Mi deseo por la buena democracia chilena es que este domingo gane la oposición, el derechista Sebastián Piñera. Creo que será lo más saludable en Chile para cortar el continuismo que acarrea la coalición oficialista que ahora encabeza el ex presidente Eduardo Frei.
No tengo nada en contra del socialismo chileno, todo lo contrario, ya que se ha destacado por su continuismo tras varias administraciones y liderazgos después de la época de Pinochet, cuya consecuencia está a la vista: verdadera fortaleza democrática y envidiable economía.
Si hay algo que los chilenos supieron hacer a diferencia del resto de Latinoamérica, es tener objetivos de país sin importar el liderazgo. Es un país que se está construyendo sobre la base de objetivos a largo plazo, dejando en segundo plano los objetivos electoralistas que parecen dominar en otros países.
Si gana Piñera no desentonará. Pero será bueno porque permitirá demostrar que a pesar de las ideologías gubernamentales, los objetivos de Estado permanecen incólumes. Además, esto de las segundas vueltas me parece un poco injusto, cuando fue Piñera quien en la primera vuelta estuvo a solo seis puntos de alcanzar la mayoría absoluta.
La derecha en Chile, servirá para equilibrar un poco más a la región, después de la ganancia estrepitosa de Morales en Bolivia y la segunda vuelta que se acreditó el también izquierdista Mujica en Uruguay.
2 comentarios:
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Los pueblos se cansan de tanto izquierdismo sin rumbo fijo. El desarrollo económico de Chile se debe al plan que comenzaron los "Chicago boys" con la iniciativa de Pinochet. A pesar de su tiranía malvada Pinochet es el padre de la actual riqueza chilena. Los izquiedosos que gobernaron después solamente mantuvieron el plan andando, cosa que les reconozco. No fueron dañinos como el criminal que gobierna Venezuela.
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