lunes, 2 de abril de 2012

Correa y su soberbia arrogante

El presidente ecuatoriano Rafael Correa está cada día más arrogante. Anunció que este lunes dará a conocer su decisión de si irá o no a la Cumbre Iberoamericana de Cartagena a mediados de mes, aduciendo que su decisión está enmarcada al rechazo hemisférico de que Cuba, como país no democrático, no se le ha autorizado a participar.

Más allá de sus razones, lo importante es ver cómo Correa últimamente está usando este tipo de “anuncios oficiales” para comunicar sus decisiones de “peso internacional” como si se tratara de un ser que trasciende el Ecuador, como siempre lo han hecho otros personajes autocráticos – léase Fidel Castro y Hugo Chávez – a quienes les encanta adoptar causas que afecten intereses foráneos para ser escuchados por la gran prensa internacional.

La última vez que Correa tomó un escenario internacional fue hace un par de semanas, también un lunes, cuando él mismo leyó una carta en la que perdonaba a un columnista y a tres propietarios del diario El Universo sobre quienes pesaba una condena de tres años de cárcel y 40 millones de dólares por una demanda que él había interpuesto.

A raíz del lío en que se metió con esta decisión judicial manipulada, Correa ahora adoptó una nueva causa también de carácter internacional. Se trata de una crítica acérrima contra la Comisión Interamericana de Derechos Humanos porque este organismo dictó medidas cautelares a favor de los condenados y porque en octubre pasado permitió a otros procesados, autores del libro El Gran Hermano, participar de una audiencia en la que criticaron a su gobierno.

El sábado, Correa dijo que la sede de la CIDH no debería estar en Washington dentro de un país que no ha firmado la Convención Americana sobre Derechos Humanos, la que debería trasladar su sede a Panamá.

No existen motivos suficientes para este cambio de sede, ni estatutarias ni legales, además de que no habría consenso, pero el solo hecho de embanderarse detrás de su propia causa, le permiten a Correa estar en el candelero internacional, algo que está gustándole cada vez más.  

1 comentario:

Mario Galleguillos dijo...

Mientras Correa tenga escritores como Trotti, que pasa pendiente de publicarle cada capricho por mínimo que sea, va a seguir con sus poses de prima donna.
Si la prensa de verdad lo ignorara todos olvidaríamos su inocua existencia.