, trataba de cobrarse la deslealtad de un medio al que durante su época de mandatario le ayudó a superar una abultada deuda económica.
La deslealtad que le cobraba a Clarín está remarcada por el apoyo que sintió que el diario le dio al sector agropecuario por el tema de las retenciones, lo que menguó el poder de los primeros meses de CFK en la Presidencia y derivó en la derrota de las legislativas a medidos del 2009. Lo de derrotar a los monopolios fue una simple excusa ideológica, ya que en épocas en que Clarín era menos chúcaro, el tema no pasaba por ahí.
Para cobrar las deslealtades, él y su esposa fueron implacables contra Clarín. Con una legislatura todavía por tomar posesión, los K aprovecharon a sancionar la ley de Servicios Audiovisuales, tal vez el golpe más duro a las aspiraciones del Grupo Clarín de mantener su hegemonía en todo tipo de medios, no solo el escrito. Luego se ensañó contra Cablevisión, Fibertel y Papel Prensa, empresas todas con mayoría accionaria de la viuda de Noble; y en el ínterin arremetió contra sus hijos adoptivos, ejecutivos y cualquier cosa que el grupo mediático promoviera o denunciara, como varios temas de corrupción al que se le involucró junto a su esposa, como el caso de la valija venezolana o los millones de más que recolectó para su patrimonio durante sus años en el poder.
Para todo esto sagazmente buscó cada una de los descuidos legales y administrativos de Clarín, a los que envolvió con el manto de acciones irregulares, corruptas y hasta violatorias de los derechos humanos. La confrontación fue dura y frontal.
El cotejo entre gobierno – prensa fue tan fuerte que siempre tuvo eco a nivel nacional e internacional, por lo que desde cada ángulo se pedía al gobierno moderación y respeto a la libertad de prensa. Tan palpable era la pelea, que los mercados, siempre tan sensibles e irascibles ante cada renglón de información, se encargaron de contestar esa frase que eternizó Kirchner de “Qué te pasa Clarín ¿Estás nervioso?”, más allá de las respetuosas muestras de respeto y condolencias que recibió la Casa Rosada.
La agencia Reuters informó hoy que las acciones del Grupo Clarín subieron un inusual 21,83 por ciento el jueves en Buenos Aires. Los papeles del Grupo treparon a 17,3 pesos, aunque recortaron terreno desde su apertura en 20 pesos cuando avanzaron abruptamente un 40,85 por ciento. Mientras tanto en Londres – siempre de acuerdo a Reuters - las acciones de Clarín llegaron a ganar hasta casi un 50 por ciento el miércoles.
La deslealtad que le cobraba a Clarín está remarcada por el apoyo que sintió que el diario le dio al sector agropecuario por el tema de las retenciones, lo que menguó el poder de los primeros meses de CFK en la Presidencia y derivó en la derrota de las legislativas a medidos del 2009. Lo de derrotar a los monopolios fue una simple excusa ideológica, ya que en épocas en que Clarín era menos chúcaro, el tema no pasaba por ahí.
Para cobrar las deslealtades, él y su esposa fueron implacables contra Clarín. Con una legislatura todavía por tomar posesión, los K aprovecharon a sancionar la ley de Servicios Audiovisuales, tal vez el golpe más duro a las aspiraciones del Grupo Clarín de mantener su hegemonía en todo tipo de medios, no solo el escrito. Luego se ensañó contra Cablevisión, Fibertel y Papel Prensa, empresas todas con mayoría accionaria de la viuda de Noble; y en el ínterin arremetió contra sus hijos adoptivos, ejecutivos y cualquier cosa que el grupo mediático promoviera o denunciara, como varios temas de corrupción al que se le involucró junto a su esposa, como el caso de la valija venezolana o los millones de más que recolectó para su patrimonio durante sus años en el poder.
Para todo esto sagazmente buscó cada una de los descuidos legales y administrativos de Clarín, a los que envolvió con el manto de acciones irregulares, corruptas y hasta violatorias de los derechos humanos. La confrontación fue dura y frontal.
El cotejo entre gobierno – prensa fue tan fuerte que siempre tuvo eco a nivel nacional e internacional, por lo que desde cada ángulo se pedía al gobierno moderación y respeto a la libertad de prensa. Tan palpable era la pelea, que los mercados, siempre tan sensibles e irascibles ante cada renglón de información, se encargaron de contestar esa frase que eternizó Kirchner de “Qué te pasa Clarín ¿Estás nervioso?”, más allá de las respetuosas muestras de respeto y condolencias que recibió la Casa Rosada.
