viernes, 21 de octubre de 2011

Kadafi y el escarmiento de las ratas

Es difícil sentirse bien de que hayan asesinado a Muammar Kadafi o a cualquier otro ser humano por más sanguinario que haya sido. Hubiera sido mejor acorralarlo con la justicia, aunque seguramente el final hubiera sido el mismo; por lo menos así quedó demostrado con la historia de Saddam Hussein. Las investigaciones dirán lo que ayer pasó.

Claro está, tampoco hay que rasgarse las vestiduras. No era descabellado pensar como acabaría Kadafi. Su muerte o asesinato hace rato que estaba previsto, capturarlo vivo o muerto daba lo mismo… y nadie puede dejar de justificar que los grupos armados, militantes, rebeldes u oficialistas, desbordados y enceguecidos por la pasión, no estarían dispuestos a darle un tiro de gracia. Es evidente que después de tanto odio acumulado – y miles de asesinatos, prohibiciones y violaciones a los derechos humanos – alguien no tendría la misericordia para perdonarle la vida cuando pedía por una clemencia que él nunca tuvo.

Kadafi, el exótico personaje que acumulaba riquezas para sí mismo y administraba la pobreza para un pueblo inundado por el petróleo, murió como rata en una alcantarilla. Una historia que muchos quisieran que se repita en otras partes del mundo por donde deambulan autoritarios, ratas y dictadores.

Más allá de los hechos de ayer, sin dudas que las ratas, los enemigos de la libertad, esos oscuros personajes que se creen ungidos por la providencia divina - estén donde estén, en sillas presidenciales o guaridas - deben estar bien escarmentados.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

una pregunta ..... sera gadafi? o esta hablando de otra persona

Anónimo dijo...

una pregunta ..... sera gadafi? o esta hablando de otra persona