domingo, 9 de agosto de 2009

Pobreza: contradicción argentina

Argentina es un país de contradicciones especialmente cuando se compara su riqueza en recursos naturales y alimentos y la pobreza y el hambre que campean por doquier.

Bastaron esta semana las palabras del Papa Benedicto XVI para respaldar la campaña de solidaridad católica Más por Menos, para que todos se rasgaran las vestiduras.
¡Y no es para menos! El Papa habló de “reducir el escándalo de la pobreza y la inequidad social” en un país que históricamente se ha vanagloriado de ser el “granero del mundo” y de haber tenido un gran superávit gracias a los precios de las materias primas, antes de que el mundo sucumbiera a la crisis económica y financiera que se inició con el descontrol estadounidense.

Es que la mayoría de argentinos no salimos de nuestro asombro al no entender como un país tan rico, pudo haber caído en la pobreza. La falta de liderazgo político, de previsión y objetivos a largo plazo, los vaivenes económicos que de izquierda, derecha y centro nunca supieron dar en el clavo, son solo un manojo de respuestas ante un problema al que nadie parece encontrarle solución.

Por más que el gobierno hable de que la pobreza ha sido reducida del 60 al 22 ó 23 por ciento en los últimos años, como dijo en estos días el ex presidente Néstor Kirchner – cosa que nadie cree toda vez que el Instituto Nacional de Estadística y Censos ha venido mintiendo a diestra y siniestra – en realidad, las estadísticas más creíbles, como las de la Universidad Católica Argentina, refieren que los pobres llegan hoy en la Argentina al 39 por ciento de la población, es decir unos 14 millones de personas, de los cuales, algo más de cuatro millones son indigentes.

El Papa habló de la vergüenza de la pobreza para ayudar al relanzamiento de la colecta nacional Más por Menos, poniendo de nuevo en el tapete este tema que el Gobierno viene rechazando en forma reiterada. Siempre el Papa pone el tema en la llaga y hace que todos los sectores de la sociedad se enfrasquen en un duro debate y una dolorosa autocrítica tratando de buscar los culpables ante semejanza contradicción social.

En años anteriores, el Papa siempre atrajo “jugosos” debates en los lanzamientos de la campaña Más por Menos de Cáritas. En el 2007 apuntaló la campaña solidaria pidiendo “reducir las desigualdades", en el 2008 solicitó solidaridad para “superar situaciones de pobreza" y este año, cansado de que no se logre nada, tomó al toro por las astas, denunciando lo escandaloso de la pobreza.

Las palabras del Santo Padre no gustaron, pero son necesarias para recordar que lo peor que le puede pasar al país es esconder y omitir la pobreza y el hambre masivo, la mayor vergüenza que puede ostentar un país rico.