La agencia Reuters informó hoy que las acciones del Grupo Clarín subieron un inusual 21,83 por ciento el jueves en Buenos Aires. Los papeles del Grupo treparon a 17,3 pesos, aunque recortaron terreno desde su apertura en 20 pesos cuando avanzaron abruptamente un 40,85 por ciento. Mientras tanto en Londres – siempre de acuerdo a Reuters - las acciones de Clarín llegaron a ganar hasta casi un 50 por ciento el miércoles.
octubre 27, 2010
¿Murió el kirchnerismo?
Un anuncio de la CNN por la radio mientras venía al trabajo me sorprendió como a millones con la muerte intempestiva de Néstor Kirchner este mañana. Mi primera reacción fue pensar en el después, sobre si su infarto y su muerte súbita es la del kirchnerismo también; un movimiento que el ex presidente venía consolidando en la última década sobre la base de un muñequeo político infernal y un estilo permanente de confrontación en todos los frentes: dentro del peronismo, con la oposición y con la prensa.
En lo particular, creo que su forma feudalista de gobernar, incluso detrás de las bambalinas y del poder de su esposa, le hizo siempre mucho mal al país de todos los argentinos, lo digo así porque para muchos conciudadanos su estilo fue mucho mejor o no tan nefasto como el de los antecesores, así hayan sido peronistas o radicales. Pero más allá de esa salvedad, Kirchner representaba, como en muchos países latinoamericanos, al líder responsable de polarizar y politizar a toda la sociedad.
Era probable que él hubiera sido el próximo presidente después de las elecciones del 2011 y así continuaría su legado y el de su esposa, y de paso se inmunizaría por varios años más para evitar lo que casi siempre le sucede a los presidentes latinoamericanos cuando dejan el poder – incluso Alvaro Uribe – que son demandados, enjuiciados, encarcelados o ven mejor suerte en el exilio.
Tras su muerte no creo que CFK, como le gusta llamarse a la presidenta que ayer inauguró su propio canal en YouTube (para hablar de las cosas positivas que ella dice los medios no hablan) tendrá la fortaleza personal para llevar las banderas del kirchnerismo, ni tampoco creo que la talla le dará a Aníbal Fernández, el jefe de Gabinete, ni a Héctor Timerman, el canciller, que fueron siempre los funcionarios de jerarquía que matarían por defender al régimen. Tampoco creo que un sindicalista como Moyano, ni el hijo de Kirchner desde La Cámpora podrán dar seguimiento a nada, no solo que no tienen consenso sino que tampoco tienen la sagacidad política para sobrevivir y maniatar a los demás. Creo que sin el líder natural, habrá más desbande que re ensamble.
La única líder que le queda al kirchnerismo es la propia Presidenta. Dudo, sin embargo, que esté acompañada de fieles colaboradores, porque casi toda la fidelidad la guardaban para su ex esposo. Me da la sensación que se abre una nueva época para la Argentina, que la oposición se fortalecerá y el país buscará nuevos rumbos.
Claro está, ello no es garantía de nada. Hace rato que la política argentina poco hace para crear un país en grande. Todo es coyuntura, objetivos a corto plazo, electoralismo. El egoísmo, creo, es el mayor desvalor de la política argentina, además de una permanente falta de visión que no permite construir.
En lo particular, creo que su forma feudalista de gobernar, incluso detrás de las bambalinas y del poder de su esposa, le hizo siempre mucho mal al país de todos los argentinos, lo digo así porque para muchos conciudadanos su estilo fue mucho mejor o no tan nefasto como el de los antecesores, así hayan sido peronistas o radicales. Pero más allá de esa salvedad, Kirchner representaba, como en muchos países latinoamericanos, al líder responsable de polarizar y politizar a toda la sociedad.
Era probable que él hubiera sido el próximo presidente después de las elecciones del 2011 y así continuaría su legado y el de su esposa, y de paso se inmunizaría por varios años más para evitar lo que casi siempre le sucede a los presidentes latinoamericanos cuando dejan el poder – incluso Alvaro Uribe – que son demandados, enjuiciados, encarcelados o ven mejor suerte en el exilio.
Tras su muerte no creo que CFK, como le gusta llamarse a la presidenta que ayer inauguró su propio canal en YouTube (para hablar de las cosas positivas que ella dice los medios no hablan) tendrá la fortaleza personal para llevar las banderas del kirchnerismo, ni tampoco creo que la talla le dará a Aníbal Fernández, el jefe de Gabinete, ni a Héctor Timerman, el canciller, que fueron siempre los funcionarios de jerarquía que matarían por defender al régimen. Tampoco creo que un sindicalista como Moyano, ni el hijo de Kirchner desde La Cámpora podrán dar seguimiento a nada, no solo que no tienen consenso sino que tampoco tienen la sagacidad política para sobrevivir y maniatar a los demás. Creo que sin el líder natural, habrá más desbande que re ensamble.
