Mostrando entradas con la etiqueta Time. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Time. Mostrar todas las entradas

diciembre 14, 2018

La quinta portada


Es muy justa la elección de la revista Time de nombrar Personajes del 2018 a un grupo de periodistas víctimas de represión a los que califica de “guardianes de la verdad”. También es acertada, en momentos que las mentiras y la desinformación erosionan la confianza pública y a la democracia.

Time publicó cuatro portadas retratando, en forma diversa e inclusiva, varios tipos de periodistas que han sido martirizados en sus intentos por buscar y descubrir la verdad, así como las diferentes modalidades de violencia que los acechan. Una portada fue sobre asesinato, en el caso del saudí Jamal Khashoggi, columnista del Washington Post. Otra por el encarcelamiento, de dos reporteros birmanos de la agencia Reuters, Kyaw Soe Oo y Wa Lone. Persecución oficial se trató en el caso de la filipina María Ressa, fundadora y editora del sitio online Rappler; y en relación por atentados, se incluyó al diario estadounidense The Capital Gazzette por el ataque en el que murieron cinco personas.

Sobre estos “guardianes de la verdad”, el editor de Time, Edward Felsenthal, argumentó que corren “grandes riesgos… en la búsqueda imperfecta pero esencial de hechos que son fundamentales para el discurso civil, y por hablar y denunciar"; sin olvidar que son representantes de “una lucha más amplia”, en la que otros 53 periodistas fueron asesinados este año en el mundo entero.

Pese a su acertada decisión, creo que la famosa revista se quedó corta. Me hubiera gustado que incluyera una quinta portada en la que se retratara el martirologio de la prensa de América Latina, la región más castigada del planeta que en las últimas tres décadas ha perdido a más de 500 periodistas - 26 en este 2018 - entre los que se cuentan asesinados y desaparecidos. Vidas que han sido sesgadas por guerrilleros, militares y grupos paraestatales o por narcotraficantes y funcionarios corruptos o por la vergonzosa connivencia entre agentes del Estado y del crimen organizado.

El asesinato quirúrgico en contra de periodistas incómodos con frecuencia es solo lo visible o la punta del témpano de la tragedia del periodismo latinoamericano. Debajo de la superficie también coexiste un gran manto de censura tan fatídica como la muerte. Quizás sean casos menos llamativos en el plano internacional, pero son crímenes bien extendidos, como el de periodistas secuestrados, demandados, perseguidos, encarcelados o amenazados de muerte; y de medios que sufren atentados, hostigamiento, boicots publicitarios y discriminación gubernamental por publicar la verdad.

En esa quinta portada también incluiría un retrato en blanco, vacío, en representación de los periodistas olvidados por el propio Estado, esos casos que rara vez son esclarecidos y cuya impunidad sigue siendo el tormento que arrastran sus familias y colegas por generaciones. Solo un 5% de los 500 asesinatos ha sido esclarecido y el porcentaje es mucho menor cuando se trata de identificar o procesar al autor intelectual, tal como sucede con el caso Khashoggi.

Es cierto que “la democracia enfrenta su mayor crisis en décadas” como argumenta la revista Time. Pero no considero que la debilidad de la democracia se deba a la diseminación de noticias falsas por las redes sociales o porque se censure a los periodistas y medios. En mayor o menor medida esos síntomas siempre existieron, son solo la consecuencia de una causa mayor. Estoy convencido que es la impunidad o la falta de justicia el verdadero motivo de la desnutrición democrática y lo que erosiona la confianza del público.

Muchos afirman que la gente ya no cree en la democracia y se devanan los sesos pensando en otras formas de gobierno. Pero creo que el modelo perfecto de democracia y república como fue soñado por Aristóteles y Platón tuvo, tiene y tendrá vigencia, siempre y cuando no se le pongan cortapisas a la justicia, el valor más trascendente en cualquier sistema de convivencia humana.

El problema es que en muchos países la justicia ha sido secuestrada por el poder político y en esa relación adictiva la justicia también se ha corrompido. Esa debilidad institucional, potenciada por la impunidad, queda en evidencia con los 500 casos de periodistas latinoamericanos asesinados, muchos de ellos olvidados, que también merecían tener una portada en Time. trottiart@gmail.com

diciembre 20, 2013

De Francisco a Pepe: El rescate de la austeridad

Primero fue la revista Time que escogió al papa Francisco por sobre Edward Snowden como la Persona del Año. En un largo y claro reportaje, los editores de Time dijeron que la austeridad, el don de conectarse con la gente y las profundas reformas en el Vaticano en tan corto tiempo, y que empezaron con muestras de frugalidad personal, hicieron del Pontífice el único líder del mundo que se diferenció del resto.

