marzo 24, 2013

Francisco: Austero y restaurador


Hubo en la historia papa bueno, sonriente, viajero y hasta usurpador. Pero ninguno tan austero como el jesuita Jorge Mario Bergoglio, de claro contraste con una época frívola y secular que el escritor Vargas Llosa define como la “civilización del espectáculo”.
La sorpresa inicial por la elección del cardenal argentino se disipó apenas se vieron sus primeras señales y tras honrar a San Francisco de Asís, asumiendo su nombre y vida austera. Su decorosa rebeldía a los lujos y protocolos acostumbrados, reveló que es el hombre ideal para lidiar con una Iglesia donde el diablo pareció meter la cola y Dios dormir, como aseveró Benedicto XVI días antes de renunciar.
Francisco llega en una época de profunda introspección y autocrítica de la Iglesia. Tendrá que imponer en el Vaticano la practicidad que usó en Argentina para renovar y transformar a una curia demasiado conservadora y ensimismada. Debido a su edad y a que las tareas de restauración llevarán tiempo – limpiar los delitos de corrupción y pederastia, y terminar con las divisiones intestinas – la renovación sobre cuestiones de dogma y complejidad moral, quedarán para otro papa en el futuro.
Francisco, después que Benedicto le dejara el camino libre con denuncias de último momento, será otro pontífice de transición; encargado de dejar la casa en orden como le pidieron a San Francisco. Foráneo a la burocracia y los intríngulis políticos del Vaticano, tendrá más objetividad para limpiar, buscar transparencia, y descentralizar el poder. Mayor autonomía de prácticas católicas en otras culturas, un liderazgo más compartido con los laicos, más prominencia de las mujeres y el celibato como opción, ya no serán temas debajo de la mesa.
El nuevo papa es pragmático y tal vez algunos cambios sustanciales se avecinan. En su arquidiócesis en Buenos Aires calificó de fariseos a los curas que no permitían comulgar a las madres solteras, una contradicción a la firmeza de la Iglesia contra el aborto. Y siendo no tan ortodoxo como sus antecesores, tal vez pronto se discuta si los divorciados podrán casarse por iglesia y sobre métodos anticonceptivos para evitar el sida.
Su nombramiento como el primer jesuita y salido del “fin del mundo”, es de por sí una revolución. La Iglesia reconoce así al “continente de la esperanza”, en particular a Latinoamérica, no porque es donde vive el 42% de los 1.2 billones de católicos o el español es el idioma más hablado del catolicismo, sino porque es la región más desigual del mundo y la de la renovación, que inspiró la inclusión y opción por los pobres, abrazada por el Concilio Vaticano II.
Francisco, ferviente discípulo del monje capuchino, no necesitó del Concilio o de la Teología de la Liberación para entender que la reivindicación de los desposeídos es la esencia del dogma cristiano. Por eso en su primera misa con los cardenales, les pidió renovar la tarea misionera del cristianismo y seguir a Jesús para evitar que la Iglesia se transforme en una ONG asistencialista.
No hay que confundir su estilo simple y dicharachero con tibieza. El gobierno de Cristina de Kirchner experimentó muchas veces su prédica firme, ya sea contra la corrupción, la pobreza o la polarización que generan los discursos encendidos de la Presidente.
De ahí que el gobierno se mantenga distanciado, que diputados kirchneristas hayan preferido honrar al fallecido presidente Hugo Chávez en vez de celebrar cuando Francisco salía ungido al balcón, y que se insista que el entonces provincial jesuita no defendió lo suficiente a los suyos durante la dictadura. Bergoglio desmintió siempre la acusación, así como testigos de entonces, siendo la Iglesia, como institución, la que en 2000 pidió perdón público por su tibieza en aquella época.
El cardenal nunca se amilanó y ahora empiezan a conocerse detalles sobre su obra evangelizadora entre los pobres. Es fácil augurar que su liderazgo y ejemplo unirán a la Iglesia, habrá mayor conexión con la gente, los feligreses retornarán a las parroquias y aumentarán las vocaciones.
El papa Francisco ya hizo historia. Si Dios le concede sabiduría y salud será un gran restaurador de la Iglesia y limpiará el camino para que otro papa la renueve. Su austeridad y magnetismo harán el resto.