La única líder que le queda al kirchnerismo es la propia Presidenta. Dudo, sin embargo, que esté acompañada de fieles colaboradores, porque casi toda la fidelidad la guardaban para su ex esposo. Me da la sensación que se abre una nueva época para la Argentina, que la oposición se fortalecerá y el país buscará nuevos rumbos.
Claro está, ello no es garantía de nada. Hace rato que la política argentina poco hace para crear un país en grande. Todo es coyuntura, objetivos a corto plazo, electoralismo. El egoísmo, creo, es el mayor desvalor de la política argentina, además de una permanente falta de visión que no permite construir.
Comerciales de Lebron, Wade… lo mejor
Anoche fue una noche para la desilusión. El Heat no es un equipo ensamblado y los Celtics fueron demasiado equipo, o siguen siendo el equipazo de siempre, más la ayuda de Shaq, que se verá como llevará adelante su demoledor físico mientras avance la temporada.
Miami jugó mal, muy mal y así y todo quedó a tres puntos de revertir el marcador en el cuarto período hasta sucumbir por ocho, 88 a 80. Esto demuestra que apenas empiece a jugar más ensamblado, las victorias llegarán. Es cosa de tiempo. España perdió el partido inaugural contra Suiza en el Mundial de Sudáfrica. Y después sabemos lo que pasó.
Pero lo mejor de la noche fueron los comerciales, en especial los de Lebron y de Wade. Mientras el de Wade mostró a un superhéroe llegar a la Arena o su estadio de Miami en el centro de la ciudad después de sortear obstáculos a granel, desde el aire hasta en las calles adyacentes con su motocicleta, el de Lebron fue mucho más creativo y diseñado, en una especie de tragicomedia, sobre la decisión que tomó en julio para dejar a los Cavaliers y firmar para el Heat.
El aviso es prácticamente un documental compilado en largos 92 segundos y muestra a Lebron teniendo que adoptar una decisión de vida la cual todavía le pesa o siente que fue difícil. Titulado “Qué debiera hacer”, el comercial puede ser analizado desde todo ángulo, pero muestra con mucho humor que un rey también es humano y susceptible a equivocarse. ¿Debo reconocer que cometo errores? Pregunta y deja al público que piense para sí mismo si su decisión fue buena o mala, “¿quieren que desaparezca?”, “¿o que siga siendo un villano? ” pregunta disfrazado al estilo far west y después de mostrarse junto a Don Johnson de la vieja serie Miami Vice que le dice que el heat luego desaparecerá y todo volverá a la normalidad. Y al final, Lebron advierte con una pregunta para los fanáticos, antes de que aparezca superpuesto el logo de Nike y su lema “just do it”: ¿“quieren que sea lo que ustedes quieren que sea?”
El comercial está en YouTube.
Miami jugó mal, muy mal y así y todo quedó a tres puntos de revertir el marcador en el cuarto período hasta sucumbir por ocho, 88 a 80. Esto demuestra que apenas empiece a jugar más ensamblado, las victorias llegarán. Es cosa de tiempo. España perdió el partido inaugural contra Suiza en el Mundial de Sudáfrica. Y después sabemos lo que pasó.
Pero lo mejor de la noche fueron los comerciales, en especial los de Lebron y de Wade. Mientras el de Wade mostró a un superhéroe llegar a la Arena o su estadio de Miami en el centro de la ciudad después de sortear obstáculos a granel, desde el aire hasta en las calles adyacentes con su motocicleta, el de Lebron fue mucho más creativo y diseñado, en una especie de tragicomedia, sobre la decisión que tomó en julio para dejar a los Cavaliers y firmar para el Heat.
El aviso es prácticamente un documental compilado en largos 92 segundos y muestra a Lebron teniendo que adoptar una decisión de vida la cual todavía le pesa o siente que fue difícil. Titulado “Qué debiera hacer”, el comercial puede ser analizado desde todo ángulo, pero muestra con mucho humor que un rey también es humano y susceptible a equivocarse. ¿Debo reconocer que cometo errores? Pregunta y deja al público que piense para sí mismo si su decisión fue buena o mala, “¿quieren que desaparezca?”, “¿o que siga siendo un villano? ” pregunta disfrazado al estilo far west y después de mostrarse junto a Don Johnson de la vieja serie Miami Vice que le dice que el heat luego desaparecerá y todo volverá a la normalidad. Y al final, Lebron advierte con una pregunta para los fanáticos, antes de que aparezca superpuesto el logo de Nike y su lema “just do it”: ¿“quieren que sea lo que ustedes quieren que sea?”
El comercial está en YouTube.
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