El increíble presidente Nicolás Maduro sigue a las andanzas tratando
de endiosar a Hugo Chávez, pero aunque su cuento coincide con el día de Halloween,
hay que tener en cuenta que su treta, por jocosa que aparente, lleva implícito
el peligro de seguir disminuyendo los espacios de democracia.
Esta vez dijo que se vio la cara del ex comandante en un túnel en
construcción del metro de Caracas, algo parecido a las grutas donde aparecen
vírgenes y santos de la devoción católica. Una forma de tratar de elevar la
figura de Chávez a nivel de veneración religiosa que se suma a las “apariciones”
más recientes del fantasma, a quien ya hizo reencarnar en pajarito, en las
caras de los pobres y en la de todos los caraqueños que deambulan por ahí; sin
contar aquella vez que propuso embalsamar al ex presidente para que lo gozaran
las generaciones venideras.
En esta nueva saga de cuentos de Halloween, Maduro no es muy creativo.
Ahora le sumó la denuncia y el escarnio de lo que él considera la “trilogía del
mal” encarnada por Henrique Capriles, María Corina Machado y Leopoldo López,
políticos de la oposición a quienes acusa de conspiración contra su poder y
estar detrás del desabastecimiento, la crisis de seguridad, la crisis
energética y cualquier otra crisis sin dueño.
Al tiempo que Maduro hacía aparecer por obra y gracia la imagen del
rostro de Chávez en el metro, Caracas amaneció con afiches con las caras de los
tres opositores bajo el título de “Trilogía del Mal” y con las leyendas
siguientes: “Reconócelos. La trilogía del mal”. “Te quitan la luz. Te quitan la
comida. Te quitan la paz. Basta de violencia”.
Maduro no es nada creativo. Sin poder acusar a los medios de
comunicación, ya que muchos de ellos han sido “domesticados” por medio de golpes y golpes durante más de
una década, a Maduro no le queda otra que denunciar y desprestigiar a quienes
le pueden hacer sombra a sus sueños cubano revolucionarios.
Copiado del manual del desprestigio de Hugo Chávez, que machacaba contra
los “Cuatro Jinetes del Apocalipsis”, calificativo que endilgaba a las canales televisivos
Globovisión, Televen, RCTV y Venevisión, Maduro ahora insiste contra la trilogía
del mal, habiendo cambiado a los medios por los opositores, aunque siempre con
la misma intención de expiar pecados, acusar a los de todo mal y destruir
cualquier espacio de crítica.
Pero no hay que tomar estos lemas a la ligera ni creerse que se trata
solo de cuentos de Halloween. Tanto fue lo que Chávez hizo contra los medios y
la libertad de prensa, que hoy a aquellos cuatro jinetes se los puede ver
cerrados, comprados o domesticados. Es obvio que Maduro insistirá contra la “trilogía
del mal” y contra cualquier otro líder opositor que aparezca, y como quedó
demostrado con los “cuatro jinetes” no se trata solo de una táctica electoral,
sino de una estrategia para neutralizarlos de por vida.
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