Esta semana el Vaticano acertó entre esferas diametralmente opuestas, dos de las cuales son ajenas a su destino, pero una lo roza en forma alarmante y perseguirá bochornosamente a Iglesia hasta sus últimos días.
El Vaticano pidió que la justicia ordinaria sea la que debe castigar a los curas pedófilos, en relación al caso de los sacerdotes irlandeses involucrados en casos de abusos de menores que ya produjo que cuatro obispos pidieran su renuncia a Roma por el delito de encubrimiento. Más allá de los casos en Irlanda, que también sacudieron a otros países como Australia, Canadá y varios latinoamericanos, Estados Unidos es la nación donde este fenómeno alcanzó niveles de catástrofe, especialmente porque también muchos obispos y arzobispos encubrieron las evidencias asignando a los curas delincuentes de parroquia en parroquia. Según denuncias que comenzaron en el 2002, entre 4 y 5 mil curas abusaron sexualmente de unos 14 mil niños y adolescentes durante varias décadas. En todo caso, fue la Iglesia católica la que terminó siendo más transparente, porque también en otras denominaciones religiosas ocurrieron este tipo de abusos, pero poco se ha sabido sobre los mismos.
En otro tema y tras los conflictos racistas que sucedieron contra trabajadores africanos en la zona sureña de Calabria, el Papa Benedictino lamentó que la esperanza que el mundo había experimentado con Barack Obama como estandarte de los derechos civiles y en contra del racismo, se haya disipado totalmente, acusando a los italianos de ser racistas y discriminar a los negros africanos.
En otro orden, fui hace poco al cine a ver Avatar y la película por lo único que me impresionó fue por el colorido y la tridimensionalidad, pero más de ello me pareció que solo cuenta con el efecto Hollywood de buscar a cualquier precio batir el récord de taquilla. Es una historia de amor simple y pareciera estar inspirada en la noción ecológica apoyando a los activistas en contra del calentamiento global, ya que la historia se basa en el amor a las plantas, fuente de toda vida.
La radio y el diario del Vaticano L’Obsservatore Romano justamente observaron que se trata de eso, una película simplista con una mensaje “inundado de un espiritualismo vinculado al culto a la naturaleza”, guiñándole un ojo a todas “esas pseudo doctrinas que convierten a la ecología en la religión del milenio”.
Cameron se olvida, claro está, de que la naturaleza es fruto del Creador.
1 comentario:
Te leo des de hace tiempo, como sigo a otros compañeros que me interesan. Te felicte cuando escribiste sobre "Los listos" de Latinoamerica, El árticulo de Obama y éste del Vaticano, "clavados". Sombrerazo colega Toni Lara
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