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agosto 16, 2011

Más impuestos, menos guerras


La crisis política que entorpece la solución de economía en EEUU se solucionaría con dos medidas relativamente fáciles, pero decididamente se necesita de mayor voluntad política entre demócratas y republicanos.

El multimillonario Warren Buffett lo expresó muy bien ayer en una columna del NYT al exhortar al Congreso de EEUU que deje de subvencionar a los ricos y les cobre más impuestos, un beneficio que con total desparpajo venía adoptando el ex presidente George Bush. Y para quienes sostienen que el impuesto puede ser una penalización para los ricos evitando que haya más inversiones y empleos, Buffett fue lapidario: “La gente invierte para ganar dinero y los impuestos potenciales nunca la han desalentado. Y a los que sostienen que las tasas más altas afectan la creación de empleo, les diría que un neto de casi 40 millones de empleos se sumó entre 1980 y el 2000. Ya saben lo que pasó desde entonces: menores tasas impositivas y mucho menor creación de empleo”.

Buffet fue muy generoso – tal vez antes de que alguien lo haga por él – en mostrarnos la escala fiscal que se le aplica. Pagó sólo el 17.4% de sus ganancias imponibles por un total de $6.938.744,- “un porcentaje menor del que pagó cualquiera de las otras veinte personas de nuestra oficina. Su carga tributaria osciló entre el 33 por ciento y el 41 por ciento, con un promedio del 36 por ciento”, según escribió en su columna del NYT.
“Mis amigos y yo hemos sido mimados el tiempo suficiente por un Congreso amigo de los multimillonarios”, argumentó en claro respaldo a lo que viene exigiendo el presidente Barack Obama, mostrando estadísticas del IRS (oficina federal recaudadora de impuestos) sobre que las tasas impositivas a los ricos se vienen reduciendo desde hace 20 años.

Buffett opinó que elevaría la tasa impositiva para los 236.883 que ganan más de un millón de dólares y para los 8.274 que ganan más de 10 millones.

Por otro lado, si las guerras en Afganistán e Irak quedarían a un lado, seguramente los problemas de la economía se resolverían en una cuestión de años. Según un reporte publicado hoy por el Miami Herald, las cifras de las guerras son escalofriantes, pese a que son difíciles de calcular en forma exacta.

En este 2011, la guerra en Afganistán costará 113 billones de dólares y la de Irak 46 millones. Un soldado cuesta por año 694.000 en Afganistán, costo que en 2005 fue de 483.000, mientras en Irak este 2011 es de 802.000 y en 2005 era de 352.000 dólares. Si esto multiplicamos por los más de 150.000 soldados en los frentes de batalla y por los años que duran ya los conflictos, las cifras de las guerras superaron varios trillones de dólares.

Ambas medidas, exigir mayor impuestos a quienes más ganan y detener los gastos de las guerras, parecieran ser suficientes alicientes para detener o afrontar cualquier recesión. A esto habría que sumarle algo que no está en la ecuación de las discusiones. EEUU necesita volver a reclamar su liderazgo en las manufacturas y las exportaciones.

junio 21, 2011

Obama y los permisos de guerra


Este miércoles será un día importantísimo para Estados Unidos. El presidente Barack Obama dará una noticia que muchos estábamos esperando desde hace tiempo, al anunciar la retirada de los 100 mil soldados destacados en Afganistán y las formas en que gradualmente se entregará la autoridad a las fuerzas de seguridad nativas.

Más allá de que el problema no está solucionado y la retirada puede incrementar los problemas de luchas sectarias, inseguridad y más terrorismo, la retirada ofrecerá a Obama algunas soluciones que le permitirán aumentar sus aspiraciones a la reelección del 2012.

Pero las buenas noticias no esconden las malas. Obama tiene, en materia de guerra, una cuenta pendiente con el Congreso, algo que él mismo le criticaba al ex presidente George W. Bush. El conflicto en Libia pareciera, por su duración y la hostilidad de las fuerzas oficiales de Muamar al Kadafi, que se seguirá extendiendo, por lo que el Presidente estaría obligado a peticionar una autorización a los congresistas según mandato de la Constitución.

