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octubre 08, 2013

Cristina, polarización, Boudou y comentarios por internet

Con su forma soberbia de gobernar, la presidente de Argentina, Cristina Kirchner, ha polarizado a la sociedad. La polarización es consecuencia directa de los gobiernos más autoritarios, aquellos que aunque soportan estoicamente la crítica hacen o dicen siempre lo que les place, evadiendo la discusión y la negociación ante el disenso. Momentos de polarización intensa, a veces más o menos controlado por el autoritarismo, se vivieron en Argentina ya sea en épocas de militares o de gobiernos como el de Perón o Frondizi y se viven en países latinoamericanos con gobiernos similares.

La polarización en Argentina, entre aquellos que aman u odian al gobierno, aman u odian a Cristina, es cada vez más profunda y una muestra de ello se puede ver claramente en los sentimientos que los ciudadanos expresan en los comentarios que siguen a las notas periodísticas. Por cualquier motivo, los insultos de uno y otro bando afloran como en estadio de fútbol. De cualquier tema, se termina siempre en el descrédito y el agravio, y de lo político y social se termina en lo personal.

Hoy el diario La Nación de Buenos Aires tomó un camino distinto, pese a que algunos otros medios pudieran criticarlo por imponer censura previa. Debajo de sus notas sobre la operación quirúrgica que Cristina tendrá hoy y notas relativas del traspaso al poder al vicepresidente Amado Boudou, se aplicó la frase: “La nota fue cerrada a comentarios debido a la sensibilidad del tema”.

La frase connota esa polarización, es decir se cierran los comentarios a sabiendas que el tema de la presidente acarrearía comentarios injuriosos y subidos de tono en momentos que se merece mayor respeto. El diario Clarín, por dar otro ejemplo, seguía esta mañana abierto a los comentarios de la gente y el resultado fue el mismo de siempre,  polarización intensa y comentarios irrespetuosos.

Podrá decirse que La Nación optó por censurar y no confiar el proceso democrático del disenso aunque este a veces sea doloroso. Fue, seguramente, un proceso y decisión editorial que dentro del diario también habrá tenido adeptos y detractores, por lo que sería importante que el periódico explique a sus lectores e internautas ese proceso y esa decisión.

La polarización también se hace evidente cuando no se administra el riesgo. El gobierno poco hizo para ayudar en el proceso judicial que se le siguió al vicepresidente, atornillándolo al poder cuando se merecía obligarlo a dar un paso al costado para someterse a la justicia. Hoy, por aquellas malas decisiones, Argentina está gobernada por un presidente interino en funciones que obliga la Constitución, pero a quien Cristina no le confía el poder, y con varios procesos judiciales que merman su capacidad gubernativa y la confianza mínima del público que el puesto requiere.

Boudou está investigado y procesado en media docena de casos, especialmente en lo concerniente a su patrimonio que no es compatible con su salario como funcionario, al caso de la imprenta de papel moneda que quedaría para sus colaboradores más cercanos y, entre otros, por la compra de automóviles de lujo.


Es evidente que el período de Boudou, marcado por la campaña electoral en víspera de los próximos sufragios legislativos, será de polarización y desconfianza aún mayores.

marzo 07, 2012

Argentina y palabras sin sentido

El vicepresidente argentino, Amado Boudou, no la está pasando muy bien en estos días, después de que se le investiga por supuestos actos de corrupción ligados a una imprenta para fabricar papel moneda.

Como es su costumbre y la de su jefa, así como cuando era ministro de Economía en la primera etapa presidencial de Cristina de Kirchner, siempre sale por la tangente y termina acusando a los periodistas que denuncian u opinan por estos actos, de ser los “desestabilizadores de la democracia”.

Ahora encaró al bulto de periodistas y se dio a la tarea de nombrar a varios columnistas, editorialistas y jefes de los diarios La Nación y Clarín a los cuales insulta públicamente y a los que les dedica frases estampadas en sus remeritas deportivas, como la clásica leyenda de “Clarín miente”, para el deleite de sus seguidores, así sean de la política o de sus virtudes como rockero presidencial.

De Clarín y La Nación dijo que lo que hacen no es periodismo”, mientras que  a los periodistas los calificó de “operadores políticos encubiertos”. Así se refirió a los periodistas Carlos Pagni, Joaquín Morales Solá y Hugo Alconada Mon de La Nación y a Ricardo Roa, Ricardo Kirschbaum, Julio Blanck y Eduardo van der Kooy, de Clarín.
En coincidencia, justo unas horas antes, el presidente de la Corte Suprema de Justicia, Ricardo Lorenzetti, en su discurso inaugural del ciclo judicial, dijo que el Estado no debe perseguir a quien piensa diferente.

Palabras sabias, pero que en Argentina tienen poco sentido.

Tensión entre la verdad y la libertad

Desde mis inicios en el periodismo hasta mi actual exploración en la ficción, la relación entre verdad y libertad siempre me ha fascinado. S...