marzo 22, 2013

Rafael Correa y la CIDH


En las próximas horas se sabrá finalmente qué suerte tendrán la Comisión y la Corte Interamericana de Derechos Humanos tras la celebración de la asamblea de la Organización de Estados Americanos. Si seguirán siendo organismos autónomos e independientes para vigilar la situación de los derechos humanos en el continente o si, por el contrario, se convertirán en entidades sin gravitación, permitiéndoseles a los gobiernos su manipulación y neutralización política.
El presidente ecuatoriano Rafael Correa ha sido el líder de un grupo de países que cansados de las denuncias sobre violaciones a los derechos humanos dentro del sistema interamericano, juraron pulverizar a estos organismos. La excusa fue siempre la misma, que se trata de organizaciones manipuladas por el imperio que las usa como instrumento de su política exterior para entrometerse en asuntos internos y en la soberanía de los países.
Correa prometió neutralizar a la CIDH y a su Relatoría Especial de Libertad de Expresión, después de que se le pidiera a la justicia de su país que quede sin efecto una sentencia a su favor, que le adjudicaba 40 millones de dólares en compensación por un juicio por difamación que le siguió al diario El Universo de Guayaquil.
Correa, desde entonces, fue juntando voluntades entre otros gobiernos que también se sintieron ofendidos por las denuncias de violaciones a los derechos humanos en sus territorios. Su estrategia mayor, es que la CIDH y la Relatoría pierdan la capacidad de financiarse con dineros por fuera de los países miembros de la OEA, como ocurre actualmente con casi la mitad de su presupuesto.
La medida parece loable, pero solo encierra las intenciones de bloquear a la Relatoría y su capacidad de emitir informes específicos sobre los países, la que necesita parte de su presupuesto de operación proveniente de países europeos y fundaciones y ONGs estadounidenses.
La idea de Correa, que difícilmente ocurrirá, es que estos organismos tengan menos capacidad de operación y así silenciar gran parte de la crítica internacional que se cierne sobre su gobierno.

marzo 20, 2013

Francisco y las mujeres


El papa Francisco sigue impactando no solo por frases célebres como que quiere “una Iglesia pobre para los pobres”,  ni por los gestos de austeridad y amabilidad, sino también por haber puesto a las mujeres en el centro de la escena.

En sus dos primeras audiencias con jefes de Estado en los primeros días de su nuevo trabajo, el nuevo Pontífice escogió a su compatriota Cristina de Kirchner y a la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff.

La audiencia con su compatriota no solo sirve como gesto de cortesía, sino para desenmarañar una relación bastante fría que como corolario tiene una negativa de 14 audiencias que Cristina le negó a Jorge Bergoglio como cardenal de la Arquidiócesis de Buenos Aires. La reunión con Dilma Rousseff, seguramente tiene más que todo un reconocimiento al país más católico del mundo y para ver la estrategia de su visita para cuando en julio se celebren las jornadas mundiales de la juventud.

Pero más allá de los intereses y gestos particulares, es una buena indicación que el Papa haya elegido que sean dos dignatarias y latinoamericanas las protagonistas de sus primeros actos de gobierno.

Pudiera esto ser un símbolo de la necesaria renovación de la Iglesia que tiene por encargo el nuevo papa, entre otras cosas de tener que utilizar bisturí de quirófano para limpiar la cúspide de la curia, hacerla un cuerpo más descentralizado en las decisiones y darle a la mujer un lugar de mayor preponderancia, así sea en las tareas de liderazgo o permitiéndoles que se ordenen en el sacerdocio.

Ya ha quedado muy claro en la historia de la Iglesia que la conducta de los hombres es reprochable y que son muchos las fallas y crímenes que se han cometido. Una mayor inclusión de las mujeres permitiría que la Iglesia sea más piadosa y misericordiosa, dos calificativos que están en la mente y los ejemplos de vida del papa Francisco.

marzo 17, 2013

Francisco: Enemigo de extremos


Más allá de la actitud de pobreza y austeridad que el nuevo pontífice Francisco demostró en su trabajo evangelizador en Argentina en coincidencia con la vida frugal y humilde de San Francisco de Asís, el nombre del santo italiano tiene otras connotaciones también muy válidas para el ex cardenal de Buenos Aires.

El nueva Papa, como cardenal Jorge Mario Bergoglio, siempre fue muy enemigo de los extremos, desde criticar duramente al Fondo Monetario Internacional por imponer políticas económicas destructivas para Argentina hasta reprender las medidas económicas y populistas del gobierno de Cristina de Kirchner.

Siempre firme contra todo tipo de abusos, así sean referente a la corrupción, a la desigualdad y a temas específicos como la trata de personas, el papa Francisco utilizó un mensaje apolítico y conciliador, que fue interpretado o tergiversado como “de oposición”, ante un gobierno que considera que todo lo que no está a su favor, está en su contra; y que puede hilvanar historias retorcidas para seguir manchando reputaciones y continuar siendo protagonista.

El gesto del nuevo pontífice de abrazar a San Francisco de Asís connota claramente que seguirá buscando por el camino de la conciliación y el diálogo el acercamiento de todos los sectores y será, con su ejemplo, como demostrará el camino para construir una mejor sociedad. Los gestos son importantes en esta primera semana de pontificado, pero habrá que esperar cuáles son los ejemplos de restauración interna de la Iglesia para que queden como el camino a seguir.

El mundo está ávido por tener un líder espiritual (y político) a quien escuchar y de quien aprender. Y cuando el Señor parecía dormir, como dijo el ahora Papa Emérito Benedicto XVI, la esperanza volvió a florecer.  


Tensión entre la verdad y la libertad

Desde mis inicios en el periodismo hasta mi actual exploración en la ficción, la relación entre verdad y libertad siempre me ha fascinado. S...