La crisis política que entorpece la solución de economía en EEUU se solucionaría con dos medidas relativamente fáciles, pero decididamente se necesita de mayor voluntad política entre demócratas y republicanos.
El multimillonario Warren Buffett lo expresó muy bien ayer en una columna del NYT al exhortar al Congreso de EEUU que deje de subvencionar a los ricos y les cobre más impuestos, un beneficio que con total desparpajo venía adoptando el ex presidente George Bush. Y para quienes sostienen que el impuesto puede ser una penalización para los ricos evitando que haya más inversiones y empleos, Buffett fue lapidario: “La gente invierte para ganar dinero y los impuestos potenciales nunca la han desalentado. Y a los que sostienen que las tasas más altas afectan la creación de empleo, les diría que un neto de casi 40 millones de empleos se sumó entre 1980 y el 2000. Ya saben lo que pasó desde entonces: menores tasas impositivas y mucho menor creación de empleo”.
Buffet fue muy generoso – tal vez antes de que alguien lo haga por él – en mostrarnos la escala fiscal que se le aplica. Pagó sólo el 17.4% de sus ganancias imponibles por un total de $6.938.744,- “un porcentaje menor del que pagó cualquiera de las otras veinte personas de nuestra oficina. Su carga tributaria osciló entre el 33 por ciento y el 41 por ciento, con un promedio del 36 por ciento”, según escribió en su columna del NYT.
“Mis amigos y yo hemos sido mimados el tiempo suficiente por un Congreso amigo de los multimillonarios”, argumentó en claro respaldo a lo que viene exigiendo el presidente Barack Obama, mostrando estadísticas del IRS (oficina federal recaudadora de impuestos) sobre que las tasas impositivas a los ricos se vienen reduciendo desde hace 20 años.
Buffett opinó que elevaría la tasa impositiva para los 236.883 que ganan más de un millón de dólares y para los 8.274 que ganan más de 10 millones.
Por otro lado, si las guerras en Afganistán e Irak quedarían a un lado, seguramente los problemas de la economía se resolverían en una cuestión de años. Según un reporte publicado hoy por el Miami Herald, las cifras de las guerras son escalofriantes, pese a que son difíciles de calcular en forma exacta.
En este 2011, la guerra en Afganistán costará 113 billones de dólares y la de Irak 46 millones. Un soldado cuesta por año 694.000 en Afganistán, costo que en 2005 fue de 483.000, mientras en Irak este 2011 es de 802.000 y en 2005 era de 352.000 dólares. Si esto multiplicamos por los más de 150.000 soldados en los frentes de batalla y por los años que duran ya los conflictos, las cifras de las guerras superaron varios trillones de dólares.
Ambas medidas, exigir mayor impuestos a quienes más ganan y detener los gastos de las guerras, parecieran ser suficientes alicientes para detener o afrontar cualquier recesión. A esto habría que sumarle algo que no está en la ecuación de las discusiones. EEUU necesita volver a reclamar su liderazgo en las manufacturas y las exportaciones.
1 comentario:
EL PROBLEMA SR. TROTTI ES QUE LA ECONOMÍA DE ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA SIEMPRE SE HA SUSTANCIADO EN GUERRAS DE DOMINACIÓN QUE LUEGO DE LA PACIFICACIÓN REIMPULSAN SU ECONOMÍA; AL MENOS ESO ES LO QUE SE HA DEMOSTRADO A TRAVES DE LA HISTORIA DESDE LA II GUERRA MUNDIAL Y AHORA CON EL CONTROL DE LAS RESERVAS PETROLERAS DE IRAK Y SU RANGO DE INFLUENCIA EN EL MEDIO ORIENTE.
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