Quedaron en el camino de esa elección otras personas que también influenciaron el mundo y la forma de percibirlo y apreciarlo. El segundo lugar le perteneció a Snowden, por lo que demostraron sus denuncias sobre el masivo y escandaloso programa de espionaje del gobierno de EE.UU. que en aras de la seguridad nacional invadió la privacidad de ciudadanos y vigiló a líderes amigos y enemigos por igual.

Y ahora apareció la prestigiosa revista The Economist que eligió como el personaje del año, no a una persona o un hecho como habitualmente lo hace, sino a un país. El agraciado fue el más chico de Suramérica, Uruguay, que con 3.3 millones de habitantes se proyectó mundialmente sobre la base de la flamante ley que legaliza el consumo y estatiza la producción y distribución de la marihuana, legalizó los matrimonios gay como ya se había hecho en Argentina, y tiene un presidente, José “Pepe” Mujica, cuya filosofía austeramente campesina, muestra que también se puede ser Presidente sin tanta pompa, lujos y poder.

A diferencia de otros, Mujica, como militante de izquierda y que de joven fue Tupamaro junto a su esposa, jamás abandonó sus ideales y forma socialista y frugal de vivir, aquellos que otros comunistas la dictan a los demás, pero desde sus Mercedes y privilegios en el poder. Mujica todavía hoy, en un mundo que pide a gritos ejemplos, dona el 90% de su salario, vive en su chacra de pocas hectáreas, cultiva la tierra y recoge hortalizas desde su tractor y, mejor aún,  enseña a niños y jóvenes pobres cómo ganarse la vida en el campo.


En un mundo en el que el consumo distorsiona los valores y la trivialidad propone tentaciones, la elección del Papa argentino y del Presidente uruguayo se hace la más apropiada. La vida de estos dos líderes - marcadas por la humildad, el desprendimiento y el servicio, y por el coraje para cambiar las cosas después de los 70 años - invita a la reflexión, justo a tiempo para esta época navideña.

septiembre 21, 2013

Honduras e infelicidad; no debe tomarse a la ligera

Aunque muchos puedan tomar el nivel de la felicidad como algo irrelevante o quizás jocoso, las mediciones que hicieron desde la Universidad de Columbia denuncian síntomas mucho más serios si se consideran índices sobre seguridad pública, desempleo, corrupción, desarrollo económico y, muy especialmente, de salud pública.

Honduras descendió en el índice desde la medición del año pasado, como lo informa La Prensa de San Pedro, cayendo al puesto 84 desde el 63. Habría que anotar primero que aunque otros países tal vez desplazaron a Honduras de aquel puesto, lo más probable, a ojo de buen cubero, es que durante estos años se ha incrementado notablemente el narcotráfico y los índices de homicidio, situándose el país como uno de los más violentos del mundo, según mediciones de las Naciones Unidas.

La medición muestra que los índices de felicidad están bastante atados al sistema político de un país, a los espacios de libertad que se generan, no tanto de índole política, sino a los de libertad económica y los allegados al tema de la salud pública. Justamente los países escandinavos, que gozan de estos tres desarrollos – libertad política, desarrollo económico y excelente sistema de salud pública y seguridad social – permiten un mejor desarrollo de sus sociedades y ciudadanos.

Lo importante en materia de salud pública es lo que revela un estudio enorme que ha publicado la revista Time. http://content.time.com/time/magazine/article/0,9171,2151786,00.html
En ese informe se puede observar que hay una relación muy estrecha entre la felicidad que alcanza una persona y su estado de salud. El estudio es concluyente, al decir que una persona más feliz, que usa toda su capacidad intelectual y creativa para hacer lo que le gusta o tener un trabajo que le apasione, tiene muchas menos probabilidades de tener problemas de salud, ya sea diabetes, hipertensión, obesidad, etc…, extendiendo la cantidad de años que puede vivir a plenitud.

Este estudio basado en nuevas investigaciones del cerebro enseña que más felicidad equivale a más vida. Esta rotunda conclusión implica que los índices de la infelicidad no deben tomarse a la ligera y que existe una necesidad imperiosa del gobierno por crear estrategias de trabajo en ese sentido.

Tensión entre la verdad y la libertad

Desde mis inicios en el periodismo hasta mi actual exploración en la ficción, la relación entre verdad y libertad siempre me ha fascinado. S...