Obama se escuda en interpretaciones legales para no hacerlo, pero lo cierto es que la escalada del problema, extendido sorpresivamente bajo el liderazgo de la NATO, excede las capacidades presidenciales para mantener un conflicto armado que ya es guerra.

Obama está recibiendo en estos días severas críticas de los congresistas y la polémica seguramente escalará. El Presidente no puede sostener que se trata de un simple conflicto cuando se llevan gastados cientos de millones de dólares en pertrechos militares, para ayudar a la NATO a combatir unas fuerzas armadas leales a Kadafi que se resisten.

El buen anuncio de este miércoles sobre Afganistán, para que sea completo, requiere que Obama también anuncie que se dirigirá al Congreso para obtener el permiso de guerra. Aunque seguramente le será extendido, lo importante de la autorización es que se resguardan la Constitución y las instituciones.

diciembre 03, 2009

Obama disfrazado de Bush

Barack Obama criticó con vehemencia durante la campaña electoral a George Bush por no retornar las tropas estadounidenses a casa, aunque ahora está haciendo exactamente los mismo o peor: no solo no las retira, sino que las incrementa, con un total de 30 mil soldados adicionales que enviará a partir de enero a Afganistán.

Más de 30 mil millones de dólares costará esta nueva escalada que se suma a los 400 mil millones ya gastados en los últimos ocho años, una cifra que hace mucha mella en las finanzas de los hogares estadounidenses, que seguramente harán bajar aún más la popularidad del presidente, a pesar de que anunció el retiro de las tropas a partir de mediados de 2011, como estrategia para morigerar las críticas.

Con esto queda demostrado que, demócratas o republicanos, por más que critiquen a sus contrincantes, siempre decidirán ir a la guerra cuando consideren que los intereses nacionales estén en juego, un mandato constitucional que no pueden desoír a pesar de su ideología.

Sobre esta idiosincrasia guerrerista de los presidentes estadounidenses escribí mi columna de diciembre de 2008. En algunos párrafos decía:

“La percepción - porque la memoria es corta y solo se recuerdan las tres últimas guerras, dos todavía en juego – es que los demócratas son más pacifistas que los republicanos; pero la realidad indica un mejor balance. La historia presidencial estadounidense está repleta de guerreros de ambos partidos, apoyados casi siempre en forma unánime por un Congreso bipartidista y con amplio respaldo popular, que se deteriora conforme no llegue la victoria.

Si bien los republicanos tienen en su haber la Guerra del Golfo con Bush padre y la de Vietnam que empezó a finales de los 50 con Dwight Eisenhower y terminó a mediados de los 70 con Gerald Ford; las otras no le correspondieron. La de Corea fue durante la presidencia del demócrata Harry Truman, cuando también Hiroshima y Nagasaki sufrieron la bomba atómica; mientras que la Segunda Guerra Mundial fue liderada por Franklin Roosevelt y la Primera por Woodrow Wilson, ambos demócratas.

En materia bélica, la diferencia entre demócratas y republicanos es mínima, como se puso de manifiesto este Setiembre 11 con el gesto de unidad nacionalista entre Obama y McCain. El candidato demócrata quien hasta hace poco reclamaba el retiro de las tropas de Irak, ahora promete un desvío de las mismas hacia Afganistán. Esto deja boquiabiertos a europeos y latinoamericanos, que se inclinan holgadamente hacia Obama por su vocación más diplomática; y no entienden cómo en materia de política exterior - manejo de la guerra - los estadounidenses prefieren tres a uno a John por sobre Barack.

Las guerras y el patriotismo son valores culturales que trascienden las filosofías partidarias. A la hora de la verdad, ambos son iguales y actúan similar”.

Tensión entre la verdad y la libertad

Desde mis inicios en el periodismo hasta mi actual exploración en la ficción, la relación entre verdad y libertad siempre me ha fascinado. S...