sábado, 19 de marzo de 2011

Obama y la esperanza latinoamericana

Acaba de arrancar en Brasil el periplo de Barack Obama y la esperanza de que una vez por todas EE.UU. mire hacia el sur con un ánimo de mayor comprensión y piense que el progreso y la democracia se deben acentuar primero en esta región para luego expandirla por el mundo; en lugar de mirar tanto hacia el lejano oriente.

Comparada a las demás regiones del mundo, América Latina está atrasada en lo económico y educativo respecto a los tigres del Asia y en lo democrático y científico a los países europeos. Pero un gran porcentaje de culpabilidad la tiene EE.UU. porque siempre vio a la región como su “patio trasero”, una visión paternalista, casi como una mirada constante de hijo descarriado al que se debe castigar y mandar al rincón. Culpabilidad que no recae solo en el gobierno, sino también en sus multinacionales que se han engrandecido en la región sobre la base de hacer negocios corruptos como Chiquita en Centroamérica, la Drumond en Colombia, la Exxon en Ecuador o la IBM en Argentina.

Para corregir al hijo descarriado, EE.UU. muchas veces incentivó y promovió golpes de Estado o invadió países para empujar la democracia en vez de educar sobre ella. Las consecuencias de ello fue que América Latina no mejoró sino que decayó producto de la corrupción, la violencia y la inseguridad, y del tráfico de drogas, lo que está relacionado con la demanda de drogas en suelo estadounidense.

Pero para ser más justos, EE.UU. también contribuyó en mucho con América Latina. Ha sido y es un país generoso en ayudar económicamente a sus instituciones civiles, más allá de los gobiernos, y es un receptáculo como ningún otro donde los perseguidos políticos son bienvenidos y también los que quieren tener una vida mejor, con mayor estabilidad para buscar la felicidad propia y de sus familias. Y producto de esto, es el mayor contribuyente de la región en materia de remesas familiares, millones y millones de dólares que empujan a las
economías locales.

Por sobre todo, EE.UU. enseña cómo deben respetarse las instituciones para que haya verdadera democracia, para que los poderes de gobierno sean independientes y estén balanceados y la justicia prevalezca sobre el poder político, en defensa de los derechos de todos los ciudadanos, sin privilegios.

Para este viaje que Obama comenzó anoche por Brasil, y seguriá por Chile y El Salvador, encontrará a una población amiga y que quiere ver a EE.UU como una nación hermana, no como a un padre severo. Me quedo con las palabras que el presidente de EE.UU. usó para cerrar su columna que fue publicada entre ayer y hoy por muchísimos periódicos del hemisferio. Palabras que habrá que tener en cuenta en los próximos meses y años, y tratar de que sean no solo promesa sino realidad.

Este es un viaje histórico y ojalá muestre cuanta esperanza para el progreso existe en nuestro continente, como Obama sostiene:

“Nos une a nuestros vecinos en el continente americano una historia, valores e intereses comunes. Lo que trasmitiré esta semana es que somos socios dedicados al progreso. Reforzar estas alianzas aumentará la prosperidad y seguridad común de todos nuestros pobladores, al generar nuevos empleos y nuevo crecimiento en todo el hemisferio, y contribuir a que nuestra economía siga siendo el motor que impulsa a nuestro pueblo y genera oportunidades para todos”.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

ESte articulo pone a los gringos como el Principio y Fin de toda vida sobre la Tierra. Brasil, Chile, Argentina, Colombia, Mexico, Venezuela... no andan lloriqueandole a los gringos a ver que migajas les tiran, si no que se ponen a trabajar para salir adelante (con Execpcion de Chavez tal vez).

Anónimo dijo...

Mas divertido es ver el panico que le ha entrado al burro petrolero al ver lo que le van a hacer a KAGAFI.Jejejeje....por fin una pa' gozar.