El presidente Ollanta Humala dio el discurso principal en la ceremonia de inauguración de la SIP aquí en Lima. A juzgar por lo que aprecié y lo que hablé con numerosos amigos que estaban en la audiencia, no convenció mucho.
Hubo varias cosas que llamaron la atención de su discurso. Primero, que no tiene dotes de gran estadista como para improvisar, ya que su mensaje fue repetitivo y superficial. Hubiera sido mejor leer un discurso acorde a la ocasión.
Segundo, porque ahondó principalmente en que el tema de la verdad es la razón del periodismo, así como el norte de los sacerdotes y los soldados. Comparar a estas tres profesiones en la forma que encaran la búsqueda de la verdad, no satisfizo mucho. La verdad para uno es divina, para los otros es obediencia y para nosotros los periodistas, la verdad tiene que ver con las varias aristas e interpretaciones que puede tener un mismo hecho. El problema es que en las últimas décadas, hemos visto como los gobiernos progresistas defienden el tema de la verdad, lo que peligrosamente han puesto en las Constituciones, como que la información debe ser veraz y oportuna, valores que luego los usaron para atacar o crear leyes para regular a la prensa.
Tercero, porque enfatizó que las tensiones entre él y la prensa durante la campaña electoral tuvieron como fuente a los medios de comunicación. Tal vez si hubiera aplicado el valor de la humildad – que dijo que deben tener los medios – a su propia persona, hubiera podido interpretar que la polarización de la campaña se debió al achaque constante de cosas y de hechos que se hicieron él y la otra candidata, Keiko Fujimori, durante la segunda vuelta electoral.
Cuarto, se supo que autoridades de la SIP le habían solicitado en privado si quería firmar la Declaración de Chapultepec, lo que no hizo. Hubo varias interpretaciones al respecto. El último de 59 mandatarios de las Américas que la firmaron, fue el presidente chileno Sebastián Piñera este pasado 3 de mayo y la firmará el 2 de noviembre próximo el presidente colombiano Juan Manuel Santos.
Varias personas desde la mesa principal de la SIP, pudieron observar los contactos visuales y gestos que la esposa de Humala, desde la primera fila de la audiencia, le hacía a su esposo, especialmente cuando el presidente de la SIP, Gonzalo Marroquín, habló de las amenazas a la prensa libre y de la traición a los valores que ella implica de parte de los presidentes Hugo Chávez, Cristina Fernandez de Kirchner, Rafael Correa y Daniel Ortega.
No quedó una buena sensación en la mayoría de la gente que hablé informalmente. Muchas dudas sobre el futuro y sobre cómo respetará la libertad de prensa y la actividad periodística a la que llamó a ser fiscalizadora. A pesar de que en todo momento Humala dijo que muchos medios se equivocaron y lo prejuzgaron, cree que con sus acciones les demostrará que estaban errados. Dijo que dejó de lado esas tensiones u odios porque llegó a la Presidencia para gobernar para todos los peruanos y todas las peruanas.
Ojala que en el “todos” incluya también a los periodistas y a la libertad de prensa y de expresión.
2 comentarios:
Los gobiernos izquierdosos hacen alharaca con el tema de la Verdad. Es innegable que al pueblo le atrae la verdad y quien hace bandera de ella gana simpatías.
Peero, quién decide cual es la verdad? Esos gobiernillos adoptan posturas de santidad y acallan y hasta persiguen criterios distintos a "su verdad".
Así era la verdad de Zelaya con sus urnas amañadas y la verdad de Chávez cuando inhabilita a sus ciudadanos para que no le puedan hacer competencia.
Hay que esperar a tener democracia con madurez para reconocer el significado de la Verdad.
Por lo que leo aquí, el tal Humala ese es parecido a Pepe Lobo. Quiere estar bien con Dios y con el diablo por tanto retrasa el momento de tener que definirse y dice y actúa en la ambigüedad.
Pero ese es problema de los peruanos y nosotros estamos fuera de ello.
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